Sé consciente de la gracia de Dios y ten una fe de forma inconsciente. Primera Parte. De Joseph Prince
¿Están listos para la
Palabra? Algunos Pastores y yo acabamos de regresar de Noruega, ahí es donde
estuvimos todo el fin de semana pasado, estuve predicando en una conferencia de
líderes en Oslo. Hace mucho frio ahí, estábamos a -3ºC, estuvimos caminando en la
nieve y fue un tiempo maravilloso, pero el tiempo más hermoso fue compartiendo
la gracia. Lo que está pasando ahora mismo en Escandinavia, es sombroso, hay
más y más predicadores y Pastores rindiéndose a la gracia de nuestro Señor
Jesucristo. Literalmente hay una revolución en marcha ahí, ellos le llaman una
nueva reforma. La demanda por enseñanzas siempre es muy alta en esta iglesia,
yo creo que esta reforma está en camino, esto va mucho más allá de nuestra
iglesia, esto no se trata de mí y de nadie más, y ¿saben? si esto es de Dios,
el mundo entero va a escucharlo y ninguna oposición va a detenerlo. Aleluya,
Alabado sea el nombre de Jesús.
Así que quiero alentarlos
a todos ustedes a que sean parte de esta revolución. La Biblia profetiza por boca
del profeta Jeremías acerca de los últimos días.
Jeremías
16:14 No obstante, vienen días, dice Jehová, en que no se dirá más: “¡Vive
Jehová, que hizo subir a los hijos de Israel de tierra de Egipto!”,
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sino: “¡Vive Jehová, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra del
norte y de todas las tierras adonde los había arrojado!” Pues yo los volveré a
su tierra, la cual di a sus padres.
A lo que se refiere, donde
dice: “Vive Jehová, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra del
norte”, está hablando de Rusia, y estamos viendo eso ocurrir en nuestro día y
tiempo. Los judíos rusos están regresando en grandes grupos a su tierra, esto
está ocurriendo desde los años sesenta, setenta y especialmente en los años
ochenta, ellos están regresando a su territorio, ¡aleluya!, y la Biblia dice en
el mismo contexto que en ese día el Señor será llamado por su nombre, el Señor,
justicia nuestra (Jeremías 23:6), esto significa que esa revelación del Señor
como nuestra justicia, es una revelación de los últimos tiempos, y no solamente
eso sino que el Señor continua diciendo:
Jeremías
23:4 (KJ) Y pondré sobre ellas pastores que las alimentarán: y no temerán más,
ni desmayarán, ni tendrán carencia de nada, dice el SEÑOR.
Dice aquí “Mi gente no temerán
más, ni desmayarán y no tendrán carencia de nada”, esto es asombroso. En este
mismo contexto, Dios dice que va a levantar a gente que enseñe la gracia en los
últimos días, ellos van a alimentar a la gente con el conocimiento del Señor
como nuestra justicia, y vean los resultados: no habrá más temor, no habrá
desaliento y no carecerán de nada, ellos van a ser prósperos, así que alabado
sea Dios, le doy gracias a Dios que somos parte de esta revolución del
evangelio.
Cuando ustedes predican
la gracia en la forma en que Pablo la predicó, se verán en persecución, la
gente va a decir toda clase de cosas acerca de ustedes. El doctor Martyn
Lloyd-Jones, el gran teólogo, dijo esto “¿por qué la gente no nos acusa al
nivel que lo hicieron con Pablo cuando lo acusaron de decir: “Pequemos más para
que la gracia abunde”? si la gente no está haciendo acusaciones a este nivel
contra nosotros, algo está mal. Si estamos predicando el mismo evangelio que
Pablo, entonces la gente debería acusarnos de eso”. Personalmente sí he
recibido este tipo de acusaciones, la gente dice que yo digo “que abundemos en
el pecado para que la gracia abunde”, la gente dice que yo enseño que la gracia
es una licencia para pecar. Yo nunca he dicho eso, de hecho, yo les he hecho
repetir a ustedes, “el Pastor Prince está en contra del pecado”, pero la gente
escucha lo que quiere escuchar y no escuchan el mensaje correcto o completo. No
me importa siempre y cuando ustedes reciban el evangelio completo y tal cual
es. Deben recibir las buenas nuevas, no importando lo que estén diciendo de mí,
porque el evangelio de Cristo es poder de Dios para salvación a todo aquel que
cree. Poder para que seas sano, entero, completo. Así que lo más que escuches
el evangelio, vas a darte cuenta de que la Palabra de Dios hace efecto en ti.
Esto que estoy
compartiendo aquí con ustedes no es como un seminario motivacional de esas
personas dicen “si sigues los doce pasos que te doy, vas a llegar a un lugar
donde vas a tener prosperidad financiera”, por ejemplo, y cuando fallas te
dicen: “fallaste, no llevaste los doce pasos al pie de la letra”. Bueno el
evangelio de la gracia no es eso, el evangelio de la gracia es el poder de Dios
para salvarte, para hacerte entero, porque libera el poder de Dios. La Palabra
de Dios te hace entero, completo, sano, pleno.
En otro lugar en Noruega
un pastor no estaba realmente muy abierto al evangelio de la gracia, de hecho,
estaba algo en contra, y lo que sucedió fue que un pastor que es miembro de su
iglesia, un hombre de negocios muy respetado, él si tenía una base sólida en la
gracia, este hombre es muy pragmático, muy sólido, todas las veces que he
estado en Noruega dando conferencias, él ha estado allí y ha escuchado todas
mis enseñanzas. Él estaba sordo de un oído, y escuchando unas de mis enseñanzas
su oído se abrió, nadie le impuso las manos, nadie oro por él, simplemente su
oído se abrió, esto es a lo que yo llamo el poder de Dios para salvación, y
la palabra “salvación” no solamente se refiere a la salvación del infierno, es
la palabra “soteria” o “sozo” que significa completo, prospero, que estás bien
y saludable, esa es la palabra salvación. Esto viene del mismo corazón de Dios
a través de la sangre de Su Hijo por el poder del espíritu santo y corre a
través de nuestras vidas, y esto es más grande que nosotros. ¡Alabado sea el
Señor! ¡Amén!
Vamos a ver ahora Romanos
4. La Palabra dice que Dios nos ha dado una promesa a través de Abraham, cuando
Dios dio la promesa a Abraham, Él nos la dio a todos nosotros, porque ustedes y
yo somos de la simiente de Abraham, y esta promesa es que Abraham sería
heredero del mundo.
Romanos
4:13 Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de
que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe.
¿Cuál es la promesa? Que
Abraham sería “heredero del mundo”, y dice que no fue dada a través de la ley, o
a través de guardar los diez mandamientos, es a través de “la justicia de la fe”.
En otras palabras, si tú estás tratando de obtener la promesa de ser heredero
del mundo como heredero de Abraham, guardando los diez mandamientos nunca la
vas a obtener, solo viene a través de la justicia de la fe.
Esta promesa de que
Abraham sería heredero del mundo, en otras palabras, que tú seas el heredero
del mundo significa que tú vas a estar saludable, ¿cómo podrías estar enfermo y
ser heredero del mundo?, para ser heredero del mundo Dios tiene que hacerte próspero,
si no eres próspero, ¿cómo puedes decir que eres heredero del mundo? Así que,
si Dios te ha hecho heredero del mundo, Él te va a hacer alguien próspero. Pero
esta promesa, no es a Abraham o a su simiente a través de los Diez Mandamientos
o la Ley, sino a través de la justicia de la fe. ¿Por qué se llama la justicia
de la fe? Se llama la justicia de la fe, porque la única forma que puedes saber
y creer que eres justo es a través de la fe. No necesitas la fe para saber que eres
pecador, tú lo sabes, tú esposa te lo dice, tú conciencia te lo dice. Tú tienes
que saber a pesar de lo que tu conciencia dice, a pesar de lo que tus amigos te
dicen, a pesar de lo que tus enemigos hablan de ti, que eres justo ante los
ojos de Dios, y esto solamente lo puedes creer o recibir por fe. El justo vive
por la fe.
La ley dice que el Señor
demanda justicia a un hombre que está arruinado por su naturaleza caída. El
hombre no puede producir justicia, así que la Ley demanda al hombre, lo que el
hombre no es capaz de dar: justicia. Y cuando la Ley no encuentra esa justicia,
la Ley tiene que ser fiel consigo misma y tiene que maldecirte. Así que la ley
nunca puede traerte a un lugar de justicia, la ley condena porque la ley demanda
justicia, y en contraste, la gracia imparte justicia, ¡amén! La ley te dice que debes cumplir algo que no
puedes cumplir, y la gracia te dice “recibe la justicia, recibe esa herencia”. Mientras
predico esto, todos ustedes están recibiendo esta bendición. Amén, aleluya. Todo
es posible cuando estamos predicándola Palabra de Dios, no dejen ir esta
bendición, alabado sea el Señor.
De alguna forma se tiene
esta idea de que enseñar la gracia es promocionar una licencia para pecar, pero
vemos que no es así cuando estudiamos las Escrituras.
Judas
1:3-4 Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra
común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis
ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.
Porque
algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido
destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a
Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.
En griego, la palabra
“convierten”, es la palabra “intercambian”, en otras palabras, incluso antes de
que el Nuevo Testamento estuviera completado, algunos hombres habían entrado en
la temprana iglesia y habían removido la gracia de Dios, el mensaje de la
gracia y lo habían intercambiado por una licencia para pecar. “Intercambiaron” es
lo que literalmente la palabra “convierten” quiere decir.
Noten que algunas
personas hoy dicen que la gracia es una licencia para pecar, pero Dios dice que
la gracia es lo opuesto a tener una licencia. Cuando remueves la gracia, lo que
tienes es una licencia para pecar. En contraste, lo que la Biblia dice es que
la gracia es el antídoto para el pecado. Algunos dicen que el pecado detiene la
gracia de Dios en la iglesia, que si detienes al pecado la gracia va a fluir,
pero yo digo que la gracia es lo que detiene el pecado, yo tengo mucha más fe
en la gracia de Dios de lo que mucha gente tiene. La gracia es mucho más grande
que el pecado, la gracia es más grande que Moisés, la gracia es más grande que
la Ley. ¡Aleluya!
Así que esta idea de que
la gracia promueve el pecado es errónea. La Biblia dice en el libro de Tito,
que la gracia nos enseña a rechazar la impiedad y lo impuro. “Pastor Prince, ¿entonces
debemos predicar acerca de rechazar el pecado?” no, tú no tienes que enseñar a hacer
esto, la gracia de Dios es quien le enseña a la gente a rechazar lo malo, al
pecado, si tú dices “la gente debe ser enseñada en esto”, no, la gracia de Dios
es quien les enseña. Nuestra parte como predicadores es predicar la gracia de
Dios, y una vez que experimentamos la gracia de Dios, la gracia de Dios va a
enseñarte desde tu interior.
Algunas veces la gente
tiene esta idea de que la ley es aun para el creyente hoy. E. W. Kenyon y
Kenneth Hagin hablan de esto, se les preguntó a ambos ¿acaso los cristianos
están todavía bajo los diez mandamientos? Y ambos respondieron que no, los
cristianos están solamente bajo una ley: La Ley Real Del Amor. Si amas a tu
vecino no vas a robarle, si amas a tu esposa no vas a cometer adulterio, si
amas a tu prójimo no vas asesinar a tu prójimo, el amor es el cumplimiento de
la ley. Pero ¿saben algo? no podemos no cometer adulterio sin tener amor en
nuestro corazón por nuestra esposa.
Imagínense que regreso a
casa de un largo viaje, como ahora que acabo de regresar de Noruega y le digo a
mi esposa: (y ella estuvo ahí sentada en el servicio anterior y su fragancia todavía
está aquí) “sabes amor, estuve tan, tan cerca de cometer adulterio pero a la última
hora, en el último momento, me acorde de los diez mandamientos”, imagínense, ¿cómo
se sentiría ella si yo el digiera eso? ella no aceptaría eso, lo que a ella le
gusta oír cuando regreso es: “amor mío, te digo que no tengo ojos para nadie
porque te amo, siempre, siempre estás en mi corazón”, eso es lo que ella quiere
oír, que yo la amo.
Un hombre puede no
cometer adulterio no porque ame a su esposa, hay gente que no comete adulterio
porque no tiene la oportunidad, nadie voltea a mirarlos. Hay gente que no
comete adulterio porque no tiene el dinero para hacerlo, pero la forma más alta
para discernir y vivir, y la única razón por la que Dios no quiere que cometas
adulterio es porque tengas amor en tu corazón, que tengas amor por tu esposa,
amor por tu prójimo, amor por tu familia y la gracia es lo que produce ese
amor.
Si guardar la ley es la
única forma de ser santo, entonces díganme, ¿cómo Abraham llegó a ser santo? ¿cómo
Isaac llegó a ser santo? ¿cómo Jacob o José llegaron a ser santos? Cuando José
estaba en la casa de Potifar era un esclavo y la esposa de su amo puso sus ojos
en él y le dijo: “José duerme conmigo” y la Biblia dice que José fue capaz de
decir “¿Cómo podría hacer este grande mal y pecar contra Dios?”, y él huyó de
ese lugar dejando su ropa.
¿Qué era lo que había
aprendido José para resistir una tentación como esta? “Pastor Prince, él
aprendió de los diez mandamientos”, ¡discúlpame! él vivió cientos de años antes
de que Moisés recibiera los diez mandamientos. Así que esto echa por tierra la
teoría de que, “solamente puedes ser santo si guardas los diez mandamientos”.
Dios no nos dio los diez mandamientos para justificarnos, sino para exponer
nuestro pecado, porque dice la Escritura que por la ley es el conocimiento del
pecado.
¿Saben? La ley es como un
espejo, cuando te ves en el espejo, ves todos tus defectos, ves tus canas, tus
arrugas, tus manchas, bueno, yo sé que algunos de ustedes no ven eso, solamente
ven perfección, se ven en el espejo y dicen: “Que maravilla, todo esto es
perfecto” y lo más que se miran, lo más que quedan enamorados de ustedes
mismos, pero el resto de nosotros que somos normales nos vemos en el
espejo y vemos todos nuestros defectos, y no podríamos simplemente limpiar el
espejo para no ver todos estos defectos, no podríamos hacer esto, el espejo
solamente expone nuestras carencias, no tiene el poder de remover todo eso. Así
que la ley solamente expone tu pecado no tiene el poder de removerlo. Cristo es
el único que remueve tu pecado, Cristo es el poder para la santidad, Cristo es
nuestra justicia, Amén.
Así que la Biblia dice
claramente que la promesa de que seremos “herederos del mundo” no fue dada a
Abraham y su simiente a través de la ley, sino a través de la justicia de la
fe. Para aquellos que quieren guardar los diez mandamientos y así llegar a ser
justos, la promesa es anulada, y esa promesa no tiene efecto en ellos, en otras
palabras, si tu pudieras ganar la salud, el bienestar, el ser heredero del
mundo a través de guardar los diez mandamientos, ¿para qué necesitarías la fe? ¿para
qué necesitarías las promesas de Dios? si puedes ganarla, Dios tendría que
dártela. Si tú pudieras guardar los diez mandamientos, entonces no necesitarías
la fe, pero nadie puede guardarlos.
Richard de Haan, el
famoso predicador, médico, teólogo y autor del pequeño libro “Our Daily Bread”-
“Nuestro Pan de cada Día”, un devocional que muchos creyentes usan, dice: “Aquellos
que dicen que pueden guardar la ley, no tienen respeto por la ley, porque traen
la ley, hacen descender a la ley a su nivel imperfecto cuando dicen que pueden
guardarla. Aquellos que dicen que no pueden guardar la ley, honran la ley,
porque encuentran que la ley tiene un nivel inflexible y perfecto”.
La palabra “antinomia”
significa “contradicción a la ley”, y yo dije hace años que un día la gente iba
a llamarnos así, pero al llamarnos así, se ponen en contra del evangelio de la
gracia, del evangelio que viene del corazón de Dios, del evangelio de la sangre
de Jesús.
Una vez más, si dices que
puedes guardar la ley, como los fariseos lo hacían, haces descender a la ley a
tu nivel imperfecto. Cuando predicamos la gracia, decimos “es que no podemos
guardar la ley”, nadie puede hacer eso, pero la ley no fue dada para
justificarte.
La ley es santa, justa y
buena. Es santa, pero no es capaz de hacerte santo, la ley es justa, pero no es
capaz de justificarte, la ley es buena, pero no puede impartirte bondad. La ley
por su propia naturaleza es inflexible, severa, estricta, pero no estamos más
bajo la ley. La Biblia dice claramente que, si por la ley se pudiera obtener la
promesa, entonces las promesas se hacen vanas, pierden su efecto. Hoy como
cristianos ¿qué es lo que anula la fe? Muchos responden, “el pecado”,
entiéndanme bien, yo estoy en contra del pecado, pero el pecado no es la razón
de que la fe no haga efecto en ellos. La Biblia dice, que esto es, porque ellos
están tratando de guardar los diez mandamientos, y están tratando de ganar las
bendiciones de Dios a través de la ley. Pero eso es exactamente lo que hace la
fe en tu vida: apropiarte de las bendiciones de Dios.
Años atrás, el Señor me
habló una noche, me llevó a los evangelios. Muchos de nosotros sabemos que hay
dos personas en los evangelios de los cuales Jesús dice que tenían una gran fe.
Uno de ellos fue el centurión, y la otra fue la mujer sirofenicia cuya hija
estaba poseída, y el Señor me dijo: “¿qué paralelo hay entre esto dos?” y yo
dije -porque había escuchado estás enseñanzas antes- la razón por la cual el
centurión tenía esa fe es porque era un soldado romano que entendía lo que es la
autoridad, él era un capitán y tenía hombres bajo su autoridad, y vio a Jesús
como un hombre de autoridad”, y el Señor me dijo “¿y qué hay con el ama de casa?
ella no era un soldado”, y el Señor me dijo “encuentra el común denominador
entre estas dos personas, qué compartían en común”, porque la Biblia dice de
ambos que “tenían una gran fe” en ninguna otra parte de los evangelios se hace
este cumplido al decir que alguien tenían “gran fe”, solamente a estas dos
personas, y el Señor me dijo: “encuentra el común denominador entre estas dos
personas y encontrarás una gran clave”. Así que mi mente “veloz y brillante”
después de media hora no llegó a ninguna conclusión. Y el Señor en Su
misericordia abrió mis ojos y me dijo: “Ambos eran gentiles, los dos no eran
judíos, en otras palabras, ellos no conocían los diez mandamientos, y al no
conocer los diez mandamientos no estaban conscientes del pecado, ellos
estuvieron conscientes de Jesús, y ya que eran conscientes de lo que era Jesús
y el poder que tenía, tenían una gran fe” ¡aleluya!
Ahora, la Biblia nos
enseña claramente que necesitamos ambas cosas: la gracia y la fe. En Efesios 2:8
dice “porque por gracia sois salvos por
medio de la fe”. Y la palabra “salvo” aquí es la palabra “sozo” que quiere
decir que tú eres sano, que eres prosperado, que estás completo, que estás
entero. Así que por gracia tu eres “sozo”, eres salvo, eres hecho entero, esto
es a través de la fe, y estás dos cosas van juntas. Por la gracia a través de
la fe, tú eres sano, eres próspero, te mantienes saludable, entero, ¡amén! es por
la gracia a través de la fe. Entonces, la Escritura sigue diciendo que “donde no hay ley no hay transgresión”
(Efesios 2:15).
Hace tres o cuatro
semanas en una publicación salió un artículo de un hombre que hizo un
experimento en las calles de un pequeño pueblo en Holanda, y lo que hizo este
hombre fue exponer esta teoría que si se removían todos los señalamientos de
tránsito, habría menos accidentes, así que ellos intentaron esto, hicieron este
experimento, ellos quitaron todos los señalamientos de tránsito. No había
señalamientos de paso peatonal, ni de escuelas, ni de peatones, fue una manera
de hacer que la gente usara su sentido común, cada persona siguió su propia
madurez. Yo vi la fotografía en este artículo del pueblo, y de este hombre que
había propuesto esta idea ¿y saben una cosa? ellos lo lograron, no sé si este
experimento estuvo en marcha un año o dos años, y había fotografías que
mostraban que el pueblo no tenía ningún señalamiento, y no hubo un solo
accidente. Mi esposa fue quien llamó mi atención a este artículo. Este es un
magnífico ejemplo de la ley y la gracia. La razón que la gente en Singapur ama
a ir a tanta velocidad, es porque vemos “setenta kilómetros por hora”, y tú
sientes esto dentro de ti que quiere ir más rápido. No hay nada de malo con la
ley ni el señalamiento, lo malo está en nosotros, tenemos una carne rebelde y
pecadora que viene de Adán.
Yo había estado casado
por casi siete años, y desde entonces teníamos un regalo de bodas, un jarrón de
cristal en un mueble en lo alto, y ahí estaba desde que Jesica nació, y a ella
nunca se le había ocurrido mirar dentro. Y un día le dije a mi hija: Jesica
escucha, ¿ves ese jarrón allí arriba?, “si, papá”, ella tenía cinco años, y yo
le dije, por ninguna circunstancia debes mirar lo que hay adentro, ¿entendiste?
el día que veas dentro vas a tener un terrible problema. ¿Qué es lo que hice?
no había nada de malo con el jarrón, ella había pasado por ese lugar cientos de
veces desde que era pequeñita y no estaba consiente de aquel jarrón, pero ahora
tiene curiosidad, ¿por qué? porque mis prohibiciones han despertado, han hecho
florecer la carne en ella, y así tan pequeñita como era, una vez que yo me fui,
arrastró una silla para ver que había dentro del jarrón, ¡y no pretendan que no
saben de qué estoy hablando! no hay nada de malo con la prohibición de papá,
pero la carne es así. La Biblia dice: “Dónde no hay ley, no hay transgresión”,
por tanto, es por fe, para que sea por gracia, para que la promesa sea segura.
(Romanos
4:16 Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea
firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino
también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros.)
Ahora, vamos a ver esta pareja:
la fe y la gracia. Ambas deben ir juntas, es por fe, para que sea por gracia,
para que la promesa pueda ser segura, las promesas de Dios deben ser seguras en
tu vida, y esto debe ser por fe de acuerdo a la gracia.
Por gracia a través de la
fe, tú eres “sozo”, completo, salvo. Si quieres que las promesas de Dios sean
seguras en tu vida, no puedes depender de ti mismo de ninguna manera, las
promesas de Dios no dependen de ti, de tu obediencia, de tu suerte, de tu
bondad, de tu fidelidad, en ninguna manera, no es de ninguna forma porque tú lleves
acabo alguna obra, que vas a ver las promesas de Dios en tu vida. Entonces, ¿de
qué dependemos? creemos en la gracia de Dios, creemos en el favor inmerecido de
Dios, ahí es donde las promesas se hacen ciertas.
Escuchen con atención, el
Nuevo Pacto no es un pacto entre Dios el Padre y nosotros, no puede ser entre
una fuerza que es inmutable y otra fuerza que es variable, cambiante. No es un
pacto entre alguien perfecto y alguien imperfecto, o sea yo, ¿quién es el débil? ¡yo! Gracias a Dios que este pacto no es
entre Él y nosotros, este pacto es entre Dios el Padre y Su Hijo quien nos
representa. Ambos son inamovibles, inmutables, invariables, perfectos, y somos
nosotros los beneficiarios de este Nuevo Pacto ¡amén!
Cada vez que las
bendiciones de Dios dependen de tu obediencia, de tú guardar la ley, de tu
fidelidad, de tu bondad, esto se vuelve un deber difícil, porque somos débiles.
Gracias a Dios que es por fe a través de la gracia, por gracia a través de la
fe.
“Pastor Prince, yo creo
que Dios hace su parte y que el hombre hace su parte”. En Romanos 4:16 está
descrita esa parte, la parte de Dios y la parte del hombre, bueno leen entre
líneas esto. Esta es la naturaleza humana, decimos: “hay esa parte de Dios y
hay esa parte del hombre”, de alguna manera la naturaleza del hombre es así,
pensamos que nosotros tenemos que hacer la mayoría, siempre estamos
enfocándonos en la parte que le corresponde al hombre, esa es la naturaleza
humana. “Pero Pastor Prince, ¿usted no cree que Dios debe hacer su parte y el
hombre debe hacer su parte?” yo creo esto, que Dios tiene su parte y el hombre
tiene su parte. La parte del hombre es nada, y la parte de Dios es todo,
nuestra parte es descansar en Su parte, esa es tu parte ¿entiendes? mi parte es
descansar en Su parte. Es Dios y Su Hijo Jesucristo quienes han hecho todo por
mí, todo en mí, todo a través de mí, ¡aleluya! ¡y alabado sea el Santo Nombre
de Dios!
Entonces el hombre dice
que hay una parte que le corresponde al hombre y una parte que le corresponde a
Dios. Dios me lo explico así, me dijo: “di a Mi gente que cuando ellos me ven
en mi gracia, yo me doy la vuelta y veo a mi gente en su fe”. ¡Cuando tú ves la
gracia de Dios, Dios ve tu fe!
Como la mujer con flujo
de sangre. Ella no fue por ahí diciendo “yo tengo fe, yo tengo fe, yo tengo
fe”, no, ella estaba consciente de la gracia de Jesús, de lo maravilloso que él
es, de lo poderoso que él es, de lo amoroso que él es, y de lo deseoso que estaba
de usar su poder a su favor. Ella estaba tan llena de él que pensó “si tan solo
toco el borde de su manto, voy hacer sana”. Así de grande era la comprensión
que ella tenía de Jesús, y cuando ella vino por detrás y tocó su manto quedó
completamente sana. Ella miró su gracia, y vean que Jesús se detuvo, volteó, y dijo:
“hija tu fe te ha hecho sana”. Ella puso sus ojos en su gracia, y él miró su
fe. No era su parte que ella viera su propia fe, la parte de ella fue ver su
gracia y la parte de él fue ver su fe. Esta es la forma de Dios para recibir,
este es el patrón de Dios para recibir ¡aleluya! ¡Gracias Jesús!
Traducción por Claudia Juárez Garbalena
Mi inmensa gratitud a Élida Scarano por su ayuda en la transcripción de este documento.
Que gran regalo inmerecido de parte de nuestro Padre ahora en esta Administracion de la Gracia para todos aquellos que confesando a Cristo Jesus como nuestro salvador y entramos en Su reposo donde ya estamos sentados a Su diestra. Que gran bendicion esta enseñanza!!!
ResponderEliminar@Nestor Gonzalez Solo hemos comenzado a ver la punta del iceberg de la obra completa y finalizad de Cristo! Es impresionante la liberación que trae el evangelio de la gracia! Que Dios nos siga dando entendimiento muy amado de Dios! Saludos y bendiciones a ti y a los tuyos!
ResponderEliminar@Nestor Gonzalez Muchas gracias por tu comentario! :)
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