Jabes: El poder de las oraciones audaces. De Joseph Prince. Fragmento del libro "La gente que CONOCE a su Dios"
Escritura clave:
Y Jabes fue más ilustre
que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a
luz en dolor. E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras
bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras
de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió
1 Crónicas 4:9-10
Sabías que el nombre de
Jabes significa literalmente “dolor” o “tristeza”? ¿puedes imaginarte andar por
la vida con un nombre como ese? Es como tener una etiqueta pegada en ti que diga
“fracaso” o “desesperanza”.
Pero Jabes se negó a
aceptar tal etiqueta. Él se negó a dejar que las circunstancias o su nombre
definieran su destino. En vez de ello, él hizo algo completamente
contraintuitivo y completamente lleno de fe: Él le pidió a Dios que lo
bendijera.
En 1 Crónicas 4:10, vemos
la notable oración de Jabes: “¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi
territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no
me dañe!”. Esta oración es un hermoso ejemplo de una fe audaz y valiente. Jabes
no solo pidió tímidamente por una pequeña bendición, él le pidió a Dios que lo
bendijera de verdad, que engrandeciera su territorio, estuviera con él y lo
protegiera.
Lo que más amo de esta
oración es que demuestra el conocimiento de Jabes del corazón de Dios. Él vio a
Dios como un buen Padre que se regocija en bendecir a Sus hijos. Él creyó que
la gracia de Dios no estaría limitada por su pasado, su desafortunado nombre o
sus circunstancias. Jabes creyó que Dios podría y quería cambiar su destino.
Cuando Jabes invocó al
Dios de Israel, él no fue tímido o vacilante en su petición. En vez de eso, él
pidió audazmente que lo bendijera. Nuestro Padre ama cuando corremos a Él porque
Él sabe que cuando buscamos Su suministro, no estamos confiando en nuestra
propia fuerza o las soluciones del mundo para resolver nuestros problemas.
¿Y cómo respondió Dios? La
Biblia nos dice que “Dios le concedió su petición” (1 Cron. 4:10). Nuestro
Padre celestial honró la fe de Jabes y cambió la trayectoria de su vida. ¡Este
es el poder de creer en la gracia de Dios y Su bondad hacia nosotros!
No tengas miedo de pedir
a tu Padre celestial Sus bendiciones. Él no es un Dios tacaño que retiene las
cosas buenas a Sus hijos. Cómo dijo Jesús, “Pues si vosotros,
siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro
Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mateo
7:11).
Déjame alentarte hoy: No
permitas que tu pasado, tus circunstancias o incluso las opiniones de otra
gente limiten lo que tú crees que Dios puede hacer en tu vida. Como Jabes,
puedes ir al trono de gracia con fe audaz, pidiendo a tu Padre celestial para
que te bendiga de verdad.
Servimos a un Dios que se
especializa en convertir el dolor en propósito, la tristeza en gozo y las maldiciones
en bendiciones. Él está listo para hacer mucho más abundantemente de lo que
pudieras pedir o pensar (Efesios 3:20). ¡Así que ve adelante, pide en
grande, cree en grande, y mira a tu amado Padre moverse poderosamente en tu
vida!
Pensamiento del día:
Me niego a dejar que mis
circunstancias determinen mi destino. Puedo pedir audazmente las bendiciones de
Dios, confiando en Su bondad y amor para transformar mi vida.
Para medita más:
1 Crónicas 4 / Romanos
8:31-32 / Efesios 3:20 / Santiago 1:17
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