El Evangelio de la Paz. Capítulo 5 de "Guerra Espiritual". De Joseph Prince
“Estad, pues, firmes…y calzados los pies con el
apresto
Del evangelio de la paz.”
Efesios 6:14-15
Descansa en Su Paz
La
siguiente pieza de la armadura es el evangelio de la paz. En Juan 14:27, dice: “Mi paz os dejo, mi paz os doy; no la doy
como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. ¡Jesús,
quien es el Príncipe de Paz, nos ha dado Su paz!
Ahora
bien, esta pieza de la armadura en particular, de hecho va en tus pies. Efesios
6:15 dice: “y calzados los pies con el
apresto del evangelio de la paz”. Romanos 10:15 dice: “… ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian
buenas nuevas!”. A muchos de nosotros se nos ha dado la oportunidad de
compartir el evangelio con nuestros amigos y familiares. A eso es a lo que se
refiere la escritura. Tus pies siempre están listos para llevar las buenas
noticias a las personas. ¡Es por eso que Dios dice que tus pies son hermosos!
Estás calzando tus zapatos del “evangelio
de la paz”.
¿Por
qué el evangelio de la paz? Porque
Dios sabe que es tan fácil para nosotros volvernos turbados en nuestras mentes
y en nuestros corazones. Juan 14:27 dice: “…
no se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. Filipenses 4:6 dice: “Por nada estéis afanosos, sino sean
conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con
acción de gracias”. El diablo no puede manipular a un cristiano que permanece
en paz. No puede hacerlo porque el mismo diablo no tiene paz. De hecho, él no
descansa. Mateo 12:43 dice que los espíritus malvados andan buscando descanso,
pero no lo encuentran.
El
diablo quiere turbar tu mente, turbara tu corazón y agitar tus emociones. No te
asombres de que la Biblia dice en 1 de Pedro 5:8 que él anda como león
rugiente, buscando a quién devorar. Pero el versículo anterior dice: “echando toda vuestra ansiedad sobre él,
porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:7). Así que un cristiano
que practica depositar todas sus preocupaciones al Señor no puede ser devorado
por el diablo.
En
la guerra espiritual, es vital que te pongas tus zapatos del evangelio de la
paz. Los soldados toman muy en serio sus pies y botas. De hecho, mantener sus
pies saludables y sus botas en buenas condiciones es muy importante durante la
guerra. Nunca sabes a dónde te llevará la batalla. Podrías terminar peleando en
un pantano o caminando días arriba y abajo en terreno escabroso. Y si no puedes
caminar o correr porque tus pies están dañados, todo tu cuerpo estará en
peligro cuando el enemigo ataque.
Las
botas también son útiles para aplastar escorpiones, culebras y cucarachas. Eso
es lo que los creyentes deben de hacer. Lucas 10:19 declara: “He aquí os doy potestad de hollar
serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará”.
¡Así que ponte tus botas espirituales!
La Paz es Tu Árbitro
De
hecho, cuando caminas en paz, estás inconscientemente permitiendo que Dios te
guíe. No necesitas ser inteligente para seguir a Dios. Frecuentemente, el
Espíritu Santo nos guía por la presencia de paz, ya sea que haya paz o no la
haya. Así es como he tomado decisiones para mi iglesia. Algunas cosas suenan muy
razonables, pero si no tengo paz en mi espíritu acerca de ellas, no las hago.
De igual manera, algunas cosas no suenan tan sabias, pero si tengo paz con
respecto a ellas, las hago.
La
Paz que Jesús nos ha legado incluye bienestar, salud y prosperidad.
Colosenses
3:15 dice: “Y permitan que la paz de Dios
gobierne en sus corazones…”. La palabra “gobierne” en el griego significa
“que sea un árbitro”. Así que en todas las cosas que hagas, permite que la paz
de Cristo gobierne o decida como un árbitro. Todos hemos visto a los árbitros
presidir partidos de tenis. Si el árbitro dice “fuera”, no hay manera de
argumentar con él. Puedes gritar “adentro” todo el día en vano. Puedes tirar tu
raqueta al suelo como John McEnroe solía hacer, y gritar, “¡Fue adentro!”, pero
el árbitro tiene la última palabra. Así que, permite que la paz de Cristo
gobierne, o decida como un árbitro, en tu corazón.
‘Mi Paz Os Doy’
Juan
14:27 dice: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se
turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. Por años, no entendía completamente
lo que la palabra “dejo” significa realmente en este versículo. Un día, estudié
la palabra y encontré que no significa simplemente “permitir que quede atrás” o
“no llevarse”, como algunos dirían, “Muy bien, dejaré mi bolso aquí contigo”. No, la palabra en realidad significa
“legar”. En otras palabras, Jesús está diciendo: “Les lego Mi paz a ustedes”.
Pero,
¿qué significa la palabra “legar”? Un hombre moribundo podría tener a sus hijos
reunidos alrededor de él así que él puede legar sus bienes o negocios a ellos.
Eso es lo que “legar” significa — dar o dejar una herencia como testamento
después de que uno muere. Así que cuando Jesús estaba cerca de morir en la
cruz, Él nos legó nuestra herencia—Su Paz. No era cualquier paz. Jesús dijo:
“Mi paz”. Literalmente era Su paz lo
que Él nos legó.
También
descubrí algo más acerca del versículo. Siempre había pensado en la “paz” como
“paz del corazón” o “paz mental”. Ahora bien, incluye todo eso, pero un día, el
Espíritu Santo abrió mis ojos. Comencé a darme cuenta que Jesús estaba hablando
a Sus compañeros judíos. Así que Él tuvo que usar la palabra hebrea “shalom”.
Él les dijo: “Shalom les dejo, Mi Shalom le lego, no como el mundo la da, yo se
las doy”.
En
la Concordancia Strong, encontramos que la definición de la palabra Shalom
incluye “bienestar, salud, prosperidad”, no es solo paz en el sentido común.
¡La paz que Jesús nos dejó es literalmente Su salud y prosperidad también! Así
que cuando Él dice: “Mi shalom les dejo”, Él nos legó como una herencia,
también Su propia salud y prosperidad.
También
busqué la palabra “paz” en el léxico en griego y encontré que significa paz y
descanso en contraste con lucha. La palabra denota la ausencia o el final de
una lucha. E influenciada por la palabra hebrea “shalom”, también significa un
estado de salud, un estado de ninguna preocupación, bienestar sin perturbación.
Ahora, ¡Me gusta eso! Dios te quiere en un perpetuo estado de shalom. Eso es lo
que Jesús dejó para nosotros. Pero siempre recuerda que el diablo intentará
perturbar ese sentido de paz.
Un
día, mi esposa regresó de la escuela de nuestra hija a casa y me dijo que la
maestra le acababa de informar que nuestra hija Jessica le gustaba perseguir a
un niño en particular por toda la escuela. No solo eso, cuando ella atrapaba al
niño, ella lo besaba. Yo dije: “¡Qué! ¿Mi niña de cuatro años está persiguiendo
a un niño? “Inmediatamente me di cuenta de que mi corazón entró en conflicto.
Ahora bien, yo ya le había compartido esta particular revelación sobre la paz a
mi esposa. Así que cuando ella vio mi ansiosa respuesta, volteó hacia a mí y
dijo: “¡No dejes que tu corazón se turbe!” Me sentí bien después que ella dijo
eso.
No
mucho tiempo después de eso, asistí a la presentación del Día del Padre en el
kindergarten de Jessica. Los niños estaban en el patio jugando cuando mi esposa
vino hacia mí me dijo: “Querido, ¿ves a ese niño al que Jessica va
persiguiendo? ¡Ese es el niño!” Miré con atención al niño. Vi a mi hija
persiguiéndolo y él estaba huyendo de ella. Tengo que admitir, ¡no me gustó
para nada! ¡No quería que mi hija corriera detrás de ningún niño! Verás,
¡preferiría que los niños corrieran detrás de ella!
De
camino a casa, detuve el auto, volteé hacia mi hija y dije: “Jessica, ¡ese niño
es feo!”. Ella me miró mientras hacía unos ojos grandes. Le dije: “¡Ni siquiera
se ve como un Príncipe Encantador!”. Mi esposa me miró y agitó la cabeza. Antes
de que el día terminara, me arrepentí delante del Señor. Dije: “Señor, siento
haber llamado feo a ese niño”. ¿Puedes creer que incluso un pastor como yo
pueda tener problemas por algo tan pequeño? Amigo mío, en las grandes o
pequeñas cosas, Dios desea que caminemos en paz.
Sanado de Insomnio,
Ataques de Pánico, Sinusitis, Gastritis
Por
nueve años, un hombre de nuestra iglesia fue afligido por el insomnio. Por
nueve largos años, no pudo dormir. Su doctor le dio pastillas para dormir. Él
tomaba tres pastillas y obtenía una o dos horas de sueño. Entonces, se
despertaba y no era capaz de volver a dormir. Así que tomaba más pastillas.
Terminó tomando seis pastillas cada noche y se volvió adicto a ellas.
Todo
comenzó cuando él fue despedido en 1995 y no pudo encontrar un trabajo
permanente después de eso. Sin un trabajo decoroso, no pudo proveer bien para
su familia y eso lo estresó.
Entonces,
padeció una mala sinusitis, con moco atrapados detrás de sus pómulos y no los
podía despejar. Así que tuvo tres operaciones para resolver el problema, pero
no mejoró. Le ocasionó una infección constante en sus mejillas y tenía que
tomar antibióticos muy caros para despejar la infección. También tenía que
visitar el hospital regularmente para drenar el moco. ¡Su dinero también estaba
siendo drenado!
Debido
a los antibióticos que estaba tomando, comenzó a padecer de gastritis. Su nivel
de estrés se incrementó y simplemente no podía dormir naturalmente. Un
psiquiatra dijo que él estaba sufriendo de estrés y depresión, y le dio más
pastillas. ¡Cada día, se tomaba más de 30 tabletas para la depresión, estrés,
insomnio, gastritis, pánico e infección!
Estando
en bancarrota, entró al negocio de la construcción, esperando que la situación
pudiera mejorar. Pero no fue así. Tenía más estrés en el trabajo y comenzó a
desear morir mientras dormía. Entonces, comenzó a tener ataques de pánico. Cada
vez que venían, él no podía dejar su casa, manejar o hacer cualquier otra cosa.
Su esposa tenía que quedarse en casa para cuidarlo. Así que su familia sufría
también. Y aunque no comía bien, extrañamente, comenzó a ganar mucho peso. ¡Subió
de 46 kilos a 56 kilos!
Entonces,
en abril de 2003, él sintió que el Señor le estaba diciendo que hablara en
lenguas. Él obedeció y comenzó a orar en lenguas regularmente, aunque solo
podía pronunciar unas cuantas sílabas inicialmente.
Él
me dijo: “Pastor Prince, en el momento en que comencé a hablar esas pocas
sílabas en lenguas, ¡sentí descanso!”. Él dijo que esa sensación de paz lo
inspiró para orar aún más en lenguas. Mientras más oraba en lenguas, más paz
sentía. Así que siguió orando en lenguas. El problema de sinusitis comenzó a
aclararse y también fue sanado de la gastritis.
Este
hombre me dijo: Cada día, hacía dos cosas: Oraba en lenguas y escuchaba las grabaciones
de sus sermones”. Cada vez que él se atrevía a manejar a algún lugar cercano,
ponía las cintas en su auto.
Poco
a poco, el miedo y los ataques de pánico también lo dejaron. ¡También comenzó a
tener sueño de calidad sin píldoras para dormir! El Señor, incluso, le enseñó
cómo tenía que comer —dos comidas al día, pero que comiera lo que quisiera.
¡Hoy en día, él recuperó su peso normal y su talla de cintura!
Entonces,
el Señor lo dirigió a comenzar un negocio. Debido a que su empleo anterior le
había producido más estrés y ansiedad, él estaba renuente a regresar al mismo
empleo. El Señor le preguntó: “¿Qué tienes en tu mano?”
La
paz de Jesús es fuerte, permanente e impenetrable por las circunstancias
externas
Él
respondió: “No tengo nada en mi mano, excepto mi habilidad y pasión para
reparar computadoras”.
El
Señor dijo: “¡Eso es lo que hay en tus manos!”
Así
que comenzó a proveer un servicio de reparación de computadoras. Hoy día, su
negocio está floreciendo y es bendecido financieramente. También es bendecido
con buena salud. Y es capaz de pasar tiempo de calidad con su familia. ¡Su
esposa dice que ella ha encontrado a un nuevo esposo, y sus tres hijos dicen
que ellos han encontrado a un nuevo papá!
Este
hombre aprendió a encontrar descanso y permanecer en paz. ¿Cómo? En Isaías
28:11-12, dice: “Porque en lengua de
tartamudos, y en extraña lengua hablará a este pueblo, a los cuales él dijo:
Este es el reposo; dad reposo al cansado; y este es el refrigerio …”. Este
es uno de los pocos pasajes del Antiguo Testamento que se refiere al hablar en
lenguas. E Isaías llama el hablar en lenguas como el “reposo” y el “refrigerio”.
Cuando ese hermano sufrió ataques de pánico y no supo qué hacer, él solamente
oró en lenguas. Y el Espíritu Santo provocó una paz sobrenatural que guardó su
corazón.
Solo Jesús Da Paz
Duradera
Ahora
bien, el mundo también promete paz. El mundo dice: “Si tú escuchas música suave
de la nueva era, baja las luces, quemas cierto incienso y practicas meditación,
también puedes sentirte en paz”.
Pero
¿qué crees? Eso es solo emocional. Una vez que la música se apaga, una vez que
el incienso deja de arder y las luces se encienden otra vez, la paz termina.
¿Por qué? Porque es una paz externa, no una paz interna.
Sólo
Jesús da verdadera y duradera paz interior. Y la paz de Jesús es fuerte, permanece
y no es afectada con las circunstancias externas. Si tu paz es afectada por las
circunstancias externas, entonces no es paz.
Pedro
supo lo que era la verdadera paz. Él fue arrestado, puesto en prisión y atado con
dos cadenas. Pero “… la iglesia hacía sin
cesar oración a Dios por él” (Hechos 12:5). Creo que esto significa que la
iglesia estaba orando en lenguas por él. Ellos oraron constantemente por su
liberación. Esa noche, mientras Pedro estaba durmiendo: “… un ángel del Señor se presentó, y una luz resplandeció en la cárcel; y
tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las
cadenas se la cayeron de las manos.” (Hechos 12:7). Verás, ¡Pedro debió de
estar en un sueño tan profundo que el ángel tuvo que sacudirlo para
despertarlo! Este ángel—este ser celestial—vino de la presencia de Dios en
respuesta a la oración, ¡y el hombre estaba durmiendo en la noche de su juicio
y su posible ejecución! ¡Eso es verdadera paz, amigo!
Algunos
de ustedes no pueden dormir en la noche anterior a una presentación en el
trabajo. Algunos de ustedes no pueden dormir la noche anterior a recibir el
diagnóstico del doctor. ¡Pedro estaba cerca de ser enjuiciado y probablemente
ejecutado el día siguiente, sin embargo, pudo dormir tan bien! ¡Si él hubiera
dependido en aceites perfumados de aromaterapia, no hubiera encontrado paz
porque la prisión hubiera estado apestosa! ¡Si él hubiera dependido en la
música suave de la nueva era, no hubiera encontrado la paz porque hubiera
escuchado los gruñidos y maldiciones de los prisioneros!
No,
Pedro descansó en la paz que Jesús le legó, y durmió pacíficamente. Esto me
recuerda a otro Hombre que durmió en un barco en medio de una gran tormenta
(Marcos 4:38). Todos los demás estaban en pánico alrededor de él. Aun así, al
igual que Pedro en prisión, ¡Jesús estaba durmiendo!
‘Paz’
Si
tu hijo muriera en tus brazos, ¿eso afectaría tu paz? Esto le sucedió a una
mujer del Antiguo Testamento. 2 de Reyes 4 nos dice que el profeta Eliseo le
dio la promesa a la mujer sunamita la cual no tenía hijos. El hombre de Dios le
dijo: “…El año que viene, por este
tiempo, abrazarás a un hijo…” (2 de Reyes 4:16). Y así, la mujer concibió y
nació un varón cuando el tiempo señalado llegó.
Un
día, cuando el niño fue al campo con su padre, se enfermó. El padre llevó al
niño con la madre. El niño se sentó en las rodillas de su madre hasta la tarde
y entonces murió.
Amigo
mío, Dios puede darte algo y entonces el diablo puede atacarlo. ¿Cómo
reaccionas? La mujer acostó al niño sobre la cama del varón de Dios, cerró la
puerta y salió. ¡Qué clase de mamá! ¡Muchas madres hubieran sostenido al niño,
y llorado y llorado y llorado! Esa hubiera sido la reacción natural.
Pero
ella llamó a su esposo y le dijo: “… Te
ruego que envíes conmigo a alguno de los criados y una de las asnas, para que
yo vaya corriendo al varón de Dios, y regrese.” (2 de Reyes 4:22). El
esposo le preguntó: “… ¿Para qué vas a
verle hoy? No es nueva luna, ni día de reposo.” Y ella dijo: “… Paz” (2 de Reyes 4:23). En hebreo, ella solo responde una palabra: ¡
“Shalom”! En el contexto, significa, “¡Todo va a estar bien!”.
Así
que ella ensilló el burro, partió y fue al varón de Dios en el Monte Carmelo.
Cuando Eliseo la vio desde la distancia, le dijo a su sirviente Giezi: “… He aquí la sunamita. Te ruego que vayas
ahora corriendo a recibirla, y le digas: ¿Te va bien a ti? ¿Le va bien a tu marido,
y a tu hijo?” Y la mujer sunamita respondió: “Bien” (2 de Reyes 4:25-26). Ahora bien, ¿estaba ella mintiendo?
No, porque ella estaba imitando al Dios que llama las cosas que no son, como si
fuesen (Romanos 4:17). Si seguimos leyendo, encontramos que Eliseo fue a donde
estaba el niño muerto y lo resucitó por el poder de Dios.
Amigo
mío, esta mujer conoció una paz que el mundo hubiera llamado extraordinaria.
¡Ninguna meditación de la nueva era o aromaterapia podría haberle dado eso a
ella! Jesús nos legó Su paz. Es nuestra herencia. Dios quiere que tú y yo
estemos en un estado perpetuo de shalom, en un estado sin ansiedad, de imperturbable
bienestar, un estado de salud y prosperidad. ¡Paz—en Cristo!
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