El cordero de Dios. De Joseph Prince
Juan 1:29 …He aquí el Cordero de Dios, que
quita el pecado del mundo.
Te aliento a comenzar
cada nuevo día con este pensamiento: “Dios me ama y entregó a Su único Hijo por
mí. Jesús es todo para mí hoy. Soy salvo, sanado, favorecido, justo y aceptado
en Cristo el Amado”.
Comienza tu día ocupando
tu mente con Jesús. Durante una temporada de mi vida, incluso antes de
levantarme de la cama, me repetía una y otra vez: “Soy la justicia de Dios en
Cristo”.
Algunas mañanas lo diría
más de cincuenta veces. Quería que fuera una revelación palpitante en mi
corazón, una creencia inquebrantable de que Dios está a mi favor y está conmigo.
¡Cuando ocupas tu mente con Jesús, cada lucha, temor y atadura con la que estás
enredado perderá su poder maligno sobre ti!
Hay una hermosa representación
de Jesús escondida en el Antiguo Testamento. Bajo el antiguo pacto de la ley, a
los que pecaban se les decía que trajeran una oveja sin defecto, arruga o
mancha al sacerdote.
El sacerdote no examinaba
a la persona para ver si era perfecta (sin pecado), porque él había pecado. Entonces
el sacerdote examinaba la oveja.
Si la oveja era en verdad
perfecta, la persona que había pecado ponía sus manos sobre la oveja en un acto
de transferir sus pecados a la oveja inocente.
Al mismo tiempo, la inocencia y la perfección de la oveja se trasladaban
a la persona.
La oveja era entonces
muerta, y la persona se iba con la conciencia limpia y la deuda del pecado
perdonada. Se alejaba bajo un cielo abierto del favor y la bendición de Dios.
¿Puedes ver a Jesús en
esta práctica del Antiguo Testamento? La oveja sin defecto, mancha ni arruga es
una representación del perfecto Cordero de Dios, Jesucristo mismo, que quita
los pecados del mundo.
El sacerdote es una representación
de Dios. Él no te examina por tus pecados. En cambio, examina a Jesús, y debido
a que Jesús es gloriosamente perfecto, puedes vivir hoy con tu conciencia
limpia y tu deuda de pecado perdonada. Puedes caminar bajo un cielo abierto y
esperar el favor y las bendiciones de Dios en tu vida.
Qué hermosa imagen de la
abundante y generosa gracia de Dios.
¡Hoy, aparta la mirada de
ti mismo y deja la auto introspección!
Mira a Jesús, el Cordero de Dios, y mira Su perfección como tu
perfección. Mira Su inocencia como tu
inocencia, Su justicia como tu justicia. Ocúpate de Él y sé transformado de
adentro hacia afuera.
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