Posiciónate a ti mismo para recibir restauración. De Joseph Prince

https://www.youtube.com/watch?v=gBVOezsHvBY

Años perdidos, sueños rotos, relaciones destrozadas... cualquiera que sea tu pérdida, ¡pon tus ojos en el Señor para recibir una restauración plena y abundante!

Amado, la restauración que Rut recibió también puede sucederte. Independientemente de lo que hayas perdido, no te des por vencido, aún puedes ganar incluso después de haber experimentado una pérdida. ¿Cómo? Posiciónate a ti mismo para la victoria descansando en la obra finalizada del Señor, recordando que Jesús ha logrado todo por ti en la cruz. La palabra "restaurar" tiene qué ver con "descansar". En otras palabras, la restauración se produce cuando tú descansas en el Señor y en su obra finalizada.

Cuando descansas en Dios, Él va a trabajar a tu favor y terminarás con más.

Esto fue lo que sucedió con Rut.

Después de trabajar en los campos de cebada desde la mañana hasta la tarde, Rut pudo recoger un efa de cebada (Rut 2:17), equivalente a un suministro de diez días. Pero cuando descansó a los pies de Booz y no trabajó, recibió seis efas de cebada (Rut 3:15), ¡un suministro de sesenta días! Y sabemos que sus bendiciones no se detuvieron ahí. Ella recibió una propuesta de matrimonio de Booz: un hombre estable, honorable, rico y el soltero más codiciable de la comunidad. ¿Cómo ocurrió eso? Ruth había seguido el consejo de Noemí, su suegra, de "quedarse quieta" y esperar, después de que Booz le había prometido redimirla. Quiero que prestes atención a lo que Noemí le dijo a Ruth: “Quédate quieta, hija mía, hasta que sepas cómo se resuelve el asunto; porque aquel hombre no descansará hasta que concluya el asunto hoy”. (Rut 3:18 KJV).

Mientras Rut descansó, Booz no descansó hasta que resolvió su situación. ¿El resultado? ¡En lugar de solo obtener una pequeña porción de la cebada de los campos, Rut obtuvo al dueño mismo de los campos, y toda la producción de sus campos de cebada! ¡Aleluya! Es lo mismo para nosotros hoy. Cuando descansamos, Jesús, nuestro Booz celestial, va a trabajar. Cuando elegimos "trabajar" esforzándonos, inquietándonos e intentando hacer que las cosas sucedan con nuestro brazo de carne, Él descansa hasta que vemos nuestra necesidad de Él y le invitemos a nuestra situación.

Descansa y recibe su restauración.

Ahora, en caso de que te estés preguntando, el descanso no es hacer nada o ser perezoso en tu situación. Haz lo práctico que se necesite hacer: envía tus currículos, asiste a entrevistas por todos los medios, pero haz todo eso con un corazón que está en reposo. Descansa interiormente, creyendo en tu corazón que nuestro Señor Jesús ha logrado todo lo que necesitas para cada exigencia que se te presente.

Descansa en Su fidelidad para cumplir Sus promesas, y para que sea tu suficiencia, fortaleza y paz mientras esperas en Él.

Tu restauración puede suceder cuando menos lo esperas, como le ocurrió a Lorraine, quien me escribió desde Carolina del Norte:

Cuando tenía treinta y cinco años, comencé a perder la vista debido a una enfermedad ocular llamada retinitis pigmentosa. Para el 2006, solo podía ver con mi ojo izquierdo, con mi alcance de visión limitado al diámetro de una pajilla o popote.

Alrededor de ese tiempo, comencé a ver a Joseph Prince en televisión. A través de los mensajes que predica, aprendí acerca de Jesús y Abba, mi amoroso Padre celestial. Comencé a aprender todo lo que Jesús soportó en la cruz por mí y cuánto quería una relación conmigo. Comencé a ver la transmisión diaria y a leer mi Biblia en braille, una y otra vez con gran incredulidad. ¿Podría ser cierto que, por sus heridas, yo he sido sanada, incluso mis ojos? Comencé a reclamar este versículo para mí misma. Me di cuenta de que no podía perder nada porque ya estaba ciega.

Mi esposo, Jack, se sentaba y veía los programas de Joseph conmigo por las mañanas. Un día, después de haber escuchado a Joseph durante cinco meses, le dije a Jack mientras miraba la pantalla: "¡Deja de rascarte la cabeza!" Jack se volvió hacia mí y me dijo: "¿Cómo pudiste ver eso?" Fue entonces cuando me di cuenta de que mi visión había sido restaurada. ¡Levanté mis manos a los lados de mi cara y pude verlas!

Fui a mi neuro-oftalmólogo, que se especializa en la enfermedad que me diagnosticaron, y le pedí que repitiera todas las pruebas. No hace falta decir que se quedó impresionado. Ahora tengo una visión casi perfecta: ¡20/20 en mi ojo izquierdo y 20/30 en mi derecho! ¡Pronto descubrí que mi diabetes tipo dos e hipertensión también habían sido curadas!

Amigo mío, la asombrosa liberación de Lorraine comenzó cuando ella simplemente se sentó para aprender acerca de Jesús y su obra finalizada. ¡Al hacer eso, ella se posicionó para recibir la restauración de Dios para ella! El Señor restauró no solo su visión, sino también otras áreas de salud que habían sido comprometidas por serias enfermedades. Creo que Loraine está disfrutando de un nuevo torrente de Su sanidad y salud porque ella aprendió a descansar y regocijarse en la gracia de Dios por ella en lugar de centrarse en lo que el enemigo le había robado. Entonces, no te desanimes por los desafíos que ves en tus circunstancias. No te alarmes incluso si escuchas malas noticias.

Cada vez que tu corazón esté turbado, mira a tu infalible Salvador y di: “¡Señor, restauración!”

Amado, ¡quiero alentarte a que te prepares para un tiempo increíble de restauración de parte de Dios! En lugar de decir que eso no puede realizarse, comienza diciendo: “¡Señor, restauración!” Porque su sacrificio en la cruz te ha calificado para recibir y disfrutar de Su incomparable restauración. A través de la cruz, Él te ha restaurado a ti y a tu familia 120 por ciento y más de Su salud, suficiencia, protección, favor, sabiduría y provisión. Al igual que Rut, que pasó de estar vacía a llena, creo que dirás en los próximos días: "¡El Señor ha cambiado mi pérdida con Su restauración!"

Traducción por Claudia Juárez Garbalena

Extraído del sitio Joseph Prince Ministries:

https://www.josephprince.org/