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Practica la presencia de Jesús y 'huele' como Él. De Joseph Prince

1 Samuel 16:18 Entonces uno de los criados respondió diciendo: He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová está con él.

David es un maravilloso ejemplo de alguien que habló con el Señor y practicó Su presencia todo el tiempo. Incluso cuando era un joven adolescente que cuidaba las ovejas de su padre en los campos, cantaba salmos e himnos al Señor y tocaba el arpa.

En 1 Samuel 16, la Biblia registra que el rey Saúl estaba muy inquieto, y sus siervos le dijeron que estaba siendo perturbado por un espíritu de angustia. Entonces le aconsejaron que trajera a David ante él para tocar el arpa para él, diciendo que los malos espíritus se iban cuando David tocaba el arpa. Uno de los sirvientes dio una brillante descripción de David como alguien “que sabe tocar, y es valiente y vigoroso y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová está con él.”

¿Sabes por qué David pudo hacer que Saúl fuera refrescado con solo tocar su arpa? ¿Sabes por qué David pudo recibir tales elogios sobre él?  Creo que la clave está en la última parte del versículo: “el Señor está con él”.

Unos años después de que Wendy y yo nos casamos, sucedió un incidente que nunca olvidaré.  Estaba de camino a casa un día y había entrado en un ascensor abarrotado. Un grupo de damas se metió en el mismo ascensor cuando se detuvo en otro piso y ¡vaya, sus perfumes eran abrumadores!

Bueno, casi mareado y a punto de ser asfixiado, llegué a casa y besé a Wendy con mi habitual “Hola cariño, he vuelto”. Ella me miró y dijo: “Esa es una fragancia femenina. Conozco esa fragancia”.  Le dije: “Escucha, cariño, escucha…  honestamente, justo ahora...”  ¡Y es por eso que es tan importante tener confianza en tu matrimonio!

Estoy seguro de que has experimentado algo similar antes. ¿Alguna vez has estado en una habitación llena de humo de cigarrillo? Puede que no hayas fumado, pero tu cabello y ropa olerán a humo incluso después de haber salido de la habitación.  De la misma manera, no puedes estar en la presencia del Señor sin que Su gloria, Su majestad, Su belleza, Su poder, Su amor y Su paz queden impregnados en ti. ¡Comienzas a “oler” como Jesús, a ser poderoso como Él y a estar lleno de paz como Él!

No es de extrañar que Hechos 4:13 registre esto acerca de Pedro y Juan: “Y viendo ellos [los gobernantes y ancianos de Israel] el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús”.

Amado, elige priorizar la presencia del Señor dondequiera que estés. Experimentarás la evidencia innegable de Su presencia en tu vida.

Este devocional está tomado del libro “100 días de Favor-lecturas diarias de favor inmerecido”. de Joseph Price.

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