Aplicación de la Palabra Escrita. De Joseph Prince
Romanos 10:6 y 8 Pero la
justicia que es por la fe dice… Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en
tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos.
Permíteme mostrarte
ejemplos de cómo puedes usar la Palabra escrita para enfrentar los ataques del
enemigo.
Digamos que una mañana,
mientras conduces hacia el trabajo, escuchas a un profesor decir por la radio:
“Una de cada cinco mujeres desarrollará esta enfermedad antes de los cuarenta
años”. Ese es el momento en que debes decir: “Escrito está: ‘Ciertamente Él te
librará del lazo del cazador y de la peste destructora’” (Salmos 91:3).
Si haces esto, estás
colocando un escudo de fe y estás liberando poder al declarar que,
independientemente de lo que digan los informes del mundo, tu Dios te librará
de toda enfermedad mortal.
He aquí otro ejemplo de
cuándo y cómo puedes citar la Palabra escrita. Supongamos que, por alguna
razón, estás paralizado por imágenes vívidas en tu mente de ti mismo muriendo joven
y dejando a tu cónyuge y a tus pequeños a su suerte. Nuevamente, este es el
momento de hablar la Palabra de Dios contra esos temores. Declara: “Escrito
está: ‘Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación’” (Salmos 91:16).
Tal vez conozcas a un
conocido que murió en un accidente fatal. Ahora, tienes miedo de que te suceda
lo mismo. Amigo mío, el enemigo acaba de dispararte un dardo de fuego. No
sabemos lo que creía la otra persona. Solo podemos ser responsables de nuestras
propias creencias y vidas.
Tal vez tus parientes o
familiares hayan muerto de la misma enfermedad y el enemigo ahora te está
atacando con pensamientos de que también desarrollarás diabetes como tu padre y
tu tío, o morirás de la misma condición cardíaca que ellos tenían.
Amigo mío, si has estado
albergando pensamientos como estos, AHORA es el momento de levantarte y hacer
esta declaración: “Caerán a mi lado mil y diez mil a mi diestra, pero a mí NO
llegará” (Salmos 91:7).
Para que algo suceda a tu
diestra significa que tiene que estar muy cerca de ti. Esto significa que,
incluso si algo desafortunado le sucede a alguien cercano a ti, no permitas que
el miedo te paralice. ¡Proclama la Palabra escrita de Dios!
Este devocional está
tomado del libro “La oración de protección” de Joseph Prince
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