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!Tú eres el siguiente! De Joseph Prince


Salmos 50:10 Porque mía es toda bestia del bosque, y los millares de animales en los collados.

Supongamos que acabas de escuchar de alguien cuyas deudas financieras han sido liquidadas milagrosamente. O tu emocionado amigo te acaba de decir que, a pesar de ser un estudiante promedio en la escuela, obtuvo la máxima puntuación en todas sus materias. Tal vez el domingo, escuchaste a una pareja de recién casados ​​compartir acerca de cómo ganaron un viaje con todos los gastos pagados para dos personas a Hawái, o cómo una pareja que no podía tener hijos, ahora está esperando un hijo producto de un milagro.

Cuando ves o escuchas que otros son bendecidos, ¿alguna vez te has preguntado cuándo será tu turno? O incluso te has encontrado diciendo: “Oh, él fue bendecido con lo mismo por lo que yo he estado orando. Ahí está mi bendición".

Ahora, solo porque la economía del hombre opere según el principio de la escasez, eso no significa que Dios opere de la misma manera. Entonces, la próxima vez que alguien sea bendecido, dite a ti mismo: "No voy a estar desanimado. No voy a estar celoso ¡Yo soy el próximo que será bendecido!

Siempre recuerda que Dios no tiene que bendecir a nadie a costa tuya. Tampoco tiene que bendecirte a costa de nadie. No tenemos que estar celosos el uno del otro. Dios te da una porción que ningún hombre puede tocar porque tiene tu nombre: “No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo” (Juan 3:27).

Nuestro Dios es un Dios rico. Él es dueño de todo el universo. ¡Él tiene encuentros y bendiciones que tú no conoces y que están reservadas solo para ti! Hay más que suficiente para todos con un montón de excedentes. De hecho, no podrás tomarlas todas porque cuando empiecen a llegar las bendiciones, vendrán de una forma en que romperán la red y hundirán la barca. ¡Vas a tener que llamar a tus amigos de los otros botes para que vengan a ayudarte (Lucas 5:1–7)! Ese es el tipo de bendiciones que nuestro Dios da. ¡Así que prepárate para tus bendiciones y abundancia desbordante!

Extraído del sitio “Joseph Prince Ministries”


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