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SÉ GUIADO POR EL ESPÍRITU SANTO. Joseph Prince



Hechos 16:6-7 Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; 7 y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió.

Cuantas más áreas de tu vida involucres al Señor, más podrás experimentar Su protección. Incluso puedes pedirle al Señor que te guíe en algo tan aparentemente natural como tu itinerario de viaje. De hecho, lee el pasaje de arriba. El apóstol Pablo permitió que el Espíritu Santo los guiara en cada paso.

Vemos en esas escrituras que las puertas cerradas no son necesariamente negativas y podrían ser signos de la protección de Dios sobre nuestras vidas. El desafío para algunos de nosotros es que somos tan hábiles en planificar y programar nuestras ocupadas vidas que, muchas veces, no dejamos espacio para que el Señor intervenga y nos guíe para estar en el lugar correcto en el momento correcto.

No confiemos en nuestra inteligencia y planificación, sino en Su sabiduría, guía y consejo. Hay un proverbio que dice: “El corazón del hombre piensa su camino; Mas Jehová endereza sus pasos”. (Proverbios 16:9). Incluso mientras planificamos, oro para que siempre recordemos encomendar todos nuestros caminos al Señor y permitirle que dirija nuestros pasos.

Ser guiado por el Espíritu no tiene por qué ser algo complicado. Cuando caminas cerca del Señor y tienes una relación cercana con Él, Él puede guiarte de maneras sobrenaturalmente naturales.

Algunos años atrás, una pareja de nuestra iglesia estaba de vacaciones en un resort de playa en la isla de Penang, en Malasia, cuando la esposa sintió deseos de comer algo en otro lugar en tierra firme. Debido a ese “impulso” en su estómago, partieron antes de lo que habían planeado originalmente. Mientras cargaban su vehículo, un hombre los apresuraba y les pedía que se fueran ya que aparentemente estaban bloqueando la entrada del hotel, y eso realmente los había irritado en ese momento.

En cualquier caso, apenas quince minutos después de haber cruzado de la isla a tierra firme, escucharon la noticia de que un terremoto en el Océano Índico había desencadenado un tsunami asesino que se estrelló contra la playa en la que se encontraban, matando a más de cincuenta personas.

Si se hubieran ido solo un poco más tarde, podrían haber estado entre las víctimas de la tragedia de ese día. Mirando hacia atrás, la pareja cree que el hombre del hotel incluso podría haber sido un ángel enviado por el Señor para sacarlos rápidamente del peligro.

No sé tú, ¡pero yo quiero que el Señor dirija todos mis pasos! Clama a Él hoy y Él te responderá.

Extracto del libro “La oración de protección”, de Joseph Prince

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