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Dios quiere a Sus hijos bien y gozosos. De Joseph Prince

 


Juan 14:9 Jesús le dijo… El que me ha visto a mí, ha visto al Padre…

Imagina el siguiente escenario: Un padre le dice a su niña: “Niña, ven aquí. Mamá dice que has estado jugando junto a la avenida. ¿Es eso cierto?" "Sí papi. Lo siento". "¿Lo siento? ¿Cuántas veces te he dicho que no juegues cerca de la avenida? ¡Ven acá! ¡Acuéstate en la avenida y estira tus piernas!"

El papá conduce su auto sobre las piernas de su niña. ¡Puedes escuchar el sonido de huesos que están siendo aplastados y a la pobre niña gritando de dolor!

“Ahora, cariño, sabes que papá te ama. Y papá hizo eso para darte una lección, que jugar junto a la carretera es peligroso".

Probablemente estés sacudiendo la cabeza con horror a estas alturas, preguntándote qué padre enfermo haría eso. Sin embargo, hay muchos cristianos que creen que nuestro Padre celestial hace lo mismo. Dicen que le da a la gente enfermedades, accidentes, terremotos y muerte para darles lecciones.

Pero Jesús dijo: "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre". Jesús es la naturaleza de Dios en acción. A lo largo de los evangelios, vemos a Jesús sanando a los enfermos. Si Dios quisiera que algunas personas estén enfermas, entonces debería haber al menos un incidente en los Evangelios en el que veas a Jesús diciendo: “He aquí, tu tez es demasiado hermosa, recibe lepra” o “la ceguera es buena para ti. Permanece ciego". Pero no, ¡no vemos esto ni una sola vez! De hecho, Jesús “anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo” (Hechos 10:38). Este es el corazón de Dios.

Como padre, si tu hijo está enfermo y tiene dolor, tu corazón solo quiere que esté bien. ¡Cuánto más tu Padre celestial! Amigo mío, Dios no le da a tu hijo una enfermedad para enseñarles a ambos alguna lección o para glorificarse a Sí Mismo. ¡Pensar así es hablar de una mente retorcida y atada por la religión! Y el cristianismo no es una religión. Es una relación amorosa con tu Padre celestial.

Amado, escucha a Dios diciéndole a tu corazón hoy: “Nunca te castigaré por tus pecados porque han sido castigados en el cuerpo de Mi Hijo. No te deseo mal. No me llevaré a tu hijo o le daré un accidente automovilístico para darles una lección. ¡Mi corazón siempre quiere que Mis hijos estén bien y gozosos!"

Extraído del sitio Joseph Prince Ministries:

https://www.josephprince.org/

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