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La sumisión libera el favor de Dios sobre tu vida. De Joseph Prince

 

1 Samuel 17:17-18 Y dijo Isaías a David su hijo: Toma ahora para tus hermanos un efa de este grano tostado, y estos diez panes, y llévalo pronto al campamento de tus hermanos. y estos diez quesos de leche los llevarás al jefe de los mil; y mira si tus hermanos están buenos, y toma prendas de ellos.

Cuando Dios quiso acabar con el poderoso gigante que estaba aterrorizando a la nación de Israel, envió a alguien que era débil en la carne. medita en eso. A los ojos del mundo, ¿Qué podría ser más débil contra un soldado entrenado y temible, que un joven que no tenía formación militar formal, sin armadura, vestido con ropas de humilde pastor, y que ni siquiera llevaba arma alguna de verdad excepto una onda y 5 piedras lisas del arroyo? No es de extrañar que Goliat se burlara de este joven Pastor y de su estrategia. Cuando David entró en el campo de batalla, Goliat le preguntó con sarcasmo: ¿Soy un perro, para que vengas a mí con palos?” (1 Samuel 17:43).

Las consecuencias de esta batalla fueron enormes. No era solamente un duelo o enfrentamiento entre dos individuos. Los israelitas y los filisteos habían acordado enviar cada uno un guerrero que representaría a su país. El guerrero derrotado comprometería a su nación a convertirse en siervos de la otra. Decir que mucho estaba en juegos en esta pelea, sería quedarse corto. ¿Y, a quién envía a Dios para representar a Israel? En términos naturales, envió posiblemente a la persona menos calificada en ese campo de batalla en el Valle de Ela.

¡David ni siquiera era un soldado del ejército de Israel! para empezar, ¿Recuerdas cómo este joven pastor terminó en el campo de batalla? David estaba allí para dar el pan y el queso a sus hermanos que estaban en el Ejército (1 Samuel 17:17-20). Y, sin embargo, se encontró de pie en el campo de batalla como representante de Israel en contra de la soberbia de Goliat. Fue llamado a liberar a toda la nación de Israel.

David estaba en el lugar correcto en el momento correcto, porque se humilló y se sometió a las instrucciones de su padre de ir a entregar el pan y el queso a sus hermanos. Amado, esto es algo que tienes que entender. La sumisión al liderazgo establecido por Dios, siempre hará que el favor de Dios fluye en tu vida, de modo que te encontrarás, igual que David, ¡ en el lugar correcto en el momento correcto!

La Biblia afirma que no debemos despreciar los días de los modestos comienzos (Zacarías 4:10 NIV). No hay nada fascinante en cuanto a entregar pan y queso, pero David no lo desprecio. Y eso lo colocó justo en el Valle de Ela, mientras el viento soplaba su cabello; un joven pastor sin experiencia militar representando a la nación de Israel contra un poderoso gigante que era un hombre de guerra desde su juventud.

Eso es lo que a Dios le gusta hacer. Le encanta tomarlo necio y débil para avergonzar a lo sabio y poderoso del mundo. Así que, amado, humíllate y sométete a las autoridades que Dios ha puesto por encima de ti. Y cuando seas fiel en llevar a cabo las pequeñas tareas que te asignan, obtendrás su favor y quizás te encuentres haciendo grandes proezas para Dios.

(Nota: Para obedecer siempre una instrucción, esta debe fluir con la voluntad de Dios. Dios te honrará siempre que tengas humildad en tu corazón. Pero no te sometas a liderazgo abusivo ni que busca lo suyo propio.)

Comentarios

  1. Buen día lleno de bendiciones en el nombre de Cristo Jesús, ni amada gracias por compartir tan hermosas revelaciones que EL padre comparte,

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