Ten una actitud de trono. Capítulo 8 de "Vive la vida dejando ir". De Joseph Prince
Capítulo 8
Del libro:
"Vive la vida dejando ir"
Hay una verdad muy poderosa sobre el descanso que oro para que la descubras hoy, y es la verdad de que podemos descansar en medio de nuestros desafíos. La palabra de Dios nos dice que nuestro Señor prepara una mesa para nosotros en presencia de nuestros enemigos, no en la ausencia de nuestros enemigos (mira Salmos 23:5). ¿De qué enemigos estás rodeado hoy?
¿Hay algún ser querido
por el que estés profundamente preocupado? ¿Está tu presión arterial fuera de
control? o ¿necesitas desesperadamente un incremento financiero? Amigo mío,
nuestro Señor quiere que puedas sentarte en Su mesa de provisión, sanidad y suficiencia
en presencia de tus enemigos. No tienes que esperar a que todos tus
asuntos se resuelvan antes de que descanses. ¡Incluso ahora, puedes recostarte
y participar de la fiesta que Él tiene preparada para ti! Estar en reposo
frente a una crisis va en contra de la lógica humana. Ese es el por qué que
nuestro Señor nos dijo que la paz y el descanso que Él nos da no es como
el que el mundo nos da. El mundo nunca podrá entender ni proporcionar el
descanso sobrenatural que Él le da a Sus amados. ¿Quieres saber cómo puedes
descansar en medio de tus desafíos?
Una vez, mientras me
preparaba para un mensaje, el Señor me dijo: “Hijo, dile a mi gente tenga una
actitud de trono”. Permítanme explicar lo que esto significa. Quiero mostrarte
el Salmo 110, un salmo mesiánico. David estaba hablando proféticamente por el
Espíritu Santo cuando dijo esto:
Salmo 110:1 Jehová dijo a
mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de
tus pies.
Estamos escuchando a
escondidas una conversación divina entre el Padre y el Hijo que ocurrió después
de que Jesús conquistó el pecado y la muerte y resucitó de entre los muertos.
Nosotros sabemos esto porque en el libro de Efesios dice:
Efesios 1:20-23 …resucitándole
de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo
principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no
sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo
sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su
cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Nuestro Señor Jesús
regresó al Padre, y el Padre le dijo: “Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a
tus enemigos por estrado de tus pies”. ¿Cuál es la actitud que nuestro Señor
Jesús tiene a la diestra del Padre ahora? En tiempos bíblicos, los enemigos
derrotados eran traídos con cadenas y el rey victorioso se sentaba en su trono
y ponía sus pies sobre sus espaldas en señal de victoria. Del mismo modo, la
actitud de trono de Jesús es sentarse, mientras su Padre trae a todos sus
enemigos derrotados bajo sus pies. Nosotros la iglesia somos el cuerpo de
Cristo. Esto significa que Dios mismo está haciendo que nuestros enemigos sean el
estrado de nuestros pies. ¡Nosotros podemos descansar en Cristo porque cada día
que pasa, los enemigos derrotados de la enfermedad, la pobreza, la depresión y
todo tipo de maldiciones están siendo puestos debajo de nuestros pies!
Jesús
está sentado porque la obra está terminada
¿Sabes por qué Jesús
puede estar sentado? Hebreos 10 nos dice la respuesta:
Hebreos 10:11-13 Y
ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas
veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo,
habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se
ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta que sus
enemigos sean puestos por estrado de sus pies.
En el Antiguo Testamento,
los sacerdotes tenían que ministrar diariamente porque su trabajo nunca terminaba.
Los sacrificios que ofrecían nunca podían quitar los pecados. Pero nuestro
Señor Jesús se sentó a la diestra del Padre porque Su obra terminó a
través de Su único sacrificio en la cruz. En la cruz, Jesucristo conquistó a
los enemigos del pecado, la depresión, la pobreza y la muerte prematura.
¡Aleluya! Hebreos nos dice que después de sentarse, está “de ahí en adelante
esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies”. Los
enemigos ya han sido conquistados en la cruz y desde entonces, Dios ha
estado poniendo a esos enemigos bajo los pies de Jesús.
Nosotros
estamos sentados con Cristo
Esto es muy emocionante
porque la Biblia nos dice que Dios “juntamente con él nos resucitó, y
asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo
Jesús” (Efesios 2:6, negrillas mías). Tú y yo estamos en Cristo, sentados con
Él a la diestra del Padre. Y como Él es, así somos nosotros en este mundo (mira
1 Juan 4:17). Sentarse es descansar. Nuestro Señor Jesús está descansando
mientras la pobreza, la depresión, las maldiciones, la carencia, el miedo, los ataques
de ansiedad, los trastornos alimenticios, y los trastornos obsesivo-compulsivos
están siendo puestos debajo de sus pies. ¡Nosotros estamos en Él, así que todos
estos enemigos también están llegando a estar debajo de los pies de la iglesia!
Podemos
descansar en presencia de nuestros enemigos
Ahora escucha con
atención: esto es lo que realmente quiero comunicarte por el poder del Espíritu
Santo. Dios no dijo: “Puedes descansar cuando todos tus enemigos hayan
sido destruidos y todo problema en tu vida haya sido resuelto”. Eso no es lo
que dijo. Él quiere que nos sentemos y descansemos primero.
Los síntomas aún pueden
estar en tu cuerpo. Los desafíos aún podrían estar acosándote. Estos retos aún
podrían estar desafiándote. Pero yo quiero que escuches al Padre diciéndote: “Siéntate
a Mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. En
medio de esos síntomas, descansa en la obra finalizada de Jesucristo.
¡Permanece en descanso y no dejes que tu corazón se turbe! Haré de esos
síntomas físicos en tu cuerpo un estrado para tus pies. Haré
de los problemas de conducta y los desafíos educativos de tu hijo un estrado
para tus pies. Haré esa deuda financiera un estrado para tus pies. Haré que ese
informe médico negativo se convierta en tu estrado. Yo, no tú, pondré a tus
enemigos por estrado de tus pies. Tus enemigos ya han sido derrotados, no tienes
que pelear ninguna batalla, ¡tu parte es descansar!”
Lo que sea que estés
atravesando en tu vida en este momento, puedes tener la actitud de que cada
enemigo que viene contra tu familia ya ha sido derrotado. No tienes que luchar
contra tus enemigos. El Señor ya ha ganado la victoria. Y uno por uno, se están
convirtiendo en el estrado de tus pies hasta que el último enemigo, la muerte
física, sea también puesto debajo tus pies. Él simplemente está esperando
mientras Dios convierte a Sus enemigos un estrado para sus pies, y tú estás en
Él, “sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre
que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero” (Efesios
1:21).
No
tienes que luchar contra tus enemigos. El Señor ya ha ganado la victoria.
Una
tierra que fluye con abundancia
¿Ves cómo el camino de
Dios es diferente al nuestro? El camino de Dios es que descansemos antes de que
Él traiga los resultados. Nosotros, por otra parte, queremos ver los resultados
antes de permitirnos descansar. Créeme, sé de primera mano lo que es una
verdadera lucha por descansar porque es muy contrario a nuestra naturaleza
humana. Siempre queremos hacer algo sobre los retos que vemos, y creemos que
estamos siendo “responsables” cuando nos preocupamos. No es de extrañar que la
Biblia nos diga que “trabajemos” para entrar en Su reposo (Hebreos 4:11 KJV).
Mientras lees este libro, creo que el Señor te está mostrando cómo trabajar
para entrar en su reposo y ser diligente en vivir una vida dejando ir. Los
hijos de Israel batallaron para descansar y creer las promesas de Dios porque
se enfocaron en los obstáculos, y hoy queremos aprender de su historia.
Dios los liberó de la
esclavitud en Egipto y les dijo que los traería a “una tierra que fluye leche y
miel” (Éxodo 3:8). Era una promesa asegurada, una declaración de lo que Dios
definitivamente haría. Hubiera sido lo suficientemente bueno si Dios les
hubiera prometido una tierra con leche y miel. Pero la tierra no solo tenía
leche y miel; también fluía leche y miel. Qué hermoso retrato de la
abundante provisión y suministro de Dios, ¿y no te recuerda los tubos dorados
de provisión del que hablamos en capítulos anteriores?
Ahora déjame señalarte
algo interesante sobre los frutos de la tierra. Los frutos de Egipto eran
pepinos, melones, puerros, cebollas y ajo (véase Números 11:5), todos crecían
en el suelo. Pero los frutos en la tierra prometida eran granadas, uvas e higos,
que colgaban de enredaderas y árboles (ver Números 13:23).
Cosechar frutas de Egipto
era un trabajo agotador, pero en la tierra prometida, solo se necesitaba
extender la mano y arrancarlos, una imagen de cómo son las promesas de Dios,
tan fáciles y sencillas de tomar.
Dios también les dijo a
los israelitas que la tierra tendría ciudades grandes y buenas que no habían
edificado, casas llenas de todo bien que ellos no habían llenado, cisternas
cavadas que ellos no habían cavado, y viñas y olivares que no habían plantado
(ver Deuteronomio 6:10-11). Todo eso es una imagen de lo que Dios quería para
ellos: que entraran en una obra terminada.
Dios
es más grande que nuestros gigantes
Desafortunadamente, algo
sucedió cuando los israelitas estaban en Cades Barnea, justo al borde de la
tierra prometida. Enviaron doce espías para evaluar la tierra y mientras vieron
que en la tierra verdaderamente fluida con leche y miel, ellos también vieron
que las ciudades eran fortificadas y muy grandes y los habitantes de la tierra
eran gigantes (ver Números 13:27-29).
Dos de los espías, Josué
y Caleb, estuvieron listos para tomar posesión de la tierra. Le dijeron a la
gente que el Señor los traería a la tierra y se las daría. Ellos vieron a los
gigantes y les dijeron a los israelitas que no los temieran, porque “los comerían
como pan” (Números 14:9). Instaron a la gente a no temer a los gigantes,
mientras creían que el Señor estaba con ellos. Ellos declararon: “Subamos
luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos” (Números
13:30). Josué y Caleb tenían un espíritu diferente. Ellos tuvieron un espíritu
de reposo y descansaron en la promesa de que Él les había dado la tierra.
Incluso en presencia de sus enemigos y adversidades, ellos fueron capaces de
permanecer en reposo ¿Por qué? ¡Porque su fe no estaba establecida en los
gigantes que ellos vieron, sino en las promesas de Dios!
Pero los diez espías
restantes dieron un mal informe porque se centraron en los tremendos muros y en
los gigantes de la tierra:
Números 13:31-33 No
podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros… La
tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores;
y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura.
También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos
nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.
En vez de confiar en
Dios, que ya les había prometido la tierra, los hijos de Israel decidieron
creer el informe de los diez espías que dijeron que los israelitas no podrían
tomar la tierra porque estaba habitada por gigantes de la tribu de Anac. En
hebreo, la palabra Anac significa “un collar” o “cadena de cuello”. Una
cadena alrededor del cuello es un yugo que pesa. Aunque Dios había liberado a
los hijos de Israel de sus capataces en Egipto y ya no eran esclavos, todavía
tenían una mentalidad de esclavos. En lugar de enfocarse en la bondad y promesa
de Dios, ellos se enfocaron en su gigante problema: los anaceos, y fueron
abrumados con ansiedad y miedo. Como resultado, toda una generación, excepto
Josué y Caleb, no pudieron entrar a la tierra (ver Números 14:29-31) y vagaron
por el desierto cuarenta largos años.
El
descanso es nuestra tierra prometida
Hebreos 3 describe cómo a
los hijos de Israel no se les permitió entrar en la tierra prometida porque
dudaron de la Palabra de Dios. Sin embargo, en lugar de decir: “No entrarán en
mi tierra prometida”, Dios dijo:
Hebreos 3:11: No entrarán
en mi reposo.
Dios llamó a la tierra
prometida “Mi reposo”. Esto significa que la tierra física era para los hijos
de Israel en el Antiguo Testamento, lo que la gracia y el reposo de Dios son
para el creyente bajo el nuevo pacto. ¡Nuestra tierra prometida hoy es el
reposo de Dios! Dios no liberó a los hijos de Israel de Egipto para dejarlos
vagando por el desierto. ¡Los sacó para que poseyeran la tierra! De la misma forma,
Dios quiere sacarte de la carencia para entrar en la tierra de la promesa y
abundancia. Él quiere traerte de la enfermedad a una robusta salud. La tierra
prometida a la que Él quiere llevarte es a ese lugar de Su reposo.
La
tierra prometida a la que Él quiere llevarte es un lugar de Su reposo.
Sé
consciente del descanso, no consciente de los gigantes
Desafortunadamente,
algunos de nosotros todavía tenemos una mentalidad de esclavitud. Estamos tan
enfocados en nuestro “anaceo” —nuestros problemas y síntomas— en vez de en la
obra finalizada de Jesús en la cruz que no podemos entrar en nuestra tierra
prometida de descanso. Si esto te describe, debes saber esto: Dios no quiere
que tengas miedo de los “gigantes” que estás enfrentando. La Palabra de Dios
siempre nos dice que “no temamos” (ver Isaías 41:10, Lucas 12:32). ¿Pero sabes
que hay algo a lo que la Biblia nos dice que debemos temer?
Hebreos 4:1 Temamos,
pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de
vosotros parezca no haberlo alcanzado.
Dios nos dice que temamos
a fracasar en entrar en Su reposo. Así que no te enfoques en tus gigantes y
estés estresado. Pon tu confianza, no en lo que ves, sino en lo que Dios ha
prometido en Su palabra.
No
confíes en lo que ves, sino en lo que Dios ha prometido en Su Palabra.
¿Te pondrás del lado de
Josué y Caleb, o te pondrás del lado de los diez espías? En otras palabras,
¿darás más peso a tus problemas o a las promesas de Dios? Antes de que tu
cuerpo se sane, antes de que se salde tu deuda, antes de que el problema en tu
vida esté resuelto, ¿creerás que Dios te librará de acuerdo con Su Palabra y
caminarás en reposo?
Dios quiere que tengas la
revelación de que lo que sea que necesites que Él haga por ti ya se ha hecho
porque Jesús lo ha logrado todo por ti. A pesar de los gigantes que ves, puedes
elegir subir y entrar en la tierra prometida de Su descanso. ¡Cuando tu
confianza esté en Cristo y en su obra finalizada, estarás consciente del
descanso y no con consciente de los gigantes!
Permíteme compartir
contigo el testimonio de Kimberly, que vive en Texas. Kimberly decidió
descansar en Cristo incluso antes de ver su liberación:
Soy
una madre de treinta y cinco años con tres hijos maravillosos. Dos de ellos son
de un matrimonio anterior. Después de mi divorcio, mi exesposo quería que mi
hija viviera con él y no pude negarme, ya que no aceptar su solicitud
implicaría una prolongada batalla judicial que estaba más allá de mis
posibilidades.
Con
los años, mi hija se volvió muy infeliz porque su padre se había vuelto a casar
y su hogar se había convertido en un ambiente tóxico para ella. Cada vez que me
visitaba, lloraba terriblemente cuando tenía que irse.
Entonces
escuché un sermón del pastor Prince sobre entregar a mis hijos al Señor porque
los ama mejor que yo. Descansé en el hecho que Jesús se estaba haciendo
cargo de ella, y oraba para que ella me fuera devuelta.
Poco
después de escuchar el mensaje, mi exesposo llamó y me dijo que mi hija quería
mudarse conmigo. Ella lo hizo así, y ha vivido conmigo desde entonces.
Hoy,
hay mucha luz y gozo en su corazón. El Señor me ha bendecido con todos mis
hijos bajo el mismo techo y no podría estar más feliz. ¡Alabado sea Jesús!
Fíjate que Kimberly
descansó en nuestro Señor Jesús incluso antes de que su hija se mudara de
vuelta con ella. ¡Mientras Kimberly descansaba, el Señor trajo a su hija, que
había estado viviendo con su exesposo por años, de regreso a su casa!
¡Canta,
oh estéril!
Hay un hermoso pasaje de
la Escritura en Isaías 54 que quiero mostrarte. Isaías 54 viene después de
Isaías 53, que es un capítulo mesiánico que habla sobre los sufrimientos de
nuestro Señor Jesús en la cruz por nosotros. ¿Sabes cómo podemos participar de
todo lo que Jesús ha hecho? Mira cómo lo expone Isaías 54:
Isaías 54:1-3 Regocíjate,
oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo, la que
nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la desamparada que los de la
casada, ha dicho Jehová. Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus
habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza
tus estacas. Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu
descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas.
Puede que hoy estés en el
mismo lugar que la mujer estéril. Tal vez eres estéril de un bebé físico, o tal
vez eres estéril en las finanzas o la salud. Pero esto es lo que Dios te dice: “Regocíjate,
oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo”.
Puede que todavía no
hayas dado ningún fruto, pero debido a lo que Jesús ha hecho, puedes cantar en
voz alta y proclamar sus alabanzas. No esperes hasta que veas la manifestación
de Sus promesas. Deja de posponer tus alabanzas y tu gozo. Deja de decirte que
descansarás solo cuando hayas pagado la hipoteca de tu casa. Deja de esperar
hasta que encuentres un compañero antes de regocijarte. ¡Canta ahora! Y
mientras cantas, puedes comenzar a prepararte para el crecimiento. ¡Puedes
comenzar a extender las cuerdas de tu lugar de trabajo y reforzar las estacas
de tu cuenta bancaria porque te extenderás a la derecha y a la izquierda!
¡Incluso en medio de tu
adversidad, puedes cantar, puedes descansar, puedes regocijarte! Tu Pastor
prepara una mesa delante de ti en presencia de tus enemigos. Incluso cuando los
enemigos todavía están cerca, puedes alimentarte de los pastos verdes y
descansar junto a las aguas de reposo porque tu Pastor cuida de ti. El Señor te
ama mucho. Él quiere llevarte a una tierra donde habitarás en ciudades que no
construiste y comerás de viñas y olivares que no plantaste. Todo se basa en la
obra de Jesucristo. ¡Tu parte es solo creer y descansar mientras Él pone a tus
enemigos por estrado a tus pies!
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