Jacob: RENDIDO A LA GRACIA. Fragmento del libro : LA GENTE QUE CONOCE A SU DIOS". De Joseph Prince

 

Escritura clave:

Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba… tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob... Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel… Y lo bendijo allí.

Génesis 32:24-25,28-29

A través de su vida, Jacob tomó y manipuló a su manera las bendiciones. De hecho su nombre Jacob significa “el suplantador” o “el que toma o roba”.

Él engañó a su padre e hizo trampa a su hermano mayor, Esaú, sobre su derecho de primogenitura. Él siempre estaba luchando por bendiciones, manipulando a través de su vida y confiando en su propia fuerza. Esta mentalidad de “lucha” representa nuestra naturaleza humana -nuestra tendencia para tratar de ganarnos el favor de Dios o Sus bendiciones a través de nuestros propios esfuerzos.

Pero mientras Jacob estaba luchando con el Señor en la oscuridad antes del amanecer, un cambio ocurrió. En el momento en el que el Señor tocó la cadera de Jacob, él se volvió débil e indefenso. Este toque representa la gracia del Señor abriéndose paso a través de nuestra autoconfianza. Cuando Jacob no pudo luchar más con su propia fuerza, él no lo dejó ir y se aferró al Señor.

Este aferrarse representa un cambio significativo- es un acto de rendición, de reconocimiento de nuestras debilidades y completa dependencia en el Señor.  Verás, Él no es impresionado por nuestra fuerza humana o nuestros intentos de manipular las circunstancias a nuestro favor. De hecho, Él es atraído por nuestras debilidades. Es cuando llegamos al final de nosotros mismos y nos damos cuenta de nuestra propia insuficiencia que estamos en una perfecta posición para recibir de Él.

La Biblia nos dice que “Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes” (Santiago 4:6). La ayuda del Señor fue retenida cuando Jacobo continuó confiando en su propia fuerza. Pero en el momento en que él reconoció su debilidad, el Señor fue constreñido para ayudarlo.

¿Te encuentras a ti mismo constantemente sobreviviendo, luchando con tus circunstancias y tratando de hacer que las cosas ocurran con tu propia fuerza? Amigo mío, el Señor quiere llevarte a un lugar donde dejes de luchar y empieces a confiar.

El corazón de Dios es atraído hacia aquellos que reconocen su propia incapacidad y dependen enteramente de Él. Es cuando llegamos al final de nosotros mismos que realmente comenzamos a experimentar la plenitud del poder y el amor de Dios en nuestras vidas.

En 2 Corintios 12:9 dice: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”.

Esto es con lo que quiero que te quedes de todo esto: no tengas miedo de admitir tu incapacidad ante Dios. De hecho, ¡abrázala! Cuando te sientas débil, inadecuado o abrumado es el momento perfecto para voltear a Él y decir, “Señor, no puedo hacer esto por mí mismo, te necesito”. Ahí es cuando verás moverse a Dios en maneras que jamás imaginaste posibles. Yo creo que en tu debilidad descubrirás Su fuerza. En tu rendirte, ¡empezarás a encontrar Su bendición.

 

Pensamiento del día

Verdaderas bendiciones fluyen no de nuestros propios esfuerzos, sino de rendirnos a la gracia de Dios.

 

PARA MEDITAR MÁS:

Genesis 32 / Juan 15:4-5 / Efesios 2:8-9 / 2 Corintios 12:9

 

Fragmento del libro "La gente que CONOCE a su Dios". De Joseph Prince

Los derechos de autor de este escrito pertenecen a Joseph Prince

 

 

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