PERFECCIÓN: “Telos” y “Artios” Por Ethelbert W. Bullinger
Traducción
por Juan Luis Molina
Hay dos clases de palabras cuyos
significados son regulados por sus respectivas raíces; y una o dos palabras
separadas.
Las dos raíces son telos y artios. La primera siempre tiene la
idea de final y la posterior de equipado plenamente, lleno en
capacidad.
(1)
TELOS:
Telos es la palabra que ponen los griegos
al final de un libro; igual que los latinos ponen Finis, y nosotros ponemos Fin. Por tanto, el nombre teleios significa aquello que alcanza su fin (como un libro, o una obra
cualquiera que finalizó): aquello que ha llegado a su límite.
El verbo, que es teleivo, significa alcanzar el final o llegar al fin; es decir, todo está completo o
finalizado.
Lo que ese final puede ser, la
palabra por sí misma nunca nos lo dice con exactitud. Siempre depende del
contexto, y nosotros debemos procurar ese final en el sujeto que haya sido
expuesto y tratado. Por ejemplo en:
…Hebreos 9:9. El Espíritu Santo
está hablando de sacrificios,
bautismos y ordenanzas, y sobre este tema se dice:
Que no pueden hacer perfecto en cuanto a la conciencia.
El contraste aquí está claro, que
se da, entre los sacrificios de la ley y aquel único sacrificio que Cristo
realizó (vers.11).
La ley…nunca puede, con esos
sacrificios que ellos ofrecían cada año continuamente, hacer perfectos a los que se acercaban para ofrecerlos (Hebreos 10:1).
¿Y por qué no? Pues porque nunca
estaban finalizados. Nadie podía escribir un telos o finis en contra de ellos. Entonces ¿cómo podían
los que se presentaban allí escribir un telos o finis con respecto a la conciencia?
El significado de la palabra perfecto aquí está muy claro, y su esencia y
significado final es evidente. Una referencia a
Juan 19:28 lo hace aun más claro, porque ahí tenemos el verbo, y una referencia
al sacrificio único que
realmente nos perfeccionó en Hebreos 9, este sacrificio único está claramente
puesto en contraste a los que se ofrecían bajo la ley:
Aquí había dos cosas acabadas y finalizadas: la obra que el
Señor Jesús vino a hacer, y la profecía del Salmo 69:21. Así que se puede escribir finis
en contra de todos los esquemas para la paz
a las conciencias de culpa. Todas son vanas y más que inútiles, porque
todos esos esquemas niegan prácticamente el hecho bendito de que Dios haya
escrito telos o finis en los méritos de la muerte de
Cristo; y todos además ignoran o ponen de parte las palabras del Salvador en
agonía, cuando declaró en alta voz sobre la cruz antes de morir: todo se ha concluido (esta palabra
proviene de la misma raíz finis,
de ahí finalizado,
concluido).
El pecador que descansa
sobre esta obra única finalizada o concluida, debe tener una conciencia también
reposada, acabada, finis.
Nada se le puede añadir ni sustraer. El sacrificio es perfecto en ese sentido;
y, por tanto, en el mismo sentido, la conciencia del pecador salvo también debe
ser perfecta: es decir, debe considerar y darse
cuenta de que “nada ha sido dejado por hacer o concluir por Cristo”
ni nada puede ya él hacer más por sí mismo, o por cualquier otro, o cualquier
otra cosa, ya que se da cuenta, además, que se ha escrito finis, sobre la preciosa
muerte o sacrificio único de nuestro Salvador Cristo.
Si el pecador no tiene conciencia
de esto, entonces busca a través de observar Reglas y Mandamientos para el diario vivir, o por observar ritos y ceremonias, obtener una
conciencia perfecta. No precisamos añadir que en vano procuran, pues en nosotros mismos, no mora el bien.
Filipenses 3:12
No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea
perfecto (en todos los beneficios que tengo en Cristo).
Aquí el contexto nos muestra
que el tema principal del capítulo es concerniente a todo lo que Pablo había
dejado de lado como judío, y ahora consideraba como basura y pérdida en
comparación con los “beneficios” que tenía en Cristo.
Todos estos beneficios,
para él, se hallaban en Cristo, y toda la excelencia del conocimiento también
se hallaban en Cristo. Ese conocimiento consistía en conocerle a Él como su
justicia (“hallado en Él” vers.9), en conocerle en Su persona, en experimentar
el poder de Su resurrección, siendo partícipe de Sus padecimientos, en ser
hecho semejante a él en Su muerte. Todas estas eran pasadas y presentes
bendiciones, pero había además dos bendiciones futuras: la resurrección y el
rapto (vers.11 y 20, 21; compare con 1ª Tes.4:16, 17).
Pablo tenía todo lo necesario
en Cristo. Él había escrito finis en todos los demás beneficios
y ventajas terrenales y en todo el conocimiento mundano. Había escrito telos en todos los demás objetivos
del corazón, porque Cristo fue el
fin de ambas cosas, tanto
de una como de la otra. La obra de Cristo es un final de todos
los objetivos en cuanto a la conciencia, y la persona de Cristo es el fin de
todos los objetivos del corazón. La sangre de Cristo nos ofrece una conciencia
perfecta, y la Persona de Cristo nos guarnece además con el más perfecto de los
objetivos.
Mateo 5:48
Sed, pues, vosotros perfectos, así como vuestro Padre que está en
el cielo es perfecto.
Aquí la palabra tiene la
misma interpretación; y la palabra “pues” nos muestra cuáles son los puntos que
señala. La perfección aquí no es absoluta sino relativa, y está limitada por el
contexto a nuestro trato con los demás. Nuestro Padre está tratando en gracia y hace
que Su sol brille, y Su lluvia caiga tanto para los buenos como para los malos,
sobre los justos como los injustos. Hagamos nosotros lo mismo. Actuemos en el
mismo principio de la gracia, y así entonces podremos escribir finis y telos sobre todos los demás
principios que hayamos podido tomar como guía para nuestra manera de andar. La
perfección referida aquí, no va más allá de este sencillo principio.
(2) ARTIOS:
2 Tim. 3:17
Para que el hombre de
Dios sea perfecto.
Aquí tenemos la otra
palabra, artios, la cual,
aunque solo se emplee aquí y solo aquí aparezca, sin embargo da su carácter a
otra clase de palabras cuando se utiliza en combinación, y se usa como un
verbo.
Proviene de la antigua raíz ariana, AR, equipar, y el verbo obsoleto griego aro, completar.
Hablando del tiempo los griegos la empleaban del momento preciso o al tiempo justo. Y hablando de números o cantidades significa invariable, bien ajustado como lo
opuesto a excedente, sin
ajuste, etc.
Empleada en conexión con la
Palabra de Dios, nos enseña que, el hombre de Dios que sea versado en las
Escrituras, que está sujeto a ellas, que es beneficiado de ellas, y es instruido
en ellas, es perfecto, es decir, tiene una regulación perfecta de
vida. Bien puede escribir finis sobre todas las demás reglas.
Bien puede escribir telos sobre todas las demás maneras
de guiarse. Para todas hay y tiene ya un final. Se encuentra listo para todas las
emergencias que surjan, equipado para todas las exigencias, preparado para cada
una de las dificultades que enfrente, y provisto para toda contingencia.
No precisa de reglas diarias para vivir ni de adoptar mandamiento alguno
de hombres, porque eso sería para él como negar prácticamente y confesar que la
Palabra de Su Dios es insuficiente.
Teniendo Su Palabra, estamos
preparados tanto para la eternidad como para lo temporal; porque en ella se nos
dice lo que tenemos que esperar, y eso es:
LA
PERFECCIÓN EN GLORIA.
Nos aferramos a la bendita
promesa de 1ª Cor.13:9, 10. Ahora conocemos en parte, pero cuando venga lo perfecto,
entonces lo que es en parte se acabará. ¡Qué
preciosa revelación! Aquello que es perfecto está a punto de llegar. ¡Qué
gloriosa noticia! ¡Porque significa que el Perfecto Mismo está a punto de
aparecer! Y hasta que llegue no hay esperanza para los judíos, no hay esperanza
para los gentiles, no hay esperanza para la Iglesia de Dios. Solamente Él tiene
el derecho, y solamente Él tiene la posibilidad de traer la era perfecta. Por tanto, nosotros
esperamos y gemimos, aguardando el amanecer del día perfecto. Esto es lo único que aguardamos.
E.W. BULLINGER
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