Donaciones
Fuera de México:

Check out with PayPal

CONSTITUIDOS EN CRISTO Por Juan Luis Molina


Amadísima iglesia:
El día que Dios me libertó del hombre viejo, y me despojó de mis "intentos" fue un día que se quedó clavado en el calendario. Siempre sucede así en medio de una Revelación. Hay un antes y un después. Lo primero que hace Dios con nosotros cuando nos abre la Revelación, es hacernos caer en Su reposo, y, dejando ya de lado todo "intento" nuestro de la carne para agradarle, ya no podemos levantarnos de Él, hasta que Él Mismo nos de Su energía para que seamos un mero instrumento Suyo. Generalmente es con un deseo que no podrás desobedecer la manera como te lleve a cumplir Su propósito, porque es exactamente lo que más te apetece hacer. Otras, sin embargo, será solo Él Quien sepa lo que contigo está haciendo, y te puede encerrar con Él en Su habitación el tiempo que le dé la gana enseñándote a ti solo Sus cosas. Y además, te dice que es así, precisamente, que Él enseña a todos los miembros de la Iglesia. Ahora, desde que Su Amor nos ha derretido, solo nos produce una paz y un descanso enorme estar en los brazos de Dios literalmente muertos. Es la tal paz aquella que dice el Maestro no tener nada que ver, con aquella que nos ofrece el mundo. Nos quedamos como muertos llegando al "fin de la cuerda", y reconocimos sin duda alguna  que nada en nuestros "intentos" nos valió para deshacernos del pecado y ganarnos toda esta Su Gracia.
Dios tuvo particularmente conmigo que ser muy paciente, y me dejó ir por mis derroteros durante un cierto tiempo, hasta que llegué rendido y al fin de la cuerda. Estando yo desesperado y lleno de cargas en mi vida, por fin me senté a la sombra de mi enebro deseando la muerte, y cuando me quedé dormido tuve un sueño. Oí en el sueño una voz que me inundaba de alto a bajo, y como estaba rendido no le opuse resistencia. Y lo que dijo la Voz fue lo siguiente: “Es palabra de Dios que un pecador convicto y entregado a sus placeres, es igual de abominable para Él que quien se pasa la vida refrenando sus impulsos. Hasta ahora, no has dejado de batallar con tus impulsos, pero tú fuiste constituido pecador desde la planta de tus pies, hasta la punta de la coronilla. Que no lo entiendas no será un inconveniente para seguir siendo la Verdad de Dios. ¡Acéptalo de una vez por todas y vivirás!”
CONSTITUIDO PECADOR, MUERTO EN DELITOS Y PECADOS
Nosotros hemos sido “constituidos pecadores”. ¿Cómo fue posible que eso sucediese? “Por la desobediencia de uno”, dice el Apóstol. Déjame que te lo aclare con una simple analogía.
Mi apellido es Molina. Es un nombre familiar muy común en España. ¿Cómo provengo yo de ese nombre? ¡Yo no lo escogí! Yo no fui a una lista de apellidos españoles disponibles y me decidí por ser un Molina. El que mi apellido sea Molina es un hecho en el cual no participé. Nada tuve que ver con eso. Pero es que, además, nada podré hacer para afectar el hecho para nada. Yo soy Molina porque mi padre fue Molina, y mi Padre fue Molina porque mi abuelo también lo fue. Si me comporto como un Molina, soy Molina; y si no me comporto como los tales seguiré siendo un Molina. Si vengo a ser el Rey de España soy un Molina, y si llego a ser un mendigo por las calles todavía continúo a ser un Molina. Nada de lo que yo haga o deje de hacer podrá mudar el hecho de ser un Molina.
Nosotros somos pecadores, no debido a lo que seamos en nosotros propios, sino por causa de Adán. Lo que te quiero decir es que, yo no soy un pecador por el mero hecho de que a toda hora cometa pecados, sino porque yo estaba en Adán cuando Adán pecó y se hizo a sí mismo pecado. Es debido a mi proveniencia en Adán, ¿Te das cuenta?  Yo soy parte suya, que vino más tarde. Y además, yo no puedo por mucho que quiera alterar ese hecho, dejar de ser un pecador. Yo no puedo, por mucho que me esfuerce y refrene mi conducta, dejar de hacer parte de la familia de Adán, y por tanto un pecador.
Una vez estaba en Valencia hablando sobre este asunto y señalé, “Todos nosotros pecamos en Adán”. Y uno de los asistentes en la reunión replicó, “Yo no lo entiendo”, por eso comencé a explicárselo de la siguiente manera: 
"Los de la península ibérica trazan su descendencia entre los íberos y celtas. Hace más o menos unos cuatro mil años los íberos y celtas sostuvieron tremendas luchas contra sus antecesores, pero los íberos y celtas sobrevivieron a esos combates. Ahora bien, ¿Qué hubiese sucedido si aquellos íberos y celtas de donde provienes tú, hubiesen todos muerto en la guerra? ¿Dónde estarías tú? “No podría haber existido ni venido a nacer” “!Eso hubiese sido imposible!” respondió él. “OH, No, no” le dije yo “! tus padres celtas e íberos podrían haber sucumbido, y tú nacer de cualquier manera!” “!Imposible, eso es un disparate!” clamó con fuerzas él hombre. “¡Si hubiese muerto alguno de esos mis tatarabuelos, jamás podría haber yo existido! ¡Porque mi vida DERIVA de las suyas!!”
¿Te das cuenta de la unidad que existe en la raza humana? Eso es por lo que Dios, lo primero que nos enseña, en Romanos,  es que todos estamos muertos.  Que no hay justo, ni aún uno. Si no se acepta esta muerte y actuamos conforme a esta consideración, nada posterior se nos abre. Pero si se recibe, esto acaba una vez por todas con la condenación, si lo entendemos según Dios.
Si tu tatarabuelo hubiese muerto a los tres años de edad, ¿Dónde estarías tú? ¡Tú habrías muerto con él! Tu vida es experimentada porque se encuentra atada con la suya, y así todos los hombres hasta nuestros primeros padres. Así, pues, nosotros somos parte de Adán integralmente, que aparecimos en el mundo más tarde. Y desde el mismo punto de vista, es decir, el punto de vista de lo Alto en esta revelación, viendo todo esto como Dios nos enseña, Dios nos dice que nadie puede apropiadamente decir que “no estuvo en el Paraíso”. Porque, potencialmente, todos estuvimos en Adán presentes y actualmente cuando Adán obedeció a su mujer antes que a Dios y se dio su Caída. Los dos comieron del fruto del árbol del bien y del mal, y cuando se volvieron pecadores nosotros participamos también.
Así que todos estamos envueltos en el pecado de Adán, y siendo nacidos “de Adán” recibimos de él todo lo que pasó a ser como resultado de su pecado – es decir, la naturaleza de Adán, que es la naturaleza de un pecador. Nosotros derivamos nuestra existencia de la suya, y una vez que su vida se volvió pecadora, naturalmente pecadora, la naturaleza que derivamos de él es también pecadora, y no solo los actos que hagamos lo determinan, porque el problema reside en nuestro predecesor de quien heredamos su naturaleza, no en nuestra conducta. 
Una vez que no podemos cambiar nuestro parentesco tenemos que concluir que no hay salida para nuestra liberación.
Sin embargo, esta es la dirección que debemos seguir para encontrar la solución de nuestro problema, pues es exactamente la manera como Dios lo trata.

EL CAMINO DIVINO DE LIBERACIÓN

Dios nos asegura que, esta consideración, nos guía de una manera práctica a la liberación del pecado. Pablo también lo entiende así, y pregunta: “¿Perseveraremos aún en pecado?” Y aquí se queda espantado y retrocede. “¡En ninguna manera!” exclama él. Y le pregunta a Dios "¿Cómo podría estar satisfecho un Dios santo teniendo un hijo inmundo y hacedor de pecados? Y además, “¿Cómo y para qué iría ahora a vivir en el pecado?"  "Tú, Dios," "Tú tienes que haber provisto seguramente la fórmula adecuada para librarme de este dominio del pecado."

Pero aquí reside mi problema, ¿no te parece? Es decir, si nosotros hemos nacido pecadores; ¿Cómo entonces dices Tú que debemos cortar con nuestro pecador problema heredado? Así me lo has demostrado claramente. Habiendo visto claramente que nací en Adán, y sin remedio porto su natural pecado ¿Cómo voy a poder salirme de Adán?

“Déjame que te diga de una vez por todas, ni la sangre derramada te saca de Adán,  ni tú mismo te puedes salir de Adán. Existe solamente una vía. Una vez que entraste por nacimiento, debes salir por muerte. Para acabar con tu plenitud pecaminosa tienes que acabar con tu vida. La esclavitud en tu carne vino por nacimiento; la liberación del pecado vino por tu muerte - esta es justo la puerta abierta que YO TU DIOS te abrí en Cristo. La salida que te he provisto. Esta es Mi declaración: La muerte es el secreto de tu emancipación.”

“Vosotros... muertos al pecado”.

 ¿Cómo podemos morir? Tú sabes que algunos de nosotros hemos intentado arduamente vernos libres de esta vida de pecado, pero nos hemos dado cuenta que es más tenaz que nosotros. Bien lo sabes, no entiendo esto de la puerta abierta. ¿Cuál es la salida?

 "No se trata de que intentes matarte, sino que reconozcas que YO TU Dios ya lo ha hecho, YA  FUISTE EN MIS MANOS TRATADO EN CRISTO. Por eso le inspiré a Pablo que escribiera:

 “Todos los que fuisteis bautizados en Cristo Jesús, fuisteis bautizados en su muerte.”

Pero Dios, si Tu ya te ocupaste de nosotros “en Cristo Jesús”, entonces nosotros tuvimos que ESTAR PRESENTES en él, si es que así hubiera ocurrido, y eso ahora me parece un problema sin solución. ¿Cómo “vinimos a estar dentro” de Cristo? Y aquí nuevamente tienes que salir en mi auxilio, porque no lo entiendo.

"De hecho, no hay manera de que tú pudieses hacerlo. Y lo que es más importante, no precisas ni tan siquiera de intentarlo, porque YA ESTAS dentro de su Cuerpo. Todo lo que no puedas tú hacer por ti mismo, ya lo hice YO POR TI. ¡Ya te he puesto en Cristo!!!!  Te lo recordaré otra vez. Yo creo que es uno de los mejores versículos que escribí en el Nuevo Testamento:

“Vosotros estáis en Cristo”.

"¿Cómo? ¿Me estás diciendo que es así de fácil y así de sencillo?"  “Que solo por TI, estoy yo ahora en Cristo.” ¡Gloria a Dios! Entonces no me compite a mí buscarme una entrada o trabajar para abrirla. Ni tan siquiera procurar cómo entrar. TÚ YA te has encargado de eso; y no solo lo has procurado, sino que solo Tú Padre lo has concluido y perfeccionado.

“Por él estáis vosotros en Cristo Jesús.”

"Tú ya estás dentro; por eso no precisas de hacerlo tú. Es un acto Divino Mío, y ya está concluido."
“Por él estáis vosotros en Cristo Jesús.”

 "YO MISMO, el Señor Tu Dios te he puesto en Cristo, y cuando me ocupé de Cristo tracé con él la totalidad de la raza humana. Tu destino está unido al suyo. Donde él vaya, allí irás tú también, pues estar “en Cristo” es identificarte plenamente con él,  tanto en su muerte como en su resurrección. ¿Él fue crucificado?: entonces ¿Qué pasó contigo? ¿Vas a pedirme que te crucifique? ¡Jamás! Mira, no lo hagas. Cuando Cristo fue crucificado también te crucifiqué a ti; y su crucifixión es pretérito perfecto, así que la tuya no puede ser futura. Quiero proponerte un desafío. Atrévete a encontrar un solo texto en Mi Nuevo Testamento que diga que tu crucifixión se encuentra en el futuro. Todas las referencias que di a escribir sobre el tema se encuentran en el tiempo griego aoristo, que es el tiempo que define “de una vez por todas”, el tiempo “eternamente pasado”. Y así como ni tú ni hombre alguno puede cometer suicidio por crucifixión, por ser físicamente imposible llevarlo a cabo, así también, en términos espirituales, YO Tu Padre celestial no requiero que te crucifiques a ti mismo.

    YO TU TODOPODEROSO DIOS Y PADRE te puse en él, allí, y en aquel momento. Que tú hayas sido muerto en Cristo no es meramente una posición doctrinal que quiero que asumas, sino que es un hecho eterno e indisputable."

"SABIENDO" Y "CONSIDERANDO”

"Ahora quiero tratar contigo un tema que ha sido muchas veces malentendido y que ha causado alguna confusión entre Mis hijos" me dijo el  Señor.  "Tiene que ver con el paso que das después que adquieres este conocimiento. Date cuenta primeramente de las palabras que te escribí:

“Sabiendo esto, que vuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él”.

"El tiempo verbal que empleé es muy importante, pues puse lo que ha sucedido ya,  bien atrás, en el pasado. Está finalizado y consumado por Mi de una vez por todas. La cosa la hice YO y no puedes pensar que la dejé por hacer, o que la hice a medias. ¡Tu viejo hombre fue crucificado de una vez por todas, tanto da que te lo creas tú como que no! Así que nunca más podrás venir a ser des-crucificado. Esto es lo que precisas saber."

 "Entonces," le repliqué,  "cuando sabemos esto, ¿Qué viene a seguir?"

 "Vuelve a leer otra vez el pasaje. Porque lo que te mando a ti y a todos cuantos tengan oídos para oír es lo que le inspiré a Pablo a escribir justo después: “Así también vosotros consideraos muertos al pecado.”  

"Éste es Mi orden cierto o la secuencia natural Divina después de SABER que fuiste crucificado: Sabiendo que vuestro viejo hombre fue crucificado,... consideraos muertos.” "Este es Mi orden", me aseguró dos veces el Señor. "Cuando sabes que tu viejo hombre YA FUE crucificado juntamente con Cristo, entonces el siguiente paso que quiero que des es que lo reconozcas y lo consideres sin cuestionarlo." y continuó diciendo "Desgraciadamente, cuando le enseño Mi verdad  de vuestra unidad con Cristo a Mis hijos, el énfasis lo colocan ellos generalmente sobre este segundo asunto en Mi orden, y tratan por todos los medios de considerarse y reconocerse muertos, como si fuese este el punto de partida." "! No, y Mil veces No!  Se debe antes incidir sobre SABIENDO que estás muerto en ti mismo. Te lo dejé muy claro en Mi Palabra: Sabiendo precede a Considerando.”

“Sabiendo esto... consideraos”.

"Mis secuencias son muy importantes. Tu reconocimiento y consideración debes fundamentarlo en el conocimiento del hecho que divinamente te he revelado, porque de otra manera tu fe no tiene una base que la soporte: Cuando sabes, entonces reconoces y consideras espontáneamente."

"Así que si te envío algún día que enseñes este asunto, no sobre-enfatices “considerando”.  "El hombre trata constantemente de considerar sin saber. No tiene primero en cuenta la revelación que Yo les doy por Mi espíritu" bajé mis ojos al suelo y Él continuó diciendo: "Tratan de considerar y reconocer, y en poco tiempo se enfrentan con todo tipo de dificultades y obstáculos. Cuando llega la hora de poner a prueba el hombre lo que considera, comienza a considerar y reconocer furiosamente: “¡Yo estoy muerto; yo estoy muerto; yo estoy muerto!” Pero en el acto mismo de considerarse así pierden su temperamento. Entonces dicen, “esto no funciona. Así que Romanos 6:11 no es bueno.”  Y entonces el hombre tiene que llegar a admitir que el versículo 11 no es bueno, sin el versículo 6." Por eso te dije que Mi orden es fundamental. YO aguardaré pacientemente hasta que cualquiera de los hombres respete Mi orden o secuencia Divina." "Así que tienes que tener bien presente, a menos que SEPAS de hecho que estas muertos con Cristo, mientras más te consideres, más intenso pasará a ser tu conflicto interior, y defectuoso el resultado."

Amadísimo Teófilo así lo describe otro hermano en Cristo, quien me acercó Dios para que lo entendiera:
“¡Es cierto! durante años después de mi conversión hice furiosos esfuerzos por reconocer y considerar. Pero mientras más yo reconocía y consideraba que estaba muerto al pecado, más claramente vivo me encontraba delante de él: Lo que ocurría simplemente es que no podía creerme muerto. No era yo quien pudiese producir la muerte. Siempre que procuraba ayuda me decían que leyese Romanos 6:11 y que intentase considerarme como allí me indicaba Dios, y mientras más leía Romanos 6:11, e intentaba considerarlo, más lejos veía yo la muerte: No podía hacerlo mío, no podía obtenerlo. Aunque apreciase plenamente la enseñanza de que debía considerarme así, no podía darme cuenta para qué valía- ¿Para qué sirve eso? Me preguntaba. Tengo que confesar que durante meses me encontré en un gran conflicto interior. Yo le dije al Señor, “Si este asunto no está claro, si no puedo llegar a saber esto que es tan fundamental y básico, cesaré de hacer cualquier obra. No volveré a predicar jamás; ya no saldré más en servicio. Yo quiero antes de nada saber con total transparencia esta materia”. Estuve procurando "considerarme" durante meses y meses, y a veces desesperaba, pero nunca alcancé nada de esa manera.

"Me acuerdo de una mañana- esa mañana fue una mañana única y deliciosa, una mañana de la que jamás podré olvidarme- Yo estaba en el primer piso sentado en mi escritorio leyendo la Palabra y orando, y dije, “¡Señor, abre mis ojos!” Y entonces en un instante lo vi todo. Me vi a mí mismo con Cristo. Yo vi que estaba en él, y que, cuando él murió, morí también con él. Yo vi que la cuestión de mi muerte fue un asunto del pasado y no del futuro, y de que estaba tan ciertamente muerto como él lo estaba, porque yo estaba en él cuando él murió. El Padre me concedió que viese la totalidad de la escena. Yo me puse de tal manera excitado con este maravilloso descubrimiento que salté de la silla y grité, ¡Alabado sea el Señor, yo estoy muerto!” Corrí escaleras abajo y encontré a uno de los hermanos ayudando en la cocina y me agarré a él. “Hermano,” dije, “¿Sabes que estoy muerto?” Debo admitir que me miró con cierta intriga. “¿Qué quieres decir?” dijo él, y yo proseguí gritándole: “¿No sabes que Cristo murió? ¿No te das cuenta que mi muerte no es menos real que la suya?” ¡OH era tan claro para mí! Deseé ir por las calles de Shanghái profiriendo las buenas nuevas de mi descubrimiento. Desde ese día hasta hoy jamás he dudado por un momento de la finalidad, y para lo que sirve esa palabra: “Yo FUI crucificado juntamente con Cristo”.

No te estoy queriendo decir que no precises de plantearlo. Sí, claro que hay un planteamiento de la muerte que ahora enseguida vamos a ver, pero esto, antes de nada es lo básico. Lo más fundamental  Yo he sido crucificado: En Cristo ha sido hecho.

.¿Cuál, entonces, es el secreto de reconocerse y considerarse? Para decirlo en una palabra, es revelación. Necesitamos de la revelación proveniente de Dios mismo (Mateo 16:17; Efesios 1:17, 18). Necesitamos tener nuestros ojos abiertos al hecho de nuestra unión con Cristo, y eso significa algo más que saberlo como si fuese meramente una doctrina. Esa revelación no es algo abstracto o indefinido. La mayoría de nosotros se puede acordar del día que vimos claramente que Cristo murió por nosotros, y deberíamos tener igualmente claro que ese fue el mismo momento en que nosotros también morimos con Cristo. No debería parecernos algo extraño ni oscuro, sino algo definitivo y conclusivo, pues solo en esta base podemos seguir enfrente. No es que me reconozca y me considere estar muerto y por eso vaya a estar muerto. Es, porque YO ESTOY muerto – porque me doy cuenta de lo que Dios ha hecho conmigo en Cristo- por lo que ahora me reconozco a mí mismo muerto. Esta es la clase correcta de reconocimiento. No es considerar acerca de la muerte sino DE o DESDE la muerte.

CRISTO DESORBITADO

"Ha llegado la hora de que te detengas y te sientes, para que YO te reúna en “sunesis” el sistema que YO elaboré de tu ReConstitución en Cristo."  Todavía no me había yo deleitado lo suficiente con aquel SABER y el CONSIDERAR DESPUÉS que me había marcado la última vez que aquí estuvo, y ya el Padre aparecía sin avisar de nuevo tocando a mi puerta. Así que le abrí, entró en mi habitación e hizo lo mismo que la última vez que aquí llegó. Se sentó en el sillón más confortable que había y extendió Sus pies hacia un almohadón de plumas que había en el suelo. Después siguió diciendo: "Los problemas del pecado original del hombre, del deseo o concupiscencia de la carne, y de la fe y de la justificación que te di en Cristo, te han quedado muy claros. No lo pierdas.  Ahora sabes con toda Mi certeza que estas de nuevo, y como nuevo a Mi diestra. Considerarte crucificado aquí sentado Conmigo es tu Reposo. Esta posición que Yo te di debes mantenerla y reclamarla, pero no de MÍ. Reclámala antes delante de todos los principados y potestades que te la quieran usurpar. Mira, hay muchos de Mis hijos que se llevan la vida reclamándome a Mi, algo que ya le puse en sus manos. Están ciegos. ¿! Cómo pueden pretender que YO les dé y les ofrezca, algo que ya les di pero que ni tan siquiera lo han abierto!? Reclama tu posición delante de los principados y potestades que te la quieran usurpar. Y de los hombres si pretenden bajarte de ella. Reclama Mi Posición de todo lo creado y verás si no te obedecen. Tienen por ley que obedecerte en todo lo que les reclames en Mi Nombre. No hay ser o entidad espiritual que no conozca Mi Ley. Puedes ser que el hombre, Mi vieja creación, no la reconozca, pero eso se debe a que tienen cegados sus ojos. Sin embargo, toda entidad espiritual, todos los cuerpos celestes que habitan los cielos y la tierra, ni uno de ellos se mantiene ignorante de Mi Ley. Mi Ley de Vida es Cristo en ti. De esa coraza te he revestido para exponerte por todo Mi Orbe.

 "¿Cómo podrías haber ganado tu esta sabiduría? ¿Qué podrías haber hecho para eso? Por eso ahora tienes tus ojos abiertos para contemplar el Nuevo Adán. Ahora has visto que son Creaciones que nada tienen que ver la una con la otra. Lo que saldrá de ti en este Reposo es diferente de todo; Mira bien esto que te digo: aunque algunas veces no lo sientas, o lo sientas mezclado con tu vieja identidad: No te de cuidado. Es la fuerza de Mis aguas espirituales echando en su caudal todo el heno, la paja y la hojarasca que ocupaban tu interior. Lo importante es que veas del todo la diferencia que tienen entre sí, y que cuando esa paciencia que tú no tenías, ese amor por Dios, y todas esas manifestaciones y frutos te vayan apareciendo, sabe y considera las delicias de esta Nueva Tierra. Todo es tuyo por derecho de sangre, y no hay ser celestial que no lo reconozca. Deja libremente que salgan y corran, hasta que se aclaren por ti Mis aguas. ¡Es tu Nuevo Hombre haciendo abortar para fuera la vida de alma que se deshizo dentro de ti en Mi Revelación! Tal es el poder sanador de Mi palabra. Son los tales dolores de parto que decía Pablo. Por eso clamas tanto ahora ¡Abba Padre!, ¡Abba, Padre!!! Mira, YO no estoy muy preocupado porque quieras ser ya revestido del todo, antes o después lo verás todo cara a cara. Y este tiempo que así clamas para Mi, ‘¡Abba Padre, Abba Padre!’, no es más que una simple gotita en el Océano de  Eternidad que voy a vivir contigo. Aunque a ti no te parezca algunas veces, jamás me podrá nada impedir tenerte YA Y ETERNAMENTE en Mis brazos.  Esto también es bueno que lo SEPAS y que después lo consideres, como todo lo que desde ahora te vaya enseñando."

 Era muy firme y segura Su Voz. Había una elegancia y una serenidad tan sorprendentes en la pronunciación de las palabras  que me dejaba boquiabierto y sin saber que decir. Enmudecido.  Permaneció un tiempo en silencio pausado y después continuó:

   "Ya sabes que el concepto general de los hombres, y entre los miembros de la Iglesia también, el concepto que tienen de Mi es el de un dios justiciero y vengador, y en Verdad lo Soy, pero no para Mis hijos. Para los hombres naturales si, y ese concepto que tienen se debe al sentimiento íntimo que experimentan de su propia debilidad moral. Y como el hombre tiene ese concepto que es Verdad de Mí para ellos, se esconden entre los arbustos que plante YO en el jardín para tapar su desnudez; o por lo menos así pretenden. Pero no pueden."  "Antes o después se tendrá que presentar ante Mí, y cara a cara todo hombre. ¡YO no los pierdo de vista!!!"

De nuevo me encontré mirando el suelo, pero no tardó en retomar el diálogo y prosiguió: "Hay un abismo entre la Majestad Divina y la miseria humana, ¿verdad Juan Luis? Lo único que tú has hecho, de tu parte, ha sido ponerte delante del arbusto y presentarte a Mí en toda tu desnudez. Salir de detrás del arbusto, que es la Cruz, ¡es una decisión individual de cada uno! ¿¡Lo ves?! Necesita el hombre presentarse ante Mí en su COMPLETA DESNUDEZ, sin ese requisito no podré revestirlo de Mi túnica de Piel."

"Si, había entre el hombre y Yo, un enorme abismo! Y para que el hombre se diese cuenta de ese abismo, le puse un anzuelo en su camino: El hombre natural se persuade que puede vivir sin necesidad de Mí, y el celoso por la Ley piensa que la  puede cumplir "por sí". El más empeñado entre los hombres naturales en vivir sin Mi se destruye en su intento.   El más tenaz, radical y celoso de todos entre los de Mi Pueblo acabó rendido en Mi trampa, y por fin SUPO primero que Mi Ley no era para cumplirla, sino para demostrarle a él y a todo el Pueblo su fracaso en sus intentos"

"Este es el Trato mío, tanto con los hombres de las Naciones como con mi Pueblo de Israel".
"Pero en Mi trato con Mis hijos los crucifique primero. Para que su salvación viviese no por ellos, sino Solo por Mi Gracia. ¡Esta es una gran diferencia en Mi trato contigo!
"Así que tu salvación vino a estar clara cuando te quedaste postrado, aplastado por el peso de tu pecado. Pero no condenándote por eso, pues aprendiste de Mí que YO ya te había condenado, y clavado en la cruz hace más de 2000 años. ¡Un muerto no tiene complejo alguno de culpa! ¡No, y mil ves No! En Mí Salvación, únicamente provista por Mí, no te permití a ti ni el más mínimo reflejo de una obra, para que no te gloriases. Tu salvación la hice posible SOLO YO. A ti te tocó solo saberlo y reconocerlo." 

"Este es Mi pensamiento, el cual Yo le di a Pablo que expusiera." Pues sí, Padre, pero mira el poco efecto que hizo entre sus hermanos, repuse yo. Ni me escuchó. En el mismo tono siguió diciendo. "Tal es mi eminente opinión. La salvación del hombre no está en la observancia de Mi Ley, o dicho de otra manera, está en considerarla y verla salir por él: Por Su Nueva Creación." “Para Mí, la fe no es más que la simple adhesión del hombre a Cristo; la adhesión total y no parcial de todo su ser viejo, y de esa fusión nace naturalmente la confianza en Mí".

"La fe no puede separase de la esperanza, la fe siempre tiene que ver con el pasado, y la esperanza con el futuro, pero eso es el ámbito del hombre, porque bajo Mi perspectiva tanto un tiempo como el otro se han cumplido ya. El hombre está llegando más tarde a lo que YO YA REALICÉ desde el principio. Esta es la fe que te salvó y esta la esperanza que destapa el Día del Señor. Las dos cosas están contenidas en el la Unción que te puse dentro. Nadie como ella te hará saber escuchar Mi Voz. Así fue diseñado el espíritu en ti." "La fe es la subjetiva apropiación de toda la sabiduría de Cristo, de su justificación, de su redención. En fin, de todo lo que sólo YO grabé en tu Nueva Naturaleza."

 "Sí, claro, es posible, es muy probable que YO, cuando así Me plazca, te envíe algunos de Mis mensajeros, o siervos, o cualquier otro medio que yo quiera emplear, para CERTIFICARTE Mi Voz. Pero no debes ser eso lo que mires, sino Mírame Solamente a Mí. Enamórate de Mí. O mejor dicho, ¡deja que tu enamorada criatura nueva corra libremente sobre Mí! No le pongas tú impedimento, ¡y SERÉ YO TU PADRE AMADO de Quien por la Unción escucharás esa Voz!"

     Amado Teófilo:
                            No fue fácil para mí admitir que "todas las obras" que emprendí eran malas. Aunque el resultado que pretendía fuese acercarme a Dios, eran verdaderas  algarrobas como las que se comía el hijo pródigo. ¡Malas y amargas como rayos! La confianza absoluta que nace de nuestro Cristo hacia el Padre nos hace primeramente desesperar del todo de nosotros mismos, de toda nuestra propia energía de alma. Ahora vemos con toda claridad cuan corrupta es y no lo olvidamos en Su presencia, ni lo escondemos. Dios, nuestro Abba Padre, nos redimió haciendo una víctima, y cuando comemos la carne y bebemos la sangre de Su víctima comienzan a salir de nosotros muchas visiones, sueños y revelaciones, pero así, pasivamente. Sin hacer nosotros nada para eso sino aguardando en Su Presencia Sanadora. Si ninguna colaboración nuestra.

El espíritu te desfigura de un soplo todos los conceptos que tú tenías y hace que te olvides de lo que antes dabas por precioso a Sus ojos. Te reduce a la pasividad total. No es que Dios rechace o desaconseje las obras buenas, sino que te asegura y te demuestra que serán los frutos naturales que aparecerán después, a Su debido tiempo, si dejas salir a Cristo por la fe sola. Sin embargo, lo que si hace es pisotearlas y maldecirlas, si alguien  pretende usar las obras en orden a ganarse Su distinción. Eso si te aseguro. Ni las obras de tus padres, ni las de tus hermanos o esposa, ni las del más santo de los hombres se libran de esa condena. Así que, muchas veces, nos quedamos atónitos del grado a que hemos sido robados de este bendito Reposo, intentando sincera y honestamente AGRADAR A DIOS. Es más, Dios nos insinúa a reírnos de todas las obras, a ser irónicos con todos lo que la empuñen así. Igual que Elías se reía de los profetas de Baal delante de todo el Pueblo, así nos insinúa Dios a burlarnos de los celosos por la Ley. Pero búrlate con Él y a puerta cerrada, porque no serán muchas las veces que te permita burlarte delante de los religiosos. ¿Y sabes por qué? pues debido a que, sobre los celosos por la Ley, también les extiende delante el mismo amor y misericordia que te extendió a ti. Pero sí, ¡a veces pierde Dios la paciencia con ellos y te manda que te burles de ellos, delante de todos los que están en Casa!

Generalmente, no es fácil para el hombre natural tener oídos para oír todo esto, aunque intenten reconocerlo. Yo me llevé treinta años hasta que fue quitada la venda de mis ojos. Dios te hace despreciar las obras porque desea mantenerte humilde y que retengas delante de Él la conciencia de que eres un pecador. A muchos le parecerá locura tu posición, y muchas veces a los miembros del Cuerpo que tengas más cercanos también. No entienden bien eso que tú repites a voces ahora, a los que te demandan la sabiduría que hay en ti, y cuando les dices que eres "un perfecto inútil," en ti mismo, te toman por loco.  Y lo que es más importante, durante un cierto tiempo, Dios no moverá un dedo en tu respaldo, ni les demostrará a los que así te juzgan que Él está de tu lado. Esto no sucede con todos, pero conmigo ocurrió. Dios me aisló totalmente y me vi abandonado por todos: Familia, trabajo, amigos, coordinadores....por todos. ¡Todos me gritaban a voces QUE ESTABA LOCO!!!   

Amado hermano: Ahora ya me ha devuelto Dios muchas cosas, pero no como yo me esperaba. ¡Ahora sí! ahora algunas veces, me confirma a mí y a los que tengo alrededor Su Voz, y unos cuantos han comenzado a verme de otra manera. Aunque me siguen viendo como loco, ¡ahora es una locura que a ellos les atrae y apetece, les gustaría probarla también!!!!

Te juro hermano mío que no basta leer los escritos de Pablo, ni los de Moisés o de Jeremías, ni orar muchas veces ni que te repitas mil veces los versículos, sino que de lo que únicamente se sacia y se llena Cristo, tu nueva criatura,  es de la infinita e incomprensible misericordia Divina.  Desconfía, pues, de todo lo humano y de toda obra natural hecha sin Su Gracia. Quédate en la pasividad más absoluta natural aguardando ante Él y en Su Reposo. Guarda silencio y no le escondas nada de lo que comience a salir de tu interior. La fuente de aguas vivas se ha comenzado a desbordar por ti, y ahora van a desbordarse muchos tesoros celestiales.  Las palabras que Él te haga pronunciar, se extenderán por todo Su Orbe, y no volverán a ti vacías.

En el Amor de Dios

Juan Luis Molina       

Si deseas recibir nuestras publicaciones directamente en tu dirección de e-mail o contactarnos escríbenos a: mirasoloadios@live.com

Comentarios