La Coraza de Justicia. Capítulo 4 de "Guerra Espiritual". De Joseph Prince
Amados lectores al final de este capítulo les dejo un enlace para descargar el libro completo. ¡Dios les bendiga! ¡Nuestro Señor regresa pronto! ¡Amén!
En Su amor,
Claudia Juárez Garbalena
La Coraza de Justicia
Estad, pues, firmes… vestidos con la coraza de
justicia.
Efesios 6:14
Tu Justicia es un Regalo
La
segunda pieza de la armadura que se menciona en Efesios 6 es la coraza de la
justicia. ¿Para qué es la coraza? Es para proteger tu corazón. Verás, si
recibes una herida en la pierna o el brazo, tú sobrevivirás. Pero si eres
apuñalado en el corazón, la situación es, que morirás. Ahora bien, cuando el
diablo te ataca, él quiere apagar tu fe. ¿Así que, qué es lo que él hace? Él va
a tu corazón, a tu corazón espiritual.
1
de Juan 3:21 dice: “Amados, si nuestro
corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios”. Así que el diablo
ataca tu corazón con acusaciones. Él te dirá cosas como: “¿Te llamas a ti mismo
un cristiano? Eres un gran hipócrita. Eres un pésimo cristiano. Eres un
cristiano que cae una y otra vez. No has orado ni ayunado lo suficiente. No has
leído suficientes capítulos de la Biblia”. O te podría decir: “Ayer dijiste
algo malo. Y la semana pasada, hiciste una mala decisión”. Con el diablo,
siempre es algo que hiciste o dejaste de hacer.
Para
proteger tu corazón de tales acusaciones, debes de saber lo que la justicia de
Dios es y no es. No está basada en lo que hayas hecho bien o mal. No, estar
bien con Dios es un don. En Romanos
5:17, Pablo nos dice: “…reinarán en vida
por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia”. Así que la
justicia es un don y está basado en los que Cristo ha hecho. Además, Daniel
9:24 dice que Jesús trajo “justicia
eterna”. Esto significa que no puedes perder esta justicia. ¡Es eterna!
Si tú crees que la
justicia depende en lo que haces, el diablo te atrapará todo el tiempo.
Digamos
que te levantas en la mañana y te sientes malhumorado. Hay ocasiones en que
todos nos levantamos malhumorados. Entonces, brincas a tu auto y mientras
manejas a tu trabajo, te encuentras en medio de un tráfico pesado.
Repentinamente, alguien se mete en tu fila. Pierdes la calma, y lo alcanzas y
le gritas. Como un creyente, sabes que no deberías de hacer eso. Entonces, el
diablo viene y te condena. Ahora bien, ¿aún eres justo? Podrías no sentirte
así, pero sí, aún eres justo porque tu justicia es un don que no está basado en
lo que tú has hecho, sino en lo que Cristo ha hecho. Así que si le has gritado
enojado a alguien hoy, sabe que no has perdido tu derecho de estar en pie
delante de Dios. Tu justicia es un don de Dios.
Algunos
cristianos aún creen que tenemos que aprender a conducir nuestros asuntos en
toda justicia. En otras palabras, ellos dicen que justicia es lo que nosotros hacemos. Si tú crees que la justicia
depende de lo que haces, todo lo que el diablo tiene que hacer es señalar algo
que hayas hecho mal, y te sentirás condenado. Amigo, si la justicia depende lo
que haces, el diablo te tendrá todo el tiempo. Incluso cuando hayas hecho
algunas cosas bien, él te dirá que no es suficiente, o él te señalará aquellas
cosas que has hecho mal. De cualquier manera, él te ha atrapado porque estás
dependiendo de tu propio desempeño.
Así
que debes de saber que la justicia no está basada en lo que tú hagas, sino en
lo que Cristo ha hecho. Dios te la da como un regalo por causa de Jesús, y Él
te dice: “Incluso cuando fallas, yo te veo justo”. Esa es la única clase de
justicia que te llevará adelante. Mientras más te des cuenta de que tu justicia
es un regalo de Dios basado en la obediencia de Cristo, y no en tu propia
obediencia, más podrás derrotar tu mal carácter, más podrás derrotar tu
malhumor, y más podrás derrotar el orgullo. Déjame preguntarte: Cuando sabes
que has fallado y sigues estando bien con Dios, ¿esto te hace querer pecar más?
¡No, para nada! De hecho, ¡amarás más a Dios! una vez que despiertas al hecho
de que eres justo aun a pesar de tus faltas, no querrás pecar. Pablo le dijo a
los Corintios: “Despierten a la justicia,
y no pequen” (1 Corintios 15:34). Cuando despiertas a la justicia, cuando
reconoces cuan justo eres en Cristo, no querrás pecar.
Sé Convencido de
Justicia, No de Pecado
Jesús
dijo del Espíritu Santo en Juan 16:8: “Y
cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio”.
¿Qué pecado es ese? Es el pecado de incredulidad —“De pecado, por cuanto no creen en mí” (Juan 16:9). Una vez, antes
de que fueras cristiano, fuiste convicto de ese pecado. Entonces, te
arrepentiste y creíste en Jesús. Así que
el Espíritu Santo ya no necesitó culparte más de este pecado. Entonces, ¿de qué
te convence Él? ¡Él convence al creyente de justicia, no pecado!
Déjame
explicarte. Cuando Jesús estuvo sobre la tierra, las personas podían ver la
aprobación y aceptación en Sus ojos. Ahora, digamos que Juan, el más joven de
los 12 discípulos, ve a una hermosa chica judía caminando un día, y él la mira
más de lo que debería. Cuando se da cuenta, él dice: “¡Oh, caramba! ¡No debí de
mirarla de esta manera!”. Él se voltea para mirar a Jesús. Jesús lo mira directamente.
Y Juan aún ve la aceptación en los ojos de Jesús. ¿Qué acababa de pasar? ¡Juan
ha sido convencido de justicia! Él aún es aceptado por Jesús, quien está ahí
con él. Pero algún tiempo después, Jesús regresa a estar nuevamente con Su
Padre, y Juan no lo ve más. Entonces, ¿quién convence ahora a Juan de justicia,
especialmente cuando caiga? El Espíritu Santo lo hará. Él está en la tierra hoy
para convencer a los creyentes, no de pecado, sino de justicia—“de justicia, porque voy al Padre y ya no
me verán más” (Juan 16:10).
Tristemente,
algunos cristianos todavía creen que el Espíritu Santo es el “convencedor” de
sus pecados. Han hecho que Él luzca como un buscador-de-faltas, o un regañón,
¡y nadie quiere vivir con un regañón!
Sé Establecido en Su
Justicia
Hebreos
10:15-17 nos dice que el Espíritu Santo nos da testimonio de que Dios ya no
recuerda nuestros pecados. El énfasis aquí es el perdón de pecados. Ahora
estamos seguros de eso —todos nuestros
pecados son perdonados. Entonces hoy, no tenemos que estar deprimidos, tristes
u oprimidos. ¡Todos nuestros pecados son perdonados!
Como
creyente, debes de estar seguro acerca de tu perdón y de tu justicia en Cristo.
Si no estás seguro de estas cosas, nunca conocerás a Cristo, o no conocerás a
Dios íntimamente, o no conocerás el poder de Su resurrección. Pablo dijo en
Filipenses 3:9: “…no teniendo mi propia
justicia, que es por la ley, sino la es por la fe de Cristo, la justicia que es
de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección…”. Si
quieres caminar en el poder de Su resurrección, debes de estar seguro en el
conocimiento de que eres la justicia de Dios en Cristo, y que esta justicia no
está basada en tu desempeño, sino en Su desempeño — en lo que Cristo ha hecho.
Isaías
54:14 declara: “Con justicia serás
adornada; estarás lejos de opresión…”. Por cierto, opresión incluye
enfermedad. Hechos 10:38 dice: “cómo Dios
ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo
haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos
por el diablo, porque Dios estaba con Él”. La enfermedad es una
opresión. Así que cuando Isaías dice: “Estarás lejos de opresión” ¡también
significa que estarás lejos de la enfermedad!
Algunas
veces, vemos síntomas de la maldición en nuestras vidas. Podremos enfrentar
opresión, depresión, desánimo, recursos limitados, o incluso enfermedad. Estos
son síntomas de la maldición, y una vez que lo ves, puedes tener inmediatamente
una salida. Y la salida es esta: Se consciente de tu posición correcta delante
de Dios. Justo en ese mismo momento, declara: “¡Soy justicia de Dios en
Cristo!”.
Una
vez que eres hecho justo, no puedes volverte injusto.
Ahora
bien, ¿en la justicia de quién somos establecidos? ¿En nuestra justicia? ¡No!
Si fuera en nuestra justicia, haríamos preguntas como: “¿Qué tanto debo de
orar?” y “¿Cuántos capítulos de la Biblia debo de leer cada día?” No, Isaías
54:17 declara: “…y su justicia de mí vendrá, dijo Jehová”. Y
Romanos 5:17 nos recuerda que esta justicia es un regalo—“…mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben
la abundancia de la gracia y del don
de la justicia”.
Sé Consciente de la
Justicia
Estamos
diciendo que cuando recibimos a Jesús, recibimos el don de la justicia. La
palabra griega para “recibir”, lambano,
implica un recibir continuo. ¿Esto significa que podemos perder nuestra
justicia? ¡No! Pero podemos perder nuestra conciencia de ella. Cuando fallas,
es tiempo de lambano tu justicia. Es
tiempo de decir: “¡Soy la justicia de Dios en Cristo!”. El momento en que dices
eso, algo te sucede. Como un globo que ha sido empujado dentro del agua, te
levantarás rápidamente hacia la superficie otra vez. El diablo no podrá
mantenerte abajo por mucho tiempo. Te levantarás otra vez porque te despiertas
a tu justicia. No es algo que tú ganas. Es algo que se te dio porque tienes a
Jesús.
Algunos
cristianos no se dan cuenta que se les ha dado el don de la justicia. Es
importante entender que solo porque tienes a Jesús, eso no significa que
caminarás en las bendiciones de esa justicia. Puedes tener justicia, y aun así
estar estresado y oprimido porque no eres consciente de lo que tienes.
No Puedes Volverte
Injusto
¿Sabes
que una vez que eres hecho justo, no puedes volverte injusto? Es como una oruga
que se convierte en una colorida mariposa. La oruga ha alcanzado el siguiente
nivel en su vida cuando se convierte en mariposa. No puede regresar a ser una
oruga. ¡Es una mariposa por el resto de su vida!
Alguna
vez fuiste una oruga. En otras palabras, alguna vez fuiste pecador. Un día, entraste
a una experiencia de nuevo nacimiento. Tuviste una metamorfosis que te
convirtió en mariposa. En otras palabras, naciste otra vez como cristiano. Ya
no eres más una oruga. Ya no eres más un pecador. Así que no puedes andar por
ahí diciendo: “Soy un pecador salvado por gracia”. ¿Por qué? Porque una vez fuiste un pecador, ¡pero ya no más!
Una vez fuiste oruga, ¡pero ya no
más!
De
vez en cuando, una mariposa puede volar hacia un montón de basura en lugar de a
las lindas flores del jardín. ¿Aún es una mariposa? ¡Por supuesto! No se
transforma otra vez en oruga sólo porque aterriza en la basura. Y no permanece
mucho tiempo en el montón de basura porque no le gusta—sencillamente no está en
su naturaleza que le guste la basura, y andar entre las moscas. De la misma
manera, un cristiano algunas veces hace cosas pecaminosas, pero no lo hace a él
un pecador otra vez porque ya ha sido transformado en una nueva creación. Él
solo es un cristiano que ha hecho cosas pecaminosas. Lo opuesto también es
verdad: Si un pecador hace buenas obras, no lo hace a él un cristiano.
Amigo
mío, cuando sabemos que somos justos, reinaremos con Cristo (Romanos 5:17). Y
cuando caminamos en Su justicia, la opresión estará lejos de nosotros (Isaías
54:14). ¿Quieres reinar en vida? ¿Quieres que los ataques del diablo no tengan
efecto en ti? Entonces, obtén un entendimiento profundo de que eres justo en
Cristo. ¡Y ponte la coraza de la justicia con confianza!
uff que regalo!! gracias por el libro :O TE PASAStee, siempre he tenido dudas sobre este asunto, y es fundamental, Dios te bendiga, :), me vino como anillo al dedo, salu2 y bendiciones,
ResponderEliminarDios te bendiga mucho preciosa hermana, por tanta dedicación y entrega para servir al cuerpo de Cristo. He leído los cuatro capítulos dándole gracias a mi Dios y con lágrimas en mis ojos por recibir esta bendicion. Muy agradecida!
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