LA PALABRA PROFÉTICA MÁS SEGURA - Por Juan Luis Molina
Tenemos también la palabra
profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una
antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero
de la mañana salga en vuestros corazones. 2 Pedro 1:19
No creo que sea difícil para
el Espíritu Santo respondernos a esta simple cuestión. Siempre es
sencillo comprender la Interpretación que Dios nos da, cuando así se le
permite. La pregunta que surge es esta: Padre, ¿cuál podría ser esa
profecía de la Escritura de la cual dice Pedro ser la más segura!? ¡Es verdad! debemos permitirle
al Espíritu Santo iluminarnos nuestro entendimiento, y cuando lo hace llegamos
siempre a la misma conclusión: ¡Caramba! ...!era tan sencillo! ¡y a
la vez....es tan hermoso! - admiración y sorpresa siempre van ligadas a
la revelación de Dios!!
El espíritu santo tiene la
labor consignada por nuestro Abba, de abrirnos el entendimiento, para que
admirando lo que vemos y palpamos le amemos más cada día. Este es el aumento o
crecimiento gradual de tu Cristo, y siempre se dirige todo a Él.
Si no estamos "viendo y palpando" la Palabra, cuando leemos la Biblia, basta con pedirle al Padre a través de ese mismo espíritu sabiduría, y entonces Dios no se tarda en abrirte Su Libro y contarte en primera manos la historia que escribió, y lo que nos deja ver entonces nos embauca, nos llena de gozo. Tal es la plena dicha que nos envuelve, que comprendemos muy bien al profeta, cuando, decidido a callarse y mantener la boca cerrada, sin embargo, había un fuego consumidor dentro de él, que no se lo permitía, y no podía callarse. Un gran obstáculo, sino tal vez el mayor, de que no palpemos y veamos a Dios en Su Escritura, se debe a nuestras persuasiones adquiridas de fuera, por la boca de los hombres. Pero si no le permitimos a nuestras "creencias y convicciones" que se entrometan en la interpretación de Dios, si le dejamos hablar por Sí Mismo, entonces se nos descubre el Cielo, y no estoy diciendo nada exagerado, ni usando ninguna figura literaria.
Si le permitimos a Dios que se interprete a Si mismo, tenemos que leer todo lo que dice de esta particular, especial y más segura Profecía a seguir, y lo que a seguir nos muestra es como debemos tratar esta palabra profética, a la cual haréis bien en estar atentos. Esto nos pide Dios con ella. Así debemos tenerla en cuenta.
Si no estamos "viendo y palpando" la Palabra, cuando leemos la Biblia, basta con pedirle al Padre a través de ese mismo espíritu sabiduría, y entonces Dios no se tarda en abrirte Su Libro y contarte en primera manos la historia que escribió, y lo que nos deja ver entonces nos embauca, nos llena de gozo. Tal es la plena dicha que nos envuelve, que comprendemos muy bien al profeta, cuando, decidido a callarse y mantener la boca cerrada, sin embargo, había un fuego consumidor dentro de él, que no se lo permitía, y no podía callarse. Un gran obstáculo, sino tal vez el mayor, de que no palpemos y veamos a Dios en Su Escritura, se debe a nuestras persuasiones adquiridas de fuera, por la boca de los hombres. Pero si no le permitimos a nuestras "creencias y convicciones" que se entrometan en la interpretación de Dios, si le dejamos hablar por Sí Mismo, entonces se nos descubre el Cielo, y no estoy diciendo nada exagerado, ni usando ninguna figura literaria.
Si le permitimos a Dios que se interprete a Si mismo, tenemos que leer todo lo que dice de esta particular, especial y más segura Profecía a seguir, y lo que a seguir nos muestra es como debemos tratar esta palabra profética, a la cual haréis bien en estar atentos. Esto nos pide Dios con ella. Así debemos tenerla en cuenta.
Ahora bien, aun no se nos ha dicho cuál es La Profecía, y yo no me puedo imaginar lo que sea, pero Dios nos dice que le prestemos atención cuando nos la enseñe. Nuestro Dios y Padre nos está pidiendo amorosamente donde debemos dirigir nuestros ojos de Cristo, o, mucho mejor dicho, donde tiene nuestro Cristo sus ojos enfocados. Esta es la Voz de Dios llevando a un hijo Suyo, Su celestial sabiduría, y mientras más leemos, acerca de La Profecía, más joyas y riquezas celestiales vamos a hallar.
Como una antorcha que alumbra en una noche oscura.
Fíjate bien en la manera que
nos guía el espíritu mientras leemos en Su presencia. Todavía no sabemos la
profecía, pero sabemos que, cuando el Padre nos la muestre, debemos enfocar en
ella los ojos de Cristo, manteniendo lo que nos diga como lo más seguro que tenemos, y podremos
decir que es lo que nos
asegura, lo que nos afirma, lo que ocasiona que no nos movamos nosotros del sitio donde nos
puso Dios. Cuando el Padre nos muestre Su Profecía a la cual da
Su primacía, nos servirá como "antorcha en medio de una
noche oscura". Aunque imperen las tinieblas a tu alrededor, y sean cada
día más densas, tú verás bien por donde andas. Esta es una garantía de
Dios, algo que tiene que suceder en tu vida si obedeces poniendo atención en la
profecía, hace parte de los beneficios y recompensas que manifestarás, no solo
en la vida venidera, sino ahora mismo. Este versículo no habla nada de ser un
beneficio futuro, sino actual, los miembros que enfoquen esta profecía, la cual
tiene Dios que explicarnos cuál es, verán iluminados sus ojos en todo lo que va
a suceder, de parte de Dios.
Pero hagamos aquí un pequeña
parada, porque el espíritu nos inspira ahora una pregunta, y es la siguiente:
Si es cierto que Dios nos muestra que es en esta profecía que
pongamos nuestros ojos y pensamientos, para estar seguros y confiados;
entonces, cualquier otra profecía que sea, anterior a ésta, aunque haya
sido dada también por Dios, no será seguro que la mantengamos primero.
Esta es ahora la única que quiere Dios que enfoquemos. Nuestro
Padre desea que nos extendamos en frente, que pasemos adelante; que no perdamos
el tiempo mirando el tiempo presente, ni nos concentremos el pasado,
sino que como habló por la boca de Pablo, en Cristo: " que
lo redimamos y nos olvidemos de lo que YA SE CUMPLIÓ Y SE quedó
atrás, y nos
extendemos a lo que tenemos en frente.
Y por último, después de este paréntesis, en la última de las piezas que componen esta importante y principal profecía provista por el espíritu santo, aprendemos, además, "hasta cuando" debemos mantenernos a ella arraigados y atentos; y el Espíritu Santo nos dice que la retengamos así firme hasta que el lucero de la mañana amanezca en vuestros corazones.
Ahora bien, no es nada difícil llegar a una conclusión final, si tomamos en cuenta el informe que nos da Dios tan completo de la profecía. Recuerda siempre primero esto, que no tenemos nosotros que interpretar nada de todo esto, sino recibir mansamente lo que nos dice Dios, y después intentar comprenderlo. Este es el orden, nuestro Dios no dice que será bendito quien comprenda las palabras de esta profecía, sino quien las lea y las guarde. Comprender lo que nos dice Dios viene muchas veces a seguir, peo lo primero es recibirlas y retenerlas. Nunca dejará de enseñártelo todo Dios, si le permites que se explique a Sí Mismo, y que te muestre Su Gloria.
Y por último, después de este paréntesis, en la última de las piezas que componen esta importante y principal profecía provista por el espíritu santo, aprendemos, además, "hasta cuando" debemos mantenernos a ella arraigados y atentos; y el Espíritu Santo nos dice que la retengamos así firme hasta que el lucero de la mañana amanezca en vuestros corazones.
Ahora bien, no es nada difícil llegar a una conclusión final, si tomamos en cuenta el informe que nos da Dios tan completo de la profecía. Recuerda siempre primero esto, que no tenemos nosotros que interpretar nada de todo esto, sino recibir mansamente lo que nos dice Dios, y después intentar comprenderlo. Este es el orden, nuestro Dios no dice que será bendito quien comprenda las palabras de esta profecía, sino quien las lea y las guarde. Comprender lo que nos dice Dios viene muchas veces a seguir, peo lo primero es recibirlas y retenerlas. Nunca dejará de enseñártelo todo Dios, si le permites que se explique a Sí Mismo, y que te muestre Su Gloria.
Veamos ahora lo que
averiguamos con todo esto que nos ha sido mostrado. Y nos surge una pregunta: Cuando
el espíritu santo inspiró a Pedro esta escritura, ¿cuál era la
promesa que tenían en frente sin cumplir todavía? ¿Serían las
profecías o promesas referentes de la Iglesia? - ¡No, no puede ser! Por
que la Iglesia nunca fue prometida ni profetizada, sino que se mantuvo en
secreto, permaneció siempre oculta; nunca había sido revelada a los
hombres hasta que se le revelo a Pablo. Siempre fue un Gran Secreto hasta que
se concretizó, y, además, YA SE MANIFESTÓ, así que no puede ser una
profecía de la Iglesia, la que tengamos que enfocar. Tampoco fueron las
profecías de los profetas del Antiguo Testamento; ni se refiere a la
profecía de la venida del espíritu santo, que se cumplió en
Pentecostés. Todas esas promesas en profecía ya se han
cumplido. Así que no puede ser esta en frente que tenemos de antorcha hasta que
amanezca y salga la luz. La profecía a la que Dios se refiere, es fácil llegar
a la conclusión de que puede ser SOLO UNA. Tanto para Pedro que
escribe, como para sus hermanos judíos en la dispersión, a quienes dirige
la Epístola donde la registra, y esa profecía en promesa es: "Y si me
voy... Vendré otra vez a vosotros, para que donde yo esté, estéis
también vosotros." La Segunda Venida es la palabra profética
más segura, con toda la certeza y sin lugar a dudas. Esta es la promesa en
profecía que les predijo antes de irse Jesús a Pedro. Jesús todavía no ha
regresado a la Tierra desde que les hizo este anuncio a sus discípulos.
No hay otra profecía por cumplir tan cercana como esta, y todo lo que
está por suceder se sujeta a ella también. Hay muchísimas riquezas disponibles
ahora para cada uno de los que se mantengan atentos y la guarden: "hasta
que" el lucero de la mañana amanezca en nuestros corazones. Y
Quien en Cristo resista manteniendo su antorcha además,
poseerá muchas riquezas celestiales. Tendrá en el Bema reservada Su
corona prometida en el Cielo cuando se cumpla. Los privilegios que
Dios guardó se destinan a quienes obedezcan a Dios en esta Administración, a
los que obedezcan Su Voz. Esto encaja perfectamente con que sea como nuestra antorcha en
este oscuro mundo en que vivimos.
La Segunda Venida es el tema o sujeto principal de la palabra profética más segura. Tal vez no sea importante a los ojos de la humanidad, y a los ojos de una gran mayoría en la Iglesia, pero nuestro Abba nos constriñe para que no le hagamos caso a Satanás aunque engañe a los muchos, aunque sea por la boca de los que tengamos más cerca diciendo "algo diferente"; por eso nos dejó los testimonios de Josué y Caleb, en medio de todo un pueblo unánime que se quería "volver atrás," y apedrearlos porque les incitaba lo contrario, "continuar en frente" a la Tierra Prometida. ¡Es verdad! nuestro Dios no quiere que nos perdamos, y ningún niño se pierde obedeciendo la Voz de Su Abba. Nuestro Dios sabe muy bien dar a oír Su Voz, y de decirnos a Sus ojos cuál es la cosa en que haremos bien atender y guardar.
La Segunda Venida es el tema o sujeto principal de la palabra profética más segura. Tal vez no sea importante a los ojos de la humanidad, y a los ojos de una gran mayoría en la Iglesia, pero nuestro Abba nos constriñe para que no le hagamos caso a Satanás aunque engañe a los muchos, aunque sea por la boca de los que tengamos más cerca diciendo "algo diferente"; por eso nos dejó los testimonios de Josué y Caleb, en medio de todo un pueblo unánime que se quería "volver atrás," y apedrearlos porque les incitaba lo contrario, "continuar en frente" a la Tierra Prometida. ¡Es verdad! nuestro Dios no quiere que nos perdamos, y ningún niño se pierde obedeciendo la Voz de Su Abba. Nuestro Dios sabe muy bien dar a oír Su Voz, y de decirnos a Sus ojos cuál es la cosa en que haremos bien atender y guardar.
¿Qué nos acaba de enseñar?, ¿dónde
nos pide amorosamente que fijemos los ojos? y, por qué haremos bien
en estar atentos si nos lo dice Dios? bueno, yo creo que sobran palabras para
responder. Primero que nada porque Sus pensamientos son más altos que los
nuestros, y Él ve más allá que nosotros. Después y sabiendo que quiere lo mejor
para nosotros, también sabemos que nos deleitaremos muchísimos con lo que
contenga la Segunda Venida, y además, porque tiene una gran promesa de
recompensa dirigida a los que obedezcan y guarden este precepto de
mantenernos atentos a la Segunda Venida. Recompensa que no tendrán
disponible todos los demás. Los que mantengan otra cosa primero en vez de esta
profecía y así enseñen a los hermanos, "por muy pequeño serán
contados entre sus hermanos." Pero los que se mantengan firmes mirando
atentamente la Segunda Venida serán coronados con privilegios Divinos
durante Mil años, como veremos más adelante.
La Segunda Venida es lo
que Dios nos muestra, en todo Su esplendor, porque hay un montón de riquezas
celestiales inmediatas y futuras que quiere nuestro
Padre ardientemente darnos a conocer. Son las cosas que ojo
no ha visto, ni oído alguno ha oído: Son los asuntos que preparó nuestro Dios y
Padre, no para nadie más sino para los que leen y guardan las palabras de esta profecía: Los que aman.
SU CERCANO COMIENZO
La primera cosa por suceder
de la Segunda Venida es el Rapto de los santos de la Iglesia. Primero se
levantarán los que se fueron a dormir en Cristo, y luego nosotros, los que
quedemos vivos. Todos seremos transformados y dejaremos de lado nuestro cuerpo
de muerte. Este será el comienzo señalado de la Segunda Venida, y a dónde
iremos ya solo en nuestro "cuerpo espiritual" se nos refleja en el
Libro del Apocalipsis.
El lugar donde estaremos, la apariencia que
tendremos y los atributos celestiales que poseeremos se hallan todos en el
libro de la Revelación del Señor. Aquí en esta Revelación descubrimos lo que
ojo no vio ni oído oyó, es decir, se nos abre nuestro entendimiento y sabemos cómo
luciremos en el Cuerpo resucitado de Cristo.
¿Has escuchado alguna vez decir que Dios no
nos ha dejado muchas cosas escritas en cuanto a las características del Cuerpo
Resucitado que vamos a poseer? Yo también. Eso se debe sencillamente al
desconocimiento general que existe en el Cuerpo, del Libro del Apocalipsis.
Porque el Libro expone TODO lo que deberíamos saber sobre nuestras capacidades
celestiales. Siempre es sorprendente y mucho más alto de lo que nos dijeron los
hombres o nos imaginamos nosotros. La
sorpresa y la admiración siempre aparecen cada vez que nos muestra Dios nuestra
verdadera identidad.
El Libro del Apocalipsis se
está comenzando a destapar, así que será bueno que atendamos a sus avisos como
nos pide Dios. Es curioso que este Libro, el de la Revelación de Jesucristo, no
haya sido inspirado a su escritor por el espíritu santo, sino a través de un
ángel enviado de Jesucristo. Después que Dios le diera a conocer a Jesucristo
esta profecía, no se la inspiró a Juan por la unción del santo, sino que le
envió un ángel para que se la diera a conocer, y además, para que luego él,
Juan, se la enseñase a sus "consiervos" y supiesen lo que iría a
suceder - ¿Cuál sería la razón? - Juan tenía la
"unción del santo" que le enseñaba todas las cosas, ¿por qué sin
embargo ahora conoce esta profecía por el Ángel? -sencillamente, no lo sabemos.
Sin embargo, lo que sí sabemos es que, en la administración venidera, que es el
contenido de la profecía, serán los ángeles que lleven a cabo la predicación
del Evangelio Eterno, y lo que predicarán al pueblo y a las naciones en general
será simplemente: "Temed a Dios y dadle Su Gloria," este será el gran
requisito para su salvación y lo que proclamarán los ángeles.
A Juan se le revela la aparición de Jesucristo
por un ángel, y todo lo que va a suceder se da a conocer primeramente a los
"consiervos" de Juan, a los que se queden en la Tierra al tiempo del
Rapto. Nada tiene que ver con la Iglesia ni con los "hijos" la
Revelación de la profecía, sino con los "consiervos" de Juan, con el
pueblo reunido por el Espíritu Santo en el territorio de Israel se relaciona.
La Iglesia de "hijos" ya habrá sido recogida anteriormente cuando se
sume el último miembro del pueblo en el territorio. Así que la Revelación o
apocalipsis del Señor, se halla dirigida especial y específicamente para los
que se queden en la tierra, para los Judíos primero y también para las demás
Naciones, pero la Iglesia ya ha sido recogida en Gloria antes que suceda todo
esto, que predice la profecía.
Todo lo que está por suceder en el
Apocalipsis, lo miraremos nosotros desde lo Alto, y solo eso ya es una gran
bendición para nosotros, pues sabemos que no estar presentes en la Ira Venidera
es un gran privilegio y bendición, que se nos ofreció de pura gracia, sin que
nosotros lo mereciéramos. Pero esta profecía es la que quiere Dios que
enfoquemos atentamente, porque sin duda nuestro Cristo tiene en ella un papel
fundamental, aunque no seamos su sujeto o tema principal. Si mantenemos siempre
este principio, cuando leemos el Apocalipsis, nos ahorraremos muchos problemas
y dificultades, que surgen al pensar que está hablando "de la
Iglesia".
Nosotros YA ESTAMOS sentados en lo alto, a la
derecha del Padre. Vemos esta profecía más segura, por tanto, desde la posición
que nos otorgó Dios el Padre en Cristo - a Su diestra y en Su Trono. No nos
movemos ni un ápice de donde fuimos transportados, y entonces se nos abren los
ojos de nuestro entendimiento, y nos volvemos "verdaderos adoradores"
con lo que ahora vemos y palpamos. ¡Ahora entendemos por qué requería tanto
nuestro Abba Padre nuestra atención!!!!
Somos testigos en primera mano de toda la Visión. Somos participantes
dentro de la Visión que tuvo Juan. Los mismos ojos que le iluminaron a él,
mientras el Ángel le hablaba, nos iluminan ahora a nosotros. Es extraordinario.
Las vestiduras que portamos, las coronas que poseemos, la apariencia que
manifestamos en la Visión, en Cristo, nos hace ver ciertamente que no se pueden
comparar, las glorias que nos esperan, con las tribulaciones que soportamos. Se
desvanece todo temor, y toda planta que no había plantado nuestro Padre
celestial en nosotros se desarraiga del todo. Se revela Cristo solo en todo Su esplendor...y
nos quedamos absortos.
Esta es la bendición que le
aguarda a quién lea y guarde las palabras de esta profecía, porque lo introduce
el Padre en la Visión de Juan, que a Pablo no se le permitió contar, y conocerá ciertamente lo que Dios nuestro
Abba Padre ha preparado para él.
Aunque los destinatarios de
la profecía no seamos nosotros, lo que si se nos muestra en esta profecía es
nuestra verdadera Identificación en todos sus detalles.
ALGUNOS ATRIBUTOS DE
CRISTO
Los consiervos de Juan del Apocalipsis que
vivan en el Territorio al tiempo del Rapto se distribuyen por siete iglesias, y
lo que va en breve a suceder, por orden y subsecuentemente, se le declara a
estas iglesias que componen Su Pueblo en los versículos siguientes, justo a
seguir a la promesa de bendición para quien lea, escuche y guarde las palabras
de esta profecía.
Esta es la palabra o sentencia de Dios para
los consiervos de Juan, y eso incluye la información específica que tienen que
atender y guardar para recibir Sus Recompensas, los que resistan hasta el fin: La
sentencia final y digna de toda confianza es que "viene con las nubes, y
todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todas las almas de la tierra se
lamentarán por su causa. Si, Amen”. ¡Así va a suceder!
Amén, esto es lo único que Israel deberá
mantener. Aquel que lo mantenga hasta el fin, vivirá y reinará con nosotros, el
cuerpo de Cristo, durante Mil años.
Juan fue enviado a la Isla de Patmos (el
Territorio de Israel) porque allí es el centro de la profecía. Todas las
connotaciones de puntos cardinales que vengan en este Libro, siempre tienen que
tener el Territorio como "punta de compás". El norte, sur, este y
oeste se delimitan siempre con este sencillo principio. El centro del mundo
venidero se condensa en el Territorio. La sede de Satanás se hallará también en
el Territorio. La emergencia o surgimiento del Anticristo y su fusión con otros
reinos, el falso profeta y el Trono de Satanás, se centran todos y tienen su
origen en el Territorio, y desde ahí se expande a todas las Naciones. Todo el
pueblo de Dios en el Territorio tendrá disponible "no ser ignorantes"
de lo que "va a suceder" en el Día del Señor.
Y es de "este Señor" de quien hacemos parte nosotros, los miembros
de Su Cuerpo. Siempre que veamos una alusión de Cristo, a través de cada uno de
Sus Títulos, debemos prestarle la atención que el Espíritu Santo nos pide hacia
esta profecía, porque el miembro que se apodere "agresivamente" de
estas "virtudes y poderes" por la fe sola, también las manifestará y
se le entregarán en el Bema. Será bueno siempre que "veamos" y
palpemos a Cristo, que nos revistamos de todo lo que tiene; y aquí se nos dice que "nuestra
voz" es portentosa como una trompeta; también somos vistos con "siete
candeleros de oro"; en cuanto al vestuario que nos cubre, poseemos una
"túnica hasta los pies" y se nos adorna con un "medallón de
oro" colgando de nuestro cuello". El cabello es blanco como la nieve
y la lana; y nuestros ojos se asemejan a llama de fuego, refulgente como un
horno. Serán como "estruendo de muchas aguas" las palabras que
pronunciemos. En nuestra mano derecha se hallarán "siete estrellas",
y de nuestra boca sale "una espada muy aguda de dos filos."
No hace falta acrecentarle nada, ni sustituir
lo que dice Dios QUE SOMOS, por lo que nos parezca a nosotros; todo lo que nos muestre
el Padre a puerta cerrada va mucho más allá de lo que nos imaginamos nosotros,
o nos enseñó hombre alguno. Cualquiera que deje oír la Voz del espíritu enseñar
por Sí estas cosas, se queda muy embelesado y calladito. Esta es "la
primera" descripción de Dios nuestro Abba Padre del Cristo que había
puesto en los "consiervos" de Juan, diciéndoles cómo lucían a Sus
Ojos. Pero Israel, en vez de seguir en frente atendiendo a estas visiones,
prefirió quedarse esclavo de la tradición y se cegaron sus ojos.
Dios es así también que nos ve a
nosotros. Conviene, pues, que nos
consideremos igual, es decir, que nos consideremos siempre como nos conoce
Dios, y no como nos imaginamos nosotros.
Aquí se nos revela hermano mío la apariencia
de nuestro Cuerpo resucitado, y en cada una de las características que tenemos
está deseando el Padre iluminarnos los ojos, en esta dulce común-unión con Él,
a puerta cerrada y en Cristo.
Así
vendremos en las nubes, y el poder y la autoridad que portamos en Cristo, dice
el ángel a Juan, será capaz de sujetar a nuestros pies "La Muerte y el
Hades".
LA CORRUPCIÓN EN EL MUNDO DE LAS IGLESIAS
Después entonces de darles a conocer esta
sencilla promesa, viniendo con las nubes, a Juan le pide el ángel que ahora
escriba a cada iglesia en particular. Primero en general les da la palabra
profética con la que tienen que asegurarse, la palabra con la cual podrán enfrentar
los terribles acontecimientos del tiempo venidero. Ahora les escribe
particularmente a cada una. Y lo que se nos descubre leyendo las epístolas es
algo asombroso, y vuelve todo a ser muy similar, no solo con estos últimos días
actuales, sino con toda la historia Eclesiástica de todos los tiempos. La misma
corrupción que se engrandece en el mundo se introduce rápidamente desde el
principio en las iglesias del Territorio. Al perder el Primer Amor, los
miembros de Israel y consiervos de Juan, se precipitan en una espiral de
perdición. Irán de mal a peor, ¡y muchos falsos profetas aparecerán que no tendrán
piedad del rebaño!: No solo es muy similar con los acontecimientos que
sobrevinieron a la Iglesia del Primer Siglo, volviéndose muchos "a las
fábulas", y a los "mitos",
sino que también es similar con los eventos del Pueblo de Dios en el
periodo del Desierto. En su seno durante el Apocalipsis, en sus iglesias, se
introducirá la idolatría como en el tiempo de Balaam, a ese periodo nos llama
la atención Dios en las epístolas, para que veamos lo que sucede, lo que ocurre
cuando las iglesias pierden el PRIMER AMOR. Lo primero que ocasiona es que por
ganancia deshonesta aparecen muchos en la Iglesia, haciendo mercancía del
pueblo; este es el estado lamentable en que se hallan las cosas en las Iglesias
de la profecía. Pero no acaba por aquí, porque cuando juzgamos leyendo que ya
no sería posible caer más bajo, la perversión perseguirá encarnizadamente a
Israel gradualmente, hasta llegar al colmo, que corresponde con el periodo que
atravesó Israel, no ya en el Desierto, sino ya establecido en el Territorio. La
más baja condición de perversión la alcanzó Israel en tiempos de Jezabel, la
mujer de Acab. La misma depravación que hubo en Israel en los tiempos de
Jeremías, se hallará presente en las iglesias de la profecía: las hechicerías,
los homicidios, las más bajas inmoralidades y perversiones... todo eso se
manifestará en el seno de Israel. Solo unos pocos no doblarán sus rodillas ante
tamaña corrupción. La gran mayoría irán progresivamente contaminándose con
aquella otra Ramera que también lleva por nombre Jezabel. Todo esto se
permitirá en libertad dentro de las Iglesias. Ahora entendemos que Dios se
reservase para sí, de entre ese Pueblo Suyo Israel, aquellos 144.000 que no
doblarán sus rodillas. 12 000 de cada tribu de Israel componen los reservados
de Dios por los que acortará aquellos tiempos. Israel llega a confesar entonces
que es rica en sí misma y que no tiene falta de nada. Dios no será necesario
que impere en su iglesia, la apatía general por los asuntos de arriba será muy
similar también a la de los días actuales: Una iglesia "vegetativa" -
"ni fría ni caliente" es lo que restará al tiempo de la Revelación en
la Tierra. Con todo, algunos conseguirán soportar y vencer, y serán
martirizados en una escala como tampoco se haya visto jamás, y la persecución
de la Bestia se hará implacable para con los fieles. De tal manera corromperá Satanás a las
iglesias, que, si Dios no hubiese acortado aquel tiempo, nadie hubiese podido
salvarse. Tan solo unos cuantos se mantendrán
firmes en la fe que a todos les repartió Dios al principio con la Segunda
Venida. La Segunda Venida ya no la retendrán en su memoria la mayoría, igual
que hoy en el Cuerpo de entre los vivos tampoco haya muchos que esperen el
Rapto. Tan solo unos cuantos saldrán incólumes de la Gran Tribulación, y junto
con la gran cantidad de mártires decapitados por causa de la Palabra en todo el
periodo del Apocalipsis, serán colaboradores con Cristo en el Gobierno del
mundo en el Milenio. Ocuparan los cargos principales en el Reino del Rey de
reyes y Señor de señores; además, la "muerte segunda" no tendrá poder
sobre ellos; y cada uno recibirá también las recompensas expuestas en sus
epístolas. Todas estas recompensas se otorgarán en el Primer Juicio. Bendito todos
aquellos que hagan parte de este Primer Juicio. Cada una de las epístolas
contiene casi al final las promesas y recompensas señaladas para este día, y
serán distribuidas por los Apóstoles para los que resistan y mantengan la
promesa que les fue manifestada en la profecía: La Segunda Venida les hará
soportarlo todo y salir como más que vencedores hasta enfrentando su
muerte.
Los primeros tiempos de la administración
venidera de Juicio, son muy similares a los que vivimos hoy en día, en los
últimos días la Iglesia de Gracia. Son estos y serán también aquellos tiempos
peligrosos como nos enseña el Espíritu Santo. Estamos a las puertas del Rapto,
así que conviene retener y llevar con nosotros el "Título de
Propiedad" que se nos repartió a todos al principio:
El
Rapto, cuando haya sucedido, por supuesto, habrá sido visto y palpado por todos
en la Tierra, y les sucederá a los hombres como les ocurrió en Pentecostés, que
algunos se preguntarán "Qué sería aquello," y otros se burlarán
diciendo que "estaban llenos de mosto". Aun habiendo sido un
acontecimiento más grande que la apertura de las aguas del Mar Rojo, a Satanás
no le será difícil entonces ofrecerle al mundo un montón de explicaciones
"científicas" para explicar lo sucedido, bajo su punto de vista. Y la
gran mayoría aceptará de buena gana sus consejos. Lo que el mundo más precisa y
procura es lo que les envía Dios: "Un poder engañoso para que crean a la
mentira". Un Líder con un Gobierno Justo que le dé su destino al mundos lo
que más quiere y espera del "poder engañoso". El primer jinete viene
montando un caballo blanco, y hay muchos que interpretan este jinete como
siendo Cristo, cuando quien ciertamente lo monta es el Anticristo.
Fijaros bien, las personas y también la
mayoría en la Iglesia persiguen este sueño hoy en día también, el de un
“gobierno justo”. Así por eso se ora para que los políticos "tomen buenas
decisiones" que "hagan prosperar" al país y su gente. En la
Iglesia hoy en día se ora por que emerja "algún político" o
"filósofo" llevando por "buen camino" a la humanidad, y
hasta le oran y esperan de Dios que les mande un Líder así pensando que esa sea
la Buena Voluntad de Dios. Por poner un ejemplo, en estas navidades, nos
juntamos para cenar unas veinte personas en la casa de una familia. Quitando
uno de los presentes que no conozco bien, todos los demás eran hermanos
renacidos y "antiguos ya en el Cuerpo". Pues bien, casi toda la noche se habló y
opinó acerca del "momento político" que atraviesa la humanidad.
Aunque todos eran unánimes de la gran corrupción que ocasionaron TODOS LOS
GOBIERNOS anteriores, sin embargo, todos también se congratulaban por la
reelección de Obama en la presidencia de EEUU, y le apellidaban de alguien
especial y carismático. Cuando fue elegido por primera vez, estos hermanos y
hermanas habían estado orando a Dios por él, ahora le dirigían palabras de
admiración y lo hacían en la esperanza de que podía muy bien resolver
"todos los problemas" de la humanidad. El Espíritu no me permitió que
abriese la boca en toda la noche, casi nunca me lo permite el Padre cuando se
toca este tema; pero a cambio y para que no reviente, me enseña y recuerda el
espíritu muchas cosas que "están escritas". Cuan fácilmente le será a
Satanás embaucar y hechizar a los hombres de las Naciones, para que olviden el
Rapto, y también a los miembros del verdadero Israel de Dios. La aparición del
jinete que se parece tanto con Cristo será coronada de paz, y estará repleta de
sabiduría filantrópica humana. Todos absorberán lo que destile la boca de la
Bestia como si fuese miel del Cielo. No es de extrañar que muchos entre las
iglesias del Territorio perderán y dejarán enfriar el Primer Amor tan pronto,
"esperando y aguardando", no por la Segunda Venida como les avisó
Dios, sino por la salida o aparición en la Tierra de uno que guíe a la
humanidad por objetivos buenos y filantrópicos. Muchos negociarán y canjearán
la "palabra profética más segura" con el dios de este mundo por una
"esperanza mejor", y además se
quedarán plenamente persuadidos de que, esta mejor esperanza, le agradará con
certeza a Dios, pues, al fin y al cabo, solo unos cuantos locos retienen
todavía Su promesa inicial. La verdad se afirma sin duda alguna "La
Mayoría" y no en lo que haya dicho Dios por Sus santos hombres.
Negociarán, cambiarán el "titulo de
propiedad" que Dios les puso en sus manos al principio, del Apocalipsis, y
lo perderán por esta maravillosa y pacífica sabiduría filantrópica que ahora
les ofrece Satanás: el poder engañoso que los llevará a su perdición.
"!Cuando
digan Paz, Paz!! ...!entonces vendrá sobre ellos tribulación repentina, como
los dolores de parto para la que se halla en cinta.!!
Esa
paz tan añorada y aguardada por todos en la Tierra, se mantendrá hasta llegar al punto, al
momento en que la Bestia haya recibido el Señorío de la Tierra Este jinete del caballo blanco será
distinguido como el "príncipe de la paz." Tal será su encanto y
atractivo a los ojos de todos en la Tierra. Pero solo hasta el punto en que se
haga de todo el poder, sobre todos los reinos de la Tierra y sobre todo el
pueblo de Israel y del Territorio. Solo resistirán unos pocos. Cuando la Bestia
se haga con todo el poder de la tierra, aparece entonces el jinete del caballo
bermejo, rojo como la sangre, y con este sucederán las guerra que él propio Anticristo
Todopoderoso incitará en todas partes del mundo repentinamente cuando todo el
mundo se halle en paz y desprevenido. Será repentino, y la celeridad de los
terribles acontecimientos se sucederán vertiginosamente. El dragón sabe que le
queda poco tiempo, antes de ser encarcelado por mil años, así que se enfurece
ahora mucho con la descendencia de la Mujer.
Si, es
cierto, "la tercera guerra
mundial" que los profetas del mundo predicen hoy continuamente y sin
sombra de duda, incumbirá y arrastrará a las Naciones de la Tierra, y el
Gobierno central se hallará entonces en el Territorio. Es el "tiempo de
los gentiles" en el Territorio. El Trono de Satanás se extenderá desde el
Territorio. Estas sangrientas guerras
que emprenderá, para consolidar su reinado,
serán muy diferentes y más devastadoras que todo lo visto antes por la
humanidad. Las grandes invenciones y los enormes descubrimientos hechos por el
hombre y predichos por el Espíritu Santo con respecto a los últimos días de
nuestra Iglesia de Gracia, se pondrán al servicio del Jinete de la Guerra. El
Armamento Militar disponible hoy en día es mucho más destructivo que el de
guerras anteriores. Todos conocemos los efectos que producen, hoy en día la
humanidad actual tiene una viva imagen de cómo lucirán esas guerras y de sus
efectos destructivos. Estas guerras más devastadoras y destructivas se parecen
mucho con el efecto que causan y todos conocemos de las Bombas Nucleares.
Serán tan salvajes y despiadados los tiempos,
que cuando estas guerras hayan dejado el mundo y el propio Territorio envuelto
en su destrucción y caos, surgirá consecuentemente nacido de sus ruinas el
jinete del hambre. Es muy hermoso ir comprobando la correspondencia que tienen
los efectos que van surgiendo, con la causa vista anteriormente. Primero la
paz, a seguir las grandes guerras, y a seguir el hambre y el pillaje. La
devastación de la tierra causada por las guerras no dejará grano ni alimento
alguno en la Tierra, y el poco que habrá se venderá a precio del oro. Así que
el hambre se expandirá por toda la Tierra, como vemos que ahora se extiende en
algunos puntos del Planeta. Hay mucha semejanza entre todo "lo de
hoy" y todo lo de "estos primeros tiempos" venideros. La
violencia se propagará rozando la verdadera locura para saciar el hambre y para
sobrevivir, y los cuerpos muertos no podrán ser sepultados debido al número que
alcanzarán. Así que con la muerte de tantos en la Tierra, las bestias salvajes
se multiplicarán, siendo ciertamente una gran amenaza también para las
generaciones venideras. Los cuerpo muertos por sepultar yacerán en los caminos
y traerán consigo al cuarto jinete, el de la peste y demás enfermedades
ocasionadas por "los cuerpos muertos" no sepultados. Y será en este
periodo que se llegue al Tiempo posterior, a la Última Semana de Daniel. Este
periodo al final del Apocalipsis, antes de la Revelación física de Jesucristo
en la Tierra, es el que se conoce como el periodo de la Gran Tribulación."
Serán los últimos siete años de todo el periodo comprendido entre el Rapto y la
Aparición en la Tierra del Rey de reyes y Señor de señores. El total del Apocalipsis
comprende entre treinta a cuarenta años.
"Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia las obras de Sus manos"
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