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Activa el Favor de Dios en tu vida. 4ª Parte. De Joseph Prince



Platiqué alguna vez con una persona de nuestra iglesia que tenía un caso en corte, y le dije: “Todo lo que tienes es a Jesús como tu justicia”, pero él realmente no lo creyó, no lo tomó en su corazón como una verdad. Pero otra persona cercana a alguien en nuestra iglesia fue acusado por diez diferentes deudas, esto es criminal, era un caso en corte. En Singapur tenemos ahora un sistema muy rígido. Fuimos a él porque, aunque no era creyente, su esposa estaba amenazando con suicidarse. Uno de nuestros pastores fue con ellos, oró con ellos, habló con ellos, los llevó a la salvación. Ellos recibieron a Jesús y nuestro pastor le dijo: “no tienes justicia por ti mismo, ¡Jesús es tu justicia! Y todas estas deudas contra ti, todas estas acusaciones, en medio de todas ellas toma a Jesús como tu justicia”. Enseguida el tomó esta verdad en su corazón, él dijo, “no, realmente yo no soy justo en mí mismo”, y comenzó a escuchar mis mensajes día y noche, a leer mis libros, y por supuesto la Palabra de Dios. Mis libros y mis predicaciones tienen la esencia del evangelio, porque a veces si comienzas tu lectura por Levítico, bueno, no sabes cómo interpretar todo eso que estas leyendo, así que Dios nos da todas estas herramientas para ayudarnos a entender Sus Escrituras.

Este hombre comenzó a confesar “¡soy la justicia de Dios en Cristo!”, y ¿saben lo que ocurrió con él? De las diez cuentas que debía, se redujeron a ocho, después a seis, después a tres, finalmente solamente pagó una cuenta, y eso era, imagínense, una ofensa, se supone que debería haber estado en prisión por lo menos algunos años.

Hoy en día él está sirviendo en la iglesia, y si ves su rostro es radiante, él sería un candidato perfecto para ser pastor, su negocio está prosperando, está lleno del favor de Dios, lo miras y ni siquiera te imaginas que él pudo haber hecho esas cosas en su pasado, simplemente lo olvidas, ni siquiera lo tomas en cuenta, ni siquiera te acuerdas de lo que él hizo.

Cuando la gente responde correctamente en nuestra iglesia después de haber tenido situaciones como esta, yo realmente olvido cuál era su pecado, porque la gracia de Dios esta reinando tanto en sus vidas, que simplemente ha borrado toda vergüenza en ellos, ellos responden bien, no pelean, no están a la defensiva. Muchos de mis lideres saben de quién estoy hablando, es asombroso este hombre, su rostro es radiante, su vida es radiante, tiene una hermosa familia, tiene una unción asombrosa y sirve con gran fervor, ¿por qué? porque la gracia está reinando en su vida. Si tú le preguntas, “¿me puedes contar tu historia?”, él te la cuenta, y él te dice “¡soy la justicia de Dios en Cristo!” Y realmente te lo dice desde el fondo de su corazón, “no por mí mismo, yo no soy nada por mí mismo”, él confiesa en su carne no hay nada bueno.

Por supuesto que cuando estas cosas suceden nosotros nos sorprendemos, nuestras familias se sorprenden, pero ¿saben quién no se sorprende? ¡Dios!, porque Dios conoce tu carne, sabe lo que es la carne, pero Él quiere que tú sepas qué es la carne y cómo funciona porque está obstruyendo que el favor de Dios fluya en tu vida. La forma en que tú estas respondiendo está siendo un obstáculo para que recibas y para que el favor de Dios reine en tu vida, respondes a la defensiva o teniendo vergüenza. Y ¿qué es la vergüenza Pastor Prince?, bueno, hay una tristeza piadosa que uno siente cuando ha pecado, bueno eso por supuesto existe cuando has deshonrado a Dios.

Si nadie te viera cometer algún tipo de pecado, aun es un pecado, aunque nadie lo viera eso no lo hace correcto, a veces la gente piensa “bueno, mientras no ofenda a mi familia o algo que sea visible no importa”, pero, ¿sabes una cosa?, no amigo, los pecados son ofensas contra Dios.

Así que Dios ama cuando tú respondes de esta manera: “Dios gracias, me doy cuenta que en mi carne no hay nada bueno, no voy a poner mi confianza en la carne”. Así que la próxima vez que visites una página inapropiada, vas a rechazar eso. Tú puedes decir que soy un religioso, pero sabes una cosa, yo no puedo confiar en mi carne, simplemente no puedo. Este hombre de quien les he hablado, tiene realmente el favor de Dios fluyendo en su vida, en contraste con aquellos que piensan que tiene algo bueno en la carne, ¿me escuchan gente?

Así que de hecho, cuando respondes correctamente en vez de sentirte avergonzado, vas a recibir el perdón de Dios y dirás “¡soy la justicia de Dios en Cristo!, y realmente voy a esforzarme en esa gracia, por entender que soy la justicia de Dios, me doy cuenta de que no, yo por mi mismo, no puedo, no tengo fuerzas, no puedo justificarme por mí mismo”.

Hay personas que dicen, “si Pastor Prince yo soy justo”, y no quiero sonar legalista, pero siempre les digo, “di la frase completa” ¡soy la justicia de Dios EN CRISTO! No en ti mismo, algunas personas tienen esta idea de que bueno, soy renacido, soy justo, no, siempre es en Cristo, tu carne es todavía tu carne ¿me escuchan gente?, pero si respondes bien, si abrazas esta verdad, esta salvación y recibes a Jesús como tu justicia, la abrazas y si dices “Señor verdaderamente Tú eres mi justicia” ¿saben que va a ocurrir? Vas a tener el ciento veinte por ciento de restauración, en esa área en que tú has perdido, no me preguntes como, pero Dios lo hará. Si tú preguntas a este hombre y miras la vida de este hombre del cual te ha dado testimonio, verás como Dios le ha restaurado el ciento veinte por ciento su vida: tiene una familia bendecida, su personalidad es realmente radiante. ¡Qué testimonio tan maravilloso!, es alguien que prospera en sus negocios, mucha gente que lo conocía, no quería hacer negocios con él por lo que pasó, pero ¿saben? él ha prosperado POR EL FAVOR DE DIOS.

Isaías 61:7 En lugar de vuestra doble confusión y de vuestra deshonra, os alabarán en sus heredades; por lo cual en sus tierras poseerán doble honra, y tendrán perpetuo gozo.

Dice aquí que en vez de tu vergüenza vas a tener doble honor. Hay gente en nuestra iglesia que años atrás habían hecho algo, y tengo que detenerme, y pensar o recordar qué fue lo que habían hecho, porque tienen tanto favor de Dios en sus vidas, tienen ese doble honor en comparación con la otra gente. Dios da doble honor, eso ha sobrepasado todo, nos ha inundado. Cualquiera que sea la vergüenza que hayan tenido, hay gente que viene y me dice, “Pastor Prince he hecho tal cosa y ahora no sé cómo enfrentar a mi familia, no sé cómo dar la cara a la gente”, ¿sabes una cosa? no respondas así, y no permanezcas en este estado mucho tiempo, eso es todavía ocupación en ti mismo, eso es verte a ti mismo, eso detiene el favor de Dios. El orgullo dice “yo soy esto, yo soy lo otro, yo puedo hacer esto u lo otro”, eso detiene que la gracia fluya, eso es ocuparte en ti mismo, pero esta otra parte de la carne también es ocuparte en ti mismo, y realmente a veces la pasamos desapercibida. Pensamos “¡ah! yo soy tan poca cosa, y soy tan débil, no puedo”, ¡alto! ¡basta!, ¡ocúpate en Cristo! y ¿sabes lo que va a ocurrir cuando te ocupes de Cristo? En Isaías 30:15b dice:

En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza.

Cualquiera que sea en la situación que te encuentres, vas a ser salvo de tu vergüenza, vas a ser salvo de las consecuencias, por supuesto que puedes tener que enfrentar algunas circunstancias, pero vas a ser salvo de las consecuencias de la ley de ese castigo, vas a ser salvo incluso frente a las cortes terrenales puedes llegar a ser salvo como este hermano, Dios lo liberó. Si regresas al Señor en quietud y en confianza, en quietud y en confianza será vuestra fortaleza, es lo que dice Isaías 30:15 en quietud y en confianza será vuestra fortaleza.

Así que cuando te ocupas de Cristo todo es diferente. No te mires a ti mismo, el orgullo es mirarte a ti mismo y tener vergüenza también. Si, por supuesto que puedes tener alguna tristeza, un abatimiento porque te has equivocado, especialmente para con Dios, pero después de eso simplemente tienes que decir, “no, el diablo me engañó en esta área. Señor, yo recibo a Jesús como mi justicia”, y ¿qué crees? Vas a ocuparte de Cristo, y en el momento en que tus ojos estén en él, mira lo que dice Isaías “en quietud y en confianza será vuestra fortaleza”.

Ocuparte de Cristo trae quietud y confianza y esto va a remplazar todo tu orgullo, toda tu vergüenza, o que estés a la defensiva y el hecho de que quieras expiar por ti mismo todos tus pecados. En vez de toda tu vergüenza, va a haber quietud y confianza. Cuando estas ocupado en Cristo, tienes quietud y confianza: en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y la gente va a ver eso en ti. La confianza en nosotros mismos o en uno mismo, eso es en la carne, Dios no está hablando de eso, no está hablando de esa supuesta confianza, no, estar en Cristo realmente nos lleva a tener una quietud y una confianza tremenda, verdadera.

Hay una cosa muy curiosa, cuando la gente tiene realmente denuedo es porque se están ocupando en Dios, están poniendo sus ojos en Cristo. Imagínense a David, Goliat se presentó delante del ejército de Israel, y todo el ejército de Israel no dijeron nada, y cuando David vino y dijo “¿quién es este incircunciso que está ofendiendo a los escuadrones del Dios viviente?” Él estaba más consiente de Dios, y su hermano vino y le dijo “yo sé por qué estás aquí, conozco la maldad de tu corazón, y sé que has venido a ver la batalla”. Todas eran acusaciones equivocadas, y la Biblia dice que él simplemente se dio la vuelta, y preguntó “¿Qué harán al hombre que destruya a este gigante? ¿Qué van a hacer con el hombre que mate a este gigante?” y cuando él enfrentó a Goliat dijo, “el Señor me ha liberado del león, el Señor me ha liberado del oso, el Señor me librará de ti”. Dime, ¿esto es orgullo, o eso es quietud y confianza? David tenía una quietud y una confianza que estaban cimentadas en el Señor, que habían nacido en lo secreto. David tenía una enseñanza y una escuela secreta en su corazón, de la cual nadie sabía. Dios entrenó a David desde muy joven y nadie supo acerca de esto. Cuando venía un oso Dios lo entrenaba, cuando venía un león, Dios lo entrenaba. Nadie sabía esto, pero David pasaba tiempo con el Señor y lo tomaba en cuenta, iba a Él cuando todas estas cosas pasaban.

Cuando tenemos denuedo y confesamos lo que dice la Palabra de Dios, la gente dice que tenemos orgullo, pero realmente el verdadero orgullo es basarte en tu propia autoestima y capacidad, no amigo mío, el denuedo en Dios y la autoconfianza son dos cosas diferentes.

La carne es una cosa tan curiosa, cuando Dios dice “ve” no quieres ir y al contrario. Dios les dijo a los israelitas, “vayan les voy a dar la tierra prometida”, José y Caleb dijeron “¡Ey! ¡El Señor está con nosotros, la fuerza se ha apartado de ellos, vamos a tomar la tierra!”, ellos dijeron, “no, no, hay gigantes en la tierra”, ellos dijeron, “no, vamos a morir en esta tierra”, y Dios les dijo, “bueno okey, lo que están diciendo, que así sea, van a morir”.

Los espías que no habían creído murieron todos el mismo día, y después dijeron, “bueno, está bien, vamos a ir”, y Moisés les dijo, “no, no vayan, ahora no van a ir”, y si leen el siguiente capítulo, ¡ellos fueron!, y fueron vencidos, y regresaron llorando.

La carne es tan curiosa, cuando Dios dice “ve”, ponemos toda clases de excusas, cuando Dios dice “no vayas”, nosotros vamos, así es nuestra carne, es contradictoria, por eso es que cuando nosotros estamos bajo corrección nosotros nos ponemos a la defensiva, todos nosotros nos ponemos a la defensiva, eso es la carne. Hay un lugar por supuesto donde tú tienes que ponerte a la defensiva, por el testimonio de la iglesia o porque debes hablar la Palaba, pero estar a la defensiva en la carne es cuando alguien te dice algo y tú rechazas eso, y vuelves a rechazar eso.

¿Has notado esa actitud? Adán le dijo a Dios “la mujer que Tú me diste”, ¡culpó a alguien más! “es que la mujer, que me diste”. “No es culpa mía, es la serpiente, es culpa de mi jefe, de mi esposa, de mi esposo, es porque mi padre me trato mal cuando era niño, es culpa del gobierno”, culpamos a todo el mundo, pero la carne es una cosa que nunca, nunca dice: “lo siento”, es muy difícil para nosotros llegar a ese lugar, lo encontramos muy difícil, muy difícil, incluso a mí me pasan ese tipo de cosas. Yo tenía un pésimo habito al conducir, si alguien me rebasaba de una forma incorrecta, yo iba a alcanzarlo y lo rebasaba también. Mi esposa es testigo de eso, esto fue  hace como 10 años o algo así, y mi esposa me decía: “mi amor, ten cuidado, esa no es la forma de hacer las cosas”, y yo le decía, “no, no, es que este hombre tiene que aprender, él está mal, así que voy a enseñarle lo peligroso que es esto”. Yo me justificaba a mí mismo de la forma más alta, pero en mi corazón yo sabía que estaba mal, y que ella estaba bien.

Cuando somos jóvenes de alguna manera tenemos esta idea, que si la gente ve tu lado malo no te van a amar, pensamos que si ellos ven estas cosas malas o negativas en tu vida no te van a amar, quizá es la forma en que crecimos en la escuela, tenemos esta impresión de los medios de comunicación, de la escuela, y eso lo llevamos dentro. Aun, aun cuando alguien que nos ama, si nos habla de una cosa negativa, si nos trata de hacer una corrección nosotros lo rechazamos, le regresamos el golpe a nuestra esposa o a cualquiera que nos diga algo, sin considerar siquiera que esa persona nos ama y pensamos que si perdemos el favor de esa persona, esa persona ya no me va amar tanto, y el hecho es que esa persona ya vio tus fallos mucho tiempo atrás. La persona por supuesto que ya sabe todo esto desde hace tiempo, pero siente que es el momento de decírtelo, y te voy a decir algo, cuando la gente ve tu debilidad y tú eres vulnerable con tu debilidad eso no hace que la gente te odie o te aborrezca, al contrario hace que la gente se preocupe por ti, te ame. La gente sabe de todas maneras de tus carencias, pero lo más que te defiendas a ti mismo eso es feo.

Y en una ocasión cuando mi esposa me hizo un comentario, yo respondí bien, lo hice bien y respondí correctamente, y yo le dije, “si, tienes razón cariño, ora por mí”, y yo dije “Si Señor gracias por tu gracia”. Así que una de esas ocasiones que me rebasaron yo comencé a responder correctamente y el resultado fue paz, ese tipo “siguió a salvo”, y ¿saben? Dios expuso esto a través de mi esposa, porque saben, estas cosas a veces pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte, si estás haciendo cosas imprudentes, manejando a una velocidad inapropiada, hay personas que han matado a su familia completa, por estas imprudencias, por ir a una velocidad inapropiada, algunos de ustedes me miran y piensan, “ah pastor usted se ve tan templado, se ve que siempre está en control”. Bueno, a lo mejor tu debilidad no es el manejar, y el que te pongas impaciente, o furioso al manejar, puede ser otra cosa, ¿pero entienden lo que quiero mostrarles?, es que esto es tu carne, algunos de ustedes no lo van a entender, no lo van a ver hasta que han caído. Así que por favor mantén este mensaje, guarda este mensaje, cuando venga la vergüenza hacia ti, cuando sientas incluso algún deseo de suicidarte, ¡no lo hagas!, ¡eres muy precioso para Dios!, hay una forma correcta de responder y ahora el diablo a causa de este pecado en tu vida, el diablo va a atacarte, pero si tu respondes correctamente, vas a usar eso como un escalón y vas a recibir el ciento veinte por ciento de restauración en esa área. Eso lo hemos aprendido del libro de Levítico, y por tu vergüenza vas a tener doble honor ¡amén! Así que responde correctamente.

Permítanme decirles una historia, y con esto voy a cerrar. Hubo un hombre que amaba al Señor muchísimo, él realmente amaba al Señor, su amor era un amor realmente genuino por el Señor, ¿el diablo puede usar eso? Bueno, su nombre es Pedro, y Pedro realmente amaba al Señor. Una de las primeras veces que Pedro se encontró con el Señor, fue cuando fue presentado con el Señor, el Señor le dijo “voy a cambiar tu nombre, tu nombre no será mas Simón, sino Pedro”, y la siguiente vez que el Señor lo vio lo llamó al ministerio, estaban a la orilla del mar de Galilea y el Señor le dijo “ven, sígueme, y te haré pescador de hombres”, bueno él siguió al Señor a lo largo de Su ministerio, y cuando llegó el tiempo el Señor le dijo “voy a ser entregado, el hijo del hombre va a ser traicionado, maltratado, humillado, golpeado y crucificado”, y les dijo, “uno de ustedes me va a traicionar”, y Pedro dijo: “Señor”, y él hizo esto, él señaló a todos sus amigos, a todos los discípulos, hay cosas que son realmente orgullo, pero imaginen decir esto. Es como el que dice “soy mejor que todos estos pastores”, ¿cómo puedes decir algo así?

Pedro dijo enfrente de ellos “Señor, aunque todos estos te nieguen, yo nunca voy a negarte”. Y por cierto, su amor por Jesús era genuino, lo lees en la Escritura, ¡su amor era genuino!, pero el diablo vio algo, una raíz, el diablo vio que su seguridad, que su confianza estaba en el hecho de que él amaba al Señor, ¡él amaba al Señor! Y alguien que me está escuchando ahora puede decir: “¿perdón? ¿Y que tiene de malo eso?, bueno, aún no he terminado, dame tiempo, uno de los problemas con la carne es que la carne es bastante impaciente, con ¡quietud y confianza!, por favor.

Así que el diablo vio eso y en otra ocasión, el Señor le dijo a Pedro, “Pedro escúchame, satanás me ha pedido por ti”, ¿cómo paso esto?, ¡el Señor lo sabe! “satanás ha pedido por ti”, así que satanás conoce sus “derechos legales” él puede ir al cielo o a Jesús directamente, pudo hacer eso y decir “hay una raíz en Pedro”, y observen el plan de Dios, Jesús dijo: “satanás os ha pedido, para zarandearte como trigo, pero yo he orado por ti Pedro que tu fe no te falle”, él no dijo que Pedro no iba a fallar, él permitió esto, porque él quería que viera esta raíz, el Señor quiere exponer esa raíz en ti para destruirla, quiere sacarla de ti. El Señor oró para que “para que tu fe no te falte, y para que cuando regreses, para cuando seas restaurado, fortalezcas a tus hermanos”. Esto es una promesa del ciento veinte por ciento, no solamente vas a ser restaurado, vas a estar en posición de fortalecer a tus hermanos, he orado por ti Pedro.

Bueno, la Biblia nos dice que la noche que Jesús fue traicionado, Pedro una vez mas dijo, mientras el Señor decía “uno de ustedes me va a traicionar” y los demás decían, “¿soy yo Señor?, ¿soy yo?”, Pedro habló de esto también en esta ocasión, que él no iba a traicionarlo, y el único que supo quién iba a entregarlo era Juan quien era el mas joven y estaba recostado en el pecho de Jesús, en esa época comían reclinados, y Juan estaba recargado en el pecho de Jesús, y esto es una representación de que él estaba dependiendo del amor de Jesús por él.

Pedro alardeó de su amor por el Señor. Su seguridad, su sentido de seguridad estaba en “yo amo al Señor”, si le preguntas “Pedro ¿tú amas al Señor?” “Si, sí, yo lo amo”, ¿dependes de ese amor?, “si, si ese soy yo”, y es absolutamente sincero, pero si le preguntas a Juan, Juan dice, “no, no, yo soy feliz de que él me ama”, Juan se gloriaba en que el Señor lo amaba a él. Así que Pedro es en esencia como la ley, amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón con toda tu alma, con toda tu mente y tus fuerzas, y la gracia dice “nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero”.

Y saben lo que ocurrió, ¿verdad? Al final de todo, solo Juan estuvo de pie, al pie de la cruz con las mujeres, ninguno de los otros estuvo allí, y Pedro comenzó todo esto quedándose dormido, él amaba al Señor, pero se quedó dormido, eso es la carne, él se quedó dormido cuando debería estar orando y apoyando a aquel que él amaba en el huerto de Getsemaní.

Jesús se acercó y les dijo “¿por qué duermen?, ¡oren!, ¡velen en oración!” y el Señor dijo: “el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil” La siguiente cosa que vemos fue que el Señor fue capturado y llevado al palacio de Caifás, por cierto nosotros sabemos que el Señor no podría haber sido capturado, al menos que él lo hubiera permitido, todo esto era parte del plan de Dios, para que él muriera por nuestros pecados. Así que él siguió al Señor de lejos, todos los demás huyeron y él siguió al Señor de lejos. La siguiente cosa que sabemos es que él estaba junto con otras personas que estaban en contra del Señor calentándose en el fuego, con los enemigos del Señor, ellos estaban ahí para acusar al Señor y él estaba calentándose ahí a un lado de ellos, junto al fuego y a él, que amaba tanto al Señor, le tomó solamente que una chica, solamente que una chica que le dijera “¡ey! Tú eres uno de ellos”, “no, yo no conozco al hombre”; y otro hombre dijo, “si, si tú eres parte de ellos”, “no, yo no conozco al hombre”; y otro hombre dijo, “si yo creo que tú eres uno de sus discípulos”, y él dijo, “no, yo no conozco al hombre” y comenzó a maldecir y a jurar, la Biblia dice que él maldijo, que él negó, que maldijo.

En Lucas 22:60

Y Pedro dijo: Hombre, no sé lo que dices. Y en seguida, mientras él todavía hablaba, el gallo cantó.

61 Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces.

La puerta se abrió en ese momento, el Señor estaba adentro, estaba siendo juzgado en la casa de Caifás. Cuando vas a Israel puedes aun ver a las ruinas de este lugar, a mi se me pone la carne de gallina cuando estoy allí, yo amo ese lugar, aun puedes ver los escalones en los cuales Jesús caminó cuando fue capturado.

Así que el Señor había sido golpeado, había sido humillado, había sido torturado, y en ese momento volteó, después que Pedro lo había negado la tercera vez, él volteo y sus miradas se cruzaron, y fue la ternura y la gracia en esa mirada lo que quebrantó el corazón de Pedro, y Pedro recordó la Palabra del Señor “antes que el gallo cante, me negaras tres veces”, así que en el versículo 62 dice:

Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente.

Voy a decirles algo, ahora su raíz está expuesta y a la primera persona a la cual el Señor se le apareció, el primer hombre de todos sus discípulos, sabemos que se le apareció antes a María, sabemos eso, pero María no es parte de los apóstoles, al primero de los apóstoles al cuál se le apareció Jesús fue a Pedro, y lo que ellos hablaron está oculto de nosotros, esto está registrado en varias partes de la Escritura, 1 corintios 15 y en los evangelios. Jesús se apareció primero a Pedro, cuando él resucito de los muertos, y esa reunión esta escondida de nosotros porque en otras palabras el Señor apareció para restaurarle.

La primera restauración que el Señor te hace es en tu conciencia, tienes que saber que tus pecados han sido perdonados. La siguiente ocasión en que el Señor se le apareció, en Juan 21, Jesús había resucitado de entre los muertos y estaban ellos en el mar de Galilea, ya habían pasado dos semanas de esto, y Jesús les había dicho “vayan a Galilea”, él murió en Jerusalén, pero les dijo, “vayan a Galilea”, y les dijo, “espérenme en el monte”, y lo que pasó fue que Pedro les dijo, “bueno, vamos a pescar”, ustedes saben que el monte y pescar son dos cosas diferentes, ¿verdad? Son dos lugares diferentes, así que de hecho Pedro está en rebelión, está desobedeciendo, no está obedeciendo lo que el Señor le dijo, así que no se extrañen que él no había pescado nada en toda la noche. Pero el Señor no tuvo una palabra en contra de ellos, en vez de eso los llamó de lejos mientras estaban pescando muy temprano, “hijos, ¿tienen alguna comida?”, yo leí esto anoche, el Señor no les dijo: “¿tienen algunos pescados?” él estaba más preocupado por alimentarlos, ellos contestaron, “ninguno”, y les dijo Jesús, “¡arrojen la red del lado derecho y van a encontrar!”, ellos arrojaron la red y encontraron tantos peces, y tengo que decirles esta revelación, en el griego original no dice: “arrojen su red a lado derecho y van encontrar peces”, no dice “peces”, se detiene ahí, Jesús dijo “echen su red al lado derecho y van a encontrar” ¿Y qué significa eso Pastor Prince? Bueno, el Señor me dijo “el lado derecho es el lado de justicia” Esto está en la Biblia. Si ustedes ponen su red de lado de la justicia van a encontrar el favor que ustedes necesitan, vas a encontrar el trabajo que necesitas, vas a encontrar la recomendación que necesitas, vas a encontrar la relación que necesitas, vas a encontrar el matrimonio que deseas, vas a encontrar lo que sea que estés buscando. Después de una noche infructífera de no pescar nada, “arroja tu red al lado derecho”, ellos capturaron estos peces, eran muchos peces, y aun no reconocían que era el Señor, y Juan fue el primero en reconócelo, ¿saben? la gente que se gloria en el amor del Señor por él, y no en su amor por el Señor, esta gente es la más rápida en tener discernimiento.

Juan dijo “¡es el Señor!”, y Pedro saltó al agua y nadó para encontrarse con el Señor. Ya había sido restaurada su conciencia, pero después de que has sido restaurado en tu conciencia, Dios quiere restaurar tu corazón. Ya sabes que has sido perdonado de tus pecados, pero ¿cuál es el objeto de tu corazón, el tema principal de tu corazón?, ¿todavía tienes cierta ambición, cierto amor, por un hijo o por algo más, en vez de por Jesús?, ¿estas ocupado todavía con algo más?, bueno el Señor iba aquí a restaurar el corazón de Pedro.

Así que él vino hasta Jesús y vio que el desayuno estaba preparado, ¿quién preparo el desayuno? Jesús, por eso les preguntó si tenían alguna comida con ellos, porque el Salvador resucitado va a suplir lo que tú necesitas, la gracia suple, la ley demanda, y ellos vieron todo suplido. Ahora, Jesús nunca, nunca les enseñó a ellos antes de que los hubiera alimentado, nunca los corrigió antes de alimentarlos, la Biblia dice que después de que él murió, y yo amo esto, este es el estilo de liderazgo que todos necesitamos aprender, no tienes derecho a corregir a alguien que nunca se ha alimentado, él los hizo que comieran, y yo creo que esto fue lo que ocurrió, yo no creo que él dijo todo esto delante de todos los discípulos, aun cuando Pedro había alardeado delante de todos ellos, yo creo que Jesús lo tomó aparte y fueron caminado a lo largo del mar de Galilea, y Jesús le dijo lejos de los discípulos, “Pedro, ¿me amas, más que todos estos?” usó las mismas palabras que Pedro usó, “Señor, aunque todos estos te nieguen yo nunca te voy a negar”. Ahora el Señor le dice: “¿me amas más que todos estos?” y Jesús usa la palabra en el griego “agapao” que es la forma más alta de amor, un amor de autosacrificio, el Señor la usó cuando dijo que “de tal manera amó, “agapao” Dios al mundo”, así que el Señor le está preguntando “¿me amas con la forma más alta de amor, este amor de auto sacrificio?” Pedro miró hacia abajo y dijo, “Señor tú sabes que te amo”, pero Pedro usó otra palabra para amor, la palabra “phileo”, que es un amor fraternal. En otras palabras, Pedro se humilló así mismo y le dijo: “¿sabes? mi amor por ti es solamente al nivel de que me agradas, no estoy preparado para morir por ti”, y Jesús le dijo “apacienta mis corderos, Pedro”. ¡Yo amo esto!, aun cuando él le confesó su amor “phileo”, Jesús le dijo “apacienta mis corderos”. Él estaba dando confianza, ¡si!

Caminaron un poco más y Jesús le dijo: “Pedro, “¿tú me amas?, ¿tú me “agapao” con la forma más alta de amor?” Pedro le dijo “Señor tú sabes que yo te amo con amor “phileo”, con este amor fraternal, ¡yo te amo, con este amor!” y Jesús le dijo: “pastorea mis ovejas”. Así que Jesús primero le dijo “apacienta mis corderos” que son más jóvenes, y ahora le está diciendo “pastorea mis ovejas” que son animales más viejos, así que ahora le está dando responsabilidades extra, y finalmente Jesús descendió al nivel de Pedro y le dijo: “¿me amas con amor phileo?” Pedro miró a Jesús y le dijo: “Señor tú lo sabes todo, y tú sabes que te amo con ese amor “phileo”. En otras palabras, “mi amor por ti está solamente al nivel de ese amor fraternal”, y el Señor le dijo: “apacienta mis ovejas”.

Pedro está aprendiendo aquí una lección: que no es tu amor por el Señor lo que al final de cuentas importa, sino que es Su amor por ti lo que cuenta, Él quiere que tus ojos estén en Su amor por ti. Tu amor puede cambiar y va a cambiar, pero el amor de Él por ti jamás va a cambiar.

¿Saben cuáles fueron las últimas palabras de Jesús a Pedro esa mañana? Las encontramos en Juan 21 en el último capítulo mientras iban caminando en el lago, sus últimas palabras fueron “Pedro, sígueme”. Jesús le restauró el corazón, y ahora está restaurando su posición, porque recuerden, unas de las primeras ocasiones donde él se encontró con Pedro, él estaba en el mar de Galilea, lavando y remendando redes, y le dijo “sígueme y te haré pescador de hombres”, y esta vez sus últimas palabras fueron, “Pedro, sígueme”. Algunas personas dicen “cuando tú pecas nunca vas a regresar a ese nivel alto que tenías con Dios”, ¡no!, con Jesús lo que él comenzó con Pedro lo terminó, puso a Pedro en su posición otra vez, le dijo “sígueme”. El mundo va a decir “un ave con a alas rotas nunca va a volar alto otra vez”, bueno Dios dice, “Yo hice a los pájaros y Yo hice las alturas y Yo puedo hacer que vuelen aún más alto”. A causa de tu pecado ahora estás en posición de poder ser restaurado el ciento veinte por ciento. Esta es una oportunidad que se le da a la gente, que ha pecado, pero no solamente que ha pecado, sino que presenta a Jesús como su ofrenda por el pecado aludiendo a Levítico 6. El Señor va a restaurarte lo que te ha sido quitado ciento veinte por ciento, en la misma área en que tú has tenido perdida.

David, de todas las esposas que tenía, y tenía un buen número de esposas, y de todos los hijos que tuvo, Dios escogió a aquel que era hijo de Betsabé, esa es la restauración al ciento veinte por ciento. ¿Esa relación empezó de una forma correcta? ¡No! ¿hubo pecado? ¡Si!, pero si respondes correctamente vas a tener el ciento veinte por ciento de restauración. Así que te voy a decir, este no es el final de tu historia, aprende a responder correctamente, aprende a tomar a Jesús como tu justicia, no pongas tu confianza en la carne, y cuando te veas a ti mismo manifestando la carne, comienza a odiar esa parte en ti, eso no es odiarte a ti mismo, los psiquiatras pueden decir que yo les estoy enseñando a odiarse a sí mismos, no, yo no estoy haciendo eso, les estoy enseñando la forma más alta de vida de la cual ellos no tienen ni idea, les estoy enseñando la vida de quietud y confianza, que la gracia reina en tu vida cuando la justicia reina en ti.

Un día José miró hacia abajo cuando él era el hombre más poderoso en Egipto y el favor estaba reinando en su vida, y él miró a una mujer, le llamó la atención y él volteó a mirar a la sonrisa de su esposa y volteó a mirar a esta mujer, era la esposa de Potifar… la esposa de Potifar estaba ahí inclinada ante él, y toda la gente de Egipto estaba ahí de rodillas ante José, y José pudo mirar a la esposa de Potifar y mirar a su esposa y a sus dos hijos y él nunca tuvo este sentimiento de que había pecado contra Dios, él dio gracias de que él dijo “¡No!” ¡aleluya! ¡amén!

Así que amigo, el pecado tiene un costo, te va a llevar más lejos de lo que tú quieres ir, te va a costar más de lo que tú quieres pagar, pero escucha, la razón por la que la gente cae es porque no consideran la carne, ponen su confianza en la carne.

Ahora ustedes saben los pasos, ¡amén! Esto es teoría al menos que el Señor haga hogar en ti, así que yo oro en el nombre de Jesús que nunca llegues a un lugar en el que creas en tus propias resoluciones, en tu poder, en auto-determinación, en todas esas cosas del mundo, sino que confíes en el favor de Dios y que dependas de Jesús como tu justicia, y lo llegues a conocer a él más y más porque has hecho el objeto de tu corazón algo que nadie te puede quitar. Un trabajo puede fallarte, tu hijo puede desilusionarte, un ser amado tuyo puede romperte el corazón, pero si Jesús es el objeto de tu corazón tú has encontrado a Aquel para el cual tu corazón fue hecho. Así que aquella mujer en el pozo dijo “¡he encontrado la vida! ¡he encontrado esa fuente inagotable de vida!” ¡amén!, ¡amén! ¡demos alabanzas! ¡aleluya! ¡Gracias Señor por tu amor!, ¡gracias Señor Jesús que Tú eres nuestra justicia! ¡amén!

Vamos a orar. Amigo, yo no creo ni por un momento que es casualidad o coincidencia que tu estés escuchando esto, yo creo que exactamente como en la vida de José, Dios ha arreglado cada paso para que tú pudieras escuchar hoy aquí la Palabra de Dios, porque Dios te ama, Dios te ama tanto amigo, este maravilloso Dios, este Dios tres veces Santo envío a Su Hijo a morir por tus pecados, para que la santidad de Dios pudiera ser satisfecha, su ley magnificada, así que Dios hoy cuando te pronuncia justo, lo hace en un fundamento justo. Dios te pronuncia justo, de una forma completamente justa, en una roca sólida, en un fundamento y una roca sólida, la sangre ha sido derramada, alguien más ha sido escarnecido, ha sido lacerado y castigado, alguien más ha sido juzgado en tu lugar, así que no tienes derecho de cometer suicidio, no tienes derecho a castigarte a ti mismo, no tienes derecho de abatirte a ti mismo, la cosa más grande que puedes hacer al responder a Dios para honrar a Dios es recibir Su regalo de la justicia que Jesús sufrió y murió para darte, y esta es la única cosa que puede satisfacer la santidad de Dios: que tú recibas la justicia de Dios como algo que Él ha provisto no como algo que tú has ganado o elaborado.

Si quieres recibir a Jesús, quien quiera que seas, haz esta oración conmigo donde quieras que te encuentres. Di desde el fondo de tu corazón: Padre celestial, Jesucristo es el hijo de Dios, yo creo que él murió en la cruz en mi lugar, que sufrió mi castigo por todos mis juicios y por todos mis pecados, yo confieso que soy un pecador, soy un completo pecador por tanto Jesús es mi total justicia, gracias Padre, Jesús es mi santidad, Jesús es mi sabiduría, y te doy gracias Padre que a pesar de que mi carne todavía está conmigo no voy a poner mi confianza en ella, sino que pondré toda mi confianza en Cristo y en Cristo solamente, gracias Padre, todos mis pecados han sido perdonados, soy altamente favorecido, profundamente amado en el nombre de Jesús, ¡amén!

Si desean ponerse de pie ¡alabado sea el Señor, aleluya!

He disfrutado tanto hoy compartir la Palabra de Dios, este no ha sido un sermón fácil de predicar, porque cuando tocamos el tema de la carne, siempre hay una resistencia, pero es que hemos expuesto trucos del enemigo, las armas del enemigo ¡amén! Recuerden esto, nadie se despierta por la mañana diciendo: “¡ah, voy a perder el control con mi hijo”, nadie hace eso, pero date cuenta de esto, si tienes un problema con tu hijo o lo que sea di “Señor yo dependo de tu sabiduría”. Quizá vas a tener más fallas que van a exponer esa raíz y tantas personas tiene tantas caídas que no se dan cuenta que el problema es con ellos mismos, ¡amén! Esto no es una causa para que te odies a ti mismo, es para que te regocijes en Cristo quien es ahora tu verdadera identidad. ¡amén! ¡alabado sea el Señor!

Para todos los que me escuchan, si desean hacer esta oración después de mi: Padre en el cielo te doy gracias que todos mis pecados han sido perdonados, todas mis enfermedades son sanadas, tu favor reina en mi vida, reina como un río impetuoso y la única forma que ese favor puede detenerse es porque yo sienta orgullo o por sentirme avergonzado o teniendo conciencia de pecado, pero me regocijo solamente en Cristo, Cristo es mi sabiduría, Cristo es mi justicia, mi santidad y Cristo es mi redención, así que te doy gracias Padre, yo pongo mis ojos hacia adelante en los días por venir, en los muchos días buenos que Jesús merece y pongo mi confianza en Tu amor por mi y no en mi amor por ti, en el nombre de Jesús ¡amén!

Que esta semana que entra, el Señor te bendiga y el Señor te guarde. Que el Señor te bendiga con las bendiciones del Padre Abraham, y el Señor te preserve y te guarde de todo mal, de enfermedades y padecimientos, de todo peligro, de cualquier poder del mal. Que el Señor te favorezca. Que donde quieras que vayas, el favor de Dios vaya delante de tu camino, que el Señor prospere todo lo que toques, y que a través del favor de Dios tú seas capaz de decir “no”. Que a través del favor de Dios incluso cuando cosas malas ocurran, no van a ocurrir dentro de ti, van a ocurrir alrededor de ti, pero eso va a ser un escalón para ti a causa del favor de Dios en tu vida, que el Señor te mire con Su favor y te conceda a ti y los tuyos Su paz-shalom, y bienestar, en el nombre de Jesús ¡amén y amén! ¡Gracias iglesia! ¡los amo!


Extraída del sitio Joseph Prince Ministries:


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