¡NO MÁS MIEDO! JOSEPH PRINCE. DÍA 4
“¿Quién de
ustedes, por mucho que se preocupe, podrá añadir un codo a su estatura?
Si ni siquiera pueden hacer lo que menos pueden, ¿por qué se afanan por lo
demás? Si Dios viste así la hierba que hoy está en el campo y mañana se echa al
horno, ¿cuánto más los vestirá a ustedes?”
Lucas 12:25-26, 28
Pensamiento:
Déjalo
ir y permite que la provisión de Dios fluya.
¿Hay áreas en tu vida por
las que no puedes dejar de preocuparte? Quizás se trate de una condición de
salud crónica. O de tu trabajo. O de cómo resolver un problema urgente en tu
matrimonio o en la crianza de tus hijos. Como dedos que se rascan
constantemente una costra que pica, tal vez tus pensamientos se mantienen dando
vueltas en estas áreas, robándote la paz y el descanso.
Permíteme compartir
contigo algo que te ayudará a romper este hábito y a traer la provisión del
Señor a tus situaciones negativas.
Algunos años atrás, el
Señor me dio una visión de uno de los principales obstáculos que nos impide
recibir Su provisión. Vi tubos suaves dorados que descendían del cielo hacia un
hombre, trayendo un flujo fresco y constante de la provisión de Dios a diversas
áreas de su vida.
Pero en el momento en que
el hombre comenzó a preocuparse por un área específica, la manguera de
suministro se obstruyó. Era como si su preocupación fuera un puño que apretaba
la manguera.
¿Has notado que la
provisión fluye libre y fácilmente en las áreas que menos te preocupan? Por
el contrario, es en las áreas que te preocupan donde a menudo falta la
provisión. El suministro del Señor fluye constantemente en nuestras vidas, pero
nuestra ansiedad puede impedirnos recibirlo.
Cuando Dios dice: “No te
preocupes”, te está diciendo: “Déjalo ir y permíteme proveerte”. Quiero alentarte
a que sueltes esa manguera, porque Dios ya está proveyendo lo que necesitas. Mientras
la sueltas y confías en que Él te ayudará en tu situación, recibirás la
provisión que ya fluye libremente de Él.
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