Sanidad y restauración para tu mente. De Joseph Prince
NOTAS
OFICIALES DEL SERMÓN
DE
JOSEPH PRINCE
Sanidad
y restauración para tu mente
Domingo
1 enero 2023
Estas son notas sobre el
sermón, Sanidad y restauración para tu mente, predicado por el pastor
Joseph Prince el domingo 1 de enero de 2023 en El Centro de Artes Escénicas “The
Star” en Singapur. ¡Esperamos que las notas de este sermón sean de gran aliento
para ti!
Visión general:
1.
Introducción: Dios cuida de ti y sus ojos
estarán puestos en ti durante todo este año
2.
El corazón de Dios es que estés bien y con
salud
3.
¡Tú tienes la mente de Cristo!
4.
Cuando recibes sabiduría de Dios, recibes
un discernimiento que va más allá de la lógica y la vista.
5.
La sabiduría de Dios trae salud,
provisión, honra, deleite y paz
6.
La sabiduría te lleva a atesorar la
presencia de Jesús
7.
La mayor forma de sabiduría es el
conocimiento del amor de Jesús por ti
8.
Oración de Salvación y Oración de cierre
Introducción: Dios cuida
de ti y Sus ojos estarán puestos en ti durante todo este año.
¡Feliz año nuevo! Mientras
entramos en un nuevo año, es posible que no sepamos lo que nos depara el año.
¡Pero conocemos a Aquel que sostiene nuestro año! Solo tenemos que poner
nuestras manos en Sus manos. El Señor ha ido delante de ti este año,
enderezando todos los caminos torcidos (Is. 45:2). Él cuidará de ti y te
protegerá de todas las artimañas del enemigo.
Deuteronomio 11:12 tierra
de la cual Jehová tu Dios cuida; siempre están sobre ella los ojos de Jehová tu
Dios, desde el principio del año hasta el fin.
El contexto de este
versículo es sobre el cuidado de Dios por la tierra de Israel, una imagen del
amor y cuidado de Dios por Su pueblo. Dios cuida de nosotros desde el principio
del año hasta el final del año. Tenemos un Padre celestial que nos ama y
nos cuida. ¡Si Él tiene cuidado incluso por los gorriones, ciertamente aún más tiene
cuidado de nosotros (Mat. 6:26)! Sus ojos estarán puestos en nosotros y en
nuestras familias a lo largo del próximo año, no para criticarnos, sino para
guiarnos, dirigirnos, bendecirnos, protegernos y proveernos.
En lo natural, el mundo
parece volverse más oscuro y lúgubre. Estamos comenzando a ver más señales del
fin de los tiempos, por ejemplo plagas, enfermedades y hambre (recesión) como
profetizó nuestro Señor Jesús (Mateo 24, Lucas 21). Mientras que el mundo puede
estar entrando en una época de recesión, Dios proveerá para Su pueblo y
velará por él a lo largo de este año.
Mateo 24:6 Y oiréis de
guerras y de rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es menester
que todo esto acontezca; mas aún no es el fin.
Si bien es fácil tener
miedo cuando nos enfrentamos a estas señales del fin de los tiempos, nuestro
Señor Jesús nos alienta a no angustiarnos, sino a levantar la cabeza porque
nuestra redención está cerca (Lucas 21:28). ¿A qué redención se refería nuestro
Señor Jesús? Una vez que somos salvos, ya estamos redimidos espiritualmente.
Así que esto se refiere a nuestra redención corporal cuando Él regrese por
nosotros (Filipenses 3:20-21).
El corazón de Dios es que
estés bien y con salud
Todavía experimentamos enfermedad,
vejez y cansancio aquí en la tierra. Pero la obra consumada de nuestro Señor
Jesús en la cruz ha redimido la naturaleza tripartita del hombre: espíritu,
alma y cuerpo.
Somos espíritus, alojados
en cuerpos con almas. El alma se refiere a nuestras mentes, emociones y
voluntad. Cuando Dios hizo el cuerpo del hombre del polvo de la tierra, no
tenía vida a pesar de que el cuerpo fue hecho a Su imagen. El cuerpo es
temporal y solo cobró vida cuando Dios sopló en él.
Cuando vemos cómo Dios al
principio diseñó la tierra, vemos cómo tiene cuidado de nosotros. Cuando Dios
hizo a Adán, lo hizo al último (Gén. 1:26) para que Adán pudiera disfrutar la
plenitud de la creación de Dios. Puso a Adán y Eva en el hermoso jardín del
Edén, lleno de bondad y libre de enfermedades o dolores. Esto nos muestra el
corazón de Dios para que disfrutemos de un paraíso perfecto, Él quiere que
estemos bien y en salud, y que disfrutemos libremente de todo lo que Él ha
creado para nosotros.
Cuando Dios hizo al
hombre, también le dio libre albedrío. Aunque Dios les había dicho
específicamente a Adán y Eva que no comieran del árbol del conocimiento del
bien y del mal (Gén. 2:16-17) e incluso les advirtió de las consecuencias, la
muerte, aun así eligieron comer de ese árbol. Adán y Eva pecaron, y la paga del
pecado es muerte (Romanos 6:23). Como resultado, el hombre fue separado de Dios
y la muerte vino al mundo, primero espiritualmente y luego físicamente. Por eso
tenemos que nacer de nuevo (Juan 3:3), ya que nuestro espíritu está separado de
Dios.
La muerte no era parte del plan de Dios. De hecho, Dios ve a la muerte como un enemigo (1 Cor. 15:26). ¡Es por eso que el rapto es nuestra bendita esperanza (Tito 2:13) porque se trata de nuestra redención corporal/ física! Aunque no sabemos el día ni la hora en que sucederá (Mateo 24:36), podemos continuar esperando y expectantes del regreso del Señor por nosotros (Juan 14:1–3).
¡Durante el rapto,
recibiremos un cuerpo completamente nuevo (Filipenses 3:20–21), un cuerpo incorruptible
que estará libre de enfermedad y de todos los efectos del pecado (de la muerte)!
Esto será para siempre porque nuestro Señor Jesús ya venció la muerte
por nosotros a través de Su obra consumada en la cruz (Heb. 2:14). ¡La tumba
vacía y Su resurrección son prueba de nuestra eterna redención de la muerte!
La obra consumada de
nuestro Señor Jesús en la cruz redimió nuestros espíritus, almas y cuerpos.
Nuestro Señor Jesús nos redimió cuando tomó nuestro lugar en la cruz, dándonos
Su lugar de justicia (2 Corintios 5:21). Hoy, Dios nos ve en nuestros espíritus
y nuestros espíritus son justos debido a la obra terminada de Jesús en la cruz.
Isaías 53:5 Mas él herido
fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra
paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
¡Nuestro Señor Jesús no
solo cargó nuestros pecados en la cruz, sino que también cargó con nuestras
enfermedades y dolencias para que podamos ser sanados! La sanidad es
una promesa para nosotros hoy. Solo necesitamos sanidad de este lado del
cielo porque cuando nuestro Señor Jesús regrese por nosotros, tendremos un
cuerpo nuevo y libre de enfermedad. El corazón de Dios es que estemos bien.
Él quiere que prosperemos y tengamos salud así como prospera nuestra alma (3
Juan 1:2).
¡Tú tienes la mente de
Cristo!
Mientras el pastor Prince
se preparaba para este mensaje, recibió una palabra de Dios de que Dios
quiere sanar nuestras mentes.
Al principio, cuando Dios
hizo al hombre, nuestra mente no era olvidadiza. Muchos de nosotros hemos
aceptado esto como una norma al envejecer, incluso bromeando al respecto. Pero
no fue así como Dios diseñó que fuera, eso vino como una maldición que entró
cuando Adán pecó.
Nuestras mentes son parte
de nuestras almas. Es donde podemos experimentar dolencias como la depresión y
el olvido. Cuando un área (nuestro espíritu, alma o cuerpo) se ve afectada,
afecta a las demás. Por ejemplo, si nuestras mentes están inquietas, nuestros
cuerpos producirán enfermedades. Esto ha sido probado por estudios que han
encontrado que el estrés conduce a la enfermedad en nuestros cuerpos.
¿Cómo sabemos que Cristo
ha redimido nuestras almas? Primero, necesitamos entender que Dios hizo al
hombre tripartito (ver Gen 1:26, Dt. 6:4). Cuando Cristo murió, redimió la
naturaleza tripartita del hombre: espíritu, alma y cuerpo.
Volviendo a la palabra que recibió el pastor Prince, ¡Dios quiere sanar nuestras mentes! Necesitamos reconocer que ser olvidadizo no es normal para el creyente, aunque a menudo escuchamos noticias e informes médicos sobre esta condición. En lugar de decir “me estoy haciendo viejo, me estoy volviendo olvidadizo”, aferrémonos a lo que Dios dice acerca de nosotros, ¡que tenemos la mente de Cristo (1 Cor. 2:16) y Su mente nunca olvida!
Nos apropiamos de las
promesas de Dios a través de la fe. Y liberamos la fe al creer la Palabra de
Dios en nuestros corazones y hablarla con nuestra boca (Romanos 10:9). Cuando
Dios vio la oscuridad por primera vez, llamó a la luz al hablar. Él dijo: “Sea la
luz” (Génesis 1:3). Del mismo modo, ¡también debemos llamar lo que queremos
ver! Por ejemplo, en lugar de decir “soy olvidadizo”, confiesa “¡yo tengo la
mente de Cristo!” Cuanto más proclamemos las promesas de Dios en nuestras
vidas, más las veremos manifestarse.
Cuando recibes sabiduría
de Dios, recibes un discernimiento que va más allá de la lógica y la vista
Juan 10:10 El ladrón no
viene sino para hurtar y matar y destruir. Yo he venido para que tengan
vida, y para que la tengan en abundancia.
Antes de que el ladrón
pueda matar y destruir, roba. Cuando un ladrón roba, por lo general roba lo que
es valioso. El diablo quiere robarnos la Palabra de Dios porque sabe lo valiosa
y poderosa que es.
Entonces, ¿cómo nos roba
el diablo? Echemos un vistazo a la parábola del sembrador en Mateo 13:
El diablo viene y roba la
Palabra cuando no la entendemos.
El diablo no quiere que
recibamos la Palabra de Dios porque sabe que la Palabra de Dios tiene el poder para
salvarnos y protegernos de sus ataques contra nosotros. Intentará distraernos con
entretenimiento mundano o poner barreras en nuestro camino para evitar que
vayamos a la iglesia (por ejemplo, haciéndonos creer que la iglesia es
aburrida). Y si llegamos a la iglesia y escuchamos la Palabra, él viene
rápidamente a robar la Palabra a aquellos que no la entienden.
Si bien no está mal
disfrutar del entretenimiento, no debemos priorizarlo por encima de la Palabra
de Dios. En vez de eso, debemos aferrarnos a la Palabra de Dios porque es lo
que producirá las bendiciones, el favor, los milagros, los avances y las sanidades
de Dios en nuestras vidas. Así como incluso las semillas más diminutas pueden
convertirse en árboles grandes que pueden atravesar el pavimento, la semilla de
la Palabra tiene el poder de traer resultados poderosos en nuestras vidas. Es
por eso que el enemigo siempre tratará de venir rápidamente a robarnos.
Mateo 13:18–19 Oíd, pues,
vosotros la parábola del sembrador: Cuando alguno oye la palabra del reino y no
la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón.
Este es el que fue sembrado junto al camino.
“No la entiende”:
La traducción griega de la palabra “entiende” es “suniémi”. “Suniémi”
se refiere a la sabiduría sobrenatural de Dios que nos permitirá sumar dos más
dos, para tener una percepción y un discernimiento sobrenaturales y fuera de lo
común.
Mateo 13:23 (KJV) “Pero
el que recibe semilla en buena tierra es el que oye la palabra y la
entiende (‘suniémi’), el que a la verdad da fruto y produce: uno a ciento,
otro a sesenta, otro a treinta por uno.”
“Semilla”:
Esto se refiere a la Palabra de Dios.
“Unos a ciento, otros a
sesenta, otros a treinta por uno”: Esta es una imagen de
una cosecha abundante. Esto significa que cuando entendemos la Palabra de Dios,
esta produce resultados poderosos en nuestras vidas.
Mateo 13:15 Porque el
corazón de este pueblo se ha engrosado,
Y con los oídos oyen
pesadamente,
Y han cerrado sus ojos;
Para que no vean
con los ojos,
Y oigan con los
oídos,
Y con el corazón
entiendan ('suniémi'),
Y se conviertan,
Y yo los sane.
“Para que no vean con sus
ojos y oigan con sus oídos. . . y con el corazón entiendan”:
Observa el patrón a través del cual recibimos la Palabra de Dios. Primero entra
por las puertas de nuestros oídos, luego pasa por las puertas de nuestros ojos
y finalmente cae en nuestros corazones. Esto significa que cuanto más
escuchamos y vemos la Palabra de Dios, más cae en nuestros corazones. Ahí es
donde Dios nos da el entendimiento y la revelación, el 'suniémi', que
está más allá del razonamiento y la lógica natural.
“Para que yo los sane”:
Esta línea en el versículo anterior nos dice que cuando recibimos y entendemos
(“suniémi”) la Palabra, ¡Dios no puede sino sanarnos! Si bien hay
momentos en que ponemos las manos sobre los enfermos y son sanados (Marcos
16:18), la forma ordenada por Dios para que recibamos sanidad es mientras
nosotros recibimos revelación sobre nuestra herencia de salud y sanidad divina
en Su Palabra.
La sabiduría de Dios trae
salud, riquezas, honra, deleite y paz
Proverbios 4:20–22 (KJV) Hijo
mío, presta atención a mis palabras;
No
dejes que se aparten de tus ojos;
Guárdalos
en medio de tu corazón;
porque son vida
para los que las hallan,
y salud a toda su
carne.
“Inclina tu oído a
mis dichos. No dejes que se aparten de tus ojos; Guárdalos en medio de
tu corazón”: Otra vez, notamos el patrón de recibir la Palabra de Dios:
primero a través de nuestras puertas auditivas, luego nuestras puertas
oculares, que finalmente caen en nuestros corazones.
¿Cómo no dejamos que la
Palabra de Dios se aparte de nuestros ojos? Una forma en que podemos hacerlo es
visualizando las imágenes en Su palabra. La Palabra de Dios está llena
de imágenes y descripciones visuales de cómo debemos vernos a nosotros mismos.
Por ejemplo, el Salmo 1:3 pinta un cuadro de un hombre justo como un árbol
plantado junto a corrientes de aguas. ¡Lo más que meditemos en la Palabra de
Dios al vernos a nosotros mismos como este árbol frondoso, más caerá la Palabra
de Dios en nuestros corazones y recibiremos nuevas revelaciones de las promesas
de Dios para nosotros!
“Son vida…y salud a toda su
carne”: ¡Esto incluye todas las áreas de nuestro
cuerpo, desde la coronilla de nuestra cabeza hasta la planta de nuestros pies!
Para aquellos que están luchando contra la depresión, deben saber que Dios los
quiere libres. Él te ama y Su corazón es que tengas paz en tu mente y
tranquilidad en tu corazón.
No solamente recibimos
salud cuando dedicamos tiempo a la Palabra de Dios, sino que también recibimos
sabiduría. Dios quiere que tengamos sabiduría. Para Dios, la sabiduría es la
cosa principal (Prov. 4:7). La sabiduría es independiente de nuestra
inteligencia; es algo que viene de Dios.
Proverbios 3:14–15 Porque
su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, y sus frutos más que el oro
fino. Más preciosa es que las piedras preciosas; y todo lo que puedes
desear, no se puede comparar a ella.
“Y todo lo que puedes
desear, no se puede comparar a ella”: La sabiduría es más
valiosa que todos los placeres terrenales que podemos buscar.
Proverbios 3:16-17 Largura
de días está en su mano derecha; En su izquierda, riquezas
y honra. Sus caminos son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz.
Con la sabiduría viene:
1.
Largura de días (longevidad/salud)
2.
Riquezas (provisión/suministro)
3.
Honor
4.
Deleite
5.
Paz
“En su mano derecha”:
la mano derecha suele ser nuestra mano dominante. Es una imagen de prioridad.
¡Esto nos muestra que la prioridad de Dios es que disfrutemos de buena salud y largura de días!
“Paz”: La
palabra hebrea “shalom”, también significa plenitud, completitud y gozo. La
felicidad depende de los acontecimientos correctos, pero el gozo del Señor es independiente
de nuestras circunstancias.
La sabiduría te lleva a
atesorar la presencia de Jesús
1 Reyes 3 registra al rey
Salomón pidiéndole a Dios sabiduría cuando ascendió por primera vez a la monarquía.
Salomón estaba en Gabaón cuando Dios se le apareció y le preguntó qué le
gustaría que Dios le diera. Esta fue la respuesta de Salomón a Dios:
1 Reyes 3:9–10 Da, pues,
a tu siervo corazón entendido (un corazón que escucha) para juzgar a tu pueblo,
y para discernir (‘suniémi’ – GR) entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá
gobernar este tu pueblo tan grande? Y agradó delante del
Señor que Salomón pidiese esto.
De todas las cosas que
Salomón podía pedirle a Dios, ¡le pidió a Dios un corazón entendido! Esta
oración agradó tanto a Dios que Dios no solo bendijo a Salomón con sabiduría,
sino que también bendijo a Salomón con bendiciones que no había pedido:
riquezas, honra y largura de días (1 Reyes 3:11–14). Cuando le pides sabiduría
a Dios, ¡obtienes todo lo demás!
1 Reyes 3:14 Y si
anduvieres en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como
anduvo David tu padre, yo alargaré tus días.
Aunque Dios le prometió a
Salomón largos días, Salomón murió a una edad temprana porque se había apartado
de Dios (1 Reyes 11:9).
Bajo el Antiguo Pacto de
la ley, ciertas bendiciones, por ejemplo la sanidad solo podía recibirse cuando
los hijos de Israel guardaban los mandamientos de Dios. Nuestro Señor Jesús
cumplió todas las demandas de la ley cuando tomó nuestro lugar en la cruz (Mat.
5:17, Col. 2:13–14), ¡haciéndonos aptos para recibir todas las bendiciones de
Dios para nosotros! Ya que Él es el Hijo de la mano derecha del Padre y la
bendición de la mano derecha es la sanidad, ¡la sanidad es una bendición que
podemos recibir hoy!
1 Reyes 3:15 Cuando
Salomón despertó, vio que era sueño; y vino a Jerusalén, y se presentó delante
del arca del pacto de Jehová, y sacrificó holocaustos y ofreció sacrificios de
paz, e hizo también banquete a todos sus siervos.
Lo primero que hizo
Salomón después de despertar de su sueño fue ir delante del arca del pacto y
ofrecer sacrificios a Dios. El arca del pacto es una imagen de Jesús. ¡Esto nos
muestra que cuando recibes sabiduría, atesoras la presencia del Señor!
La mayor forma de
sabiduría es el conocimiento del amor de Jesús por ti
Génesis 41 registra la
historia de José interpretando los sueños que Faraón había recibido de Dios.
Génesis 41:32–33 Y el
suceder el sueño a Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte de
Dios, y que Dios se apresura a hacerla. Por tanto, provéase ahora Faraón de un
varón prudente (‘phronimos’ – GR) y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto.
Las traducciones griegas
de la raíz de la palabra “prudente” (“perspicaz, discernido” KJV) y “sabio” son
“phronimos” y “suniémi”, que significan “entendimiento o
prudencia” y “visión sobrenatural”, respectivamente.
José fue capaz de
interpretar el sueño de Faraón no porque tuviera talentos naturales, sino
porque tenía discernimiento y sabiduría sobrenatural de Dios.
Génesis 41:37–40 El
asunto pareció bien a Faraón y a sus siervos, y dijo Faraón a sus siervos:
¿Acaso hallaremos a otro hombre como este, en quien esté el espíritu de Dios? Y
dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido
ni sabio como tú. Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo
mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú.
Mientras José
interpretaba el sueño de Faraón, también le dio consejos sobre cómo manejar los
siete años de hambre que vendrían. ¡La sabiduría de Dios sobre José fue tan
evidente que Faraón ascendió a José de esclavo a supervisor de Egipto! Esto nos
muestra que la sabiduría de Dios puede llevarnos al éxito.
La mayor sabiduría es
conocer el amor de Jesús por nosotros.
El libro de Cantar de los
Cantares trata sobre el rey Salomón y su novia, que es una imagen de Cristo y
su novia, la iglesia. Se usa la analogía de un novio y una novia porque la
unión de los recién casados suele ser el momento más apasionante de su
relación: ¡este es el grado del amor apasionado que el Señor tiene por
nosotros!
Cantares 1:2 ¡Oh, si él
me besara con besos de su boca!
Porque mejores son
tus amores que el vino.
“Besar”:
habla de cercanía y de conocer personalmente el amor de Dios por nosotros.
“Mejores son tus amores
que el vino”: El vino suele ser una bebida de celebración.
También es un símbolo de una época de gran cosecha o prosperidad. Esto
significa que el amor del Señor por nosotros es mejor que todos los placeres
terrenales que podamos desear, por ejemplo riquezas y prosperidad. Y Su amor
por nosotros es independiente de las circunstancias por las que atravesemos en
nuestra vida. ¡Despiértate cada mañana con la conciencia de que el Señor Jesús
te ama y que Sus ojos están sobre ti!
Cantares 4:10 ¡Cuán
hermosos son tus amores, hermana, esposa mía!
¡Cuánto mejores que el
vino tus amores,
Y el olor de tus ungüentos que todas las especias aromáticas!
“Hermana, esposa mía”:
Somos tanto la hermana como la esposa del Señor.
“¡Cuánto mejores que el
vino tus amores!”: Nuestro amor por el Señor nunca puede
compararse con Su gran amor por nosotros. Sin embargo, el Señor ve el poco amor
que podamos tener por Él como algo mejor que el vino. ¡Él aprecia nuestro amor!
¡Tal es la magnífica gracia y el amor de nuestro Señor! Él nos supera en todas
las áreas, incluso en amarnos, pero Él está consciente y es sensible a nuestro
amor hacia Él.
El Pastor Prince finaliza
el servicio orando por la sanidad y restauración de nuestras mentes, y también
por nuestras tres peticiones de oración para el 2023.
Oración de salvación
“Padre Celestial, gracias
por amarme. Tu amor es mejor que el vino. Gracias por enviar a Tu Hijo
Jesucristo, quien murió en esa cruz por mis pecados. Él llevó todo mi juicio y
toda mi condenación. Todos mis pecados han sido quitados cuando fui declarado
justo por Ti. Tú resucitaste a Jesús de entre los muertos y todos mis pecados
fueron quitados. Estoy totalmente perdonado porque Jesucristo es mi Señor y mi
Salvador, ahora y para siempre. Gracias Padre. Este año, entro en el 2023 grandemente
bendecido y altamente favorecido y Tú me amas mucho. Revélame cada vez más lo
amado que soy por Ti, en el nombre de Jesús, Amén”.
Oración final
“Este próximo año, oro
por ustedes y sus familias. En el nombre del Señor Jesucristo, que ustedes y
sus familias estén en el lugar secreto del Altísimo, bajo la sombra, la
protección, el amparo del Altísimo. Caerán a tu lado mil, y 10.000 a tu
diestra, más a ti no llegará. Lo que sea que venga con este año, no se acercará
a ti. La recesión o lo que sea, no te tocará ni te afectará negativamente. En
el nombre de Jesús, Padre, oro, Señor, que liberes provisiones más que
suficientes, Señor, para Tu pueblo, no solo para sus propias necesidades,
Señor, sino para que sobreabunde para ser una bendición para otros, Señor, y
por el evangelio de Jesucristo, que no transijan o sean negligentes, Padre, en
el diezmo, en la siembra, en la cosecha, y en el darte, Señor, porque tus
caminos nunca fallan. Padre, en el nombre de Jesús, ellos llegarán a ser
dadores y bendecidores, Señor. Aleluya, donde quiera que vayan. Y Padre, te
pido en el nombre de Jesús, que este año sea tan lleno de favor, saciado con el
favor del Señor. Oro para que todos bajo el sonido de mi voz, Señor, ellos y
sus familias sean saciados y llenos del favor de Dios. Que la gente se sienta
atraída hacia ellos sin saber por qué solo por el favor de Dios que está sobre ellos
y sus seres amados. Amén.
El Señor te proteja a ti
y a tus seres amados durante todo este año. Declaro que ninguno de ustedes
morirá antes de tiempo. Morirás sólo si Jesús tarda. Si Jesús no regresa,
morirás cuando estés saciado, en el nombre de Jesús. En el nombre de Jesús, el
Señor levante Su rostro sobre ti, sonría sobre ti, te conceda a ti y a los
tuyos durante todo este año, paz. En el nombre de Jesús, Amén”.
© Copyright JosephPrince.com 2023
Las notas de este sermón fueron
tomadas por voluntarios durante el servicio. No son una representación textual
del sermón.
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