Quédate quieto. De Joseph Prince
2 Crónicas 20:15,17 y
dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat.
Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan
grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios…No habrá para qué peleéis
vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con
vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra
ellos, porque Jehová estará con vosotros.
Cuando el rey Josafat y
la pequeña tribu de Judá fueron sitiados en todos los frentes por 3 ejércitos
poderosos y sedientos de sangre que avanzaban rápidamente hacia Jerusalén (2
Crónicas 20), el rey se dispuso a buscar al Señor y a orar con esperanza delante
de toda la asamblea de Judá. Fue entonces cuando el Espíritu del Señor vino
sobre Jahaziel, quien habló las palabras del Señor que leemos en las Escrituras
de hoy. Al escuchar estas palabras de esperanza, todo Judá se humilló ante el
Señor, postrándose ante Él y adorándolo.
Hoy el Señor te está
diciendo las mismas palabras en tu situación. ¡Espera en Él porque Él te ama!
No tienes que vivir con miedo y desaliento cuando sabes que la batalla no es
tuya, sino del Señor. Quédate quieto y ve la salvación del Señor. La batalla es
de Él y no necesitarás pelear en ella.
¿Qué haces cuando no
sabes qué hacer? Lo mejor que puedes hacer es quedarte quieto. Quédate
quieto y ve la salvación del Señor en tu situación.
Pero Pastor Prince, si me quedo quieto, ¡no pasará nada!
Amigo mío, quedarse
quieto no es inactividad o no hacer nada. Es una postura de esperanza e implica
mantener la esperanza anclada en la persona de Jesús y tener una expectativa
segura y confiada del bien. Cuando los ejércitos merodeadores de Faraón marchaban
contra los hijos de Israel, empeñados en aniquilarlos, Moisés simplemente
declaró a los aterrorizados israelitas: “No temáis. Estad quietos y ved la
salvación del Señor” (Éxodo 14:13 KJV). La palabra hebrea para salvación es “yeshua”,
que de hecho es el nombre de Jesús. Entonces la salvación es la persona de
Jesús, y Él está contigo.
Cuando te encuentres
atrapado en una situación desesperada, aprende a posicionarte, quédate quieto y
ve el poder salvador de Jesús obrar a tu favor. Él nunca te dejará ni te
desamparará (Hebreos 13:5). Y a medida que centras en Él tus pensamientos, tus
creencias y tus esperanzas, Él te guiará con respecto a lo que debes hacer, tal
como llevó a Josafat a una victoria triunfal sobre sus enemigos.
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