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EL APOCALIPSIS O "EL DIA DEL SEÑOR" - Por E.W Bullinger ( 7a. Publicación)



Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca. Apocalipsis 1:3

Por
E.W. Bullinger, D.D.
Segunda edición
(Revisada y corregida)
1909
Traducción al español por Juan Luis Molina
Con la colaboración de
Claudia Juárez Garbalena



La Gente de la Tierra
Capítulos. 2 y 3.
LAS EPÍSTOLAS A LAS SIETE IGLESIAS.
Ahora llegamos a los capítulos 2 y 3: en los cuales encontramos la verdadera interpretación y cumplimiento cuando se utilizan para instruir especialmente a la gente que se encuentre en la tierra durante el Día del Señor; para Israel, y específicamente para el Remanente.
Ya hemos hablado bastante acerca de este punto, para aclarar todo esto. Notaremos las constantes referencias que se hacen en estas Epístolas al estado o condiciones de las cosas descritas en este libro. Referencias que no pueden ser explicadas ni por la historia de la Iglesia ni por la tradición. Pero que están muy claras y son muy sencillas cuando las leemos a la luz de la historia futura, como proféticamente se registra en el Apocalipsis. La diferencia entre estas Epístolas y todas las demás Epístolas en el Nuevo Testamento es tan grande, que cualquiera se maravilla pensando cómo ha sido posible suponer que hayan sido dirigidas a la Iglesia de Dios, ¡a los miembros del Cuerpo de Cristo! Si no se nos hubiera llevado desde la infancia a creerlo así, jamás las hubiésemos tomado como si tuviesen cualquier cosa en común con aquellas que están dirigidas tanto en las primeras como en las posteriores Epístolas Paulinas. Absolutamente todo es diferente: las circunstancias, los puntos que sobresalen, las referencias al Antiguo Testamento, la terminología, la fraseología, el alcance que tiene, el estilo; todas las cosas apuntan hacia un diferente orden de cosas; sí, para una Dispensación diferente. No tienen nada dentro de ellas acerca de la Cristiandad como tal; nada tienen que ver con nuestra posición en Cristo; nada que pueda ser tomado, ni tan siquiera por medio de aplicación, como referente a nuestra posición actual que tenemos en Cristo; perfecta, y completa en Él. Nada que ver con “no hay ninguna condenación”, o el “nada podrá separarnos” de Romanos 8. Sino que todo aquí es aviso amenazador y reprensión. Las promesas solo se conceden a los “vencedores”, a “los que pasen la prueba” y los que “resistan hasta el fin.” Está muy claro que aquellos que están ahora siendo “bendecidos con todas las bendiciones espirituales en Cristo desde el cielo” (Efesios 1:3) no pueden ser los mismos que aquellos a quienes esta Epístola se dirige. Está escrita para los que están bajo el pacto de las obras, y no para aquellos que están en el pacto de la gracia. Y los que las interpretan como para la iglesia de Dios ahora, o rebajan mucho la posición que tienen realmente en Cristo, o la ignoran por completo.   
! No! nosotros tenemos bien presente nuestra propia verdad, la verdad que está escrita para  la iglesia por el Espíritu Santo a través de Pablo; y dejamos aquello que es igualmente verdad,  escrito por Cristo, a otras y diferentes Iglesias o Asambleas a través de Juan. Es muy poco probable que el pacto de las obras debajo del cual estas Asambleas se rigen  pueda coexistir, al mismo tiempo, con los que estén bajo el pacto de la gracia, vemos que la epístola de Apocalipsis debe ser confinada a una futura interpretación; en un futuro en donde todas estas expresiones, y referencias, y avisos y tratamientos, y promesas (de las cuales la historia no sabe nada), tengan y hallen su cumplimiento y alcancen la finalidad que tienen.
Haremos más comentarios sobre este tema cuando lleguemos a considerar las palabras de las Epístolas propiamente.
Antes que nada, observe la estructura de las siete Epístolas en su conjunto, y las siete lecciones basadas en las siete fases de la historia de Israel. Eso las separa en 3 y 4; los números por los cuales el 7 se divide siempre. En las tres primeras Epístolas las referencias se hacen a la historia de Israel, como se registra en el Antiguo Testamento, y son referencias al periodo cuando Israel se hallaba en el desierto. Todo Israel se halla incluido. En las cuatro últimas Epístolas, las referencias corresponden al periodo cuando el pueblo se hallaba en la Tierra, y a Israel y a Judá se les menciona alternadamente. 

LAS SIETE EPÍSTOLAS EN SU CONJUNTO.
(caps. 2 y 3)
El Desierto.
X | 1 | Éfeso.   Los Esponsales de Israel.
       
     2 | Esmirna.    La Prueba de Israel.
   
               3 | Pérgamo.  El fracaso de Israel.
El Territorio.
Y | 4 | Tiatira.  El Día de los Reyes de Israel.
                5 | Sardis.  La Destitución de Israel.
      6 | Filadelfia.  Los Días de los Reyes de Judá.
                7 | Laodicea.   La Destitución de Judá.

El fracaso es el gran tema; y las causas que llevaron a ese fracaso. Esta es la base de la gran lección que será necesaria como instrucción, para otro tiempo de Prueba, Examen y Tribulación; que finalizará, no en fracaso, sino en gloria.
Esta división entre tres y cuatro se señala posteriormente a través de la sentencia y la promesa con que acaban cada una de estas Epístolas. En las tres primeras, que se refieren al Desierto, la Promesa sigue a la Sentencia; mientras que en las cuatro últimas que se refieren al Territorio, el orden se revierte y la Sentencia sigue a la Promesa.
Ahora vamos a observar cada una de estas siete Epístolas por separado.

1.               LA PRIMERA EPÍSTOLA. — ÉFESO.
(2: 1-7.)
Cada Epístola, aunque la estructura de cada una varíe, está basada en el mismo plan general que tienen todas, es decir: La Introducción, consistente de lo que Cristo le mandó a Juan escribir, con un apropiado atributo tomado de la previa visión en el cap. 1. Y la Conclusión, consistente de los mandatos de Cristo a quien tenga oídos para oír; con Su promesa, cumplida en la última parte del libro. Entre estas (la Introducción y la Conclusión) tenemos el sujeto o tema principal de la propia Epístola. Aunque esta disposición general sea común en todas estas Epístolas, aun así, cada una tiene su propia y peculiar manera de exhibirla o mostrarla.  Las correspondencias y contrastes entre las Epístolas son dignas de señalar, formado una útil guía en su interrelación. Estos paralelismos nos muestran cuales son los puntos importantes que debemos tener en cuenta; y cuáles son los asuntos en los que debemos poner un énfasis o atención especial. En resumen, nos dan el peculiar alcance o cuadro completo y la llave para cada una de las Epístolas respectivamente, y aunque no sea esencial para los lectores estudiantes, sí son dignas de una particular atención. 
(1) 2: 1-7.
Éfeso
Introducción
A | c | 1-.  El mandamiento de Cristo a escribir.
   
         d | -1.  Los atributos de Cristo, 1: 20.
                Las Encomiendas
                B | e | 2-.  "Tus obras."
                        f | -2-.  “Y tu labor”.
                            g | -2-.  "Y tu paciencia."
                                h | -2-.  No puedes soportar.
                                    i | -2.  Mentiras.  Prueba.
                                    i 
| -2.  Mentiras. Prueba.
                                h
 | 3-.  Sufrimientos.
                            g
 | -3-. "Y has tenido paciencia."
                        f
 | -3-.  "Y has trabajado."
                    e
 | -3-.  Obras.  "Y no has desmallado."
               Reprensión
               B
 | j | 4.  Recriminación (...). Amor.
   
                     k | 5-.  Aviso.  "Recuerda."
                        k
 | -5.  Aviso.  "Arrepiéntete."
                   | j | 6.  Encomienda (...).  Aborrecer.
Conclusión
A
 | c | 7-.  El mandamiento de Cristo a oír.
         d | -7.  La promesa de Cristo.  "El Árbol de la Vida."
(Compare 22: 2, 14).
(1)               LA TRADUCCIÓN DE LA PRIMERA EPÍSTOLA  (2: I-7).
            EFESO.
2: 1. Escribe al ángel]  Como ya hemos visto antes, este es el oficial Shelach Tzibbur de la Sinagoga, el ministro presidente. Un título bien conocido de los lectores judíos, pero extraño para los oídos de los gentiles.
De la iglesia]  Como en Hechos 19: 32, 39, 41.  O Sinagoga. La A.V. traduce la Sinagoga griega en Santiago 2:2 como “Asamblea” en vez de Sinagoga; y en Santiago 5:14 “Iglesia” en vez de Asamblea. El primer pasaje (2:2) muestra cual era la naturaleza de la Asamblea que había en el cap. 5:14, y no hay ningún motivo para considerar que fuese diferente en Apocalipsis 2 y 3.
En Éfeso]  Nadie puede poner lado a lado esta Epístola con la que Pablo escribió a los Efesios, y pensar por un instante que pueda ser dirigida a la misma Asamblea. No es una cuestión de argumento o de opinión, sino que es un hecho adquirido. Si se leen las dos Epístolas, una después de la otra, se observa bien el estatuto de gracia  en la una, y el estatuto de las obras en la otra. Es cierto que Juan escribió algunos años después que lo hizo Pablo; pero aunque eso pueda afectar a la condición de la Asamblea, no puede mudar el fundamento o base del trato de Dios. Su pacto no ha cambiado. Sin embargo, aquí en la de Juan, todas las cosas han cambiado en cuanto al trato que emplea Dios, como veremos. En la Epístola de Pablo a la Iglesia de Dios en Éfeso, Dios les está hablando a aquellos que han alcanzado el grado más alto de privilegios y de la gracia. Aquí, sin embargo, no hay bendiciones ningunas, excepto para los vencedores.
El que tiene las siete estrellas en su diestra (1: 16), el que anda en medio de los siete candeleros de oro (1: 13) dice esto]   Aquí la referencia recae sobre Deuteronomio 23:14 con toda seguridad, donde su andar y su objetivo es el mismo que en el Día del Señor. “Porque Jehová tu Dios anda en medio de tu campamento, para librarte y para entregar a tus enemigos delante de ti; por tanto, tu campamento ha de ser santo, para que él no vea en ti cosa inmunda, y se vuelva de en pos de ti”. Aquí, Cristo tiene un andar de acuerdo al que manifiesta en Levítico 26:12. Y sus ojos exponen las cosas inmundas en el campamento de estas Asambleas.
2. Yo conozco tus obras] Este es el principio sobre el cual el Señor tratará con el Remanente de Israel en el Día del Señor. Vea Isaías 66:18: Porque yo conozco sus obras y sus pensamientos; tiempo vendrá para juntar a todas las naciones y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria”.  El contexto en los dos versículos anteriores (15-17) muestra la naturaleza de estas “obras” y el tiempo de los tratos de Dios con ellos. La forma de tratar a Su pueblo  según el pacto de las obras. La mayoría de las Epístolas comienzan con el estatuto de este hecho, el de las “obras,” de Isaías 66:18.
Y* tu arduo trabajo y paciencia]  (3: 3). Esta es la paciencia referida en 13:10: “Aquí está la paciencia de los santos”; 14:12: “Aquí está la paciencia de los santos, y de los que guardan los mandamientos (las “obras” referidas) de Dios, y la fe de Jesús.”  Lo que se refiere y declara en esta Epístola es el estado o condición de las cosas en el Día venidero, cuando llegue la hora de cumplirse las cosas escritas en este Libro.
* L.T.Tr.A. WH. y RV. omiten "tu". 
Y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos:
3. Y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.
4. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor] Esto es muy enfático. Lit., es "tú amor- tú primer amor”. Lo que aquí tenemos es una referencia a Jeremías 2: 1 y 2, donde Dios le mandó a Jeremías que comenzase su profecía llamando su atención sobre este mismo hecho: “Anda, y clama a los oídos de Jerusalén, diciendo, Así dice Jehová: me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto”.  Este era el día referido en Ezequiel 16:8-10, etc.: el día en que Jehová extenderá Su amor sobre ellos y los escogió, no por causa de su multitud en número, “sino por cuanto Jehová (el SEÑOR) os amó” (Deuteronomio 7:7-9). Vea arriba, bajo la expresión en 1:5, “por medio de aquel que nos amó.”
5. Recuerda, por tanto, de donde has caído, y arrepiéntete] Este es un lenguaje extraño si estuviese dirigido a aquellos que han sido “bendecidos con toda las bendiciones espirituales en los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1:3). Nada puede impedir tales bendiciones; porque ya se encuentran en los lugares celestiales, en Cristo, donde nadie puede tocarlas o menguarlas. Ningún tipo de arrepentimiento las gana o alcanza, porque son una dádiva de Dios para Su iglesia; y Sus dones y llamamientos no tienen arrepentimiento y son irrevocables (Romanos 11:29). ¡ No! La Asamblea a la que se dirigen tales palabras no puede ser la Asamblea a la que se dirige el Espíritu Santo a través de Pablo.
Y haz las primeras obras, pues si no, vendré pronto a ti, * y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido] Él ya había venido anteriormente, en Su primer Adviento, procurando frutos, pero no los halló. Ahora vuelve a venir de nuevo, y el clamor vuelve a repetirse una vez más: “Arrepentíos”; porque, aquel que viene está cercano. Arrepentirse es ´la primera obra´. Es la condición fundamental para que la nación de Israel reciba la bendición. Es la esencia de la proclamación del Rey y del Reino. El ministerio de Juan el Bautista (Mateo 4:17), del propio Cristo (Mateo 4:17), y también el de Pedro (Hechos: 2:38; 3:39), estaban todos sellados con esta palabra “Arrepentíos”. Esta es la “primera obra” que tiene que hacerse, el primer paso que tiene que ser dado teniendo en vista la bendición a la nación. Vea Levítico 26:40-42. 1ª Reyes 8:33, 35, 37. Deuteronomio 30:1-3. Daniel 9:3, 4. Zacarías 1:3; etc.  
* Omiten "pronto," L.T.Tr.A. WH. y RV.
6. Pero tienes esto, que aborreces la obra de los nicolaítas, las cuales también aborrezco]   Los nicolaítas son mencionados de nuevo en el vers. 15. En la historia no se conoce definitivamente nada acerca de algún pueblo con ese nombre durante la era primitiva de la Cristiandad. La tradición dice muchas cosas; pero todo lo que dice es tan conflictivo e incierto, que la mayoría de los comentadores resuelve el problema diciendo que es un nombre simbólico (como hacen también de Balaam en 2:14, 15, y de Jezabel en 2:20). Lo interpretan por su etimología – (…) (nikos) conquistador  y (laos) pueblo. Si hay verdad alguna en todo esto, es mejor dejarlo hasta “aquel día”, cuando se manifiesten los significados de los acontecimientos  
7. El que tiene oído, oiga] Nadie sino el Señor Jesús ha empleado jamás esta frase. En catorce ocasiones la utilizó. Y siempre hablando acerca del gran cambio de Dispensación que iba a tener lugar. Se conecta por tanto con la verdad Dispensacional. En seis ocasiones (el número del hombre) en los Evangelios la empleó siendo el Hijo del Hombre; y ocho veces (el número Dominical) en Apocalipsis, siendo el Señor ascendido hablando desde el cielo: aquí, al cierre de cada una de estas siete Epístolas, y una vez en el cap. 13:9. *

* Vea Nombres y Títulos Divinos por el mismo autor y editora.
Lo que el Espíritu dice (o está diciendo)  a las Iglesias] En Apocalipsis 19:10 se nos dice que “el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”; esto es, el profético testimonio referido por el Propio Cristo; o el testimonio dicho por Su siervo Juan, o por el angélico mensajero concerniente a Aquel quien se dirige a estas Iglesias en este Libro.
Al que venciere] Este es un lenguaje totalmente extraño al de las Epístolas escritas por Pablo. Los miembros del Cuerpo de Cristo han triunfado ya sobre todas las cosas “en Cristo.” Ya son “más que vencedores por medio de Aquel que nos amó” (Romanos 8:37). Aquellos que son los destinatarios aquí, serán los que vivan en el día de la Bestia, en medio de la gran Tribulación y entre ellos habrá algunos que “resistirán hasta el final.” De algunos leemos que “la Bestia…hará guerra contra ellos, y los vencerá, y los matará” (11:7). De otros se dice que lo han vencido (al acusador de los hermanos) por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte” (11:7). De otros una vez más, “se le permitió (a la Bestia) hacer guerra contra los santos, y vencerlos” (13:7). Por eso se vuelve a repetir la promesa en 21:7: “El que venciere heredará todas las cosas”. El Apocalipsis está lleno de avisos a los vencedores. No menos de dieciséis veces tenemos el verbo  (...) (nikao), conquistar, o vencer. Los vencedores que son destinatarios al cierre de cada una de estas Epístolas permanecerán vivos en los días que se  refieren en este pasaje. Serán los especiales vencedores que resistirán hasta el final a una forma maligna específica. Son como aquellos de quienes se profetizó en Isaías 66:5: “Oíd palabra de Jehová (SEÑOR), vosotros los que tembláis a Su palabra: vuestros hermanos que os aborrecen, y os echan fuera por causa de mi nombre, dijeron: Jehová sea glorificado. Pero Él se mostrará para alegría vuestra, y ellos serán confundidos”.  Son también de los que se dice en Daniel 11:32 ser “el pueblo que conoce a Su Dios y se esforzará y actuará”. En Mateo 24:13, son aquellos que “perseverarán hasta el final.” Compare con Mateo 10:22.
Le daré de comer del Árbol de la Vida, el cual está en medio del* Paraíso de Dios] Para saber más acerca de las promesas de las siete Epístolas en su conjunto, vea las promesas a las Siete Iglesias]. Esta primera promesa se cumple en 22:14, donde se emplea el artículo “el  árbol de la vida”, y se refiere específicamente a los vencedores. El Árbol mencionado en el versículo 2 y en Ezequiel 47:12 es otro árbol o árboles (sin el artículo) para la sanidad de las naciones durante la era del Milenio.
* Todos los Textos Críticos, y RV., omiten las palabras “en medio del”.
Esta promesa, aquí, se refiere a la Nueva Tierra, cuando la maldición haya sido quitada de en medio, y la totalidad de la Tierra haya sido restaurada en el Paraíso de Dios. Este fue el Paraíso al cual Pablo fue arrebatado (2ª Corintios 12:4); y este mismo también es el “Tercer Cielo” (y Tierra). La primera se inundo de agua y pereció (2ª  Pedro 3: 6 y Gn. 1: 2). Los segundos  Cielos y Tierra son estos actuales “que existen ahora” (2ª  Pedro 3: 7), y que serán derretidos en fuego (2ª  Pedro 3: 10). Los terceros son aquellos por los cuales esperamos, los Nuevos Cielos y la Nueva Tierra (Paraíso restaurado) (2ª  Pedro 3: 13 y Ap. Caps. 21, y 22.).
A este tercer cielo y Paraíso fue arrebatado Pablo en visión. Este fue el Paraíso que Juan también vio; y acerca del cual se le mandó que escribiese, lo que a Pablo no se le permitió decir. Este Paraíso de la Nueva Tierra, que caracterizará al Reino, fue referido por el Señor Jesús en su respuesta al ladrón en la hora de su muerte: “Señor, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.” “De cierto, de cierto te digo hoy, (es decir, en este día de vergüenza y muerte, por encima del cual vemos por los ojos de la fe) que estarás conmigo en el Paraíso.” Esta promesa se cumplirá para él, de la misma manera que un vencedor. Su fe venció las circunstancias; y creyó maravillosamente, a pesar de todo el horrendo escenario de aquel día, que Jesús era el “Señor”, y que volvería a venir en Su Reino. Para él, como un vencedor, fue la promesa de aquel futuro Paraíso ofrecida; de igual manera que en este libro se ofrece a los que venzan por la misma fe.

2.      LA SEGUNDA EPÍSTOLA. — ESMIRNA.
(2: 8-11.)
La Segunda Epístola fue dirigida al ángel de la Iglesia en Esmirna. Se caracteriza por un periodo definido de prueba mencionado de “diez días,” y corresponde a la segunda fase de la historia de Israel, que estuvo caracterizado por un periodo también definido de prueba – “cuarenta años”. La primera Epístola (Éfeso) comienza con una referencia al día de los Esponsales de Israel, y recuerda a aquellas personas su “primer amor”. La segunda (Esmirna), en sus definidos días de prueba, nos recuerda el periodo definido de  cuarenta años en el desierto.
Su estructura es tan sencilla y clara, como hermosa.

(2) 2: 8-11.  Esmirna
Introducción
(2)| a | d | 8-. El mandamiento de Cristo a escribir.
                e | -8.  Atributos de Cristo, 1: 18.
                    En ellos mismos
                    b | f | 9-.  Sufrimientos
                            g | -9-.  Contraste (...).     
                  De otros
                      f | -9-.  Sufrimientos.
                            g
 | -9.  Contraste (...).
                                        c | 10-.  Ánimo e incentivos. "No temas," etc.
                    De otros
                    b
 | h | -10-.  Sufrimientos. "Estas cosas"...
                                i | -10-.  Lugar. (Prisión).  "He aquí"...
                         En ellos mismos  
                         h | -10-.  Sufrimiento.  Prueba.  "Para que seáis"...
                                i
 | -10-.  Tiempo.  Diez días.  "Y tendréis"...
                                        c
 | -10.  Ánimo.  "Sé fiel"...
   Conclusión  
   a | d | 11-. El mandamiento de Cristo a las Iglesias a oír.
   
               e | -11.  La promesa de Cristo.  No hay segunda muerte.  Compare 20: 6, 14.

8. Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: el primero y el postrero, (el que estuvo muerto y vivió), dice esto:] Este, como ya hemos visto, es uno de los títulos empleados en la introducción (1:17); como se usa en el Antiguo Testamento, de la Deidad. (Is. 41: 4; 44: 6; 48: 12.).
El que estuvo (lit., llegó a estar) muerto, y vivió (volvió a vivir)]   (1: 17, 18) El verbo (...) (ezesen) significa más que meramente vivir o estar vivo. (Vea Ro. 14: 9. Ap.13: 14 (donde se emplea para darnos a conocer a la Bestia revivida);   20: 4, 5.  Significa Volver de nuevo a la vida en resurrección de vida. Vea Juan 4: 50. Marcos 16: 11.
9. Yo conozco tu tribulación, y tu pobreza] Aquí se describe la causa de 13:16, 17, porque cuando la Bestia no les permita comprar ni vender,  deben necesariamente sufrir una gran pobreza.   
Pero tú eres rico]  Pobre en un sentido, y sin embargo rico en otro sentido distinto. 
Y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás] ¿Cuándo ha habido alguna vez gente que diga ser judía para poder frecuentar una iglesia Cristiana? Tal anormalidad jamás se ha escuchado. Sólo estás palabras, por sí mismas, ya serían suficientes para probar el verdadero carácter judío de estas iglesias. Las palabras no tendrían sentido alguno si estos versículos no estuviesen hablando de aquellos quienes, por algún otro motivo (tal vez para traicionar, tal vez por ganancia deshonesta), de manera hipócrita afirmarán que son judíos cuando en realidad no lo son.  
10. No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el Diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días] ¿Qué otra tribulación podría ser esta, si no exactamente aquella que predijo el Señor en Mateo 10:22? “Y seréis aborrecidos por todos por causa de mi nombre; más el que persevere hasta el fin, este será salvo.” Compare Mateo 24:9, 10, y Juan 16:1-4. En estos pasajes se mencionan estas mismas tribulaciones; y en Apocalipsis 13:5-7 vemos las mismas circunstancias descritas, por las cuales tendrán que pasar aquellos a quienes se dirige. En este caso en particular, la tribulación se limita a “diez días”. ¿Y por qué no? ¿Por qué tendríamos que darle un significado distinto de aquel que tiene realmente? En Ester 3:13 salió un decreto ordenado que la nación entera fuese destruida “en un solo día”. ¿Por qué no puede haber en esos días un decreto que sea de “diez días? Hoy en día,  aun en nuestro tiempo, oímos hablar de los judíos en Rusia, Rumanía y por todas partes, que son maltratados durante días y días, y están sufriendo persecución. ¿Por qué no se referiría esos “diez días” a un cierto y definido periodo de tribulación? ¿Para qué introducir obstáculos en este Libro imaginándonos algo completamente diferente de lo que Dios dice y describe con tanta precisión? Moses Stuart es un ejemplo de esta perversión. Él escribió: “El lector debe tener bien presente el uso del número simbólico en este caso, porque el número exacto y literal de días por el contrario, yo creo, no lo sabe nadie.”  Este comentarista cree en vano, pues nosotros insistimos en creer que Dios quiere decir lo que dice. Si nos equivocamos con esto, entonces preferimos estar equivocados, de aquí en adelante, en esta sencilla fe, antes que Dios nos reprenda por haber preferido creer a los hombres. Cuando Dios dice (Génesis 7:4): “Porque pasados aun siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches,” quiere decir días, y no años. Vea vers. 10: “Y sucedió que al séptimo día”; y vea el versículo 12. Cuando José dijo, por el espíritu de profecía: “Los tres sarmientos son tres días. Al cabo de tres días levantará el Faraón tu cabeza,” quiso decir “días” y no “años”; porque leemos: “Y sucedió al tercer día, etc.” Vea Génesis 40:12, 13, 20. Lo mismo sucede con el periodo en el desierto. Números: 14:33; “cuarenta días” significa cuarenta días, y “cuarenta años” significa cuarenta años. Igual con Jonás; y el Señor, Mateo 12:40. Igual también con Ezequiel, 4:1-8.   
Se (lit., permanece siendo) fiel hasta la muerte]  Probablemente significa una muerte violenta.
Y yo te daré la corona de vida] Aquí no se encuentra el estatuto de la iglesia de Dios. Esta posición no depende de nuestra fidelidad, sino de la fidelidad de Aquel que nos ha ofrecido la vida en Sí Mismo – vida eterna. Esta vida no se basa en condiciones sino en el don irrevocable de Dios en Cristo. Compare la Epístola dirigida “a las doce Tribus”, en Santiago 1:1. Los fieles aquí mencionados se refieren a aquellos que son el tema principal o sujeto de 20:4.  
1l. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. El que venciere no sufrirá daño de la segunda muerte] Esto mismo se menciona de nuevo en 20:6, 14; y 21:8, como el cumplimiento de esta promesa en aquellos que pasen a través de la Gran Tribulación y que no adoren a la Bestia ni reciban su marca. Aquellos que sean fieles hasta la muerte, y sufran de muerte violenta, por amor a Cristo, se les ha prometido que “no sufrirán la segunda muerte”, la cual terminará destruyendo finalmente a sus enemigos.
Observe cómo el título de Cristo en el vers.8 (“Yo soy el que estuvo muerto y vivió”) concuerda con la exhortación del vers. 10 “Se fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de vida”), y con la promesa del vers.11 (“no sufrirá daño de la segunda muerte”).    

3. LA TERCERA EPÍSTOLA. —PÉRGAMO. 
(2: 12-17.)
En la Epístola a la Iglesia en Pérgamo, las ilustraciones al Antiguo Testamento son de un periodo subsecuente de las experiencias de Israel en el desierto. Balaam y Balak se emplean para ilustrar las circunstancias especiales de esta Asamblea; cuya correspondencia y configuración se encuentran presentes también en “el día del Señor”. Es la última de las tres Epístolas cuyas referencias del Antiguo Testamento son a Israel y al periodo en el Desierto. En la primera teníamos los Esponsales de Israel; en la segunda teníamos la Prueba y Tribulación; ahora, aquí, en la tercera, tenemos el Fracaso de Israel. Este fracaso está señalado muy claramente en la Epístola a Pérgamo. El tono predominante de la Epístola es de Incriminación. Se dan dos solemnes avisos, y se hace un llamado al “Arrepentimiento,” con una amenaza de la espada de Su boca.
Esto se podrá observar claramente exhibido en la Estructura de la Epístola de la siguiente manera:
(3) 2: 12-17.  Pérgamo.
Introducción
(3) a | c | 12-.  El mandamiento de Cristo a escribir.
                d | -12.  Atributos de Cristo. (1: 16.)
                    Encomiendas
                    
b | e | 13-.  Obras.  General.
                            f | -13-.  Lugar.  (...)
                         e | -13-.  Obras.  Particular.
                            f
 | -13.  Lugar. (...)
                                 Reprensión
                                 g | 14-.  Incriminación.  "Tengo contra ti," &c.
                                        h | i | -14-.  Balaam. (...)
                                                k | -14.  Descripción.  "Que enseñaba", &c.
                                        h
 | i | 15-.  Nicolaítas. (...)
                                                k
 | -15.  Descripción.  "Y también," &c.
                                 g | 16.  Aviso.  "Arrepiéntete; o vendré a ti," &c.
       Conclusión
        | c | 17-.  El mandamiento de Cristo a las Iglesias a oír.
                d
 | -17.  La promesa de Cristo.  "Maná".  "Un Nuevo Nombre".  (Compare 8: 13-17; 19: 12).

2: 12. Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: el que tiene la espada aguda de dos filos dice] Este atributo de Cristo se toma de 1:16. Se emplea aquí y al cierre de la Epístola (2:16), debido a que “el error de Balaam” fue ejecutado con espada. Vea Números 31:8, “También a Balaam mataron a espada” (Igual que en Josué 13:22). Por eso se hacen todas estas significativas referencias a la “espada” en esta epístola. En 1:16 la espada procede de la boca de Cristo, mostrándoles así ahora cómo, por la espada que proviene de Su boca, Él puede castigar y destruir. Por eso tienen que oírle. 
13. Yo conozco tus obras y* donde moras, donde está el trono de Satanás] Aquí tenemos una especial referencia a las escenas y circunstancia de Ap. 13:2, donde el Dragón le da a la Bestia” su poder, y su trono y gran autoridad.” En Ap.16:10: “el quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la Bestia”, etc. Así que en ese tiempo, en el Día del Señor, deberá haber un local especial en el cual el trono de Satanás se encuentre asentado en este mundo; y donde él y la Bestia reciban la adoración que siempre han procurado y deseado obtener de la humanidad. Este trono se hallará evidentemente en Pérgamo. Lo que se presagia allí será lo mismo que sucedía en la pasada historia del Imperio Romano, eso solo nos muestra la posibilidad de aquello en que todos creemos, cuando hablamos de que “la historia se repite.” Pérgamo fue el asiento de los misterios de la antigüedad, los cuales volverán a repetirse y a tener lugar nuevamente de una manera más baja y vil. Justo igual que el documento de Epifanio nos muestra cómo otro individuo acabará completamente, lo que él hizo sólo parcialmente.
   
* L.T.Tr.A. WH. & RV. Omiten las palabras  "tus obras, y."
Pero retienes mi nombre] al no recibir la marca o sello de la Bestia. Vea Ap. 11:18 (“que temen tu nombre”); y compare con 13:13-15. 2ª Ts. 2:11, 12.
Y no has negado mi fe, ni aun en los días* en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás.]  Aquí tenemos otra alusión a la futura y especial presencia de Satanás sobre la tierra en los días que aquí se refieren. En la historia no hallamos nada registrado acerca del tal Antipas. La tradición habla mucho últimamente de él, pero sus conflictivas divagaciones no nos sirven sino de confusión si las consideramos. Habrá muchos mártires en aquellos días; y aquí, uno de ellos se menciona por su nombre. Compare y vea Ap.6:9, 10; 13:10; 20:4, cuando el cumplimiento de las palabras del Señor se pongan de manifiesto. Mateo 24:9. Marcos 13:9. Lucas 21:12. Juan 15:29; 16:2. Estos son los días que específicamente se refieren en esta Epístola. No hay nada de nuevo en que en la profecía se nombre a una persona mucho antes de su manifestación personal (Vea 1ª Reyes 13:2. Isaías 44:28; 45:1). “El lugar donde Satanás habita” (13:2; 16:10) debe ser el lugar donde la persecución sea más cruel.
* T. omite "aun".  Tr. & A. la pone entre paréntesis como dudosa.
14. Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos y a cometer fornicación.] En lo que el pecado de Balaam consistía (Judas 11) se puede ver en Números 25:1, etc., y en 31:16, etc. Toda la escena tiene que ver con una idolatría de la peor especie, donde ¡la fornicación será instaurada como religión! y donde la religión se torne en fornicación, tal como eran y son todos los grandes  y vergonzosos sistemas de idolatría. Esa era la esencia de la idolatría en la antigüedad; y eso es precisamente lo que volverá a aparecer sobre la tierra. Si no es así ¿qué significan entonces las palabras en el cap. 9:20, 21? (Vea Pérgamo — El Periodo del Desierto).
15. Y también tienes a los que retienen la doctrina de los Nicolaítas (v. 6), la que yo aborrezco]
16. Por tanto, arrepiéntete; pues si no vendré pronto a ti, y pelearé contra ellos con la espada (v. 12)  de mi boca] Ya hemos visto anteriormente, cuan extraño sería este aviso y trato para los miembros de la Iglesia hoy en día, por otra parte, el actual cumplimiento de este trato lo vemos en el cap. 19:11-21.
17. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido] Esta promesa sigue el orden de la ilustración del Antiguo Testamento. (1) A Éfeso fue el árbol de la vida (Génesis 2). (2) A Esmirna fue el no sufrir la segunda muerte (Génesis 3). Ahora, aquí a Pérgamo, es el maná de Éxodo 16:32-34. Debemos recordar cómo los falsos profetas y maestros se alimentaban en la mesa de Jezabel (1ª Reyes 18:19). De igual manera estos falsos profetas serán sustentados por el Estado cuya cabeza será la propia Bestia. El remanente fiel de la simiente de la mujer será conducida de nuevo al desierto (12:13-17). Cuán hermoso será para aquellos que permanezcan, justo entonces, recordar que Dios puede ponerles mesa (no la de Jezabel) en el desierto (12:13-17) como lo hizo en la antigüedad (Salmos 78:19), cuando a los hombres se les dio a comer el pan de los ángeles y les envió carne en abundancia” (Samos 78:24, 25). Es con esta conexión que se da la promesa del maná. En Éxodo 16:34, 35 se nos dice que el maná se ofrece “hasta que entren y habiten en la tierra inhabitada.” Hasta entonces, Dios tiene que “enviarles maná” con el cual sustente a Su pueblo.
Y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre Nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que la recibe]. Este nuevo nombre para la nueva Israel es el sujeto principal de la profecía. Isaías 62:2 nos habla del tiempo cuando lo nombrará la boca del Señor: “te será puesto un nombre nuevo, que la boca de Jehová nombrará” (vea también Isaías 65:15). Ap. 19:11-16 es el cumplimiento de esta promesa. El significado del nombre todavía no ha sido revelado, pero su asociación con la “piedra blanca” nos recuerda que serán “un Reino de sacerdotes,” así que tendrán los signos externos del sacerdocio que Aarón también tenía (Éxodo 28:36 etc.). En la parte frontal de sus mitras había una lámina de oro “Santidad a Jehová”. Aquí, en vez de una lámina de oro, deberán tener una piedra blanca, en la cual habrá una inscripción equivalente a la de Aarón, con su nuevo nombre: así es como se distinguirán de manera enfática de aquellos que adorarán a la Bestia y reciban su marca en sus frentes.
Todos los que estén vivos en la tierra en aquellos días serán por tanto divididos en dos bandos opuestos y enemigos: la parte de la Bestia, y la del Cordero; cada una tendrá sus propia y distintiva marca o sello.
   
4                   LA CUARTA EPÍSTOLA. — TIATIRA.
(2: 18-29.)
Ahora llegamos a las cuatro últimas de estas siete Epístolas. En las tres primeras las referencias al Antiguo Testamento son del periodo del Desierto. En estas cuatro últimas, Israel y Judá aparecen alternadamente y las referencias son del periodo del Territorio. Israel viene primero; porque, la idolatría comenzó en las Diez Tribus, y estas tribus fueron las primeras en ser expulsadas del Territorio. Judá le siguió sus pasos, y fue posteriormente expulsada. La primera de estas cuatro Epístolas, por tanto, da la ilustración de la gran apostasía de Israel bajo Acab y Jezabel. Pocos se han dado cuenta de lo que significa esa apostasía; o cuál era su carácter y hasta dónde llegó. Jeroboam fue el primero que hizo pecar a Israel, pero llegó al colmo bajo el reinado de Acab y Jezabel. Bajo estos dos, la idolatría organizada de la más baja especie pasó a ser la religión del Estado, enemiga de la verdadera religión establecida en Jerusalén. Tenía su propio cuerpo sacerdotal, tan numeroso y poderoso que el profeta Elías fue enviado específicamente por Dios para pelear contra ellos, y para avisar al pueblo de la enormidad de la maldad. Elías tendrá que cumplir ese deber una vez más en medio de una corrupción similar y bajo peores circunstancias.
 La estructura de esta Epístola es elaborada, como lo fueron también las obras de aquella apostasía. Pero también es muy clara e indudable.


(4)  2: 18-29.  Tiatira.
Introducción
(4) | a | d | 18-.  El mandamiento de Cristo a escribir.
                e | -18.  Atributos de Cristo.  (1: 15.)
                    Encomiendas
                    
b | f 1 | 19-.  Obras. (General.)
                            g1 | -19-.  Particulares. (Amor, Servicio, Fe, Servicio.)
                         f 2 | -19-.  Obras. (General.)
                            g2 | -19.  Particulares.  "Y el último," &c.
                                    Amonestación
                                    La culpa.
                                    
c | h | 20.  Jezabel.
                                            i | 21.  Su obstinación.
                                    c |      i
 | 22.  Su castigo
                                         h | 
23. Las Asambleas.
                    Amonestación
                    La inocencia.
                    b | 
f 3 | 24-.  Personas. (General.)  "A vosotros y a los demás", &c.
                            g 3 | -24-.  Particulares.  "A cuantos tienen", &c.
                         
f 4 | -24.  Personas. (General.)  "No pondré sobre vosotros”
                            g 4 | 25.  Particulares.  "Pero lo que tenéis," &c.
                Conclusión
                  e | 26-28.  La promesa de Cristo.  Poder, &c.  (Compare 12: 4; 19: 15; 20:4)
    d | 29.  El mandamiento de Cristo a las iglesias para oír.
2: 18. Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El hijo de Dios (dice esto)]: 
Aquí, por primera vez, se nombra a la persona que está hablando directamente; y además le distingue por una característica. Tiene que ver con juicios Divinos, y con el Divino poder que se necesita para ejecutar esos juicios, y para realizar las promesas dadas en esta Epístola.  
El que tiene ojos como llama de fuego] Para detectar el mal y los hacedores de maldad. Este es el atributo de 1:14, 15; repetido en 19:12.   
Y sus pies semejantes al bronce bruñido] Esto nos habla del juicio venidero, cuando ponga a todos Sus enemigos por estrado de Sus pies.  Is. 63: 1-6; 41: 25; 14: 25. Vea también  Malaquías. 4: 3;  Daniel. 8: 7, 10; y compare Miqueas 4: 13.  Daniel 7: 19.   Dt. 33: 25. Job 40: 18.  El cumplimiento de todo esto se ve en el cap.19:13-15.  
19. Yo conozco tus obras y tu amor y tu fe *, y tu servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras] Todo aquí tiene que ver con “obras”, igual que ocurre con todas estas Epístolas; y también con tener paciencia y resistir en la Tribulación.   
*  El orden de estas palabras varía en los MSS.  G.L.T.A. WH. y RV. tienen " amor, fe y servicio.”  Tr. tiene "fe, amor y servicio.”
20. Pero tengo unas pocas cosas contra ti* que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos]. La referencia aquí es a 1ª Reyes 16:30-34. Todo el mal resalta en Jezabel (1ª Reyes 21:25). La enseñanza es la misma de Balaam, y de los Nicolaítas – sólo que más organizada, y en el nombre de la religión, y bajo los directos auspicios del Estado. Balaam se encontraba fuera de Israel; Jezabel está dentro. Esto es lo que sucederá en los días de la Bestia: y esto es por lo que se escriben estas exhortaciones, enseñanzas y avisos en estas Epístolas. No las comprendemos porque no estamos viviendo en esos días; por tanto, no podemos ni tan siquiera aplicarlas a nosotros mismos. Tres de las Iglesias son avisadas con respecto a este mal. Éfeso (2:16); Pérgamo (2:14, 15); y Tiatira (2:20).Y tenemos todas las evidencias en el Apocalipsis que nos muestran bien lo que será aquel especial tipo de maldad que habrá en los días del Anticristo sobre la tierra. Vea también 2ª  Reyes 9: 22, 30. Jeremías. 4: 30. Nahúm. 3: 4.
* G.L.T.Tr.A. WH. y RV. omiten "unas pocas cosas."
21. Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse (2:5) de su fornicación].  Debemos leer la historia en el libro de Reyes para poder entender esto; y ver y notar cómo se conecta con persecución. Vea 1ª Reyes 18:13, 14. Hace referencia a la mujer de Ap.17:1-4, y las escenas que están en esa altura sucediendo en la tierra. Compare cap. 18:3 y 8-10). También 9:20, 21.
22. He aquí, yo la arrojo en cama y en gran tribulación (Romanos 2:8, 9,16) a los que con ella adulteran (18:8-10), si no se arrepiente de las obras de ella].   El arrojar en cama, aquí, contrasta con Jezabel que fue “arrojada” por la ventana. Y se refiere a una cama de angustia y de juicio. El principio con el cual Dios tratará a Israel y al mundo se basará en recompensar y castigar “de acuerdo a las obras” (18:6); ese no es el principio con que trata con la Iglesia.
23. Y a sus hijos (Salmos. 137: 9) heriré de muerte (con la peste); y todas las asambleas sabrán  (o, llegarán a saber) que yo soy el que escudriña la mente y el corazón]. Compare Jer. 11: 20; 16: 10; 20: 12.   1ª Reyes 8: 59;  y 1a  Samuel. 16: 7;  y vea Ap. 11:18 y 22:12. Esta es la labor del “Hijo de Dios” (vers. 18). La palabra “muerte” aquí significa pestilencia, como en el cap. 6:8; 18:8; y 2ª Samuel 24:13.
Y os daré a cada uno según vuestras obras]. Vea Jeremías. 11: 20;  17: 10.   Salmos 7: 9;  62: 12.

24. Pero a vosotros y a los demás* que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás]. Dios tiene Sus cosas profundas, 1ª Corintios 2:10. Romanos 11:33. Pero aquí tenemos las “profundidades de Satanás.” Vemos algunas en Ap. 13, pero la verdadera “profundidad” se halla en convertir la más baja depravación en religión; y, bajo la pretensión de adoración a los ídolos (lo cual es suficientemente deplorable) legalizar y patrocinar los vicios más humillantes. Lea Isaías 28:14-18.
*  G.L.T.Tr.A. WH. y RV. omiten “y a”
No os impondré* otra carga]   o mensaje profético de juicio.  Vea 2ª  Reyes 9: 25, 26, y Isaías 13: 1.
* L.T.Tr.A. y RV. el tiempo presente en vez del futuro.
25. Pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga. 26. Al que venciere y guardare mis obras] Esto es, las guarden en sus pensamientos,  y ponderen sobre ellas y entiendan mis juicios. Vea acerca de la palabra “guardar” en  el cap. 1:3 y las referencias que allí dimos.
Hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones; 27. Y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre] Esta es una referencia inconfundible a las profecías del Antiguo Testamento tales como Salmos 2:7-9, y a las escenas que estarán ocurriendo en la tierra mencionadas en los caps. 12:10, y 19:15-21.
A tales desvaríos llegan los intérpretes que espiritualizan falsamente las profecías del Antiguo Testamento, robándoles así a quienes pertenecen, que no dudan en citar en la mayoría de las plataformas misioneras el Salmo 2:7-9 diciendo que habla de la propagación del evangelio. Pero hay mucha inconsistencia en este tipo de robo, porque al mismo tiempo que citan y claman las palabras del versículo 8: “Pídeme, y te daré por herencia las naciones,” se paran ahí, y no citan las palabras siguientes – “las quebrarás con vara de hierro, y las desmenuzarás como vasija de alfarero.”  Aquí tenemos la pregunta y la respuesta dada de Salmos 2:8, y en el versículo que estamos viendo: solamente aparece aquí, la promesa es para la Iglesia en Tiatira. Si esta fuese la Iglesia de Dios entonces aquí tendríamos su misión. Pero aunque la mayoría de los comentadores sostengan que Tiatira es una “iglesia” ellos no toman este desmenuzar y quebrantamiento como una misión de la Iglesia, ni “claman” que sea una promesa. Este hecho pone de manifiesto la inconsistencia de los populares principios de interpretación.
28. Y le daré la estrella de la mañana]  La promesa se cumple en Apocalipsis 22: 16. Pero la profecía se encuentra en Números 24:17, donde se conecta con Israel y con el día del juicio del Señor: “Saldrá estrella de Jacob, y se levantará cetro de Israel, y herirá las sienes de Moab, y destruirá a todos los hijos de Set.”
29. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias] Vea encima.
5.  LA QUINTA EPÍSTOLA. —SARDIS.
(3: 1-6)
En esta Epístola la referencia al Antiguo Testamento se hace al periodo de la destitución de Israel del Territorio. Donde, como reino separado de las Diez Tribus, su nombre es prácticamente desarraigado. En Deuteronomio 29 Dios declaró de aquellos que se separasen de Él “para servir a los dioses de las naciones” (vers. 18), que Él borraría también sus nombres de debajo del cielo (vers.20). Esto se cumplió primeramente en el caso de las Diez Tribus del Reino de Israel. El primero “que hizo pecar a Israel” fue Jeroboam. Así es como se conoce, por esta perífrasis. Esta es la marca por la cual es especialmente conocido. Cuando se formó el Reino de las Diez Tribus fue expulsado de Jerusalén y de la adoración que Dios había allí establecido. Un tipo de Religión será la base de gobierno, así como Jeroboam irguió su propia religión: y en un todavía futuro día la Bestia tendrá su propia religión universal; así como veremos. Un aviso similar, y por tanto, una enseñanza similar, será precisa para los que estén en la tierra en los días de los cuales trata el Apocalipsis. Por eso tenemos en la epístola la referencia a la expulsión de Israel del Territorio: -
Por lo tanto tenemos en la epístola la referencia a la remoción de Israel de la Tierra:
(5)   3: 1-6.  Sardis
Introducción
(5) | a | c | 1-.  El mandamiento de Cristo a escribir.
                d | -1-.  Atributo de Cristo.  (1: 4, 20)
                    Reprensión
                    
b | e | -1.  Incriminación
                            f | 2-.  Aviso  "Se vigilante."
                                g | -2.  Razón.
                            f
 | 3-.  Aviso.  "Acuérdate" and "Arrepiéntete."
                         e | -3.  Amenaza.   "Pues, si no,"
                    Encomienda
                     b | h | 4-.  Personas.  Encomienda.
                            i | -4-.  Carácter.  "Que no han," &c.
                            i
 | -4-.  Consecuencia.  "Y andarán," &c.
                        h | -4.  Personas.  Razón.
            Conclusión
            d | 
5. La Promesa de Cristo.  (Vestiduras blancas.  El Libro de la vida.  Compare 19: 8; 13: 8; 17: 8; 21: 12; 21: 27.)
    c
 | 6.  El mandamiento de Cristo a oír.

3:1.  Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: esto dice el que tiene los siete espíritus de Dios] Nosotros nos sometemos y afirmamos que el Espíritu Santo, una vez que es igual en todos los sentidos, y participe de la misma eternidad con el Padre y con el Hijo, no se puede hablar con propiedad como si fuese una posesión de Cristo; y colocado en los mismos pasos que las siete estrellas, que son los ángeles de las siete asambleas.
  Y las siete estrellas] Estos son los ángeles de las siete iglesias, y de ellos se ha dicho que pertenecen a Cristo (al igual que los siete espíritus) para castigar, expulsar o exaltar de acuerdo con su voluntad. En el cap. 5:6 leemos que “un Cordero en pie como inmolado, que tenía siete cuernos y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios.” De hecho, estos siete ángeles de las iglesias en la tierra, y los siete ángeles (o espíritus, vea en 1:4, y compare en Hebreos 1:7) en el cielo están conectados en conjunto de la manera más clara posible. Cuando leemos en este libro acerca de “los siete ángeles que estaban de pie delante de Dios” (8:2), y de las “siete candeleros ardiendo delante del trono, que son, (o representan) los siete espíritus de Dios,” ¿Qué otra cosa podríamos entender además de esto? Cuando Cristo habla de “tenerlos”, eso no significa que los tenga en posesión como si fuesen atributos, sino de tenerlos en Su poder para su empleo, disposición y mando.    
 Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives y estás muerto] ¿Cómo podría un lenguaje de este tipo, haber sido dirigido a aquellos que están en Cristo hoy en día?, si ellos no “tienen nombre de vivos”. Sino que Ellos viven “en Cristo”. Su posición no está en las obras; ni tampoco se puede decir de ellos en sentido alguno, “y estás muerto”. Todo lo contrario, cabría decir que ellos ya murieron del todo una vez en “delitos y pecados”, pero murieron en Cristo, y ahora están levantados en él, y están firmes en el suelo de la resurrección delante de Dios en toda la perfección de esta posición que Dios les ha dado en Cristo. Ninguno que sepa algo de las enseñanzas de la Iglesia o Epístolas Paulinas, podría alguna vez pensar o imaginar en sacrificar aquella altísima posición a cambio de un falso y tradicional principio de interpretación.
   2. Se (lit., pasa a ser) vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir: porque no he hallado tus obras perfectas]   o realizadas.
La vigilancia que se demanda aquí es la misma que la de Lucas 21:34-36, y Marcos 13:34-37.
Delante de Dios]  Compare 1ª Samuel 16: 7. Siete veces repite Cristo el pronombre “mi” en conexión con Su “Padre” y Su “Dios”. 
3. Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído, y guárdalo en mente, y arrepiéntete]  Las cosas que oyeron son las que están escritas en Mateo 24:14.
Pues si no velas, vendré sobre ti* como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti] Este pasaje asienta de una vez por todas el hecho de que, estas palabras, no pueden haber sido dirigidas a los miembros de la Iglesia de Dios que tienen y aguardan “la bendita esperanza” de ser izados en el aire para encontrarse con el Señor, o  su “llamamiento desde lo alto” como dice Filipenses 3:14. Claramente se nos ha dicho  (1ª Tesalonicenses 5:2), “vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá sobre ellos como ladrón en la noche. Que cuando digan paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, y no escaparán. Más vosotros hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón”. Ningún otro lenguaje lo podría explicar tan bien como este, dirigido a la Iglesia de los Tesalonicenses”. O bien pensamos que Apocalipsis 3:3 se refiere a los creyentes actuales, y entonces tenemos una contradicción muy palpable de 1ª Ts. 5:4, o podemos dividir correctamente la Palabra de Verdad, y decir que 1ª Ts. 5:4 es una verdad de todos los miembros de la Iglesia de Dios; y que Apoc.3:3 es igualmente otra verdad, pero hablando de aquellos que habrá en estas Asambleas (cualquiera que de ellas sea) en “el día del Señor”. Ese día vendrá para ellos “como ladrón en la noche”. Vea Mateo 24:43. Lucas 12:39. 2ª Pedro 3:10. Pero vendrá sobre un mundo (“ellos” y “suyo”) que no esté a espera de que Él aparezca. Sin embargo la Iglesia actual será “llamada desde lo alto”; y hecha conforme a la imagen del glorioso cuerpo de Cristo (Filipenses 3:14, 20, 21), y recibida en gloria (1ª Timoteo 3:16) antes de que aparezca el ladrón, y antes de que el día del Señor se presente (2ª Ts. 2:2). Po eso se nos exhorta a no dejarnos mover fácilmente de nuestra manera de pensar, por registros que digan que “el día del Señor es ahora en el presente” (R.V.). Si pensamos de otra manera vamos a encontrarnos en serios apuros, porque entonces nuestra fe habrá sido en vano. Todos aquellos que no hayan sido raptados se hallarán en muy graves apuros, porque pasarán en medio de toda la Gran Tribulación. Tan determinados están muchos, sin embargo, a no tener esta bendita esperanza,  ni tan siquiera le permiten a otros que la tengan con ellos, que prefieren mantener que este “grande y terrible día del Señor” es nuestra única “esperanza” y (¡) son guiados así a pensar e interpretar al “ladrón” de Cristo, viniendo como un amigo que nos desplumara a medida que nos roba y se lleva nuestras joyas preciosas. Y esto lo hacen impunemente y en oposición a lo que se declara en 1ª Ts. 5:4, que aquel día no vendrá “como ladrón” sobre la iglesia; y a pesar del solemne aviso a vigilar, para que no se sufra la venida del ladrón, y que nos saquee la casa (Mateo 24:43). Contra este ladrón hay que ponerse en guardia: ¡Pero de Cristo se dice que es amorosamente añorado y aguardado!
* G.L.T.Tr.A. WH. y RV. omiten “sobre ti”
4. Pero tienes una pocas personas  en Sardis] Estos nombres son evidentemente el punto que más se distingue en esta Epístola, porque en el siguiente versículo leemos acerca de los nombres que no serán borrados, y confesados.   
Que no han manchado su vestidos] Este lenguaje es extraño para la Iglesia de Dios. Está más de acuerdo con el estatuto en la carne que tienen los que pudieron lavar sus vestidos (7:14)  y establecieron un derecho al árbol de la vida (22:14), y se prepararon (19:7). Pero todo esto tiene que ver con las “obras”, no con la gracia. Igual sucede con la promesa:
 Y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas] Esta promesa se cumple en Ap. 19:7, 8, pero no tiene nada en su naturaleza o carácter prometido o esperanzado por la iglesia. Y en cuanto a dignidad, ¿Quién de nosotros puede decir que tenga ese estatuto? ¡No! nosotros somos totalmente indignos en nosotros mismos, sin embargo en Cristo tenemos toda la dignidad. Pero estos serán dignos debido a sus propios méritos. El escenario que aquí contemplamos se encuentra actualmente descrito en los caps. 16:15, y 19:7-9. El día del Señor es un día en el cual los hombres serán tratados de acuerdo a sus obras (Romanos 2:5, 6). Aquellos que no hayan manchado sus vestidos ni mancillado su carne (Judas 2:5-8) son los que no han adorado a la Bestia, o recibido su marca, o hayan participado de sus idolátricas obscenidades.
5. El que venciere será vestido de vestiduras blancas: y no borraré su nombre del libro de la vida] ¿Cómo sería posible que al verdadero creyente en Cristo le fuese borrado su nombre? La enseñanza de Romanos 8 en cuanto a nuestra posición en Cristo es muy clara a este respecto, y muy contraria a todo esto. Pero ambas son verdad si “la palabra de verdad” se divide correctamente. Daniel 12:1 profetiza de este “libro de la vida”, y Ap.11 nos cuenta que el tiempo para su cumplimiento todavía está para llegar.
  Y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de Sus ángeles]. Aquí se haya la misma asociación entre Cristo, el Padre, y los ángeles del cap. 1:4-5. Vea las notas anteriores; y Mateo: 16:27. Esta promesa como ya hemos visto, se refiere a los últimos acontecimientos en la vida de David, cuando él confiesa los nombres de sus leales oficiales. Algunos de los nombres están “borrados”. Otros se encuentran confesados. Esta es la escena aludida aquí; y esto es lo que el Señor prometió en Mateo 10:32. Lucas 7:8 y Marcos 8:38. Estas palabras se refieren, según las explicó el Señor mismo, al tiempo cuando Él venga con la espada desenvainada sobre la tierra (Mateo 10:33-42). Interpretar esto de la iglesia de Dios, es destruir prácticamente aquel llamamiento que Dios le ha otorgado a Su iglesia en Cristo. No hay ninguna condenación para los que están en Cristo; y no pueden ser separados del amor de Dios. Esto está muy claramente enseñado en Romanos 8.
6. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu le dice a las iglesias]   vea arriba.

(6) LA SEXTA EPÍSTOLA.- FILADELFIA.
(3: 7-13.)
En estas dos últimas Epístolas las ilustraciones del Antiguo Testamento son del periodo de los Reyes y el Reino de Judá, posterior a la expulsión de Israel. La primera es de los días de Ezequías; y la otra es de los días de los Profetas Menores, antes y después del retorno de Babilonia, cuando la esperanza de restauración le había sido retirada al Pueblo. Aquellos que estén en la tierra en los días a los cuales se refiere el Apocalipsis, precisarán de las instrucciones que tales ilustraciones les ofrecerán; porque serán días cuando toda esperanza de restauración haya desaparecido, y el Pueblo solamente puede tener esperanza en Dios. Será un tiempo de prueba; pero se les anuncia la promesa de que serán guardados,  y se les da la esperanza de que serán librados de ella. Aquellos en quienes se cumpla esta promesa, se dice de ellos en los caps. 7, 14 y 15 que son los que fueron puestos con Dios en Su Trono. Pasarán, pero de ella “serán librados”, por la Gran Tribulación. Posteriormente son vistos en pie delante del trono, aunque no “sentados” como lo estará la Iglesia con Cristo sobre el trono. Servirán a Dios y seguirán por todas partes donde vaya el Cordero. (Vea Ap. 7:14-17; 14:1-5; 15:1-4).  
La estructura nos muestra estas promesas. El tiempo de la prueba ha dispersado y separado al pueblo, y ahora tenemos a aquellos que han guardado las palabras de este libro en su memoria, a quienes estas promesas fueron dadas. 
(6) Filadelfia (3: 7-13)
Introducción
(6) | a | c| 7-.  El mandamiento de Cristo a escribir.
                d | -7.  Atributos de Cristo.  1: 18
                    b | e | 8-.  Declaración.  "Yo conozco", etc.
                            f | -8.  Razón.  "Porque aunque tienes", etc.
                         e | 9-.  Declaración.  "He aquí," etc.
                            f
 | -9. 
Promesa.  "He aquí" etc.
                                 g | 10.  Declaración.  "Por cuanto", etc.
                                    h | -10. 
Promesa.  "yo también te guardaré", etc.
                                 g | 11-.  Declaración.  "He aquí", etc.
                                    h
 | -11.  Exhortación.  "Yo vengo pronto, retén", etc.
Conclusión
                d
 | 12.  La promesa de Cristo. Columna en el Templo.  Nuevo Nombre.  Nueva Jerusalén (21: 2;  22: 4).
           
c | 13. El mandato  de Cristo a oír.

3: 7.  Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero] Aquí se dan siete atributos de Cristo. Los siete están divididos, como usualmente, entre tres y en cuatro.  Tres relatan lo que Él es y tiene:
1.                 Aquel que es santo.
2.                 Aquel que es verdadero.
3.                 Aquel que tiene la llave de David.
cuatro relata lo que Él hace y no hace:
4.                 Aquel que abre.
5.                 Y no cierra.
6.                 Aquel que cierra.
7.                 Y no abre.
Aquel que es Santo] o El Santo,  es un título de Deidad (Oseas 11:9 Habacuc 3:3). Se le da a Cristo (Salmos 16:10. Hechos 3:14). La forma usual de este título en el Antiguo Testamento es “El Santo de Israel”; pero Israel se encuentra ahora dispersa, y la ilustración es de Judá.
Aquel que es Verdadero] La palabra aquí es (…)  (alethinosreal, (no (...) (alethesverdadero), y resalta lo qué es real y genuino  en contraste a todo lo que es meramente común o típico. Por eso se emplea de Dios cuando la referencia o contraste es a los ídolos (tanto si están latentes como si no) en el contexto. (Vea 1ª Tesalonicenses 1:9. Compare Jeremías 10:10. 2ª Crónicas 15:3. 1ª Juan 5:20. Ap. 19:11).
Aquel que tiene la llave de David] Ya hemos hablado sobre esto, acerca del carácter especial que tiene esta Epístola. Y alertamos al lector acerca de aquel periodo de la historia de Judá descrito en Isaías 22. Jerusalén estaba próxima a ser invadida, y en vez de arrepentirse, se estaban vanagloriando. El Tesorero del Estado “que estaba sobre toda la casa” (Sebna), llevaba consigo la llave propia de su oficio; y él presuntuosamente supuso que iría a mantenerse en su cargo y su dignidad, y que finalmente sería enterrado en el magnífico sepulcro que había preparado para sí mismo en la roca. Pero esta suposición era enemiga de la gran esperanza otorgada a David, que era la resurrección, “las promesas dadas a David”. Sebna no permaneció en el espíritu de David, por eso fue depuesto, y un nuevo ‘Eliaquim’ tomó su oficio. El empleo de “la llave de David” se explica enseguida, denotando tener acceso a, y teniendo absoluto control sobre, la casa y el trono de David, y eso implica un dominio Real y Verdadero. Por eso la palabra “casa”  (empleada en la profecía – Isaías 22:22) se omite aquí, porque es el trono que ahora está en cuestión (Lucas 1:32), y este solo podía ser ocupado en resurrección (Jeremías 30:9. Ezequiel 36:23, 24. Hechos 13:34, 36). Todo lo que aquí se refiere tiene que ver con el Reino, pero no con la Iglesia. Por eso leemos acerca de las “llaves del Reino”, pero nunca vemos nada de “las llaves de la iglesia”. Estas las reclaman falsamente los Romanistas, y las interpretan defectuosamente los protestantes. En Mateo 16:19 está muy claro todo esto. Estas llaves pertenecen a Cristo, como aquí se declara; pero la apertura del reino, en testimonio,  se le encomendó a Pedro, y Pedro empleó esas llaves en su ministerio en Hechos 1 hasta-12. Contra ese Reino, “las puertas del hades no pueden prevalecer”. Si “las puertas” denotan la entrada en el sepulcro o hades, entonces eso significa que la muerte “no prevalecerá”; y si “las puertas” denota (por Metonimia) el poder, entonces significa que el poder del sepulcro no podrá sujetar y mantener aquellos que entren por ellas. Cristo detiene las llaves (como se declara en 1:18), y por tanto se describe a Sí mismo como:
  El que abre* y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre.
* L.T.Ta.Tr.A. WH. y RV. Traducen el tiempo verbal en futuro.
8. Yo conozco tus obras: (he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta]    Lo que esto significa, se explica perfectamente por lo que viene enseguida. Solamente puede estar refiriéndose a la liberación, como la puerta abierta que se puso delante de Pedro (Hechos 12:10; y compare con Isaías 49:9, 10). Sus enemigos llegaron a ser conscientes del poder protector del Señor. ¡Qué interpretación tan equivocada de estas palabras es, tomarlas como si estuviesen referidas a una puerta abierta para el servicio, como se hace universalmente! Incluso con el uso que Pablo les da en 1ª Corintios 16:9, implican liberación de manos de los "muchos adversarios"; y en 2ª Co. 2: 12  la referencia denota claramente la  liberación  de las “maquinaciones” de Satanás (v. 11); en Col. 4: 3 la referencia se hace sobre la liberación de sus “prisiones”.
La cual nadie puede cerrar*): porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra] Esto, la sentencia principal que contiene dentro, es asumida por aquellos a quienes se dirige.
* Así traducen G.L.T.Tr.A. WH y RV.
Y no has negado mi nombre]   es decir,  no lo has sustituido por ningún otro "nombre"; ni por el nombre de la Bestia. Esto también se refiere a otra sentencia especial aplicable a, y característico de, los días venideros de la gran Tribulación (vea Ap. 13:17; 14:9, 11, 12). Aquí se describen esos mismos días referidos en esta epístola.
He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten] ¿Cómo iría a ser posible que estas palabras se pronunciasen acerca de la Iglesia Cristiana? ¿Cómo podría alguien “decir que es judío” para mezclarse con los Cristianos? ¿Por qué tendrían que mentir? ¿Hemos visto alguna vez que esto suceda en nuestros días? ¡Claro que no! Reclaman ser Judíos para introducirse en sus asambleas (o sinagogas), pero son “la sinagoga de Satanás”. Reclaman ser “consiervos” (Mateo 24:49). Aquellos que permanezcan en la Tierra en ese tiempo entenderán mejor que nosotros el significado de estas palabras. Lo único que nosotros debemos hacer con ellas es creerlas.
He aquí, yo hare que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado. ¿Será posible que esta profecía sea de la iglesia de Dios? ¿Es esto lo que experimentamos? ¿Podría ser esta la experiencia de la Iglesia Cristiana? ¡No! es cierto que los problemas y las persecuciones y las pruebas también las pasan la mayor parte de la iglesia; esto es lo que se predijo de ella desde el tiempo que despreciaron al Señor hasta que vuelva. Seremos odiados porque a él le odiaron también; esta es nuestra porción ahora, es cierto, para que no pongamos nuestra esperanza en el mundo. Pero aquí esta declaración pertenece a Israel por derecho propio, y a un día que todavía se encuentra en el futuro. Para comprobarlo basta con leer pasajes tales como Isaías 45:14; 49:22, 23; 60:14; 66:1-4, 5, 14. Difícilmente podríamos concebir que, viendo tales profecías y promesas dirigidas específicamente a Israel, alguien pudiese interpretarlas como si fuesen aquellas que pertenecen a la iglesia de Dios. Basta ver solo una (Isaías 60:14):
 “Y vendrán a ti humillados los hijos de los que te afligieron, y a las pisadas de tus pies se encorvarán todos los que te escarnecían.”    
La promesa que se le hace a Cristo será compartida por su pueblo Israel. Vea Salmos 72:9; 110:1. Filipenses 2:10. Compare con Éxodo 11:8. “Que Yo te he amado” – ambos pronombres se enfatizan mucho aquí y se refieren al cap. 1:5.
10. Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia]   Es decir, la paciencia mientras aguardas o la resistencia que te mandé.  Vea 1: 9; 2: 2, 19. Este mandamiento a “tener paciencia” se refiere particularmente a la espera durante y debajo de la tribulación. Si nos preguntamos cuándo tendrá que ejercitarse, la respuesta se encuentra muy claramente explicada en los caps. 13:10; y 14:12 – “Aquí está la paciencia de los santos”. Se trata de la paciencia de aquellos que estarán en medio de estos escenarios de juicios y aguardando su liberación. Para ellos es la promesa.
 Yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran en la tierra] Estos son los escenarios predichos en Sofonías 1:14-18, y por nuestro Señor (en Lucas 21:36). Se refiere a un corto y definido periodo (12.-19.); probablemente “los tres años y medio” que concluirán con la manifestación del Señor Jesús en las nubes. Estos moradores de la tierra son mencionados repetidas veces en este libro (vea 6:10; 11:10; 13:8, 14). En cuanto a “guardaré de la hora”, etc. (Vea Salmos 32:6. Isaías 26:20, 21. Juan 17:15. Salmos 27:1-5). Esta liberación se dará en el “desierto,” tal y como se relata en el cap. 12.  
  11. "*He aquí, yo vengo pronto: Retén lo que tienes para que ninguno tome tu corona] Esto no tiene referencia alguna a la Iglesia de Dios. Nosotros no tenemos coronas que retener, y nadie podrá quitarnos nuestras coronas si es que las tenemos. Nosotros estamos en Cristo; perfectos y seguros en Él.  
* G.L.T.Tr.A. WH. y RV. Omiten “He aquí”.
12. Al que venciere, yo le haré columna en el templo de mi Dios] Aquí esta promesa se conecta con los días de Salomón, al “templo” y a la “ciudad” (así como la próxima Epístola a Laodicea se asocia con el trono). (Vea 3:21 y compare con 1a Reyes 5:5; 7:13-22. 2ª Crónicas 3:15-17).    
Y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios] La promesa tanto al templo como a la ciudad se cumplen en el cap. 21:2, 3. Compare Salmos 48:1, 2, 8, 9, y Ezequiel 48:35.   
La nueva Jerusalén (21:2, 10), la cual desciende del cielo, de mi Dios (21:10), y (escribiré sobre él) mi nombre nuevo]  Isaías: 62: 2; 65: 15. Las inscripciones sobre las personas se mencionan en el cap. 7.3. Los adoradores de la Bestia serán marcados con su nombre, caps.13:16; 14:11; 19:20; 20:4. Esta promesa se cumple específicamente en los capítulos 14:1, y 22:4.  
13. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias]  Vea arriba.

7. LA SÉPTIMA EPÍSTOLA. — LAODICEA.
(3: 14-22)
La Epístola a la Asamblea en Laodicea es la última, así que es la más solemne de estas Epístolas. Todas las Epístolas cubren, de una manera general, todo el periodo cubierto por el libro; pero, también marcan el palco especial de la apostasía y de la tribulación. Laodicea marca el último periodo. Es el periodo final de la apostasía y de la tribulación. Laodicea marca la última fase. Es el periodo final inmediatamente anterior al cap. 19, donde “el Juez está a las puertas” (vers.20. Compare Santiago 5:9). Las ilustraciones del Antiguo Testamento se toman de los Profetas Menores, que cubren el último periodo de las historia de la nación, y forma el último testimonio antes del Primer Adviento de Cristo; porque el mismo carácter tendrá o marcará el periodo inmediatamente precedente al Segundo Adviento que es el Día del Señor. 
La Estructura es mucho más simple que cualquiera de las demás Epístolas, porque la totalidad  del periodo se reduce a la sumisión a Cristo o al Anticristo. 
(7) 3: 14-22.  Laodicea
Introducción
(7) | a | c | 14-.  El mandamiento de Cristo escrito.     
                d | -14.  Atributos de Cristo.  1: 5.
                        b| e | 15, 16.  Incriminación.  (Ni frío ni caliente).
                                f | 17, 18.  Aviso. (Dones).
                        b | e | 19.  Exhortación.  (Zelo).
                                f | 20.  Avisos. (Gracias).
Conclusión
                d | 21.  La promesa de Cristo.  El Trono. Compare 20: 4.
        a | c | 22.  El mandamiento de Cristo a oír.

3: 14. Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea; He aquí el Amén]    "Amen" es una palabra hebrea (vea 2ª Co. 1: 20. Ro. 15: 8), que expresa la aceptación o concordancia con lo que inmediatamente se añade, "el testigo fiel y verdadero". Compare Is. 65: 16.
El testigo fiel y verdadero]  Vea en el cap.1: 5 arriba; y compare con 19: 11 y Salmos  89: 37.
El principio de la creación de Dios] Esto nos recuerda el hecho que toda la creación fue creada por Él; y que todas las cosas en Él existen y subsisten (Colosenses 1:15-19). Antes de que alguna de las criaturas fuesen formadas, Elohim tuvo que tomar la forma creada para poder crear, para que todos los seres creados pudiesen tener la comunión con el Creador, que no podían tener con Dios, Quien es “Espíritu” (Juan 4:24). Así es referido en Proverbios 8:23-31. Y así se le apareció a Adán (que fue creado a Su imagen), y a los Patriarcas, y a Josué como alguien que podía ser apreciado y visto y se podía hablar con Él. Todo nos lleva a creer que Él asumía, para aparecerse así,  la forma de una criatura especial. Pero era solo el primer paso para después poder creer que esta forma era más permanente: Adquirió la forma de la  criatura  para poder crear,  Así como después tomó o adquirió forma humana para poder redimir. (Compare las dos canciones de Ap. 4:11 y 5:9). Ningún otro punto de vista nos capacita tan bien para entender cómo puede ser denominado “el Principio de la creación de Dios”, o que explique este pasaje como Proverbios 8:22-31 y Colosenses 1:15-17, “el primogénito de toda la creación” y él era “antes de todas las cosas.” Esto está todo expresado en las palabras de los Credos antiguos. “El Unigénito del Padre delante del mundo; nacido de la sustancia de su madre en el mundo”. Él es por tanto la Cabeza de la Creación, el gran tema o sujeto principal de que este libro trata, por eso nos recuerda aquí acerca de su principio, como también se nos habla de su fin, y de la Nueva Creación de los Nuevos Cielos y la Nueva Tierra. 
15. Yo conozco tus obras que no eres frío ni caliente. ! Ojalá fueses frío o caliente!
16. Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca] Estas palabras no requieren explicación. Ellas por sí mismas explican muy claramente la condición en que estarán las cosas entre el Remanente de los judíos en aquel día. Este es el mismo resultado de infidelidad de no guardar la palabra y los mandamientos de Dios, al que se refiere Levítico 18:25, 28; 20:22, cuando al pueblo se le dijo por su desobediencia que la tierra los vomitaría. Compare con Zacarías 11:1-9, y Oseas 4:6-7.
17. Porque tú dices] Vea Laodicea — El Periodo de la Destitución de Judá] donde comparamos estos versículos con Oseas 2:5, 8, 9, y otros pasajes de los profetas menores, los cuales refieren la misma condición de las cosas que referidas aquí. Allí nos alargamos en este punto, así que no tenemos que acrecentar ahora ningún comentario más acerca de este texto.
Yo soy rico, y me he enriquecido]  Compare con Oseas 12: 8.
Y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado (Oseas 2: 11; 5: 15), miserable (Ageo1: 6), pobre, ciego, y desnudo (Oseas 2: 3-10).
18. Yo te aconsejo que de mi compres] ¿Desde cuándo se dice o se les aconseja a los miembros de la Iglesia de Dios, o, de hecho, a cualquiera en esta dispensación, donde todo es de gracia, a “comprarle” alguna cosa a Dios? No tenemos “nada a pagar” ni nada con que podamos comprar; y eso nos muestra que por ninguna causa ni merito alguno podríamos habernos ganado el más pequeño de los favores o bendiciones, al contrario que en la Dispensación de las obras. Isaías 55:1,2.
   Oro refinado en fuego (Malaquías. 3: 3; Oseas 2: 8; Hageo. 2: 8), para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez] La referencia aquí se hace a Jeremías 13:25, 26, y Oseas 2:3. 
Y unge tus ojos con colirio para que veas] Compare con Isaías 59: 10.
19. A todos los que amo]  Vea Isaías 43: 4, y compare con el contexto. También Deuteronomio. 8: 8. Oseas 3: 2; y  11: 4.
Yo reprendo y castigo]  Vea Oseas 7: 12; Deuteronomio 8: 5; 18: 20; y Proverbios. 3: 12.
20. He aquí, yo estoy (lit., "He tomado mi lugar y posición”) a la puerta, y llamo] La llamada o invitación es a las Fiestas de la Boda del cap. 19:9, que las parábolas señalan, especialmente Lucas 12:35-38. A los siervos se les exhorta que sean semejantes  “a los hombres que aguardan que su Señor regrese de las bodas; para que cuando llegue y llame, le abran enseguida. Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su Señor, cuando venga, halle velando. De la venida ya no se dice que esté “cerca” – sino que ya está a la puerta.
A las doce Tribus dispersas se les escribió acerca de su venida – “El juez está delante de la puerta” (Santiago 5:7, 8, 9). La proximidad del Señor como el “juez” es el aviso que enfocan estas palabras en la Epístola a la Asamblea en Laodicea, y no la proximidad del Salvador en gracia, o una invitación para los pecadores en este día de gracia. ¿Habría algo que pudiese ser más claro? ¿Y podría haber un lenguaje que fuese más incongruente para cualquiera de nosotros en esta presente dispensación?   
Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo] Está en conexión con el llamar referido anteriormente en Lucas 12:37 de que la promesa se les da a los “siervos” de los que habla (no a la iglesia). “De cierto os digo que se ceñirá y hará que se sienten a la mesa y vendrá a servirles.” Compare con Mateo. 22: 2, 3. Lucas 14: 15; 22: 16-18. Marcos 14: 25, y Ap. 19: 9. Esta es la misma vigilancia de la que se habla en el vers. 39 ante la venida como un ladrón.
21. Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en Su trono] Esta promesa se ve cumplida en 20:4. El periodo del Señor Jesús que se refiere aquí es del pasado. Desde Su trono ahora está preparado para venir a juzgar y vengar la sangre de sus santos mártires. Por eso Esteban vio al mismo “Hijo del Hombre, en pie”, Hechos 7:56. Esta es la prueba más clara de los dos tronos de los que habla la Escritura. El trono de Su Padre, sobre el cual Él está sentado ahora, y el “trono de Su padre David,” para quien Cristo es la cabeza así como es el Hijo de David y el Señor de David. (Lucas 20:42). Compare Ezequiel 43:7. Salmos 122:5. Este es el trono que ocupará cuando venga en toda Su Gloria. Lucas 1:32. Hechos 2:30. Hebreos 2:5. Mateo 15:31. Salmos 8. Daniel 7, y Ap. 20:4. Hay un tercer trono del cual se habla en el cap. 22:1, 3; pero ese es el trono de Dios y del Cordero,” y es posterior al Milenio. La promesa en 3:21se refiere al trono de Salomón.  [Vea la Séptima (Laodicea)].
22. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias] Este es el final de estas siete Epístolas. Y creemos que nadie que las lea y estudie de esta manera, podrá dejar de convencerse que pertenecen a una diferente administración, donde las “obras” y no la gracia son el estándar, y donde Israel y no la Iglesia es el sujeto principal.   


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