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LA LOCURA Y LA GANANCIA - Por Juan Luis Molina

“Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia."Fil.1:21

            Esta Verdad eterna la escribió  Pablo dirigida a sus miembros más cercanos en el Cuerpo. La carta a los Filipenses, donde se registra esta verdad de Dios (y no de Pablo) no se la envió Pablo, ni  reveló su contenido a los cristianos esparcidos en la dispersión. Estas son palabras que solo podían ser enviadas a, y comprendidas por, los "fieles en Cristo". Los fieles en Cristo eran los iniciados,  que ya estaban de acuerdo con los obispos y diáconos establecidos por Dios en el Evangelio de la Gracia. Eran "fieles iniciados" en el Gran Secreto. 

Ese Secreto, Oh Teófilo,  tenía entonces,  y tiene que ver hoy en día con la Expansión de Cristo por Todo el Orbe. Cristo es en Quien Dios el Padre ha delegado todas Sus Cosas y Su Misma Autoridad. Solo Cristo es el que se expande ahora en los que viven en Él. Solo estos podrán entender que la muerte sea GANANCIA. Puedes vivir hasta que venga Cristo Jesús, regado solo del favor y misericordia del Padre, y regado con Su Amor; o puedes si quieres seguir viviendo con tu propia energía de alma hasta que te vayas a dormir. "Ya sea que velemos o que durmamos, VIVIREMOS CON ÉL".    Filipenses "solo" está escrito para los que entienden que el espíritu es ahora lo único que aprovecha. La única cosa que se expande en el Orbe entero es el Espíritu de Cristo, todo lo demás irá progresivamente menguando hasta su extinción. Así lo ha decretado Dios, y así lo ejecutará también. 

Hagamos ahora una pregunta, ¿cuál sería la causa de que a Pablo no se le permitiera hablar a sus hermanos cristianos hebreos esparcidos por el mundo el contenido de Filipenses?


LA EXPANSIÓN DE CRISTO NO SE TRATA EN EL LIBRO DE HEBREOS

Basta echarle un vistazo por encima, a la Epístola de Hebreos y compararla con Filipenses, para darse cuenta inmediatamente qué Dios tiene dos maneras distintas de dirigirse a los cristianos. A estos cristianos hebreos, les habló Dios por la pluma de Pablo de otra manera. Cuando Dios quiso que Pablo les revelara Sus asuntos a sus "hermanos de carne esparcidos y dispersos", le mandó Dios que escribiera la Epístola de Hebreos. Pero el contenido de Filipenses, y particularmente en esta materia de la Expansión de Cristo y de la "ganancia de Pablo en la muerte", solo a sus hermanos fieles EN CRISTO le concedió Dios revelarlo abiertamente. Con sus hermanos judíos (muchos de ellos renacidos), tuvo que recurrir Pablo a exponer Su Evangelio, basado en todo lo que Dios "había escrito ANTES - EN EL ANTIGUO TESTAMENTO por Sus profetas". Y  para explicarles los beneficios de la "MUERTE INCLUSIVA" de nosotros con Jesucristo, indagó con sus hermanos en la Escritura la Verdad DEL ANTIGUO TESTAMENTO, la venida del Cristo y de sus sufrimientos por nosotros. No pudo extenderse más a frente para hablarles del Gran Secreto: de la explosión de Cristo, desde el interior de todos los miembros de Su Cuerpo en la tierra, y de ahí por todo Su Orbe. De la Expansión no pudo hablarles a los hebreos, como tampoco pudo hacer saber las cosas del Gran Secreto a Sus hermanos Corintios. Porque "todavía" eran niños, y "todavía" decían unos que eran de Bernabé, y otros de Pablo y otros de Cristo. Los cristianos hebreos se hicieron tardos para oír la Voz de Dios a través  del espíritu, se volvieron ávidos en cuestionar, y listos para impacientarse con todo aquel que proclamase el Evangelio de la Gracia. Eso no sucedió con los fieles en Filipos. En la epístola a los Filipenses se extiende el Padre, es todo fresco y nuevo, y pone en marcha, ejerce, motiva y genera un poder maravilloso dentro nuestro que nos hace "olvidarnos ciertamente de lo que queda atrás”, e impulsar en nosotros un ardiente deseo de extendernos hacia adelante": Hacia la Expansión de Cristo por todo el Orbe, comenzando primero en nosotros mismos.

Para que se de esa Expansión Divina, tiene que arder primero un fuego dentro nuestro que derrita toda la paja, el heno y la hojarasca de nuestra vieja naturaleza. Nosotros no podemos desprendernos del pecado por nuestro propio esfuerzo, pero revestidos del fuego de Cristo, ya solo tenemos ojos para el Padre, y entonces muere en nosotros TODO lo que mirábamos antes. Entonces la familia terrenal, el sustento y el trabajo, las persuasiones....TODO se ve tocado con un efecto dominó en el mismísimo momento que comienza a arder la vida de Cristo dentro de cualquier individuo. Aun teniendo o no gran conocimiento de la Palabra correctamente dividida. Al estar ante la Presencia de Dios con toda la justicia y dignidad con la que te vistió el sacrificio de Cristo, si quieres, la Unción del Santo que se ha encendido en ti, te enseñará todas Sus Cosas. Dios es Quien reparte el Pan de Vida entre Sus hijos. En el espíritu de Cristo, Dios te enseñará ahora como guardó Sus mejores partituras para ti. Y si tú te mantienes en el Banquete que te ha preparado el Padre en Cristo, comerás todos los días del Árbol de la Vida, y no solamente de la boca de bernabés y pablos. A Sus obreros te enviará cuando Le plazca al Padre. Hasta entonces, Él Solo se basta y es poderoso para enseñarte personalmente.  Él te enseñará sin sombra de duda o variación, que SOLO ÉL es Quien verdaderamente suple y ha suplido siempre para ti, y para los que consideras "tuyos" TODASLASCOSAS.

            En la clase fundamental “Poder para la vida abundante”, se relataba la historia de una madre que tenía un solo hijo. El cuidado y dedicación de esta madre por su hijo único le hizo crecer en ella un temor muy grande por él, y multiplicó los cuidados y aumentó en su vida las prevenciones de riesgo, ella siempre estaba frustrada y nerviosa. No dejaba un solo instante de pensar en la protección y necesidades de su hijo. Justo al lado, sus vecinos más próximos constituían una familia numerosa, y sus hijos andaban libremente entrando y saliendo de casa sin que nada les preocupase. Estos hijos e hijas crecían sanos y robustos. Por eso la madre fue a ver al padre de esta familia y le dijo: Usted tiene tantos hijos, y parece que nunca se preocupa por ellos, ¡y sus hijos crecen que es una maravilla! Yo en cambio - siguió diciendo esta mujer, tengo un solo hijo, y mi obsesión por él es muy grande, ¿Qué es lo que hace usted, para no estar preocupado? Es que nosotros somos muchos, dijo el padre, y el único momento del día que nos podemos reunir juntos es en el desayuno, y entonces yo digo a Dios en medio de todos:
Señor, aquí estamos todos juntos en el desayuno; ellos salen a la escuela y a otros lugares hoy día, de modo que los dejo a todos bajo tu cuidado y protección. Gracias. Amén. El creía que Dios iba a responder a sus oraciones y los dejaba bajo la protección del Señor. Sus hijos florecían.

Pasado un cierto tiempo, el hijo único de la señora venia a casa de la escuela más temprano de lo acostumbrado. La mamá no se había encontrado con él en la esquina. Cuando el niño empezó a cruzar la calle, fue atropellado y falleció. Este relato verídico, lo contaba el Dr. Wierwille en su clase fundamental, para explicar los resultados y efectos que se cosechan, no “aborreciendo” y dejando de lado todos los temores y cuidados y ansiedades en tu vida, y en la vida de los "tuyos," y si no se ponen TODOS en los Brazos Todopoderosos de nuestro Abba Padre. (Lucas 14:26).
¿Qué puede tener en común todo esto, con las dos maneras de hablar de Dios a los cristianos? En el caso que se da entre los cristianos de Filipenses y los Hebreos, todos eran cristianos, pero unos tuvieron oídos para oír, y otros se volvieron tardos para oír, céleres en mezclar "sus buenas razones," e impacientes en la Presencia de Dios. Celosos de sus tradiciones. En el ejemplo anterior de la clase, los dos padres, tanto el padre como la madre, los dos eran creyentes cristianos. Uno le dio "oídos a Dios," la otra se volvió a sus temores y al celo por los cuidados buenos, y se dio el desastre. Cualquier celo anterior al celo de Dios, nos lleva al desastre. Tanto da que sea religioso como si es humano, las dos son lo mismo. ¿Te das cuenta ahora, Teófilo amado, cual es aquel "aborrecer" que Jesucristo, le confesó y reveló a sus discípulos?  


LOS CRISTIANOS DEL LIBRO DE HEBREOS

Estos nuevos cristianos hebreos que se adhirieron a la fe en el tiempo de Pablo, conocían las Escrituras Antiguas al dedillo, sin embargo, estaban desprevenidos. Todo su estudio y dedicación a las voces de los padres y profetas, no les sirvió de nada, porque ni creyeron ni recibieron de brazos abiertos Su Profecía. La profecía dada al principio de la Caída se cumplió en el mundo: La Semilla de la Mujer ya había venido para ser Rey y Redentor para su pueblo. Ya se había cumplido. Sin embargo, estos estudiantes y eruditos en las Escrituras no se dieron cuenta del Sujeto Principal o Tema, del Antiguo Testamento, y prefirieron quedarse en las obras y leyes con las que trataba Dios a Su pueblo, en el Antiguo Testamento. ¿Te das cuenta, Teófilo?  Por eso les escribe Dios de "diferente manera" a estos cristianos hebreos. Cuando no damos oídos a Dios, Dios nos tiene que enseñar Sus cosas de otra manera. Y es cierto que debes mantenerte sujeto a tus superiores, y es verdad que tienes que cumplir todos tus votos y compromisos, y es cierto que debes guardar y suplir a los "tuyos,......pero a los que os dais por muertos, como YO os he dicho, ANDAD EN AMOR, Y VIVID en la libertad con la que Cristo os ha hecho libres.


LA DIFERENCIA

         ¿Eran creyentes renacidos los judíos que fueron avisados en la Epístola a los Hebreos?  Probablemente si, por lo menos "algunos" de ellos, estamos seguros que eran renacidos, como bien saben, los que conocen las Escrituras.  Entonces, ¿por qué Dios da estas "diversas y diferentes palabras, entre los mismos "cristianos"? ¿Por qué hay Epístolas con diferentes lenguajes dirigidas a "diferentes" grupos de Cristianos?  -  La respuesta a esta pregunta, además de la que ofrecimos anteriormente,  se halla en el Libro de los Hechos de los Apóstoles. Es que, estos creyentes hebreos, entre los que se hallaban muchos sacerdotes que habían adherido a la fe, según nos dice el libro de Hechos, son aquella MULTITUD de los cuales se le dijo a Pablo: "Ya ves hermano mío, cuantos hermanos (judíos) HAN CREÍDO (en tu Evangelio), y TODOS SON (ahora) celosos por la Ley." De los de la "circuncisión," todos abandonaron a Pablo. Sin embargo Pablo siguió mirando de cerca la Expansión de Cristo en medio de los gentiles, y ya no puso un pie más en Jerusalén ni les escribió más a sus hermanos en la dispersión, aunque entre ellos había muchos renacidos,  sino que se fue a vivir a Roma, y desde el estrado de Satanás, que estaba en Roma en aquel entonces, le puso Dios un íntimo deseo en Su corazón. Un fuego abrasador del Cielo se expandió en él,  para escribir la Epístola a los Gálatas, y después a los Filipenses.

Estas cartas de Gálatas y Filipenses amado Teófilo, además de exponer claramente la Expansión de Cristo como sujeto o tema principal de las Epístolas, también están llenas de avisos y sugerencias,  avisando a los fieles iniciados, del peligro que corrían en aquel tiempo también. Esto lo expone Dios muy claramente por la pluma de Pablo, sobre todo en Gálatas, por eso Gálatas, también puede ser entendido por todos los creyentes, porque no dice Dios que va dirigida solo a los fieles, sino a la Iglesia en general. Hay en Gálatas avisos para los hermanos de entre los gentiles, y muchas advertencias para los hermanos de la circuncisión. Para estos además, dirige el Apóstol por fuego o inspiración divina, una reprensión no pequeña a las propias columnas en Jerusalén (a Pedro, a Bernabé y a Jacobo). Y por fin en Filipenses, a los fieles, no ya la "iglesia en general", sino a  todos los iniciados que no se volvieron a los "pobres y débiles rudimentos" (a las distinciones entre varón y mujer, siervo o libre, consagrados en votos, etc, etc.), sino que permanecieron con los obispos y diáconos de la gracia que se extendieron hacia delante: Hacia la Expansión de Cristo. No hablaba con los diáconos que estaban en Jerusalén, porque aquellos se dedicaron a la "circuncisión" es decir, a tratar con aquel pueblo "judío" que habían creído también. Pero los obispos y diáconos que estaban con los fieles de Filipos, son los que predicaban el evangelio de la Gracia. Ya no hay varón ni mujer, sino Cristo. Ya no hay siervo ni libre, sino Cristo, ya no hay circuncisión o incircuncisión, sino Cristo. La Expansión de Cristo ocupa todas las Epístolas de la Gracia sin distinción. Por qué les habla Dios y les dice a estos creyentes por la pluma de Pablo y les explica la ganancia que han conquistado para ellos en Cristo. La Expansión de Cristo se produce en el individuo que ha dejado aborrecidos y de lado su propia energía de alma, y se gobierna solo por la de Cristo. Al revestirte del todo de tu Cristo en tu "hombre muerto", ya no te podrás volver jamás a las huecas filosofías de los hombres, sino que nuestro Dios se revela a cada uno, a través de Su espíritu de Cristo que se Expande en tu vida ahora

Una de las cosas maravillosas que sucede contemplando al Padre, es ver de cerca al Enemigo de Dios también. Las "huecas sutilezas" del gusano se nos han dado a conocer. El ministerio de iniquidad, desencadenado por Satanás en el seno de la Iglesia, fue la que produjo esta división tan grande en la Iglesia del primer siglo. Ese ministerio ha seguido siempre muy de cerca a la verdadera Iglesia del Cuerpo de Cristo, por eso hay periodos desde que comenzó, hace ahora unos dos mil años, en que solo fuese la Iglesia un pequeño reguero de agua, en comparación con los mares de tinieblas y de iniquidad que empapaban el mundo. Pero el fuego siguió siempre ardiendo, por manos de fieles e iniciados. Podrían no sobresalir en medio de tantas tinieblas, pero eso no significa que no ardieran en Su Mecha.  Ahora sin embargo yo estoy persuadido de que está resurgiendo Su verdadera Iglesia de Cristo de las cenizas. Se está dando sin sombra de dudas ni variación por todo el Orbe la Expansión anunciada a los Filipenses actuales, y son muchos los miembros que están "aborreciendo" el celo por sus intereses personales, humanos y religiosos, y están siendo atraídos y cautivos por el Celo de Dios. Claro que el peligro permanece, la iniquidad también va en aumento, pero ahora estamos en sobre aviso, ahora sabemos que, esta iniquidad dentro la Iglesia de Dios, que se levanta por manos de los "celosos" de sus tradiciones,  ya se había levantado en los tiempos de Pablo. El ministerio de la iniquidad ya tuvo lugar entonces, pero todo sirvió para bien, del progreso del Evangelio del Gran Secreto entonces, y servirá también ahora: Esta Expansión es mucho más grande ahora, que hace ahora dos mil años atrás cuando la reveló el Padre por primera vez a Pablo. Mirando la Expansión del Cristo desde el cielo, vemos muy bien la expansión de la iniquidad sobre la tierra. Ahora sabemos que culminará con la presentación del Anticristo a los que se queden en la Tierra después del Rapto. Los que no hayan sido absorbidos en la Expansión de Cristo, se quedarán en la Tierra, y conocerán al Anticristo.  La Expansión de Cristo que Dios nos muestra en Su espíritu, es la Expansión de Cristo primeramente en el Cielo, donde estamos sentados a Su Diestra en Cristo. De ahí, de los celestiales vamos a ser absorbidos en Su Expansión primera. Pero la tierra será absorbida después. Esa Expansión de Cristo segunda o posterior, será una Expansión también sobre la tierra, es el Reinado del Milenio, donde cada uno ocupará Su Cargo, conforme se lo haya otorgado en Cristo el Padre. Hay cristianos recompensados, y hay cristianos desnudados y revestidos solo de Cristo en el Bema. Aquellos que ahora se apoderen agresivamente de las cualidades del espíritu de Cristo que les puso el Padre, se les mantendrá su parte en el Bema. No le será quitada. En el Reino mantendrán esa armadura de Autoridad Divina. Los miembros que aborrezcan sus celos tradicionales y religiosos y humanos, y que hayan sido Celados Solo por Dios, verán Sus cosas desde antes. Irán estos miembros unos cuantos metros más al frente, viendo todo lo que irá a suceder, y se lo irán exponiendo gradualmente a sus hermanos -a los que Dios les acerque. Ahora somos simples CONECTORES de los hombres que Dios nos acerque, con Dios. No ponemos bajo nuestro celo y cuidado a ninguno a quien nos acerque Dios, sino que lo encomendamos directamente a Dios, Quien se encargará después en Su espíritu de contarle, las mismas cosas que te dice a ti. Este es el ministerio de los obispos y diáconos del Evangelio sin distinciones, y avisarles a los conectados que no se dejen mover de la Gracia, a pesar de la iniquidad que vean a su alrededor.    

        
EL MINISTERIO DE INIQUIDAD ES TAN VIEJO COMO LA SERPIENTE

            Durante el ministerio de Pablo, muy poco tiempo después de su inicio, los creyentes hebreos, movidos a celo, se presentaban en todas las ciudades donde predicaba Pablo entre los gentiles, y corrompían a los hermanos nuevos con leyes y tradiciones judaicas, mezcladas con Cristo, y estos "creyentes" hebreos, eran enviados por las Columnas en Jerusalén, para espiar a Pablo en su ministerio con los gentiles. No les preocupaba que predicase a Cristo, sino que no los circuncidase, y no les mandase guardar "también" las costumbres y hábitos de los padres. El celo de sus persuasiones religiosas se sobreponía primero. Este es el efecto que produjo el ministerio de iniquidad que ha atacado a la Iglesia desde su principio. Desde el principio de Su historia sufre las investidas o dardos de fuego de Satanás, y mueve a "celo" que no es el del Cielo a muchos en la Iglesia. Estos creyentes hebreos a quienes escribió Pablo, inspirado en el mismo espíritu que le movió a escribir el libro a los Filipenses, de entre ellos muchos eran renacidos, pero prefirieron seguir viviendo por las Antiguas Directrices que dictaban los sacerdotes que se habían adherido también a la fe, antes que vivir solo por la fe el Evangelio de la Gracia: La libertad en Cristo.  La palabra de los sacerdotes que se habían adherido a la fe, llegó a tener la misma Autoridad que la Palabra de Dios proclamada primeramente a Pablo, y se mezcló en el seno de la Iglesia y en sus columnas, la gracia con las obras. Los que están de acuerdo con los obispos y diáconos DE LA GRACIA, están en todo momento siendo asediados por sus propios hermanos, celosos por la ley. Sea este celo humano o sea religioso, no es del Cielo.      Aquí reside la "iniquidad " que irá en aumento en la Tierra, mientras se produce la Expansión de Cristo por todo el Orbe. Con "su celo" a cada uno ciega el dios de este mundo el entendimiento de Cristo. Sus beneficios y ganancias.  Este es el ministerio de iniquidad levantado en la Iglesia, desde aquellos primeros días. Por eso precisamente le persiguieron a Pablo sus hermanos judíos celosos por la Ley, y de entre ellos muy buenos cristianos,  y a todas las ciudades donde Dios Le enviaba a Pablo, declarando con maravillas y señales indudables la Expansión de Cristo,  se presentaban después estos "hermanos cristianos," corrompiendo las palabras de Pablo, aguando la Palabra de la Gracia con sus tradiciones. Y aunque estaban persuadidos de que le hacían un servicio a Dios, cada uno con su celo, lo que verdaderamente consiguieron fue apagar dentro de sí la llama de Dios. No la perdieron, sino que la apagaron.  "Salieron de nosotros, paro no eran de los nuestros". Dijo Juan, hablando de ellos. Si salieron de nosotros, pudieron ser renacidos, yo no lo niego, por lo menos algunos, sin duda lo eran. Hoy en día sucede lo mismo, pero definitivamente estos no son los obispos y diáconos de la Gracia que son fieles e iniciados en el Gran Secreto. Estos, "todavía", aunque hagan parte de la Explosión de Cristo, yo no lo niego, lo que si aseguro en Cristo es que se han quedado atrás: En la sola "circuncisión" de la carne, por eso no pueden ver la Expansión, y les parece locura.

"El morir es ganancia" Esto es lo que pronunció Pablo a los Filipenses para los fieles en Cristo. Y si me preguntas de qué está hablando el contexto, o cual es el tema principal de la Epístola, donde aparece este versículo,  te diré que se refiere a la Expansión de Cristo. Ni más ni menos. La Expansión de Cristo desde el interior de cada miembro de Su Cuerpo y su extensión inmediata por todo el Orbe. Este es el contexto principal, y también el sujeto o tema de toda la Epístola, de acuerdo a su estructura: "Que todas las cosas que han ocurrido, han redundado, más bien, para el progreso de Cristo. Y en eso solo se gloriaba Pablo." (Filipenses 1:12).  Es cierto que, en medio del gozo, señala a algunos hermanos, que predican a Cristo por envidia y vanagloria, pensando añadirle aflicciones, pero sobresale también, que todo ha servido para la expansión de Cristo, conforme se lo había primero a él revelado Dios, en el Gran Secreto. Por tanto, la Expansión de Cristo es el tema o sujeto principal de su epístola a los Filipenses, y también la causa del gozo y del regocijo de los fieles iniciados en el Gran Secreto. No las contiendas entre sus hermanos. De las contiendas entre los hermanos habló Juan, diciendo que "salieron de nosotros", pero que no eran de los "nuestros." Aquí no, aquí en Filipenses, Pablo habla más bien del regocijo final. De la expansión gloriosa de Cristo por todo el Orbe para todos, que ya contemplan de primera mano los fieles en Cristo, y del cual les dice que no se dejen jamás verse robados.  

"El morir es ganancia." Esta expresión se le permitió revelar a Pablo a los iniciados, a los que conocían y aceptaban el nuevo pacto. El Nuevo trato de Dios para con todos los miembros de la Iglesia a través solo de Cristo, según el contenido del Evangelio del "Gran Secreto." Este Secreto comienza declarando el final y la destrucción del hombre de pecado, la sepultura de la "vida vieja." La muerte del "hombre viejo." Este es el paso que dio Dios enfrente antes de que lo dieras tú. Primeramente tienes que aceptarle con mansedumbre y humildad lo que te ofrece: Revestirte de Cristo.  Y entonces y solo entonces,  la resurrección del "nuevo hombre" idéntico en cada uno de los miembros renacidos del Cuerpo se va formando gradualmente, expandiéndose por todas las células de tu cuerpo, y lo mismo que sucede dentro de ti, contemplas ya que se está expandiendo por todo el Orbe. Al mismo tiempo. De esta expansión no podemos ya apartar nuestros ojos. Ni que todos los hermanos lo vean, o sigan sin verlo nos produce ansiedad. Es una cuestión de tiempo. Pero nuestro Dios nos asegura, con pelos y señales, que el tiempo está cerca, A LA MANO.  Esta es la "muerte" que produce toda aquella GANANCIA que promete el Padre, a los Filipenses. En esa sepultura comienza todo el Gran Secreto.


COINCIDENCIAS DIVINAS EN LAS ESCRITURAS

            No todos aceptan, como vemos, un Nuevo Principio de Dios cuando lo establece primero. Pero, luego, al final, acaban todos de acuerdo. Cuando el Gran Secreto fue con señales y maravillas proclamado por Pablo, la mayoría en la Iglesia se volvió para atrás- Regresó al desierto de las obras. Muy poco tiempo después de adherirse a la fe, se volvió cada uno a "las obras" y cayeron de la Gracia.  Lo que sucedió en la Iglesia al principio del ministerio de Pablo con su Evangelio, si te das cuenta Teófilo, fue muy similar, casi igual,  que lo que ocurrió con Israel en el Desierto. Cuando los padres israelitas llegaron a las puertas del Territorio y vieron la Expansión de la Tierra Prometida a la mano, por incredulidad, no entraron en ella, sino que prefirieron dejar la Voz de Dios, el título de propiedad que Dios les entregó antes en Egipto,  y sustituir Su Voz por la voz de los Espías, sus hermanos. Aceptaron en sus corazones el temor servil y esclavo de los diez espías SUS HERMANOS, y vagaron por el desierto HASTA QUE CAYERON SUS CUERPOS. Solo su "generación posterior" se adueñó de la Heredad. Todo esto contiene una tremenda "similitud" con lo que sucede en la Iglesia. Con el Evangelio de Pablo a la Iglesia sucedió lo mismo, y ya al principio de su ministerio, anunciando como Caleb y Josué a sus hermanos, que del Cristo en cada uno fluía la leche y miel y SE EXPANDÍA LIBREMENTE, desde esa altura digo se levantó "la iniquidad" en el seno de la Iglesia, a través de los sacerdotes HERMANOS. El resultado es bien visible en los días de hoy,  y el temor a la "muerte" donde estaba la GANANCIA que predicaba Pablo, y que infundieron estos hermanos, les hizo volverse al desierto de la "carne" para cuidar con celo de sus responsabilidades humanas.  Por eso hay dos maneras de hablar de Dios, a la Iglesia. Una en la Epístola de los Hebreos, que vuelve a exponer los "antiguos rudimentos" a quienes quieren ver la Ley; y la otra muy diferente como se expone libremente en Filipenses: que Cristo cumple la Ley naturalmente en Su Expansión. Pero se precisa primero que nosotros mengüemos, hasta nuestra total extinción. Entonces nos inunda la Gloria del Padre. Este es el Gran Secreto.

No todos los cristianos tienen "oídos para oír" el Gran Secreto, solo los fieles e iniciados que lo acepte sin conflictos mentales. Pero muchos prefieren apoyarse en su propia prudencia, y en la de sus abuelos y esposas e hijos y nueras, y en lo que les digan sus Altas Autoridades renacidas y sus banqueros, y otros buenos cristianos. Muy pocos se dan por "muertos" radicalmente, como les dice a todos Dios, y permiten que Cristo se expanda dentro de ellos. Pero solo en esta "muerte “reside la ganancia.

Después de haber establecido "la Expansión de Cristo" en Filipenses, como tema o sujeto principal de la Epístola a los fieles, Dios nos revela que en la muerte está la ganancia. Uno puede “morirse”, antes de que se le muera el alma. Esto es lo que revela el Padre, por la pluma de Pablo en Filipenses. Darse "por muerto" es sencillamente aceptar de libre gracia y humildemente, lo que dice Dios realizó en la Cruz de Jesucristo. Esto es aprovecharse del sacrificio y ganar para sí sus beneficios. Los demás si quieren pueden despreciarlo, y vivir sujetos la vida entera con el temor de la muerte y llenos de celos; pero nosotros que ya morimos, ya no tenemos que esperar morirnos "otra vez", a lo sumo, "quedarnos dormidos." La muerte se ha convertido sin sombra de dudas en GANANCIA.  Jesucristo murió por nosotros. Nosotros ahora ya no morimos más, porque morimos con él. Lo que hacemos es recibir esa tremenda verdad sin conflictos mentales, como un niño de pecho. Eso es lo único que hacemos ahora. Todo lo demás ya lo hecho ya el Padre, en Cristo en nosotros. Ahora solo Se Expande Él en nosotros. Si no caemos en este bendito reposo, y pensamos que somos nosotros los que nos transformamos, a base de nuestro celo, tendremos que leer Hebreos, y emprender un duro camino en el Desierto hasta que regrese el Amado en las nubes y seamos todos transformados, y el descanso llegará hasta entonces.

Pero unos cuantos ya han comenzado a transformarse, y ahora reciben con mansedumbre y humildad las Palabras del Padre, en Filipenses, y ya no podremos jamás, volvernos a las obras ni a los antiguos rudimentos de los Hebreos. Todo ahora lo hace el Padre en Cristo en nosotros. Nosotros somos unos incapaces que no podemos hacer nada sin nuestro Padre, pero dentro nuestro reside el poder más grande del Universo. La fuerza que se expande por todo el Orbe, nace desde el interior de cada miembro fiel e iniciado en el Gran Secreto. A la carne que se ha quedado por debajo del vestido nuevo, no le cabe ahora sino transportar Sus vestimentas celestiales.  Como los niños de pecho somos ahora en este Nuevo Cuerpo. Y además, se lo proclamamos a todo el mundo: a nuestros hijos e hijas, a nuestras nueras y sobrinos, a nuestras esposas y hermanas, y hasta también a todos nuestros amigos e enemigos.

TU PUES SUFRE PENALIDADES COMO BUEN SOLDADO DE JESUCRISTO

No todo en esta Expansión, como vemos, es un mar de rosas. Ni mucho menos   Oh Teófilo amado, yo te aseguro que te sentirás como el "águila desplumada" que describe Pillai al principio; porque, en realidad, Mirando Solo a Dios, te "aíslas completamente del mundo." Verlo todo ahora desde el beneficio y ganancia de mi muerte, desde la posición tan elevada en la que SOLO ÉL PADRE ME PUSO POR SU SOLA GRACIA, y que me libró del pecado Y DE LA MUERTE, dice el Padre por Bullinger y por Pablo, que aislará del mundo a cualquiera que quiera pagar el precio por eso.

 Para ser salvo no se requiere nada de nuestra parte, pero para entender el Gran Secreto tenemos que humilde y mansamente bajar las rodillas y aborrecer al mundo. Dejar derretirse todos nuestro celo y vanaglorias, y ver purificada la Gloria del Padre en Cristo dentro nuestro.  No hay otro remedio. O menguamos ahora del todo nosotros y vivimos en la ganancia de la vida eterna, o seguiremos siendo esclavos de las vanaglorias de la "carne," por el temor a la muerte. Aunque solo tengamos que sufrirlo hasta que llegue el Amado en las nubes. Este es el gran inconveniente, para la "mayoría" de los que han adherido a la fe, también entre los sacerdotes,  porque se tiene que dejar de lado, sin remedio alguno (así está escrito en el Gran Secreto) la confianza alguna en la carne, y ni de nuestra carne,  ni de la de hijos y mujeres, o esposas y madres esperamos ya nada, sino que en todos ellos y en nosotros solo vemos a Cristo Expandiéndose. Así lo muestra el espíritu a todos. Si "algunos" no lo ven ahora, yo te aseguro Teófilo que lo acabarán viendo, por Palabras del Padre que vive y permanece. Nosotros no nos afanamos en Expandir a Cristo ni nada parecido, esa Expansión ha comenzado ya hace mucho tiempo. Hay algunos que tiene celo de la Expansión de Cristo, y no creen que sea Dios Quien Expande verdaderamente Su Obra toda en Cristo. No Teófilo ¡No!!! La Expansión la comenzó solo Dios hace casi dos mil años ahora, ahora vemos solo Su Confirmación desde lo Alto. Así que yo no me veo capaz de expandir nada de Dios, ni mucho menos. Para Expandirse Dios en Cristo, aunque les pongan obstáculos los hombres y la culebrilla, el Todopoderoso Se basta a Sí Mismo y sobra.  Si caemos en este bendito reposo, si aceptamos Su Expansión en nosotros,  nos beneficiaremos muchísimo ahora mimo, inmediatamente, porque en sueños, visiones y revelaciones nos dará a contemplar el Padre Su Expansión por todo el Orbe en la Unción del Santo que nos ofreció...de pura Gracia Suya. 

Amado Teófilo, yo no puedo escribirte en tu corazón lo que contiene "esta muerte", inclusiva de Cristo, y esta resurrección. Eso solo te lo puede revelar el Padre, ni tan siquiera lo que te diga pablo o bernabé, podrá explicártelo nunca. Tiene que mostrartelo Cristo en ti, el MEDIADOR que le ha puesto Dios a cada una de Sus criaturas,  para reconciliarlo con Él.  Pero puedo asegurarte, que aunque yo no pueda explicarlo, es mucho más real que la muerte física. La muerte que  podamos sufrir nosotros algún día la vemos en Cristo como una simple "siesta" o "dormida". Así es como ve ahora nuestros ojos Cristo, el "irse a dormir" nuestro, o de alguno que nos rodea. Sea vecino, o hermano, lo que ve nuestro Cristo es su espíritu fundido eternamente con Dios, y, además, libre de los pesares de "este mundo" que nos rodea. Ese es el gemir nuestro, no que duerma o que viva, sino que transforme ya a todos. Y, querido Teófilo, ten por seguro que se encuentra MUY CERCA - A LA MANO: 

Una cosa es la "muerte física", pero esta muerte espiritual de Dios en Cristo en nosotros, es mucho más radical que la otra. La muerte que esclaviza a los hombres y a muchos de nuestros hermanos durante TODA SU VIDA, llenándoles de sus pavores, los sujeta durante toda su vida a servidumbre. Pero aquel que sufra esta muerte, cuando Dios se la muestre, se libra inmediatamente del temor servil y miserable que le tienen todos los hombres, a la muerte. En Cristo la muerte se ha vuelto ya ganancia.

            Esto es muy significativo. Esto de que solo los creyentes fieles puedan comprender todo esto, y a los demás les parece "locura," claro que te aísla Teófilo, no debería sorprendernos. No hay muchos creyentes, ni aún de los que tenemos más cerca, que no nos miren de reojo, cuando les hablamos de estas cosas. Les parece que nos falta un tornillo y nos toman por locos. No lo pueden comprender. Es muy significativo también que, aquellos que le habían dado oídos a Pablo, cuando pronunció Su Evangelio, en muy poco tiempo a seguir se volviese la mayoría a las "fábulas de viejas". Sin embargo, a los Filipenses, les dice que todo eso ha servido también, todas esas divisiones, para la Expansión de Cristo en todo el Orbe.  No podemos decir que esas contiendas en la Iglesia, le preocupase demasiado a Pablo. Dios era Quien le había dicho, que le bastase, en medio de sus espinos, Su sola Gracia. Así que Pablo comenzó a regocijarse con sus debilidades, y vio que todo resultaba en GANANCIA.

En Cristo,

Juan Luis Molina



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