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¡Delicias a tu diestra para siempre! Por Claudia Juárez Garbalena


Hace unos 10 años, me encontraba leyendo el libro de los Salmos, y de pronto me topé con este escrito del Rey David:

Salmos 27:4 Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.

La frase “para contemplar la hermosura de Jehová”, ¡me dejó atónita! Le dije a nuestro Padre, ¡llevo mas de 20 años conociendo Tu Palabra, y no tengo la menor idea de qué habla David! ¿¡Tu hermosura!? ¿Qué es eso mi Dios? ¿Cómo es tu hermosura??? E hice la misma oración que el Rey David, ¡demandé poder ver Su hermosura!

Poco tiempo después, comencé a sorprenderme lo viva que estaba siendo la Escritura para mi, ¡podía ver tesoros y joyas que no había visto en más de veinte años, y comencé a ver EL CORAZÓN DE DIOS en las Escrituras, y Él me hizo comenzar a ver y entender Su gran amor y dedicación por mi.

Dios realmente anhela una comunión estrecha y cercana con los Suyos porque en esa comunión íntima, comenzamos a comprender cuanto nos ama particularmente. Llegas a saber no solamente que de tal manera amó Dios al mundo que dio a Su Hijo Unigénito, sino que llegas a comprender ¡que Dios te ama A TI!

Los Salmos de David están llenos de lo que David vivió y sintió en su atribulada vida, pero también plasman EL DELEITE que encontró al CONTEMPLAR LA HERMOSURA DE DIOS.

Salmos 16:5 Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentas mi suerte. 6 Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, Y es hermosa la heredad que me ha tocado.

11 Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre.

Salmos 84:1 ¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! 2 Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo. 10 Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad.

Dios no tiene unos cuantos “favoritos” o “escogidos” que pueden contemplar Su hermosura, Él siempre tiene abierto el Lugar Santísimo para todo aquel que tenga el corazón de encontrarse con Él.
¿Por qué Dios le llamó a David “un varón conforme a Mi corazón”? (1 Samuel 13:14; Hechos 13:22). Porque David tuvo un corazón atento y manso para ESCUCHAR, se adentraba en las Escrituras a meditarlas y hablaba mucho con Dios, anhelaba hacer Su voluntad y fue rápido para reconocer sus faltas y regresar a comunión con Dios. Ese corazón no depende de Dios, sino de cada uno de nosotros al buscarle. Vean la convicción que llegó a tener David:

Salmos 27:1 Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?

27:2 Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. 3 Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado.

¡Adéntrate al Lugar Santísimo! No solo para pedir a Dios, ¡sino para BUSCAR A AQUEL QUE TANTO TE AMA! ¡Sin duda encontraras los mismos tesoros que encontró David!

Mateo 7:7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. 9 ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? 10 ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? 11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?

David también escribió:

Salmos 139:13 Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. 14 Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien. 17 ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! 18 Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo.

Salmos 139: 17,18 (KJV) ¡Cuan preciosos son tus pensamientos sobre mi, ¡oh Dios! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; cuando despierto, aún estoy contigo.

Salmos 139:17,18 (MSG): Tus pensamientos, que maravillosos y extraordinarios son, ¡qué hermosos! Dios, ¡nunca voy a comprenderlos! Ni siquiera podía comenzar a contarlos, no más de lo que podría contar la arena del mar. ¡Oh, permite que me levante por la mañana y viva contigo para siempre!

Ha sido de incalculable valor para mí, hacer las oraciones y pensamientos de David, ¡mis oraciones y pensamientos! ¡He encontrado mi Hogar y mi lugar en EL CORAZÓN DE DIOS!!

Que nuestro Dios y Padre, en el nombre de Jesucristo, te revele en Su Lugar Santísimo, Su fiel amor por ti y las delicias que hay a Su diestra para siempre! 

!Dios te bendiga!



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