No temas. De Joseph Prince
Salmos 23:4-6 Aunque ande
en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en
presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está
rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de
mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.
Incluso si estás
caminando a través de un valle oscuro y la sombra de muerte se cierne sobre ti,
sigue hablando sobre ti mismo las promesas del Salmo 23:4-6. Sabe que no tienes
que temer, porque el Señor está contigo.
Nota que el Señor prepara
una mesa delante de ti en presencia (no en ausencia) de tus enemigos. El
apóstol Pablo se refirió a la santa Comunión como “la mesa del Señor” (1
Corintios 10:21).
Eso significa que incluso
cuando los síntomas están en tu cuerpo, e incluso cuando el dolor está allí, el
Señor quiere que vengas a Su mesa y comas. Al participar de la santa Comunión,
comes y recibes todo lo que nuestro Señor Jesús ha hecho por ti en la cruz. Su
cuerpo fue partido para que el tuyo pudiera estar entero.
Es parte de la naturaleza
humana festejar y celebrar solo después de ver que nuestros problemas han sido
resueltos y nuestros enemigos erradicados. Pero eso no es lo que Dios quiere
que hagas. Él te ama tanto, y ahora mismo te dice: “Descansa. Siéntate. Come.
Porque Yo pelearé tu batalla. ¡Yo derrotaré a tus enemigos! "
Mientras comes en Su
mesa, mírate a ti mismo volviéndote sobrenaturalmente más fuerte. Mira cómo se
encoge el tumor. Mira Su salud fluyendo en tu cuerpo.
No tengas miedo de tus enemigos. Puede que estén a tu alrededor, pero puedes comer de la Mesa del Señor con gozo, sabiendo que ciertamente, la bondad y misericordia y Su amor inagotable te seguirán todos los días de tu vida. Si buscas la palabra hebrea para “seguirán” en el Salmo 23:6, verá que es “radaph”, que significa “perseguir, cazar o correr detrás de”.
Mira la bondad y el amor
de tu Papá Dios persiguiéndote dondequiera que vayas. Incluso si tienes que
someterte a una cirugía, quimioterapia o un trasplante de órgano, Él está a tu
lado. En el quirófano, Él está ahí. En la unidad de cuidados intensivos, Él
está ahí.
No temas: Él está contigo,
¡y tus enemigos no tienen poder sobre ti!
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