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Prueba para falsificaciones. De Joseph Prince

 

Pero aunque Dios restaura la gloriosa verdad del Evangelio de la gracia el cuerpo de Cristo, hemos de ser conscientes de que el enemigo también produce una gracia falsa para intentar confundir a las personas y hacer que se desvíen del verdadero Ministerio de la gracia de Dios. ¿Por qué  hay una gracia falsa? La realidad es que hay falsificaciones de cosas solamente cuando son de gran valor y muy apreciadas. Se pueden encontrar diamantes falsos, pero no piedras falsas.

Ahora bien, no se desaliente y tenga temor de haber podido ser desviado de la gracia falsa. Tan solo sea diestro en la palabra de Dios y aprenda a discernir lo que es bíblico leyendo la Palabra de Dios por usted mismo. Edifique un fundamento fuerte sobre el verdadero evangelio de la gracia. La manera más sencilla de saber si alguien está predicando el evangelio de la gracia es evaluar si la enseñanza glorifica a nuestro Señor Jesús. ¿Hace esa enseñanza que usted quiera vivir una vida que le glorifica a él? ¿Hace hincapié en sus obras o en la obra de nuestro Señor Jesús? ¿Hace esa enseñanza que usted que esté usted ocupado consigo mismo u ocupado con nuestro Señor Jesús?

Algunos de ustedes puede que se hayan cruzado con una enseñanza que afirma que todo el mundo finalmente será salvo. Esto se denomina “reconciliación universal”, y quiero decir esto desde el principio: es una herejía. Tales enseñanzas no exaltan y glorifican a nuestro señor Jesús. No se puede hablar de salvación eterna sin la persona de Jesús y su obra terminada en la cruz. ¡Jesús es el único camino! Jesús dijo: “Yo soy el Camino, La verdad y la vida; nadie viene al padre sino por mí” (Juan 14:6).

También están quienes enseñas que sé que enseñan que ser santo no es importante ya que estamos bajo la gracia. Afirman que bajo la gracia no hay corrección y ninguna necesidad de crecer en santidad. Permítame decir lo siguiente: ¡tales “maestros” están propagando error! La verdad del asunto es que no puede usted llegar a ser más justo, pero puede llegar a ser más santo. La gracia verdadera produce santidad verdadera. Por eso el apóstol Pablo exhorta a la Iglesia corintia: “velad debidamente y no pequéis” (1 Corintios 15:34). Cuanto más está bajo la gracia, cuanto más establecido está en su justificación en Cristo, más querrá vivir una vida santa y estar abierto a la corrección de Dios.

Entonces, ¿hay corrección bajo la gracia? Claro que sí. Pero quiero que esté establecido en el hecho de que bajo el nuevo pacto de la gracia, Dios no corrige a sus hijos utilizando accidentes, enfermedades y males. La corrección en el nuevo pacto tiene lugar mediante su Palabra. Pablo nos dice: “Toda la escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16). Observemos que la corrección mediante la Palabra de Dios incluye “instruir en justicia”, lo cual es creer que ha sido usted justificado o hecho justo por la fe en nuestro señor Jesús. He descubierto que a veces el Espíritu Santo utiliza el liderazgo designado por Dios para lograr esto (véase Gálatas 6:1, 2 Timoteo 4:2, 2 Tesalonicenses 3:15): indicarle de nuevo a la obra terminada De Jesús y a quienes usted en Cristo. Por eso es tan vital que sea parte de una Iglesia local con buenos líderes.

Observemos cómo corrige el apóstol Pablo a aquellos en la Iglesia corintia que se enredaron en pecado e inmoralidad sexual:

1 Corintios 6:15-20 ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De ningún modo. ¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne. Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él. Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

¿Cómo los corrigió Pablo? Al decir: “¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo?”, los corrigió al recordarles firmemente su identidad de justicia en Cristo. Entonces pasó a recordarles que sus cuerpos eran templos del Espíritu Santo. ¿Qué nos dice todo esto? Nos dice que cualquiera a quien se le recuerda su justicia en Cristo y tenga una revelación de ello, ¡tendrá el poder para vencer el pecado!

Quienes han olvidado o no están establecidos en su identidad de justicia en Cristo son quienes quedan atrapados por las fuerzas destructivas del pecado. Bajo la gracia somos llamados a caminar en novedad de vida como los hijos de Dios justificados. Somos llamados a reinar en vida mediante la abundancia de gracia y el don de la justicia. Hemos sido comprados por precio, un elevado precio en la cruz, ¡y ahora somos llamados a vivir para la gloria de nuestro señor Jesús!

Extraído del libro “La revolución de la gracia”. De Joseph Prince


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