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Ten una actitud de trono. Capítulo 8 de "Vive la vida dejando ir". De Joseph Prince

https://youtu.be/qisr_guhRjw

Capítulo 8

Del libro:

"Vive la vida dejando ir"

Hay una verdad muy poderosa sobre el descanso que oro para que la descubras hoy, y es la verdad de que podemos descansar en medio de nuestros desafíos. La palabra de Dios nos dice que nuestro Señor prepara una mesa para nosotros en presencia de nuestros enemigos, no en la ausencia de nuestros enemigos (mira Salmos 23:5). ¿De qué enemigos estás rodeado hoy?

¿Hay algún ser querido por el que estés profundamente preocupado? ¿Está tu presión arterial fuera de control? o ¿necesitas desesperadamente un incremento financiero? Amigo mío, nuestro Señor quiere que puedas sentarte en Su mesa de provisión, sanidad y suficiencia en presencia de tus enemigos. No tienes que esperar a que todos tus asuntos se resuelvan antes de que descanses. ¡Incluso ahora, puedes recostarte y participar de la fiesta que Él tiene preparada para ti! Estar en reposo frente a una crisis va en contra de la lógica humana. Ese es el por qué que nuestro Señor nos dijo que la paz y el descanso que Él nos da no es como el que el mundo nos da. El mundo nunca podrá entender ni proporcionar el descanso sobrenatural que Él le da a Sus amados. ¿Quieres saber cómo puedes descansar en medio de tus desafíos?

Una vez, mientras me preparaba para un mensaje, el Señor me dijo: “Hijo, dile a mi gente tenga una actitud de trono”. Permítanme explicar lo que esto significa. Quiero mostrarte el Salmo 110, un salmo mesiánico. David estaba hablando proféticamente por el Espíritu Santo cuando dijo esto:

Salmo 110:1 Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.

Estamos escuchando a escondidas una conversación divina entre el Padre y el Hijo que ocurrió después de que Jesús conquistó el pecado y la muerte y resucitó de entre los muertos. Nosotros sabemos esto porque en el libro de Efesios dice:

Efesios 1:20-23 …resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.

Nuestro Señor Jesús regresó al Padre, y el Padre le dijo: “Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies”. ¿Cuál es la actitud que nuestro Señor Jesús tiene a la diestra del Padre ahora? En tiempos bíblicos, los enemigos derrotados eran traídos con cadenas y el rey victorioso se sentaba en su trono y ponía sus pies sobre sus espaldas en señal de victoria. Del mismo modo, la actitud de trono de Jesús es sentarse, mientras su Padre trae a todos sus enemigos derrotados bajo sus pies. Nosotros la iglesia somos el cuerpo de Cristo. Esto significa que Dios mismo está haciendo que nuestros enemigos sean el estrado de nuestros pies. ¡Nosotros podemos descansar en Cristo porque cada día que pasa, los enemigos derrotados de la enfermedad, la pobreza, la depresión y todo tipo de maldiciones están siendo puestos debajo de nuestros pies!

 

Jesús está sentado porque la obra está terminada

¿Sabes por qué Jesús puede estar sentado? Hebreos 10 nos dice la respuesta:

Hebreos 10:11-13 Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies.

En el Antiguo Testamento, los sacerdotes tenían que ministrar diariamente porque su trabajo nunca terminaba. Los sacrificios que ofrecían nunca podían quitar los pecados. Pero nuestro Señor Jesús se sentó a la diestra del Padre porque Su obra terminó a través de Su único sacrificio en la cruz. En la cruz, Jesucristo conquistó a los enemigos del pecado, la depresión, la pobreza y la muerte prematura. ¡Aleluya! Hebreos nos dice que después de sentarse, está “de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies”. Los enemigos ya han sido conquistados en la cruz y desde entonces, Dios ha estado poniendo a esos enemigos bajo los pies de Jesús.

 

Nosotros estamos sentados con Cristo

Esto es muy emocionante porque la Biblia nos dice que Dios “juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús” (Efesios 2:6, negrillas mías). Tú y yo estamos en Cristo, sentados con Él a la diestra del Padre. Y como Él es, así somos nosotros en este mundo (mira 1 Juan 4:17). Sentarse es descansar. Nuestro Señor Jesús está descansando mientras la pobreza, la depresión, las maldiciones, la carencia, el miedo, los ataques de ansiedad, los trastornos alimenticios, y los trastornos obsesivo-compulsivos están siendo puestos debajo de sus pies. ¡Nosotros estamos en Él, así que todos estos enemigos también están llegando a estar debajo de los pies de la iglesia!

Podemos descansar en presencia de nuestros enemigos

Ahora escucha con atención: esto es lo que realmente quiero comunicarte por el poder del Espíritu Santo. Dios no dijo: “Puedes descansar cuando todos tus enemigos hayan sido destruidos y todo problema en tu vida haya sido resuelto”. Eso no es lo que dijo. Él quiere que nos sentemos y descansemos primero.

Los síntomas aún pueden estar en tu cuerpo. Los desafíos aún podrían estar acosándote. Estos retos aún podrían estar desafiándote. Pero yo quiero que escuches al Padre diciéndote: “Siéntate a Mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. En medio de esos síntomas, descansa en la obra finalizada de Jesucristo. ¡Permanece en descanso y no dejes que tu corazón se turbe! Haré de esos síntomas físicos en tu cuerpo un estrado para tus pies. Haré de los problemas de conducta y los desafíos educativos de tu hijo un estrado para tus pies. Haré esa deuda financiera un estrado para tus pies. Haré que ese informe médico negativo se convierta en tu estrado. Yo, no tú, pondré a tus enemigos por estrado de tus pies. Tus enemigos ya han sido derrotados, no tienes que pelear ninguna batalla, ¡tu parte es descansar!”

Lo que sea que estés atravesando en tu vida en este momento, puedes tener la actitud de que cada enemigo que viene contra tu familia ya ha sido derrotado. No tienes que luchar contra tus enemigos. El Señor ya ha ganado la victoria. Y uno por uno, se están convirtiendo en el estrado de tus pies hasta que el último enemigo, la muerte física, sea también puesto debajo tus pies. Él simplemente está esperando mientras Dios convierte a Sus enemigos un estrado para sus pies, y tú estás en Él, “sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero” (Efesios 1:21). 

No tienes que luchar contra tus enemigos. El Señor ya ha ganado la victoria.

 

Una tierra que fluye con abundancia

¿Ves cómo el camino de Dios es diferente al nuestro? El camino de Dios es que descansemos antes de que Él traiga los resultados. Nosotros, por otra parte, queremos ver los resultados antes de permitirnos descansar. Créeme, sé de primera mano lo que es una verdadera lucha por descansar porque es muy contrario a nuestra naturaleza humana. Siempre queremos hacer algo sobre los retos que vemos, y creemos que estamos siendo “responsables” cuando nos preocupamos. No es de extrañar que la Biblia nos diga que “trabajemos” para entrar en Su reposo (Hebreos 4:11 KJV). Mientras lees este libro, creo que el Señor te está mostrando cómo trabajar para entrar en su reposo y ser diligente en vivir una vida dejando ir. Los hijos de Israel batallaron para descansar y creer las promesas de Dios porque se enfocaron en los obstáculos, y hoy queremos aprender de su historia.

Dios los liberó de la esclavitud en Egipto y les dijo que los traería a “una tierra que fluye leche y miel” (Éxodo 3:8). Era una promesa asegurada, una declaración de lo que Dios definitivamente haría. Hubiera sido lo suficientemente bueno si Dios les hubiera prometido una tierra con leche y miel. Pero la tierra no solo tenía leche y miel; también fluía leche y miel. Qué hermoso retrato de la abundante provisión y suministro de Dios, ¿y no te recuerda los tubos dorados de provisión del que hablamos en capítulos anteriores?

Ahora déjame señalarte algo interesante sobre los frutos de la tierra. Los frutos de Egipto eran pepinos, melones, puerros, cebollas y ajo (véase Números 11:5), todos crecían en el suelo. Pero los frutos en la tierra prometida eran granadas, uvas e higos, que colgaban de enredaderas y árboles (ver Números 13:23).

Cosechar frutas de Egipto era un trabajo agotador, pero en la tierra prometida, solo se necesitaba extender la mano y arrancarlos, una imagen de cómo son las promesas de Dios, tan fáciles y sencillas de tomar.

Dios también les dijo a los israelitas que la tierra tendría ciudades grandes y buenas que no habían edificado, casas llenas de todo bien que ellos no habían llenado, cisternas cavadas que ellos no habían cavado, y viñas y olivares que no habían plantado (ver Deuteronomio 6:10-11). Todo eso es una imagen de lo que Dios quería para ellos: que entraran en una obra terminada.

 

Dios es más grande que nuestros gigantes

Desafortunadamente, algo sucedió cuando los israelitas estaban en Cades Barnea, justo al borde de la tierra prometida. Enviaron doce espías para evaluar la tierra y mientras vieron que en la tierra verdaderamente fluida con leche y miel, ellos también vieron que las ciudades eran fortificadas y muy grandes y los habitantes de la tierra eran gigantes (ver Números 13:27-29).

Dos de los espías, Josué y Caleb, estuvieron listos para tomar posesión de la tierra. Le dijeron a la gente que el Señor los traería a la tierra y se las daría. Ellos vieron a los gigantes y les dijeron a los israelitas que no los temieran, porque “los comerían como pan” (Números 14:9). Instaron a la gente a no temer a los gigantes, mientras creían que el Señor estaba con ellos. Ellos declararon: “Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos” (Números 13:30). Josué y Caleb tenían un espíritu diferente. Ellos tuvieron un espíritu de reposo y descansaron en la promesa de que Él les había dado la tierra. Incluso en presencia de sus enemigos y adversidades, ellos fueron capaces de permanecer en reposo ¿Por qué? ¡Porque su fe no estaba establecida en los gigantes que ellos vieron, sino en las promesas de Dios!

Pero los diez espías restantes dieron un mal informe porque se centraron en los tremendos muros y en los gigantes de la tierra:

Números 13:31-33 No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros… La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.                                                                   

En vez de confiar en Dios, que ya les había prometido la tierra, los hijos de Israel decidieron creer el informe de los diez espías que dijeron que los israelitas no podrían tomar la tierra porque estaba habitada por gigantes de la tribu de Anac. En hebreo, la palabra Anac significa “un collar” o “cadena de cuello”. Una cadena alrededor del cuello es un yugo que pesa. Aunque Dios había liberado a los hijos de Israel de sus capataces en Egipto y ya no eran esclavos, todavía tenían una mentalidad de esclavos. En lugar de enfocarse en la bondad y promesa de Dios, ellos se enfocaron en su gigante problema: los anaceos, y fueron abrumados con ansiedad y miedo. Como resultado, toda una generación, excepto Josué y Caleb, no pudieron entrar a la tierra (ver Números 14:29-31) y vagaron por el desierto cuarenta largos años.

 

El descanso es nuestra tierra prometida

Hebreos 3 describe cómo a los hijos de Israel no se les permitió entrar en la tierra prometida porque dudaron de la Palabra de Dios. Sin embargo, en lugar de decir: “No entrarán en mi tierra prometida”, Dios dijo:

Hebreos 3:11: No entrarán en mi reposo.

Dios llamó a la tierra prometida “Mi reposo”. Esto significa que la tierra física era para los hijos de Israel en el Antiguo Testamento, lo que la gracia y el reposo de Dios son para el creyente bajo el nuevo pacto. ¡Nuestra tierra prometida hoy es el reposo de Dios! Dios no liberó a los hijos de Israel de Egipto para dejarlos vagando por el desierto. ¡Los sacó para que poseyeran la tierra! De la misma forma, Dios quiere sacarte de la carencia para entrar en la tierra de la promesa y abundancia. Él quiere traerte de la enfermedad a una robusta salud. La tierra prometida a la que Él quiere llevarte es a ese lugar de Su reposo.

La tierra prometida a la que Él quiere llevarte es un lugar de Su reposo.

 

Sé consciente del descanso, no consciente de los gigantes

Desafortunadamente, algunos de nosotros todavía tenemos una mentalidad de esclavitud. Estamos tan enfocados en nuestro “anaceo” —nuestros problemas y síntomas— en vez de en la obra finalizada de Jesús en la cruz que no podemos entrar en nuestra tierra prometida de descanso. Si esto te describe, debes saber esto: Dios no quiere que tengas miedo de los “gigantes” que estás enfrentando. La Palabra de Dios siempre nos dice que “no temamos” (ver Isaías 41:10, Lucas 12:32). ¿Pero sabes que hay algo a lo que la Biblia nos dice que debemos temer?

Hebreos 4:1 Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado.

Dios nos dice que temamos a fracasar en entrar en Su reposo. Así que no te enfoques en tus gigantes y estés estresado. Pon tu confianza, no en lo que ves, sino en lo que Dios ha prometido en Su palabra.

No confíes en lo que ves, sino en lo que Dios ha prometido en Su Palabra.

¿Te pondrás del lado de Josué y Caleb, o te pondrás del lado de los diez espías? En otras palabras, ¿darás más peso a tus problemas o a las promesas de Dios? Antes de que tu cuerpo se sane, antes de que se salde tu deuda, antes de que el problema en tu vida esté resuelto, ¿creerás que Dios te librará de acuerdo con Su Palabra y caminarás en reposo?

Dios quiere que tengas la revelación de que lo que sea que necesites que Él haga por ti ya se ha hecho porque Jesús lo ha logrado todo por ti. A pesar de los gigantes que ves, puedes elegir subir y entrar en la tierra prometida de Su descanso. ¡Cuando tu confianza esté en Cristo y en su obra finalizada, estarás consciente del descanso y no con consciente de los gigantes!

Permíteme compartir contigo el testimonio de Kimberly, que vive en Texas. Kimberly decidió descansar en Cristo incluso antes de ver su liberación:

Soy una madre de treinta y cinco años con tres hijos maravillosos. Dos de ellos son de un matrimonio anterior. Después de mi divorcio, mi exesposo quería que mi hija viviera con él y no pude negarme, ya que no aceptar su solicitud implicaría una prolongada batalla judicial que estaba más allá de mis posibilidades.

Con los años, mi hija se volvió muy infeliz porque su padre se había vuelto a casar y su hogar se había convertido en un ambiente tóxico para ella. Cada vez que me visitaba, lloraba terriblemente cuando tenía que irse.

Entonces escuché un sermón del pastor Prince sobre entregar a mis hijos al Señor porque los ama mejor que yo. Descansé en el hecho que Jesús se estaba haciendo cargo de ella, y oraba para que ella me fuera devuelta.

Poco después de escuchar el mensaje, mi exesposo llamó y me dijo que mi hija quería mudarse conmigo. Ella lo hizo así, y ha vivido conmigo desde entonces.

Hoy, hay mucha luz y gozo en su corazón. El Señor me ha bendecido con todos mis hijos bajo el mismo techo y no podría estar más feliz. ¡Alabado sea Jesús!

Fíjate que Kimberly descansó en nuestro Señor Jesús incluso antes de que su hija se mudara de vuelta con ella. ¡Mientras Kimberly descansaba, el Señor trajo a su hija, que había estado viviendo con su exesposo por años, de regreso a su casa!

¡Canta, oh estéril!

Hay un hermoso pasaje de la Escritura en Isaías 54 que quiero mostrarte. Isaías 54 viene después de Isaías 53, que es un capítulo mesiánico que habla sobre los sufrimientos de nuestro Señor Jesús en la cruz por nosotros. ¿Sabes cómo podemos participar de todo lo que Jesús ha hecho? Mira cómo lo expone Isaías 54:

Isaías 54:1-3 Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová. Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas.

Puede que hoy estés en el mismo lugar que la mujer estéril. Tal vez eres estéril de un bebé físico, o tal vez eres estéril en las finanzas o la salud. Pero esto es lo que Dios te dice: “Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo”.

Puede que todavía no hayas dado ningún fruto, pero debido a lo que Jesús ha hecho, puedes cantar en voz alta y proclamar sus alabanzas. No esperes hasta que veas la manifestación de Sus promesas. Deja de posponer tus alabanzas y tu gozo. Deja de decirte que descansarás solo cuando hayas pagado la hipoteca de tu casa. Deja de esperar hasta que encuentres un compañero antes de regocijarte. ¡Canta ahora! Y mientras cantas, puedes comenzar a prepararte para el crecimiento. ¡Puedes comenzar a extender las cuerdas de tu lugar de trabajo y reforzar las estacas de tu cuenta bancaria porque te extenderás a la derecha y a la izquierda!

¡Incluso en medio de tu adversidad, puedes cantar, puedes descansar, puedes regocijarte! Tu Pastor prepara una mesa delante de ti en presencia de tus enemigos. Incluso cuando los enemigos todavía están cerca, puedes alimentarte de los pastos verdes y descansar junto a las aguas de reposo porque tu Pastor cuida de ti. El Señor te ama mucho. Él quiere llevarte a una tierra donde habitarás en ciudades que no construiste y comerás de viñas y olivares que no plantaste. Todo se basa en la obra de Jesucristo. ¡Tu parte es solo creer y descansar mientras Él pone a tus enemigos por estrado a tus pies!

 

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