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Proclama la muerte del Señor. Devocional. De Joseph Prince

1 Corintios 11:26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.

En el Antiguo Testamento, cada vez que los hijos de Israel sacrificaban un cordero como un holocausto al enfrentarse a un fuerte enemigo, la victoria era de ellos. Por ejemplo, en 1 Samuel 7: 7–11, cuando los filisteos venían contra ellos, el profeta Samuel ofreció un cordero como holocausto. Mientras era ofrecido, el Señor vino como un estridente trueno sobre el ejército filisteo, confundiéndolos. Esto condujo a la victoria de los israelitas.

Cada vez que algo malo les sucedía a los hijos de Israel, al ofrecer un sacrificio de cordero, proclamaban la muerte del Señor, y la batalla se volvía a su favor.

Hoy, cuando nos enfrentamos a un enemigo, ¿cómo ofrecemos nuestro "holocausto"? ¿Cómo proclamamos la muerte del Señor y salimos victoriosos? ¿Le pedimos a Jesús que baje a donde estamos y que muera en la cruz nuevamente?

Por supuesto que no. Jesús murió una vez y para siempre por todos nuestros pecados: pasados, presentes y futuros (ver Hebreos 10:12). Su obra es perfectamente perfecta y completamente completa, entonces él no tiene que morir por nosotros nuevamente. Hoy, proclamamos su muerte simplemente participando de la Cena del Señor.

Cada vez que participas del pan y el vino, declaras a los principados y poderes de las tinieblas que la muerte del Señor te avala. Cada vez que participas, estás diciendo que debido a que Jesús ha sido juzgado y castigado en tu lugar, no puedes ser juzgado y castigado. Porque Jesús murió joven en tu lugar, vivirás una larga vida. Y porque Él conquistó la muerte y despojó al diablo de sus poderes, no serás derrotado. ¡La victoria ya es tuya!

Este es el por qué el salmista David dijo: "Preparas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores..." (Salmo 23:5). ¡La mesa del Señor está preparada para ti en presencia de tus enemigos porque cuando participas del pan y el vino, verás a tus enemigos temblar y dispersarse! ¿Por qué? ¡Porque cuando proclamas la muerte del Señor a través de la Santa Comunión, le estás recordando al diablo y a sus cohortes su humillante derrota en la cruz del Calvario (ver Colosenses 2:15)!

Colosenses 2:15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.

Extraído del sitio “Joseph Prince Ministries”

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