Siga escuchando acerca de la bondad de Dios. Joseph Prince
La parábola después sigue hablando acerca del terreno pedregoso. Esto habla de los oyentes que escuchan la Palabra de Dios y la reciben con alegría, pensando: “Vaya, Dios me perdona y acepta tal y como soy. ¡Eso es maravilloso!”. Sin embargo, no tienen el fundamento de la gracia para sostener la Palabra en su corazón. En el momento en que su conciencia les condena con culpabilidad, se olvidan de todo lo que han aprendido acerca del amor incondicional de Dios hacia ellos y regresan rápidamente al círculo de derrota y condenación.
Por eso es tan importante seguir escuchando mensajes que estén llenos de lo que Jesús ha hecho por usted en la cruz y llenar su corazón con sus nuevas verdades del pacto. “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales” (Colosenses 3:16).
Cuando usted permite que las palabras de Jesús moren abundantemente en usted en toda sabiduría, las semillas de su verdad, su amor y su perdón germinarán y echarán raíces en su corazón. Cuando llegue la adversidad, su creencia en Dios no será arrancada fácilmente ni el enemigo la robará. Cuando llegue la voz de condenación, su corazón estará fortalecido con la verdad de Dios, acuartelado por su gracia y armado con la eterna sangre de Jesús. Será un creyente contra quien “ninguna arma forjada… prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio” (Isaías 54:27). La culpa y la condenación no podrán penetrar en su corazón cuando sea consciente de su justa identidad en Cristo. Cuando sean expuestas las mentiras acerca de usted a la luz de la verdad de Dios, se quedarán obsoletas y no podrán más atormentar su mente.
La culpa y la condenación no podrán penetrar en su corazón cuando sea consciente de su justa identidad en Cristo.
Priorice la Palabra antes que ir en pos de lo material
El siguiente terreno, el terreno de espinos, habla de las personas que oyen la Palabra de Dios, pero en vez de creerla, su corazón se llena con los afanes de este mundo. Para ellos, las verdades de Dios no son prácticas. Es tan sólo una jerga espiritual, y están más interesados en cómo hacer más dinero y en otras cosas materiales transitorias. Como resultado, llevan un estilo de vida extremadamente estresado, preocupándose por el dinero y sin ver nunca la manifestación de buenos frutos en su vida.
¿Sabe que hay muchas personas en el mundo que tienen mucho dinero, pero en realidad son pobres cuando se trata de poseer lo que realmente importa? Me gustaría decirlo de esta manera: hay muchas personas “pobres” que tienen mucho dinero. Usted puede comprar pastillas para dormir con dinero, pero no puede comprar un dulce sueño. No puede comprar la paz para su mente, el perdón para su corazón y la salud para su cuerpo. No haga de los placeres de este mundo y de hacer más dinero sus únicas metas en la vida y termine viviendo en constante estrés, temor y ansiedad. La Biblia dice: “Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?” (Marcos 8:36). Jesús le ama, y Él puede quitar todo espino de ansiedad en su corazón si se lo permite. Descanse en Jesús, su proveedor. Él es el pastor de su alma, y en Él no hay carencia alguna (véase Salmos 23:1).
Decida ser buena tierra
La última tierra en la parábola es de lo que se trata este libro. Esta tierra habla de personas que creen en el poder de creer correctamente, personas cuyo corazón está abierto, receptivo y listo para recibir todo lo que Dios tiene para ellas. Habla de personas que están listas para permitir que su Palabra eche raíces en sus vidas.
Mientras lee este libro, quiero animarle a verse como una tierra buena y fértil. No deje que la preciosa Palabra de Dios caiga junto al camino debido a la incredulidad. No sea el terreno pedregoso que cede fácilmente cuando llega la oposición. A su vez, tampoco permita que las promesas de Él para su vida se vean ahogadas por los afanes de este mundo. Sea una buena tierra: un corazón receptivo que está anclado en la gracia de Dios. A medida que se alimenta de su Palabra y ve lo que Él ve, ¡seguro que conseguirá su treinta, sesenta, y ciento por uno en todas las áreas de su vida!
Fragmento del libro “El Poder de Creer Correctamente: 7 Factores Clave para ser Libre del Temor, la Culpa y la Adicción” (p. 69). De Joseph Prince
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