NUESTRA ESPERANZA. Por Claudia Juárez Garbalena
Cristo es el tema de toda
la Palabra de Dios desde Genesis 3:15 a Apocalipsis 22:21. El Antiguo
Testamento nos habla de tipologías que describen al Mesías: Su venida, su
corazón, su llamado, su propósito, su ministerio, su amor por Israel y la Iglesia.
En el libro de Levítico
capítulo 23, encontramos las siete fiestas o celebraciones que Dios instituyó y ordenó a los hijos de Israel.
Estas fiestas tienen un significado profético con la vida y ministerio de
nuestro amado Señor Jesucristo.
Las fiestas instituidas
por Dios son:
Las de primavera:
1.
La Pascua
2.
La fiesta de los panes sin levadura
3.
La fiesta de las primicias
Cincuenta días después se
celebra:
4.
Pentecostés
Las fiestas llamadas de
otoño:
5.
La fiesta de las trompetas
6.
El día de la Expiación
7.
La fiesta de los tabernáculos
Nuestro Señor Jesucristo
ha cumplido proféticamente de una forma totalmente exacta, precisa y asombrosa
las primeras cuatro fiestas.
Murió un 14 del mes judío
de Nisán exactamente el día y hora en que se sacrificaba el cordero pascual,
siendo él el Cordero de Dios. (Juan 1:29,36).
1
Corintios 5:7b porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por
nosotros.
Fue enterrado al concluir
el 14 de Nisán, exactamente cuando se celebraba la fiesta de los panes sin
levadura.
Resucitó el día 17 de
Nisán por la tarde, para ofrecerse como la ofrenda de las primicias el día 18
de Nisán.
1
Corintios 15:20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los
que durmieron es hecho. (Cristo fue el primero que resucitó
para no ver muerte nunca más).
Cincuenta días después,
durante la fiesta de Pentecostés, Jesús envió al Consolador, el don de espíritu
santo, el día del nacimiento de la Iglesia.
Así, nuestro Señor
Jesucristo ha cumplido con exactitud matemática, 4 de las siete fiestas
proféticas instituidas por Dios para Israel.
Las tres fiestas que
faltan por cumplir, también hablan proféticamente de eventos que ocurrirán en
un futuro cercano y que tienen que ver con el ministerio de nuestro amado Señor
Jesucristo. La fiesta que sigue en este calendario de Dios es la fiesta de las
trompetas. En ella, los judíos celebran su nuevo año civil, y la creación del
mundo. Los hebreos, con el sonido del shofar, que es una trompeta hecha de
cuerno de carnero, celebran también la soberanía de Dios y el nacimiento del
primer Adán.
Durante la fiesta de las
trompetas o “Rosh Hashaná”, que comienza con la puesta del sol y concluye con
la puesta del sol del siguiente día (que es como los judíos dividen sus días),
ellos hacen 100 toques de trompeta, y en el momento que se pone el sol, y que
ellos llaman “en un abrir y cerrar de ojos”, tocan “la final trompeta”, que es
un toque único, especial y largo con el cual concluye la celebración.
1 Corintios 15 dice:
15:51
He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos
transformados,
15:52
en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se
tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros
seremos transformados.
Las tres fiestas
restantes en el calendario de Dios se cumplirán INVARIABLEMENTE. ¿Cuándo y cómo
se cumplirán estas fiestas?, Dios lo tiene en Su mano y sabiduría. Nuestro
hermoso Salvador ha cumplido al pie de la letra las fiestas judías, y sin duda
cumplirá las restantes en el tiempo, forma y sabiduría de Dios.
La Fiesta de las
Trompetas se asocia por muchos estudiosos con el rapto de la Iglesia (1
Corintios 15; 1 Tesalonicenses 4). El Día de la Expiación lo asocian con el
retorno físico y visible de Cristo cuando "todo ojo le verá"
(Apocalipsis 1:7, Mateo 24). Y a la Fiesta de los Tabernáculos con el Reinado
Milenial cuando el Mesías hará "tabernáculo" entre Su pueblo: La
Iglesia e Israel. La Fiesta de los Tabernáculos es el día santo que confirma
que "Dios habitará entre Su pueblo".
Este próximo 9 de
septiembre de 2018, los judíos celebrarán el año nuevo judío o “Rosh Hassaná”,
la fiesta de las trompetas. Como creyentes, no dejemos de esperar de los cielos
a nuestro Salvador y de confiar que la promesa de nuestra total liberación de
la corrupción, la muerte y el pecado, ocurra. ¡Hoy estamos un día más cerca!
¡Ojalá hermanos míos, que pronto nos veamos entre las nubes!
En el amor de Cristo,
Claudia Juárez Garbalena
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