La Promesa del Padre. Devocional. De Joseph Prince
Hechos
1:8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo,
y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último
de la tierra.
Antes que Jesús regresara al cielo, él dijo a sus discípulos “que esperasen la promesa del
Padre” (Hechos 1:4). Hay miles de promesas en la Biblia, entonces ¿a qué
promesa se refería?
La temprana iglesia sabía
a qué promesa se refería Jesús porque él les había dicho a sus discípulos: “que no se fueran de Jerusalén, sino que
esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan
ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu
Santo dentro de no muchos días” (Hechos 1: 4-5). Jesús se refería al
bautismo en el Espíritu Santo que incluía el hablar en lenguas. (Hechos 2: 1-4).
Jesús quiere que conozcas
el valor de la Promesa del Padre, porque Él dijo: “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu
Santo, y me seréis testigos…Él no dijo: “Ustedes darán testimonio",
sino “me seréis testigos”. En otras palabras, ¡tu propia persona será un
testimonio de Él!
El poder que recibes
cuando eres bautizado en el Espíritu Santo es el mismo poder que ungió de tal
forma a Pedro que los enfermos eran colocados en las calles para que su sombra
cayera sobre ellos y los sanara (Hechos 5:15). Incluso los pañuelos y
delantales del cuerpo de Pablo estaban tan saturados de la unción del espíritu
que, cuando los tocaban los enfermos, ¡la gente atestiguaba como enfermedades y
espíritus malignos salían de los enfermos! (Hechos 19:12).
Hechos
5:15 tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y
lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de
ellos.
Hechos
19:12 de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales
de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos
salían.
Este mismo poder causó que
un miembro de la iglesia bautizado con el Espíritu Santo, que oraba en lenguas,
experimentara el poder sanador de Dios cuando impuso sus manos sobre su madre, que
estaba en una etapa avanzada de cáncer. Y debido a que fue sanada, ella llegó a
ser un testimonio del amor y el poder de Dios para sus amigos y familiares
incrédulos.
Amado, cuando eres
bautizado en el espíritu santo, ¡eres un testigo a otros de que ningún problema,
tribulación, padecimiento o enfermedad es un rival para el poder del espíritu
en ti!
Extraído
del sitio “Joseph Prince Ministries”
Contacto con la página: mirasoloadios@live.com
Comentarios
Publicar un comentario