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CRISTO COMPLETO Y CRISTO FORMÁNDOSE EN CADA UNO CARTAS A TEÓFILO - Por Juan Luis Molina


Amado Teófilo,

Si, es cierto y verdadero: La misma medida de Cristo recibimos cada hijo de Dios el día que renacemos. Nadie le puede acrecentar ni sustraer nada a la Nueva Criatura. Esta Nueva Creación ya viene perfecta y completa. Totalmente equipada así por el Padre de todos los espíritus. Todo lo que hace el Espíritu Santo es perfecto. Sin mancha ni arruga. Y además, ya viene sin defecto alguno ese espíritu, y nadie lo puede deteriorar. La vida de Cristo es eterna desde el primer momento en que se recibe. La unción del Santo es la medida justa, remecida y rebosante que cada miembro recibe en el Cuerpo de la Iglesia. Cuando en Su Cuerpo es injertado uno de Sus miembros, la savia de Cristo recorre y renueva todo el Cuerpo. Todos los miembros al mismo tiempo son regados con la vida que fluye desde la Cabeza, y el movimiento que está produciendo esta unidad celestial del Cuerpo de Cristo, el poder que está ejercitando en el orbe,  se hace cada día más patente en la vida de los que viven por Su fe. La Voluntad Divina se ha derramado a través de Cristo. Cristo es un caudal ilimitado de vida interior. Nadie le puede acrecentar o sustraer nada, al poder completo y perfecto que mana de nuestro Cristo.  

 Así que no hay "dobles medidas" ni "medias medidas" en Cristo. En otros "espíritus" provenientes de Dios si había medidas y cantidades, ¡pero en Cristo no! Por ejemplo, en el espíritu de Eliseo, venía una doble medida o porción de espíritu que la que poseía Elías. Y esto no es de extrañar. Uno es el "espíritu" limitado, condicionado y circunstancial de Dios, que empleaba con las gentes que vivieron en las pasadas administraciones desde la Caída del hombre; y otro "muy diferente" es el espíritu ilimitado y eterno de Cristo que Dios ha derramado sobre todos Sus hijos desde Pentecostés. No podemos confundirnos, ni creer que la vida de Cristo pueda ser la vida del mismo espíritu que recibieron los hijos de Jacob. Por ponerte un ejemplo: aquel espíritu que Dios empleaba para comunicarse con sus profetas anteriores a Cristo, era circunstancial, condicionado y limitado, por eso David le suplica a Jehová, rogándole que no lo apartara de su vida. El único deseo que tenía era que Dios le mantuviese Su "lámpara" encendida.  Un cristiano hoy en día no puede orar así, no está disponible pedirle a Dios que te mantenga Su espíritu de Cristo, porque en nosotros dice Dios que depositó una "semilla incorruptible." No, ¡no puede ser así! Orar al Padre para que mantenga nuestro espíritu de Cristo, o que lo fortalezca, es igual de estúpido que pedirle al padre terrenal, que siga siendo nuestro padre para toda su vida. Al padre terrenal le sentaría muy mal que cualquiera de sus hijos le hiciese esta súplica. A nuestro Padre Celestial le provoca "dolores de parto" que por fe no veamos que estamos completos en Su Cristo. Es muy vivo y enfático hablando algunas veces nuestro Abba Padre. Yo creo que eso sucede cuando quiere decirnos algo resonante. Algo que acabe por fin con todas las dudas y oscuridades miserables que pueblan nuestras persuasiones.  Hay muchos que así le repiten al Padre siempre este pedido. Muchos le piden al Padre, que les fortalezca Su espíritu dentro de ellos. Pero, ¿cómo sería posible que Dios le diese más poder y fuerza al ser más hermoso y perfecto de toda Su Creación. De Cristo dice el Creador que lo hizo "un poco menor que Él", así que de ti puedes pensar lo mismo. Esto es mansedumbre: aceptar de Dios lo que nos diga de Su Boca, aunque sea mucho más alto y más profundo que lo que podemos alcanzar, con "nuestro entendimiento". De Su Cristo dice Dios que lo revistió con todas Sus riquezas celestiales, cuando le levantó de los muertos hace ahora unos dos mil años atrás. Tú estás injertado plenamente al poder más grande que existe en el universo. No debemos atrevernos a pedirle al Padre que nos incremente Su poder en nosotros, sino que somos nosotros los que debemos con-formarnos mansa y humildemente con lo que en la Unción del Santo nos enseña Dios.      

Si alguno no se con-formaa Cristo, y decide seguir viviendo a través de sus cinco sentidos por la energía que proviene de su propia vida terrenal, y no por la del Cielo por la fe sola,  es cierto y verdadero también: el Padre de todos los espíritus, también le inspiró a Pablo a escribir a la iglesia de Galacia a los que "pronto se alejaron del que los llamó por la gracia de Cristo, y les arengó diciendo: "sufro dolores de parto, hasta que Cristo SE FORME en vosotros." ¿Cómo se combina o encaja todo esto? Esto parece decir que Cristo, el Cuerpo celestial completamente perfecto, no tiene un tiempo determinado para revelarse, como es, en cada uno de los miembros. No dice que para unos Cristo ya está completo y perfecto, y que en otros este en periodo de formación. No puede ser así. Sabemos que, cada uno de los miembros del Cuerpo, es una copia perfecta de la vida de Cristo Jesús. Pero hablando con estos miembros en particular, les dice el espíritu a través del apóstol que sufre dolores de parto por ellos..."hasta que Cristo se forme del todo en vosotros". ¿Tenían estos la misma medida de Cristo, que reciben todos los miembros el día que son renacidos? ¿O Tendrá Dios dos pesos y dos medidas con Sus hijos? ¿Será posible que Dios se dirija de manera diferente, a dos miembros coherederos y partícipes de la misma vida de Cristo?

Para responder a esta pregunta, tenemos que tener bien presente dos cosas. A saber: Una cosa es el punto de vista de Dios. Como Dios ve las cosas. Pero otra cosa muy diferente es como acepta cada hombre lo que Dios le ofrece. Todo acabará conforme lo ve Dios, y a los ojos de Dios todos y cada uno de Sus hijos ya están, y son perfectos y completos.  Eso es más cierto que nada, y podemos manifestarlo por la fe solamente. Pero eso no significa que hoy, que "todavía" está vigente "el día del hombre", todo hombre decida anularse a sí mismo  para dejar salir la vida por él de Cristo. Todavía puede el hombre seguir gobernándose por su vida de alma si así lo desea. Habrá un día, y ya está muy cerca,  en que la voluntad del hombre se extinga y perecerá, y comenzará a levantarse el reinado de la voluntad de Dios sobre la tierra. En ese Día Glorioso, todas las suposiciones y voluntades de los hombres serán abatidas, y la Voluntad y la Gloria de Dios será erguida delante de toda carne. Por eso precisamente a todos Sus hijos nos dice Dios que todo hombre acabará arrodillándose a los pies del Nombre que anunciamos. Nosotros lo único que hemos hecho ha sido "arrodillarnos" antes, de que eso suceda.  Esa Voluntad y Gloria, aunque un día será obligatoria, hoy en día solo se hace disponible "por completo" en los que se humillen a sí mismos, y permitan vivir a Cristo completo y perfecto a través de ellos. 

Es cierto y verdadero,  no hay que esperar que acabe "el día del hombre" y sea sustituido por "el Día del Señor" para ver TODASLASCOSAS. Para ver lo que está sucediendo arriba en el Cielo, y para comprobar cómo se va cumpliendo Su Voluntad aquí sobre la tierra, sólo es necesario revestirse de los sentidos de Cristo POR LA FE SOLA.  Según esto, si esto es cierto, lo que Dios nos avisa con respecto a la formación de Cristo en cada uno, se refiere al punto en que cada uno quiera ver a Cristo formado dentro suyo: Es decir, que aunque ya esté completo en todos, no todos se conformarán a Su Energía y Poder, sino que muchos le mezclarán sus materiales carnales "buenos" a sus propios ojos, y aguarán el producto completo hasta que venga Cristo. Pero cuando venga Cristo ya no podrá aguarse su Vino Gran Reserva, ni tampoco podrá nadie ponerle encima henos, pajas, ni hojarascas pensando que sobre él edifica.  Hoy cada uno debe mirar como sobreedifica, según dice Dios por boca del apóstol a los Corintios, una iglesia donde Cristo no acababa de formarse, porque seguían mirando a los hombres. Hay miembros que se niegan a sí mismos, del todo, para dejar vivir completamente  a Cristo dentro de ellos. Son miembros que se mantienen mirando a Dios en Cristo desde que renacen. Pero hay miembros que deciden enterrar "Su talento" en la tierra hasta que venga el Banquero en las nubes. Para estos que no "invierten Su Talento", dice Dios que "sufre con dolores de parto". Es decir, para los que teniendo ya formado y completamente confirmado que son una Nueva Creación, se vuelven atrás - entierran a Cristo en ellos y desentierran los "viejos rudimentos de la carne". Para estos se empleó este símil Divino, de los "dolores de parto". A Dios nuestro Abba Le "retuercen de dolor" los dolores que pasa “el gusano”, hasta que se convierte en “mariposa”. Pero luego que Cristo se forma del todo en nosotros, todo ese dolor se Le olvida a nuestra Nodriza, viendo que ha salido de su vientre - una Nueva Criatura.

"Dolores de parto" es una figura literaria de Dios, hablando de los que, habiéndoles sido ofrecido la Gracia, se caen y se revuelcan en el cieno de la ley y de las obras. Son como los cerdos. Como los perros que se vuelven a su vómito. Todas estas expresiones son referidas por "aplicación" a los que habiéndoseles presentado Cristo con pruebas indubitables, se vuelven después a los rudimentos de la carne. Mucho le cuesta ver a Dios a cualquiera de Sus hijos perderse estos beneficios y riquezas celestiales ahora, que son suyos por derecho de Sangre ahora.

  "Hasta que se forme" es una expresión  que se conecta Divinamente con la "crisálida" particular y especial de Romanos 12, donde ocurre la "metamorfosis de cada uno". El hecho de que a los ojos de Dios esta Nueva Criatura ya venga completa y sea perfecta, no significa que todos los miembros le permitan a Dios ahora que vaya produciendo en ellos esa transformación. Esa mudanza es imprescindible para que pueda dársenos a conocer Dios. Habrá quien lo acepte de buen agrado y mansamente lo reciba la primera vez que lo escuche, y habrá quien decida retenerlo sólo después. Según decida cada uno, o Cristo la plenitud de Dios ya está formado, o tendrá que ser formado del todo (sin pajas, henos ni hojarascas carnales) en el Bema. En esa transformación que está disponible sumergirse ahora,  nos negamos DEL TODO a nosotros mismos. No existe un tiempo predeterminado y lineal para que suceda que “el gusano” se convierta en “Mariposa”. Algunos deciden apropiarse por la fe de todas las riquezas disponibles y se funden con Dios en ese mismo instante, pero otros se van “muriendo” progresivamente, convenciéndose gradualmente de lo que la Unción le dice, hasta que dejan también de tener cualquier confianza en la carne (suya o cualquiera de los hombres), y GRADUALMENTE también comienza Cristo a aparecer dentro de ellos por el otro lado de la crisálida. En cualquiera de los casos, sea instantánea o sea progresivamente, lo que sí que es cierto es que jamás se produce esa sunesis, sin que se derrita primero toda "grosura de carne" en el capullo. Este es el fuego del espíritu en que se bautiza cada creyente y sumerge en Cristo. Toda energía proveniente de la carne, aparece ahora ante nuestros ojos con su sentencia de muerte grabada en sí misma. No podrá jamás verse libre de su condena ningún hombre. La Redención con Dios del hombre tuvo que provenir del Cielo primero, y para hacer revivir la plenitud de Dios en cada uno de nosotros, cada uno de nosotros debe pasar por el fuego del espíritu todas sus propias persuasiones. Hay los que están dispuestos a introducirse en Su Horno de Fuego, que es Cristo en nosotros, de Cabeza, y hay sin embargo los que prefieren doblarse cuando escuchen todos los instrumentos sonando, y seguir "todavía" siendo esclavos "sensoriales."       

Todos los que no se conformen a que el espíritu de Cristo que hemos recibido es perfecto en cada uno (completamente, completamente, absolutamente completo), y poderoso y equipado con todo del Padre, intentan completarlo con "algo más" de su parte. O le sustraen o le añaden a Su Plenitud.


EL FUEGO DEL ESPÍRITU DERRITE TODA PAJA, HENO Y HOJARASCA 

Existe la Razón de Dios, y existe la razón humana. Hay un Cielo que no ha sido violado y una tierra maldita y Caída. En el inviolable Cielo, donde habita la Razón de Dios, se nos invita a dejar de lado "nuestra razón caída" para que podamos verlo todo en Cristo de nuevo. Cristo ve por la fe sola todo lo que le muestre el Padre. El Uno con el Otro encajan a la perfección y te enseñarán toda La Verdad. La Unción que todos y cada uno recibimos está dispuesta a enseñarnos TODASLASCOSAS.  Pero no podemos dejar que nuestra "vieja imaginación" vague a procura de luz alguna de lo Alto. La razón no puede mostrarnos alguna cosa del Padre. No pasará de ser mera especulación suponer que "nuestra razón" sea capaz de iluminarnos estos maravillosos secretos Divinos. Tiene que estar Del todo Cristo primero formado en nosotros.  En el punto de vista de Dios nosotros ya estamos completos en Cristo, equipados y armados para conocer todos Sus secretos. Ni tan siquiera precisamos de que berabé o pablo alguno nos siembre o riegue ya, sino que las raíces de Cristo se han expandido solas hasta la fuente de Su Padre, y será Cristo solo quien te riegue a cada instante con la sabiduría de lo alto. Ahora es Solo de Su Fuente que reciben toda su savia los miembros despiertos. Cristo Jesús se empapa de la Verdad del Padre y se la extiende a todos los miembros de Su Cuerpo por igual. Sin embargo, "todavía," hay miembros que han decidido prolongar sus propias vidas de carne y su razón, y están en su pleno derecho. Hasta que venga Cristo en las nubes, cada miembro tiene el derecho de decidir, y de seguir viviendo, si así lo prefiere, con su "viejo razonamiento" y, entonces, a esos miembros del Mismo Cuerpo de Cristo, nuestro Dios y Padre les habla de otra manera, y les dice que "sufre dolores de parto, hasta que  se forme del todo Cristo en ellos." Bajo el punto de vista de Dios, estos "creyentes" ya estaban perfectos y completos, pero no se había FORMADO EN ELLOS; porque ellos seguían con-formándose en "sus razonamientos," y prefirieron dejar a Cristo de lado.  ¿Entiendes ahora Teófilo? ¿Comprendes que, Si Cristo ya viene completo y en la misma medida para cada uno, Dios diga que "todavía" se debe FORMAR DEL TODO en algunos? -  No todos en el Cuerpo admiten que Cristo venga del todo completo, y entonces a esos, celosos por la ley, y las obras, y los sacrificios, y los méritos humanos... les dice Dios que Él Cristo YA VIENE COMPLETO DE SU PARTE, pero que deben dejar formarse en ellos el Cristo que SON AHORA por la fe sola. Todos los que no se conforman a Cristo es porque no creen que ya venga completo, y entonces se pasan la vida añadiendo o sustrayendo al espíritu con sus persuasiones carnales. Permite que Cristo se vaya formando en ti por la fe sola, y verás lo inútil que es la carne que heredamos de nuestros primeros padres. A los que no se dejan formar en Cristo, por las manos del Alfarero, los dejará el Alfarero que sigan andando en "sus propios razonamientos," hasta que se reblandezcan y pueda entonces sacar de ellos una Nueva Imagen, o hasta que regrese el Amado en las nubes. La Nueva Imagen QUE SOMOS ya la tiene muy bien pensada y realizada nuestro Alfarero, ya sabe como va a acabar cada una de Sus creaciones. Pero mientras tanto, el Alfarero se dedica a darle forma al barro ya más reblandecido, que se deja moldar del todo por la Razón de Padre. A este remanente de miembros del Cuerpo de Cristo, lo único que les dice y les repite el Padre (de mil maravillosas maneras) es: Tú quédate firme en la LIBERTAD COMPLETA Y PERFECTA que vive tu Cristo, y no te caigas jamás de esa Gracia. ¡Porque es tuya por derecho de Sangre!


CONCLUSIÓN

No podemos dejar de lado una verdad, y escoger la que más nos convenga. Tampoco debemos imaginar formas ingeniosas forzando una conexión entre algo "COMPLETAMENTE FORMADO" y algo "EN FORMACIÓN." Aquí existe una división, un corte Divino producido por el Espíritu Santo en Su Escritura. ¿Cómo vamos nosotros a resolver este dilema? ¡ De ninguna manera! Nosotros no podemos desvendar asuntos de lo Alto. Sólo el Espíritu sabe todas las cosas y corta con Su Palabra las coyunturas y los tuétanos.  No hay "cirujano terrenal" que consiga desvendar Sus dilemas. Primeramente Dios tiene toda la Verdad en Sí Mismo,  y se la revela, cuando Le place, solo a Su espíritu completo y formado en nosotros. La Unción del Santo es la que tiene que desvendar los "cortes" que  ha producido el Autor de todas las cosas. Desde que el Gran Secreto fue revelado sabemos que la "razón humana" acabó en la misma cruz que el "hombre viejo humano." Era una de sus corruptas herencias en Adán. La razón humana jamás hubiese podido desvendar a Dios. En el Cristo formado y completo de cada uno se enciende una hoguera muy eficaz, que derrite en un instante todo cuanto sea de paja o heno o de hojarasca. Cuando se nos enciende Cristo se deja automáticamente de lado "la razón" nuestra. Ya no podemos usarla como lámpara que nos ilumine los asuntos de Dios. Todos los que sigan empleando "SU propia razón antigua" procurando a Dios, cuando tienen consigo la Unción del Santo, verán "también" cara a cara, lo que Dios muestra en el espejo de Su espíritu ahora. No es que no esté formado y completo el Cristo en cada uno de los miembros, sino que los miembros tienen "todavía" la libertad de dejar vivir a Cristo por su tiesto de barro, o si prefiere seguir viviendo, hasta que el Amado aparezca en las nubes, con su propia energía de alma y su "buen razonamiento." 

Es por tanto cierto y verdadero. Existe el punto de vista Divino y perfecto, y tenemos la razón humana, y ambos están puestos como contrincantes y son enemigos entre sí.  Te puedo decir libremente que la mayor prostituta ante los ojos de nuestro Dios es "la razón" animal, terrenal y diabólica, porque con ella quieren comprar de Dios muchos hombres las riquezas divinas y la sabiduría de lo Alto. Pero las riquezas y la sabiduría celestial solo las otorga Dios de pura gracia en Cristo.  Esta "carnal razón" dice exactamente lo contrario, y es un obstáculo en la vida de muchos miembros del Cuerpo como las paredes de Jericó, hasta que no cayeron no pudo ser tomada la ciudad. 

¿Ves, Teófilo?, hay una realidad espiritual en el Cielo donde habita y se cobija nuestro Abba Padre, y existe la realidad sensorial del hombre. En ese maravilloso y majestuoso lugar que siempre le sirvió de morada a Dios no se le permite ver nada a los hombres, sólo en Cristo se pueden ver Sus escenarios. En ese majestuoso lugar, que Cristo ha comenzado a abrirnos,  se ha seguido sin interrupción alguna adorando a Dios desde antes de la Caída del hombre hasta ahora. Las "partes celestiales" que no cayeron con Satanás, como le sucedió a la "parte del hombre", se han mantenido en ese lugar sublime donde habita el Santísimo. Esta es la realidad que se nos descubre en Cristo, cuando apagamos nosotros todas "nuestras luces terrenales". ¡ Hay una verdad celestial que se abre en el Cristo formado y completo de cada uno, que nos asombra y nos hace caer del caballo! Créeme Teófilo que es asombrosa la Visión del Cristo en nosotros. Primeramente nos ciega del todo "nuestros sentidos" y nos quedamos como Pablo, esperando que algún ananías venga y nos abra los ojos. Este es un proceso que sufre todo el que ve ya Su Cristo formado y completo. El derretirse por completo en el fuego de Cristo es mucho más abrasador que aquel horno de fuego de Nabucodonosor.

El que Cristo se manifieste por completo, o que "todavía" tenga que formarse en algunos,  es por tanto una decisión personal de cada miembro.

En el amor del Padre,

Juan Luis Molina  



"Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de Sus manos" Salmos 19:1:



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