Cómo orar y ver resultados. De Josep Prince
Estas son notas
sobre el sermón, Cómo orar y ver
resultados, predicado por el Pastor Joseph Prince el domingo 4 de noviembre
de 2018, en El Centro de Artes Escénicas “The Star”, en Singapur. ¡Esperamos
que las notas de este sermón sean de gran aliento para ti!
Visión general
¿Piensas que las grandes oraciones son algo como juntar las manos,
arrodillarse y rogar desesperadamente para Dios que te bendiga? ¡Entonces, se
alentado mientras descubres en este sermón como una oración ferviente no es para
nada algo como eso!
Esperamos que estas notas te ayuden a entender:
•
Qué es la oración ferviente para Dios, y cómo orar oraciones que
obtienen resultados.
•
Para los creyentes de hoy, es mucho más fácil recibir las bendiciones de
Dios que Su juicio, debido a lo que nuestro Señor ha completado en la cruz.
•
Dios responde tus oraciones incluso por los no creyentes.
En este sermón, el Pastor Prince revela cuáles son las oraciones
fervientes que obtienen resultados, observando la vida del profeta Elías en la
Biblia. ¡Ve el espléndido corazón de tu Abba Padre para bendecirte y aprende
cómo orar estas oraciones que dan excelentes resultados!
Introducción
El Pastor Prince también comparte acerca de su nuevo devocional de 28
días: “Anclado: Encontrando la paz en medio
de las tormentas de la vida” (en inglés).
Cada vez que vienes a la iglesia, Dios también deposita algo nuevo en
ti: sales más fuerte, más libre, más sano, más gozoso.
El Pastor Prince comparte el testimonio de una señora en Virginia,
Estados Unidos, cuyo esposo fue sanado de la enfermedad de Alzheimer (una
enfermedad incurable hasta hoy) a través de pararse firme en la Palabra de Dios
y participar regularmente de la Santa Comunión después de escuchar los mensajes
de este ministerio.
El Pastor Prince alienta a la gente a recibir la Palabra de Dios por sí
mismos todos los días, tal como lo hizo la pareja en el testimonio. Confrontamos
batallas nuevas a diario que deben ser enfrentadas con maná fresco del cielo
todos los días. Es por eso que Jesús dijo: "Danos hoy nuestro pan de cada
día" (Mateo 6:11), no nuestro pan semanal o mensual.
Dios puede sanarte de enfermedades como el Alzheimer y la demencia.
Incluso Él puede revertir el envejecimiento.
El Pastor Prince comparte sobre cómo Dios una vez corrigió su idea de Él
al visualizarlo como un anciano barbudo. Dios le dijo: "Envejecer es parte
de la maldición después de la caída de Adán. En el cielo, nadie es viejo”.
Dios es por siempre joven. Y si aprendemos a caminar con Él, podemos
desafiar el envejecimiento al que nuestros cuerpos naturales también están
sujetos. Podemos disfrutar de las bendiciones del Salmo 92, que los judíos de
todo el mundo leen cada sábado:
Salmos 92:12-14 El
justo florecerá como la palmera;
Crecerá como cedro en el Líbano.
Plantados en la casa de Jehová, en los atrios de nuestro Dios florecerán.
"La
palmera": las palmeras crecen rectas y firmes, cada parte de ellas es útil
incluso en su vejez, y son siempre verdes. Nosotros somos así.
“Cedro en el
Líbano”: los cedros también son atractivos y siempre están verdes.
"Plantados en la casa de
Jehová, en los atrios de nuestro
Dios florecerán": eso quiere decir que tendrás éxito en el mundo
cuando estés primero enraizado en la iglesia.
“Aun en la vejez
fructificarán”: La palabra hebrea para "vejez" aquí es seybah, que significa vejez, cabellos grises. Incluso entonces, aún
puedes producir frutos, es decir, estar física y mentalmente sano.
“Vigorosos y verdes”:
"Vigorosos" en hebreo significa "lleno de savia", y
"verdes" significa "floreciente, próspero".
Puedes orar oraciones que impacten el cielo y la
tierra.
Santiago 5:17,18 Elías era hombre sujeto a pasiones
semejantes a las nuestras, y oró
fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres
años y seis meses. Y otra vez oró, y
el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.
Aquí se refiere a Elías, el profeta del tiempo en que Israel fue
gobernado por el corrupto rey Acab y su malvada esposa Jezabel. La nación entera
se rebeló contra Dios: se habían olvidado de cómo los liberó de sus amos
egipcios y los condujo a través del desierto a la Tierra Prometida. Ahora
estaban adorando al ídolo Baal. Y en ese contexto Elías hizo esta oración.
Estos dos versículos nos dicen que hay una oración que todos podemos orar y que hará un efecto en el cielo y en la
tierra. Esta oración no es solo para unos pocos elegidos, porque Elías era un
hombre "sujeto a pasiones como las
nuestras", lo que significa que él era como cualquiera de nosotros.
Oramos no para calmar nuestras emociones, sino para traer el cielo a la
tierra y obtener resultados.
En el caso de Elías, su oración literalmente afectó la atmósfera: no
hubo lluvia durante 3 años y medio.
"Él oró
fervientemente", y la oración ferviente de Elías se encuentra aquí:
1 Reyes 17:1
Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive
Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos
años, sino por mi palabra.
“En cuya presencia
estoy”: Elías no tenía miedo del rey Acab, porque Elías vivió su vida delante de
Dios. Tampoco tú temerás las opiniones del hombre o sus críticas cuando Dios se
convierta en tu principal fuente de ánimo y fortaleza.
Tus oraciones tienen resultados cuando conoces tu influencia con Dios.
Dios se deleita cuando tú sabes que tienes influencia con Él, y Jacob en
la Biblia fue uno de esos hombres que lo sabían. Le dijo a Dios, después de
luchar con Él desde la noche hasta el amanecer: "¡No te dejaré ir a menos
que me bendigas!" (Gen. 32:26). El corazón de Jacob estaba en el lugar
correcto.
Luego, el Señor cambió su nombre de Jacob (que significa ladrón,
engañador, manipulador) a Israel (que significa "príncipe de Dios").
Génesis 32:28 Y el
varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios…”
¿Cuándo Jacob tuvo poder con Dios, y obtuvo la respuesta a su oración
para que Dios lo bendijera? Cuando Dios tocó la articulación de la cadera de
Jacob y quedó indefenso. Cuando Jacob estaba luchando con su fuerza humana,
Dios quería irse. Pero en el momento en
que él estuvo indefenso, Dios no pudo irse.
Dios no ayuda a los que se ayudan a sí mismos; Él ayuda a los
desamparados.
Él te ayuda cuando dices: "No puedo superar esto, (por ejemplo, una
adicción a la pornografía, el tabaquismo, o un problema con tu mal temperamento...)
pero Tú sí puedes. Estoy poniendo mis ojos en Ti".
No seas como el mundo donde todos ponen sus ojos en su inteligencia y
habilidades. Cuanto más rápido dejes de confiar en eso, más rápido tendrás
influencia con Dios y tomarás tu identidad en Él, como lo hizo Jacob.
La oración ferviente es simplemente una
proclamación de fe.
1 Reyes 17:1
Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya
presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi
palabra.
¿Notas cómo Dios llama a la denodada declaración de Elías una oración ferviente (en Santiago
5:17–18)? Esto no se ajusta con nuestras ideas tradicionales de oración, que
generalmente involucran a una persona con los ojos cerrados, las manos juntas y
de rodillas.
Más bien, la segunda vez que Elías oró (de rodillas) en Santiago 5:18,
la palabra "ferviente" no está allí, y vamos a ver por qué.
A estas alturas, no había habido rocío ni lluvia durante tres años y
medio. Ni una brizna de hierba verde estaba a la vista. La tierra estaba seca y
era difícil para la gente obtener agua de las montañas. El rey Acab estaba
buscando la liberación.
Elías lanzó un desafío a Baal y sus profetas para que los corazones de
los israelitas volvieran a Dios (1 Reyes 18:21). Tanto él como los profetas de
Baal matarían a un buey, lo cortarían en pedazos y lo pondrían sobre madera.
Los profetas de Baal lo llamarían a él, mientras que Elías llamaría a Dios. El
que respondiera a través de fuego ese sería el verdadero Dios (1 Reyes 18:24).
Baal no respondió, pero Dios respondió con fuego sobre el sacrificio, y al
hacerlo, perdonó a los israelitas por su rebelión. Ahora, Dios podría traer con
justicia lluvias de bendiciones sobre Israel, porque Él había juzgado sus pecados
en el buey de sacrificio.
De hecho, el fuego del juicio que cayó sobre el sacrificio, y no sobre los
rebeldes israelitas, fue un presagio de cómo nuestro Señor Jesús llevaría el
juicio por nuestros pecados en la cruz.
Aunque Dios tiene que juzgar el pecado, Él es el amor.
Hoy, es mucho más fácil recibir las bendiciones de
Dios que Su juicio debido a lo que nuestro Señor ha logrado en la cruz.
1 Reyes 18:41-46:
Entonces Elías dijo a Acab: Sube, come y
bebe; porque
una lluvia grande se oye. Acab
subió a comer y a beber. Y Elías subió a la cumbre del
Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro
entre las rodillas. Y
dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el mar. Y él subió, y miró, y dijo:
No hay nada. Y él le volvió a decir: Vuelve siete veces. A la séptima vez dijo:
Yo veo una pequeña
nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él
dijo: Ve, y di a Acab: Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te
ataje.
Y aconteció,
estando en esto, que los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo una
gran lluvia. Y subiendo Acab, vino a Jezreel. Y la mano de Jehová estuvo sobre Elías, el
cual ciñó sus lomos, y corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel.
“Y postrándose en
tierra, puso su rostro entre las rodillas”: Pensamos que la oración de Elías aquí
es más ferviente, pero Dios dijo en Santiago 5:18 que él "oró de
nuevo".
Esto se debe a que cuando declaramos la bondad de Dios, nos asociamos
con él. Estamos de acuerdo en que Jesús ya cargó la maldición (de enfermedades,
dolores, etc.) en la cruz y nos ha dado todas sus bendiciones. En otras palabras,
orar haciendo oraciones suplicantes (por ejemplo, "Oh Dios, por favor, sana a mi hijo ...") niega la verdad
de la obra finalizada de Cristo, y da la falsa impresión de que Dios todavía
necesita ser persuadido para que nos bendiga. Y dado que el Espíritu Santo es
el Espíritu de verdad, Él no puede atestiguar con ese tipo de oración, y no
vemos resultados.
De qué forma declaramos o decretamos:
P.ej. “¡En el nombre de Jesús, espíritu de depresión, deja a esta
persona!” - Estás declarando que no es el Señor, sino los poderes de las
tinieblas que retienen a esta persona. Estás declarando que Él no es el
problema, sino la solución.
Elías oró como lo hizo porque vivía bajo el Antiguo Pacto antes de que
Jesús viniera, donde era mucho más fácil someterse al juicio de Dios que a Sus
bendiciones. Aunque Dios prometió bendecir a Su pueblo cuando guardaban los 10
mandamientos, solo tenían que romper uno para ser maldecidos (ver Deuteronomio
11:26–28).
Es por eso que fue mucho más fácil para Elías pronunciar un juicio en
forma de que no habría lluvia ni rocío para Israel, y sin embargo fue mucho más
difícil para él orar por lluvia.
Pero la obra finalizada de Jesús en la cruz ha cambiado todo. Ahora, las
bendiciones vienen fácilmente porque no dependen de nuestra perfecta obediencia
a la ley de Dios, sino a la única obediencia de Cristo a Dios al morir en la
cruz por nuestros pecados y hacernos justos (ver Rom. 5:19). Y la Biblia dice
que bendiciones coronan la cabeza de los justos.
Dios nunca tuvo la intención de que nosotros ganáramos Sus bendiciones
guardando Su ley. Dios dio la ley para que pudiésemos llegar al final de
nosotros mismos y en vez de eso recibirlo como nuestra justicia. Y recibir Su
justicia produce frutos de justicia, lo cual es una forma correcta de vivir, y
santidad delante de Dios y de los hombres.
Es la bondad de Dios la que nos guía al arrepentimiento. Y no solo
terminamos cumpliendo la ley, sino superándola por el poder de Su gracia.
Dios aun así respondió a la oración de Elías
Pero Dios fue tan bueno que respondió a la oración de Elías de todos
modos y envió la lluvia. Volvamos a la historia:
“Sube, come y
bebe”. Mientras Elías le dijo al rey Acab que hiciera esto, el profeta “subió
a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro entre las
rodillas... " (1 Reyes 18:42).
Al igual que Elías, recuerda dar gloria a Dios cuando Él te bendiga y te
libere de los problemas. También debemos agradecerle por todas las bendiciones
y la protección de la cual ni siquiera sabemos.
“Porque una lluvia
grande se oye” (1 Reyes 18:41): El Pastor Prince declara que escucha
el sonido de la lluvia abundante para nosotros en 2019: un sonido de abundancia
de favor, de paz shalom, de bendiciones familiares, etc. Elías escuchó el
sonido de la lluvia antes de que de hecho fuera derramada, el Pastor escucha
esto en el Espíritu para nosotros.
Vale la pena seguir a Dios, quien vive fuera del tiempo. Él ya ha visto
tu 2019 y dice que es magnífico. Y Él regresará, tomará tu mano y te guiará a
través de él.
“Yo veo una pequeña nube como la
palma de la mano de un hombre” (1 Reyes 18:44): Lo poco con Dios siempre se
vuelve mucho: Con Dios una pequeña nube trae lluvias torrenciales.
Y la mano de Jehová
estuvo sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y corrió delante de Acab hasta
llegar a Jezreel (1 Reyes 18:46): Cuando el poder de Dios viene sobre
ti, tendrás una fuerza sobrenatural como Elías, quien rebasó el carro de Acab.
El Pastor Prince comparte sobre cómo meditó en Isaías 40:31 durante una
carrera en el ejército, y experimentó un segundo aliento, ¡tanto que se sintió
decepcionado cuando le dijeron que descansara!
(Isaías 40:31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas;
levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no
se fatigarán).
Lo mismo sucedió con el Gadareno endemoniado, que evangelizó a diez
ciudades (Decápolis) después de que Jesús lo liberó (ver Marcos 5:1–20). Cuando
el Espíritu de Dios viene sobre ti, tienes resultados sobrenaturales.
Vivimos en la era de la gracia donde es fácil orar
y ver resultados
Es vital que sepamos que estamos viviendo en la era o dispensación de la
gracia, donde es fácil orar y ver resultados. No estamos en la dispensación de
la ley en el tiempo de Elías, ni en el día venidero de la venganza donde se juzgará
cada pecado (incluso en ese tiempo, como creyentes, Cristo ha llevado todo el
juicio por nuestros pecados. Estaremos en nuestros cuerpos glorificados en los
cuales no podremos pecar).
Estamos viviendo en el año aceptable del Señor, como nuestro Señor Jesús
leyó una vez del libro de Isaías. La
palabra hebrea para "aceptable" aquí es ratsown, una palabra muy rica que significa que los favores
gratuitos de Dios abundan profusamente. Vemos esto en Lucas 4:17–20:
Y se le dio el
libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde
estaba escrito:
El Espíritu del
Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha
ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a
sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad
a los cautivos,
Y vista a los
ciegos;
A poner en libertad
a los oprimidos;
A predicar el año
agradable [“aceptable” KJV] del Señor.
Y enrollando el libro, lo dio al
ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.
Comparando esto con:
Isaías 61:2 a proclamar el año
de la buena voluntad de Jehová, y el día
de venganza del Dios nuestro.
Jesús no continuó leyendo "y el día de la venganza de nuestro
Dios" porque aún no ha llegado. Todavía vivimos en el año aceptable del
Señor, y han pasado ya 2,000 años. Dios espera pacientemente, ya que quiere que
se salve a la mayor cantidad de personas posibles. Él es "paciente para
con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al
arrepentimiento". (2 Pedro 3:9).
Tú puedes orar confiadamente para que los no
creyentes reciban la bondad de Dios
Los favores gratuitos de Dios son tan profusamente abundantes en esta
era de gracia que incluso podemos orar por los no creyentes y ver los
resultados. De hecho, ninguna de las muchas personas que Jesús sanó en el Nuevo
Testamento (antes de esta era de gracia) eran salvos, ¡porque él no había
muerto en la cruz!
Tú puedes orar por los no creyentes y confiar en la bondad de Dios para
guiarlos al arrepentimiento (ver Rom. 2:4), lo que significa que ellos dejarán
de pensar que Él es un Dios lleno de enojo, y comenzarán a verlo como un Padre
amoroso y vendrán a la iglesia.
El Pastor Prince comparte cómo él oró para que un no creyente fuera
libere de los ataques de pánico, de la pesada medicación en la que se
encontraba y de la incapacidad que tenía para salir de casa. Cuando lo volvió a
ver, el hombre dijo que se había curado en un 85% y que su médico dijo que ya
no necesitaba medicamentos. Este hombre también compartió que pasa tiempo con
Dios cada mañana.
Ningún tipo de discusión o política cambiará a las personas, sino
compartirles el evangelio de la gracia y a un Salvador que los ama y los
transformará de adentro hacia afuera.
Ora desde tu posición de filiación, completitud y victoria.
Ve a Dios como un Padre, a quien Jesús vino a revelar. Hay protección en
ver a Dios como Padre, como se ve en Juan 17:11 a continuación. Él no está
lejos, sino muy cerca de ti.
Juan 17:11 Padre
santo, a los que me has dado, guárdalos
en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.
No se trata de la fuerza de nuestra oración, sino de a Quién le estamos orando.
Mucho antes de orar, vemos que Dios quiere bendecir a las personas. Él no
necesita que le ruegues.
Ya que Jesús ha llevado nuestras enfermedades, podemos declarar:
“¡Fiebre, vete en el nombre de Jesús! ¡Bocio, muere en el nombre de Jesús!
Continúa declarando: este es el secreto de las
oraciones respondidas
Si has declarado
una vez pero no has visto resultados, no te rindas y sigue declarando, ¡no importa
cuán pequeña sientas que es tu fe!
Cuando los apóstoles le pidieron a Jesús que aumentara su fe, Él
respondió:
Lucas 17:5, 6
Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.
Entonces el Señor
dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y
plántate en el mar; y os obedecería.
“Fe como un grano de mostaza”:
la semilla de mostaza es muy pequeña y, sin embargo, Jesús dice que la fe de
ese tamaño puede arrancar un árbol sicómoro, cuyas raíces son muy profundas.
"Decir": la palabra
"decir" aquí está en el tiempo imperfecto en el griego original, lo
que implica una acción continua, es decir, seguir declarando.
El Pastor Prince comparte sobre cómo solía tener una afección de la piel
en la espalda. Cada vez que se bañaba, decía: "¡Condición de la piel, sé
arrancada desde tu raíz y se arrojada al mar!" Siguió haciéndolo durante
algunas semanas, y un día Dios lo impulsó a buscar el problema en su piel y vio
que se había ido.
Dios quiere que declaremos / decretemos, porque como creyentes, nos ha
hecho reyes y sacerdotes que están sentados con Cristo en lugares celestiales,
donde estamos por encima de todo el principado y potestad (ver Ap. 1: 6,
Efesios 2:6; Efesios 1:19-21). Es costumbre que los reyes hagan decretos.
No le pidas a Dios que se ocupe del problema. Solo posee la autoridad
que Él te ha dado sobre ese problema, ¡y declara!
Así como Dios le dijo a Moisés que no le llorara cuando los israelitas
se quejaron de que Moisés se los había llevado para que murieran en el
desierto, sino que alzara su vara, extendiera su mano sobre el Mar Rojo y lo
dividiera (ver Éxodo 14:15).
La autoridad de Moisés se encontraba en su vara, y nuestra autoridad hoy
se encuentra en el nombre de Jesús.
Al igual que los oficiales del ejército usan su autoridad para dirigir
los tanques, y no tienen que llamar a la Sede, tú puedes usar tu autoridad dada
por Dios y declarar sobre tu situación.
La obra terminada de Jesús es la razón por la que
podemos orar oraciones poderosas
Dios respondiendo a Elías y enviando fuego sobre el buey sacrificial, y no
a los israelitas, es un presagio de cómo Cristo llevaría el juicio por nuestros
pecados. Su trabajo finalizado se convierte en la base firme sobre la cual
podemos orar y ver resultados.
Vamos a ver cómo aun en ese entonces, Dios fue tan bueno que ganó
exitosamente los corazones de la gente y juzgó su pecado en el sacrificio.
¿Cuánto más amoroso será para ti y para mí como creyentes hoy?
1 Reyes 18:25-39
Entonces Elías dijo a los profetas de Baal: Escogeos un buey, y preparadlo
vosotros primero, pues que sois los más; e invocad el nombre de vuestros
dioses, mas no pongáis fuego debajo. Y ellos tomaron el buey que les fue dado y
lo prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía,
diciendo: ¡Baal, respóndenos! Pero no había voz, ni quien respondiese; entre
tanto, ellos andaban saltando cerca del altar que habían hecho. Y aconteció al
mediodía, que Elías se burlaba de ellos, diciendo: Gritad en alta voz, porque
dios es; quizá está meditando, o tiene algún trabajo, o va de camino; tal vez
duerme, y hay que despertarle. Y ellos clamaban a grandes voces, y se sajaban
con cuchillos y con lancetas conforme a su costumbre, hasta chorrear la sangre
sobre ellos. Pasó el mediodía, y ellos siguieron gritando frenéticamente hasta
la hora de ofrecerse el sacrificio, pero no hubo ninguna voz, ni quien
respondiese ni escuchase.
Entonces dijo Elías
a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar
de Jehová que estaba arruinado. Y
tomando Elías doce piedras, conforme
al número de las tribus de los hijos de Jacob, al cual había sido dada palabra
de Jehová diciendo, Israel será tu nombre, edificó con las piedras un altar en
el nombre de Jehová; después hizo una zanja alrededor del altar, en que
cupieran dos medidas de grano. Preparó luego la leña, y cortó el buey en
pedazos, y lo puso sobre la leña. Y
dijo: Llenad cuatro cántaros de agua, y derramadla sobre
el holocausto y sobre la leña. Y dijo: Hacedlo otra vez; y otra vez lo hicieron. Dijo aún: Hacedlo la tercera vez; y lo hicieron
la tercera vez, de manera que el agua corría alrededor del altar, y también se
había llenado de agua la zanja.
Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el
profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy
manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por
mandato tuyo he hecho todas estas cosas. Respóndeme, Jehová, respóndeme, para
que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti
el corazón de ellos.
Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el
holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en
la zanja. Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios,
Jehová es el Dios!
Elías “reparó el altar de Jehová
que estaba arruinado”: Hoy, el altar representa la cruz de Jesús, un
símbolo del amor de Dios por el mundo. Compartamos el amor de Jesús con la
gente y ellos creerán en Él.
“Doce piedras” - Representan a la
nación de Israel que Dios amó desde la antigüedad. Israel era uno ante los ojos
de Dios, aunque estaban divididos naturalmente (10 tribus al norte, y 2 en el
sur). Hoy, Dios ve el cuerpo de Cristo como uno también: Unidos en el Espíritu.
Puede que no estemos de acuerdo con toda la doctrina, pero podemos unirnos en
torno a la persona de Jesús.
Efesios 4:3
solícitos en guardar la unidad del
Espíritu en el vínculo de la paz; un
cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma
esperanza de vuestra vocación [“llamamiento” KJV];
Elías le dijo a la
gente que “llenarán cuatro cántaros de
agua, y la derramaran sobre el holocausto y sobre la leña” tres veces: Era como si deliberadamente le estuviera
haciendo difícil a Dios que apagara el fuego. Hoy, esto representa el incontenible,
interminable y persistente amor de Dios por nosotros: no importa cuánto intentemos
echarle agua fría y reprimirlo, como Israel se apartó de Él en ese entonces, Dios
no dejará de perseguirnos. Como Cantares 8:7, que habla de su amor por
nosotros, dice:
Las muchas aguas no
podrán apagar el amor,
Ni lo ahogarán los
ríos.
“Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto”: Fue en ese
momento cuando Elías oró a Dios para que enviara fuego. Israel ofrece dos
sacrificios diarios de animales: por la mañana (9 am) y por la tarde (a las 3 pm).
También se dice que Jesús fue clavado en la cruz a las 9 am, y agotó, concluyó
todos los juicios por nuestros pecados, clamando "¡Consumado es!" a
las 3pm. Ahora podemos orar a Dios en cualquier momento y Él nos escuchará,
debido al trabajo terminado de Jesús.
“Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las
piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja”: Durante el
tiempo de Elías en el Monte Carmelo, el fuego de Dios consumió completamente el
sacrificio. Pero en el Calvario, Jesús, nuestro perfecto sacrificio, consumió
el juicio. ¡Él se levantó de entre los muertos y sigue vivo hoy!
El sacrificio es ahora mayor que el juicio. La resurrección de Jesús es
la razón por la cual podemos estar seguros de que todos nuestros pecados han
sido perdonados. ¡Podemos venir denodadamente al trono de la gracia de Dios, hacer
oraciones y ver resultados!
“Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios,
Jehová es el Dios!”: No solo se satisfizo la justicia de Dios, sino
que Dios ganó el corazón de Israel. Él todavía está ganando corazones hoy.
Incluso antes de orar, ve tus oraciones respondidas
¡Ten una postura
interior de ver que tus oraciones tienen resultados, incluso antes de orar! No ores para tener
influencia con Dios, ora porque ya tienes influencia con Él. No ores para arrancar
las bendiciones de la mano de Dios, sino para proclamar Sus bendiciones que ya
son tuyas.
Job 22:28,29 (KJV)
Y será establecida para ti;
Así la luz brillará
en tus caminos.
Entonces Él salvará a la persona
humilde.
“También declararás una cosa, y será establecida para ti”: Declara las promesas de Dios cuando no sabes qué hacer y su luz brillará
en tu situación.
“Cuando te derriban y tú dices: '¡La exaltación vendrá!' Entonces Él
salvará a la persona humilde: La
verdadera humildad es declarar las promesas de Dios cuando estás abatido, no
revolcarte en autocompasión.
Si ves conflicto en tus relaciones, puedes declarar: “Tu asqueroso espíritu de conflicto, te
ordeno que ceses en sus artimañas. ¡Aléjate de mi familia en el nombre de
Jesús!" Usa Su nombre. Hoy, no oramos juicio sobre nuestros enemigos
como lo hacía David. Amamos a nuestros enemigos humanos; nuestros verdaderos
enemigos son los poderes de la oscuridad.
Incluso nuestra salvación en Cristo se obtiene declarando (confesando)
que Jesús es el Señor, y creyendo en nuestro corazón que Dios lo resucitó de
los muertos (Romanos 10:9). No rogándole a Él que nos salve.
Oración de cierre
El Pastor Prince oró
esta oración sobre la gente:
“El Señor te bendiga a ti y a tu familia la semana que viene. Que seas
empapado de Sus bendiciones. Que Dios haga que lluvias de bendiciones caigan
sobre ti y tus seres amados durante esta semana. Que experimentes de forma
tangible las bendiciones de Dios que se manifestarán la semana que viene. El
Señor sonría sobre ti, te sea favorable y el Señor mismo te guarde. En el
nombre de Jesús, declaro que el Señor te preservará de todo mal durante esta
semana, de todo daño, de peligro, de toda infección, de todo poder de las
tinieblas a través de la sangre de Su Hijo, en el nombre de nuestro Señor
Jesucristo. El Señor sonría sobre ti y te otorgue Su paz, completitud y
bienestar a cada parte de tu ser. En cada parte de tu cuerpo. En el nombre de
Jesús, amén".
¡Esperamos que las
notas de este sermón te hayan bendecido! Si lo hicieron, te alentamos a que
obtengas el sermón (en inglés) y permitas que el Señor te hable personalmente
mientras lo miras o escuchas.
© Copyright JosephPrince.com 2018
Las notas de este sermón fueron tomadas por voluntarios durante el
servicio. No son una representación textual del sermón
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