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Él le saciará con larga vida. De Joseph Prince

 

Salmo 91: 16 Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación.

Este es el final, pero creo que el más importante versículo del Salmo 91! Si alguna vez ha tenido alguna duda de que Dios desea que usted viva una vida larga y buena, deje que este versículo sea su respuesta. Quizá esté luchando con una enfermedad ahora mismo, pero por la fe aferrémonos juntos a este versículo. En el poderoso nombre de Jesús, le veo sanado, saludable y fuerte. Le veo fuerte en Cristo y listo para derribar cualquier gigante que tenga delante.  

Una de mis imágenes favoritas de una larga vida se encuentra en el personaje bíblico de Caleb. Cuando tenía ochenta y cinco años, él dijo: “y ahora, he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años. Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar” (Josué 14:10–11).

La imagen de fe aquí de larga vida no es solo en términos de cantidad, del número de días, sino también de calidad, fuerte y sano. Caleb era tan fuerte a los ochenta y cinco años como cuando tenía cuarenta y cinco, lo cual significa que en los últimos cuarenta años en el duro desierto, su fuerza, juventud y vigor no disminuyeron. No tenía achaques, ni entradas en el cabello, ¡ni desvanecimiento de su fuerza!

Y si quizá piensa que Caleb fanfarroneaba y hablaba mucho, mire lo que dijo después: Dame, pues, ahora este monte, del cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí, y que hay ciudades grandes y fortificadas. Quizá Jehová estará conmigo, y los echaré, como Jehová ha dicho (Josué 14:12).

A los ochenta y cinco años, Caleb estaba listo para luchar contra gigantes y poseer una montaña! Y Caleb cumplió lo que dijo! Lea la evidencia por usted mismo: “Josué entonces le bendijo, y dio a Caleb hijo de Jefone a Hebrón por heredad. Por tanto, Hebrón vino a ser heredad de Caleb hijo de Jefone cenezeo, hasta hoy, por cuanto había seguido cumplidamente a Jehová Dios de Israel” (Josué 14:13–14).

¿Le impresionó que un pastorcito adolescente luchara contra un gigante llamado Goliat en el valle de Ela? Creo que deberíamos quedarnos helados con este hombre de ochenta y cinco años, ¡que tomó posesión de todo un monte repleto de gigantes! Caleb, era celoso de la gloria del Señor. La preocupación de Caleb era que había asuntos sin terminar porque el Señor les había prometido el monte hacía cuarenta años.

Lo que yo personalmente creo es que su reloj biológico se detuvo y básicamente dejó de envejecer porque mantuvo sus ojos no en sí mismo, sino en las promesas del Señor. Mientras medite y encuentre fuerza en las promesas de Dios, lo mismo puede ocurrirle a usted.

 

Comentarios

  1. Gracias amada por traducir y publicar estas hermosas y edificantes enseñanzas

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