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Tómate Tiempo para Escuchar. Joseph Prince

 

Deuteronomio 28:2 (AMP) Y todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán si escuchas la voz del SEÑOR tu Dios.

Hoy, a pesar de lo que estés enfrentando en la vida, tómate un tiempo para escuchar a Jesús. Si te preocupan los síntomas en tu cuerpo, sigue escuchando y escuchando cómo nuestro Señor Jesús amaba sanar y aún sana hoy.

Escucha cómo Él soportó los crueles azotes romanos por ti, para que por Sus llagas seas curado (Isaías 53:5). Escucha cómo anduvo haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos (física, emocional y mentalmente) por el diablo (Hechos 10:38, Mateo 9:35).

Escucha cómo cuando vio a las multitudes esperando su toque sanador, fue movido con compasión; no los vio como personas con demandas imposibles, sino como ovejas sin pastor (Mateo 9:36). Y escucha cómo Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos (Hebreos 13:8). La fe infundirá tu espíritu, y su sanidad y salud divinas inundarán cada célula, órgano y sistema de tu cuerpo.

Amado, si estas ansioso por las necesidades y demandas del mañana, mantente escuchando cómo Dios está a tu favor y no en tu contra. Escucha cómo Él te ha dado libremente TODAS las cosas por medio de Cristo (Romanos 8:31-32), y que todo lo que necesitas hacer es recibir libremente TODAS sus bendiciones, incluyendo el favor, la sabiduría, la sanidad y la provisión que necesitas para cualquier desafío que puedas estar enfrentando.

Escucha al Hijo recordarte a tu amoroso Padre celestial, quien conoce todas tus necesidades y promete tomar cuidado de ti mientras depositas tus preocupaciones en Él y simplemente buscas primero su don de justicia (Mateo 6:31-33). Mi querido amigo, mientras escuchas y llegas a estar establecido en Su gracia hacia ti, cada preocupación y ansiedad se evaporarán como la niebla al amanecer, y verás Su fresca provisión de favor para cada nueva necesidad.

Y si has experimentado el dolor de la traición, si te han herido las palabras de personas cercanas o si simplemente te sientes desanimado, escucha las palabras de afirmación del Señor. Escúchalo decirte: “Nunca te dejaré ni te abandonaré”. Permite que estas palabras restauren tu corazón, traigan estabilidad a tus emociones y te den la fe para decir con valentía: “El Señor es mi ayudador; no temeré. ¿Qué me puede hacer el hombre?” (Hebreos 13:5-6).

Amigo mío, para crecer verdaderamente en la gracia y ver su fruto manifestarse en nuestras vidas, necesitamos seguir escuchando al Hijo y sus palabras de gracia, porque es muy fácil volver a ser conscientes de la demanda de ley, en vez de ser conscientes de la gracia o del suministro. Escúchalo hoy. ¡Escucha Sus palabras de gracia!

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