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MIRANDO SOLO A DIOS - Juan Luis Molina

CARTAS ENTRE CREYENTES

Amadísimos miembros cercanos:

                                    Doy gracias al Dios Todopoderoso por la gracia que derramó sobre todos y cada uno de los miembros de este Cuerpo, y por la cantidad de miembros despiertos a la Cabeza que están proclamando con tanto denuedo Su Evangelio por todas las partes del mundo: El Evangelio de la Gracia. 
          
                   Es hermoso lo que sucede en nuestras vidas cuando reconocemos la gracia que nos ha sido derramada en nuestro Cristo. ¿Qué fue lo que sucedió el día que le dimos el señorío de nuestras vidas a Jesucristo? ¿Qué fue lo que realmente produjo el Padre dentro de nosotros? - En el día que hicimos esa confesión y creímos que Dios lo resucitó de los muertos, lo que Dios CREÓ dentro de cada uno fue una NUEVA CRIATURA.  Qué bueno es saber por experiencia (Gr.- guinosco) que, esta creación divina, ya venía completamente, completamente, completísimamente completa el día que la recibimos de nuestro Padre. Ni más grande se hará por nuestros esfuerzos, ni más pequeña sin nuestros sacrificios.

                     De pura gracia nos puso Dios adentro esta nueva creación completa, para que vivamos por ella - si queremos y se lo permitimos, si vivimos por Cristo, Dios entonces pasa a ser nuestra única suficiencia para todas las cosas. Cristo pasó a ser nuestra verdadera identidad, y Cristo y el Padre UNO son. Así nos ve Dios y conviene también que nosotros nos veamos ya. Si queremos, tenemos toda la libertad de vivir por Cristo; Así de fácil y así de sencillo. Esto es lo que significa: estad pues firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres (Gálatas 5:1). Ahora tenemos a Cristo y no queremos otra cosa, sino esperar todas las cosas a las que en Cristo tenemos derecho, y ofrecidas de pura gracia por el Padre.

                    El hombre natural (el de la línea de Adán) no puede entender ni recibir las cosas del Espíritu (nuestro Padre), porque le parecen locura a sus cinco sentidos. Solo en Cristo se disciernen espiritualmente TODASLASCOSAS del Padre (1ª Corintios 2:14). Muchas veces, pensamos racionalizar las cosas espirituales, de manera carnal, y así no funciona, porque estamos imaginando a Dios a "nuestra manera," y acabamos agotados, las dirigimos todas hacia las OBRAS Y ORDENANZAS. ¿Por qué? pues porque así fuimos enseñados cuando se nos llevaba de la mano para adorar ídolos mudos.

                   Hagamos esta pregunta para ilustrar las diferencias que existen entre el espíritu y la carne, a la hora de enjuiciarlas carnal o espiritualmente:
  
                   ¿Qué es más fácil: hablar en lenguas o levantar a los muertos? - ¿Que nos parece más sencillo viendo la cosa carnalmente? - Pues, aunque la carne juzgue lo contrario,  las dos manifestaciones son imposibles para el hombre viejo, Dios no nos puso en Cristo la manifestación de hablar en lenguas por lo mucho que nos habíamos entrenado o esforzado, sino que nos puso una nueva criatura completa cuando estábamos muertos en delitos y pecados.  Esa nueva creación en ti,  ya viene totalmente equipada para las buenas obras que el Padre preparó de antemano - de pura gracia te hizo Dios un ser completamente nuevo.  Amados hermanos: no va a ser ahora, por mucho que se entrene la carne, que se consigan perfeccionar estas manifestaciones, frutos y dones que nos caen del cielo, sino que son los atributos inherentes de tu Cristo En la nueva criatura, eso es lo más natural y espontáneo, es lo que manifiesta sin ningún esfuerzo porque es natural en él - tanto le da hablar en lenguas, como levantar a un muerto, según se lo inspire el Espíritu. Y lo hace además con todo el amor, gozo, paz y paciencia y todos los demás frutos que atesora consigo, y los derrama a través de los ministerios que el Padre le conceda para ofrecer entre los hermanos. 
   
                 El Padre y Cristo son UNO en propósito. ¿Qué es lo que sucede cuando nos vestimos y vivimos la vida de Cristo en nosotros? ¿Te das cuenta? - nosotros somos Sus amados miembros. Miembros de un Cuerpo que es perfecto espiritualmente. Hemos mudado de reino; por eso es bueno saber que, lo primero que nuestro Abba Padre nos muestra en la sana doctrina, es que jamás debemos mezclar las dos naturalezas, Él las distingue y separa muy convenientemente en el Libro de Romanos - en sus primeros capítulos. También debemos separarlas bien nosotros. En Cristo se reclama la gloria del Padre en Adán las vanidades del gusano, el engañador.

                   Le dimos el señorío de nuestras vidas a Jesucristo, porque necesitábamos una vida nueva, que nos ofreciese la conexión con el Creador que se perdió en Adán. - Muchos dicen: yo no tuve nada que ver con eso, yo ni tan siquiera había nacido cuando Adán tomó esa decisión. - Y el Padre dice: Pues por eso mismo es por lo que te ofrecí y puse dentro a Cristo de pura gracia, para que no dijeses que te ganaste tú con tu sudor esta nueva vida, ni para que trates tú de perfeccionarla con nada. Yo no te he puesto Mi Cristo adentro para mejorar tu vida vieja, sino para que viva su vida por ti, si tú se lo permites.

                   Amados hermanos, si no hubiese copiado en nosotros nuestro Padre ese espíritu, de pura gracia, jamás por todo lo que hiciésemos nosotros lo hubiésemos alcanzado. ¿Qué podríamos añadirle nosotros ahora? - Nadie ha podido, ni  puede o podrá, acercarse al Padre por sus propios recursos o habilidades. Por mucho que se esfuerce, el hombre, si quiere adentrarse en el Padre, tiene que vestirse primeramente de Cristo, para presentarse dignamente revestido al Altísimo. Aquí, en Su Presencia sanadora, sucede como en la parábola de las bodas del Rey, en la cual, fue hallado un amigo del Rey sin el "vestido apropiado," y fue echado fuera de Sus palacios con muchas vejaciones. Nuestro "vestido de bodas" es Cristo; o nos revestimos con él en el Lugar Santísimo o, pura y simplemente, no entramos. Tendremos que esperar en la antesala del Templo, hasta que se nos rasgue el velo. Pero para los que viven en Cristo, el velo ya fue rasgado. Tenemos por derecho de sangre la entrada gratuita al corazón del Creador nuestro Abba Padre, y de esperar solo de Él TODASLASCOSAS. 

                        La gracia que nuestro Padre ha derramado sobre todos Sus hijos en este maravilloso Cuerpo es una fuente ilimitada de consuelo y de paz, que si no disfrutamos 24 horas por día, es porque estamos siendo robados de lo que es nuestro por derecho de sangre. 
                      Si desbordamos a Cristo, primero que nada, cuando nos negamos a nosotros mismos (y eso es lo que significa darle el señorío a Jesucristo), lo primero que hace la nueva criatura es "sentarnos" a la diestra del Padre, y dejarnos quietecitos y reposados, para que Él pueda enseñarnos lo que YA HA HECHO de nosotros en Cristo. Cuando aprendemos de Él, que todo ha sido consumado en nuestro Cristo, entonces permitimos que la nueva vida se comience a desbordar y a producir sus frutos naturales por la fe sola - por la simple aceptación de todo lo que nos da el Padre sin nosotros merecerlo.

                    ¿Veis hermanos míos?  Esos frutos naturales, no son los que había en  el "árbol malo" de Adán.-  por eso el Padre nos depositó una vida nueva e injertó en nosotros el "árbol bueno." Nuestro árbol bueno es Cristo y, a Su tiempo, da su fruto natural y abundante que le fue atribuido por el Padre.  

                      Se están levantando muchos miembros de Cristo proclamando el Evangelio de la Gracia. Esto es algo maravilloso y extraordinario que está produciendo el Todopoderoso en nuestros días. Es cierto, me regocijo muchísimo en el Padre, viendo salir más y más miembros conectados sólo a la Cabeza de este bendito Cuerpo que es Cristo Jesús. Porque a través de ellos se está dando a conocer Su verdadera gracia no sólo en el mundo, sino entre los principados y potestades de maldad también.


 EL VALOR QUE PAGÓ Y RESCATÓ NUESTRA DEUDA


Porque hay un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. (1 Timoteo 2:5)

                     Dios dice a todos los que tengan "oídos para oír," que hemos sido hechos cercanos, POR LA SANGRE DERRAMADA DE SU HIJO. No hay otra vía ni otro medio por el cual se tenga acceso al Padre; y, a quien quiera entrar por otra puerta a la hora de acercarse a Su Presencia, Dios le condena y le llama ladrón y salteador. (Juan 10:1).
               Amados, podemos ser muy sinceros y emotivos queriendo presentarle a Dios "lo mejor" nuestro, - pensando que, en nosotros mismos, habitan cualidades superiores que le agradan mucho al Padre. Pero, decidme una cosa, si esto fuese verdad y hubiésemos nosotros podido acercarnos al Padre a través de nuestras obras, ¿para qué enviaría Dios a Su Hijo más amado a la muerte? ¿Cuál era la deuda que nosotros podríamos haberle pagado al Padre con nuestras virtudes, actos o sacrificios?  Porque, POR LAS OBRAS DE LA LEY NINGÚN SER HUMANO SE PODRÁ JUSTIFICAR DELANTE DE DIOS (Romanos 3:20).  ¿Qué podríamos hacer nosotros para ganarnos este favor INMERECIDO, de haber sido hechos completos en Cristo? - este descanso y reposo es nuestro por derecho de sangre. - ¿Entendéis esto? - Qué hermoso y liberador es saber por experiencia esta gran verdad. Sólo se puede disfrutar el reposo que hay en los brazos del Padre, aún en el medio de las tormentas y vientos huracanados,  si ya no tenemos ninguna confianza en la carne, y ponemos nuestra confianza solo en la sangre derramada del Cordero.  Esforzaos en Mi gracia, la que Yo conquisté para vosotros haciéndole derramar su sangre al cordero, dice Dios, no en las obras para ganaros Mi favor. (2 Timoteo 2:1).
                 Si alguien intenta añadirle o sustraerle o modificar esta sentencia divina, no podrá reconocer y desbordar la gracia del Padre. Todos los que vivan al contrario, y se basen en lo que ellos HACEN para Dios,  podrán ser maestros de la disciplina y el entrenamiento; - pero pura y simplemente "todavía" no han sido alumbrados sus entendimientos, porque "todavía" no han creído que, el Cristo que vive en ellos, ya viene completo y repleto de todas las riquezas celestiales.

                   Amados de Dios, hemos estado persuadidos durante mucho tiempo de que, como en nuestra carne éramos débiles y pecadores, había que añadirle esfuerzo y disciplina, para que se diesen en nuestras vidas los frutos espirituales - la religión siempre enseña que tenemos que poner "lo mejor" de "nuestra parte," en la obra de Dios. - No cree ni enseña que ya viene completa la nueva vida, para hacer con Dios Su obra.

                  La fe en el amor de Dios: esa es nuestra única bendita "parte" en todo el negocio de la gracia: creer a Dios es todo lo que nos corresponde- creer que Sus pensamientos son más altos que nuestros pensamientos. Sus caminos están muy lejos de los míos viejos. ¿Te das cuenta? - nosotros creemos o aceptamos a Dios, cuando nos dice que TODO HA SIDO CONSUMADO EN CRISTO y descansamos en eso - Le creemos. Si no se lo permitimos a nadie, ni a nosotros mismos, no dejaremos de estar reposados y tranquilos a la diestra del Altísimo. Basados en la gracia siempre. El Cristo resucitado ha sido copiado fielmente en cada uno de Sus hijos amados porque nuestro Abba Padre pagó nuestra deuda, entregando a Su Hijo: el hombre Jesucristo POR todos y cada uno de nosotros: por eso entramos y habitamos confiados delante del Trono de Su gracia y hallamos el oportuno socorro 24 horas por día.


                                                                        
  UNA VEZ QUE SE ACEPTA LA GRACIA
   
                    Una vez que nuestro espíritu separa las aguas del entendimiento, y nos comienza a dar a conocer al Padre, siempre nos sorprende lo que se nos da a ver y palpar con estos sentidos de Cristo. Siempre es mucho más alto, largo, ancho y profundo lo que vemos ahora, de lo que nos habíamos imaginado.
                         
                     Igual que un padre se deleita viendo a sus hijos seguros y confiados, sin que les falte de nada, así nos ama nuestro Abba Padre, que es riquísimo en todas las cosas. Se deleita viendo la plena confianza que tenemos ahora en Cristo, sin que pretendamos ya más mostrarle lo bueno que somos en nosotros mismos para GANARNOS Su favor. Sólo en Cristo nos encontramos esa paz y ese descanso. (Romanos 5:1).
                     Amados míos, sólo en Cristo habita todo el sosiego y todo el reposo divino que nuestro Abba Padre nos otorgó sin que nosotros lo mereciéramos. Si vivimos con este enorme beneficio, vivimos en la gracia. 

CONCLUSIÓN

                      Recuerda siempre que tu Cristo y el mío ya viene igual de completo y empapado de Su gracia que el de todos los miembros, y es igual en su medida que el que tiene cualquiera de los dignísimos servidores de Dios, a través de los cuales hemos creído. La iglesia del primer siglo, aún siendo compuesta por personas iletradas y comunes, comenzó a manifestar la NUEVA VIDA desde el mismísimo momento que la recibieron.  Querida familia, nuestro Padre es el mismo, tanto aquí como en la India, tanto en el tiempo del Libro de Hechos como en nuestros días: es el Dios Todopoderoso Creador de los cielos y la tierra Quien nos ha otorgado la filiación., Nuestro Abba Padre nos ha dado una NUEVA VIDA a través de Cristo. Un nuevo ser que ya viene completo. Ya trae todo lo necesario y se encuentra muy bien equipado para que, cada uno de los que lo recibe, se conecte a través de él al Dios Todopoderoso - nuestro Abba Padre.

                  La expansión tan maravillosa que se está dando ahora, se debe precisamente a que hay muchos miembros que están siendo alumbrados por el espíritu a la vez por todas partes. Para los que viven así, y tienen como única Cabeza de este bendito Cuerpo a Cristo Jesús, Dios es Quien lo comanda y produce todo, en nosotros, para Su bendita gloria. 

               Y, aunque somos mansos escuchando Su Voz también de boca de Sus fieles servidores, ya no ponemos la mira en carne alguna, sino en el Cristo que son y tienen también ellos. En Cristo, que sabe discernirlo todo, aprendemos a reconocer cuando hablan de parte de Dios, pero NO dependemos de ellos para ser instruidos en todos los asuntos del Padre. Los verdaderos ministros en la iglesia por Dios instituidos, no anhelan otra cosa, sino que cada hijo de Dios tenga su propia e intima relación con el Padre, y que aprendan a reconocer personalmente Su Voz y cumpla su función en el Cuerpo. (Efesios 4:11-16).

                    Ahora, lo único que corre de nosotros hacia Dios es pura alabanza y adoración, porque, antes teníamos ansiedad y ahora paz; antes éramos esclavos de las concupiscencias de la carne y ahora vivimos en gracia y misericordia a raudales; antes éramos hijos de ira, y ahora somos del Altísimo; antes vivíamos esclavos en los deseos de Adán, y ahora en los deleites de Cristo con Su Padre. 


AGRADECIMIENTOS

                      Aquellos hombres y mujeres que nos inspiran a mirar solamente a Dios, lo que producen sus vidas, no es otra cosa sino inspiración del amor de Dios. Estos amados ministros Suyos, nunca producen en nosotros un deseo de ser como ellos - sino una inspiración de lo Alto, un deleite muy grande, sabiendo que el Cristo que tenemos nosotros, es el mismo y tiene la misma medida en todos. Igual de hermoso y completo ya reside en cada uno.
                    Desde el primer día que nos lo revela el Padre, se puede evidenciar Cristo en todas sus manifestaciones y frutos, como lo hacían en el Libro de Hechos, y sucede en la India y en todas partes ahora. Te das cuenta, cuando Sus verdaderos ministros nos instruyen, siempre aparece reflejada la Gloria del Padre y Su bendita gracia, y se desvanece toda vanagloria de hombres. Por eso dice la Biblia que quién es Pablo, o Bernabé, sino servidores a través de los cuales hemos creído......pero ni el que planta ni el que riega es algo, sino Dios que DA EL CRECIMIENTO. Estos fieles ministros, son testimonios muy vivos de la resurrección de Jesucristo, porque ahora llevan encendida en ellos la espada del espíritu. Andan en Cristo, en el amor del Padre que nos da el crecimiento. Todos y cada uno de estos miembros, que ya se han dado por muertos para el mundo y vivos para Dios, son instrumentos de honra; están destinados para usos honrosos, y todos ellos inspiran a muchos hermanos. Pero jamás fueron enviados para que, los que Dios les acerque, pongan la vista en ellos, sino que les presentan al Padre, con las palabras y los frutos espirituales que les inspira e infunde Dios dentro, a cada uno. Así de fácil y así de sencillo. Este es el ministerio de la Reconciliación que nos entregó en manos nuestro Abba Padre. Y agradezco al Padre por Sus verdaderos ministros.

                    Espero de todo corazón que esta carta también sirva para dar cuenta de mi convicción (porque algunos me la han pedido), acerca de los líderes y coordinadores en la Iglesia. Mi Cristo me dice y enseña que son muy necesarios, llevando miembros para el Cuerpo cuya única Cabeza es Cristo Jesús. Quiera Dios seguir enviándonos ministros, embajadores, obreros y toda clase de señales y maravillas con ellos, para que la expansión o explosión de Cristo, se dé ya, cuanto antes.

Si Padre, amén y amén.

Juan Luis Molina

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