La robusta paz de Dios. De Joseph Prince
Colosenses 2:13 y la paz
de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y
vuestros pensamientos En Cristo Jesús.
Quiero hablarles hoy
acerca de experimentar el tipo de paz de Dios en medio de circunstancias atemorizadoras.
Amigo mío, la paz no es la ausencia de problemas. No es la ausencia de
turbulencias, desafíos o cosas que no están en armonía en tu entorno físico.
Es posible estar en medio
de la mayor crisis de tu vida y aún así experimentar paz. Ese es el tipo
verdadero de paz que se puede experimentar con Jesús; una paz que sobrepasa
todo entendimiento. Hablando en lo natural, no es lógico que te sientas
completamente en reposo y en paz cuando estás en una situación desesperada; pero
en lo sobrenatural, puedes estar lleno de paz.
El mundo define la paz, la
armonía y la tranquilidad basado en lo que está sucediendo en el ámbito
sensorial. La noción del mundo acerca de la paz se vería como algo así: Un
hombre acostado en una hamaca en una playa de arena blanca, en Hawái, oyendo
música tocada suavemente en la cabaña, con cocoteros meciéndose al unísono y
ondas cálidas, azules, rodando lánguidamente a lo largo de la costa. El mundo
llama a eso paz, ¡hasta que la realidad golpea, y la paz transitoria que se experimentaba
hace unos momentos se disipa en el aire!
Verás amigo mío, no
puedes usar tu entorno para influir en forma permanente en la agitación que
sientes en tu interior. Sólo Jesús puede tocar lo que está sintiendo en tu
interior y transformar esas turbulencias en su paz. Con el Señor a tu lado y
partiendo de esa paz duradera en tu interior, puedes influir en tu entorno
externo. No al revés.
Con Jesús, la
transformación es siempre de adentro hacia afuera y no de afuera hacia adentro.
Él pone una paz y un descanso en tu corazón que es tan segura que puedes
enfrentar cualquier desafío sin preocupación o estrés, independientemente de
tus circunstancias negativas y de tu entorno.
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