Nuestro inamovible fundamento. De Joseph Prince
1 Corintios 15:17 y si
Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. Mas
ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es
hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre
la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también
en Cristo todos serán vivificados.
¡El apóstol Pablo
proclama que Jesucristo ha resucitado de entre los muertos en la escritura de
hoy! Y porque Él resucitó, tú ya no estás mas en tus pecados. La resurrección
de Jesús es la prueba viviente de que todos tus pecados han sido total y
completamente perdonados.
Nuestro perdón no depende
de nosotros y de lo que hayamos hecho o no, por lo que nadie puede jactarse de
haber ganado su perdón por sus propios esfuerzos. “Porque por gracia sois
salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros; es don de Dios, no por obras,
para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8–9).
A través de la fe en la
obra consumada de Jesús en la cruz, hemos recibido el regalo de la salvación.
Cuando algo es un regalo, significa que no puedes trabajar por ello, ganártelo
o merecerlo. El donante prodiga un regalo al que lo recibe, y Jesús dio su
propia vida para rescatar la tuya.
Pero Pastor Prince, no
merezco el perdón.
Tienes toda la razón.
Merecíamos el castigo por todos los pecados que hemos cometido y cometeremos en
nuestra vida. Merecíamos la muerte, pero Jesús tomó esa muerte por nosotros y
nos dio vida eterna. Tomó lo que merecíamos y nos dio lo que no merecíamos. Es
por eso que somos salvos por gracia, Su favor inmerecido y que no podemos ganar
a través de la fe.
Ahora, siempre recuerda
esto: ¿Cómo llegaste a ser salvo? Por gracia a través de la fe. ¿Cómo han
sido perdonados todos tus pecados? Por gracia a través de la fe. ¿Cómo
has sido hecho justo? Por gracia a través de la fe. Este es tu
fundamento inquebrantable, edificado sobre la obra consumada de Jesucristo.
No permitas que ninguna
enseñanza disminuya la cruz de Jesús en tu vida y haga que la salvación, el
perdón y la justicia sean cosas en las que tienes que trabajar para mantener y
guardar. Recibiste la salvación, el perdón y la justicia por gracia a través de
la fe en la obra terminada de Jesús, y tú estás seguro por Su obediencia al
Padre en la cruz:
“Así que, como por la
transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera
por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque
así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos
pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos
justos.” Romanos 5:18–19
La justicia no se trata
de hacer lo correcto. La justicia se trata de creer correctamente. Eres hecho
justo a los ojos de Dios cuando crees o pones tu fe en Cristo y Su sacrificio
por ti. Es a través de la obediencia de Jesús que hemos sido hechos justos y
justificados de todos nuestros pecados. La justificación es nuestro Señor Jesús
removiendo toda la culpa y el castigo del pecado y proclamando que hemos sido
hechos justos por Su sangre derramada.
Amado, cuando seas
abofeteado por la voz de acusación y condenación por tus fallas, cree y aprende
a declarar que eres salvo, perdonado, hecho justo (justificado) por gracia a
través de la fe en Cristo. Verás Su favor, sabiduría, poder y todos los
beneficios de Su obra terminada ser liberados en tu situación para cambiar todo
para Su gloria.
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