ALABANZA POR SU DIVINA BONDAD. Por E.W. Bullinger
Traducción: Juan Luis Molina Con la colaboración de Claudia Juárez Garbalena “ Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres” (Salmos 107:8). Esta sagrada declaración, este devoto deseo se repite cuatro veces en este Salmo. Pareciera como si, una vez que Dios hubo oído el clamor de Su gente y los libró, ellos hubiesen fallado en glorificarle por ello. Al igual que sus antepasados, ellos también fueron una generación incrédula y desagradecida. Esta falta de gratitud parece llevarla estampada consigo la raza humana. Es por eso que cuando el Señor sanó a los diez leprosos de su azote, una repugnante e incurable enfermedad, tan solo uno de ellos se volvió para darle gracias a Dios; de entre los diez, solamente uno clamó: “ Alabado sea el Señor por Su bondad”. Ojalá que aprendamos esta lección. Que nuestros corazones rebosen de gratitud, para que podamos ser inspirados por el espíritu de nuestro texto a dar gracias a Su n...