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¡SU PALABRA ES MI DELICIA! Por Claudia Juárez Garbalena

 

Quiero compartirte uno de mis Salmos favoritos. Amo leer el libro de los Salmos y especialmente asomarme a lo que había en el corazón del rey David, a quien Dios distinguió en Su Palabra llamándolo "un varón conforme a Mi corazón":

Salmos 3:3-4 Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza. Con mi voz clamé a Jehová, y él me respondió desde su monte santo. Selah.

David vivió en medio de gran tribulación, persecución, traición, guerras y momentos muy difíciles. La Palabra nos muestra errores que cometió y el estrago que causaron en su vida y en su corazón, y por supuesto nos muestra la misericordia, bondad y fidelidad de nuestro Padre en su vida.

David tenía el corazón de un adorador. Alguien que amaba contemplar la hermosura de Yahweh, y que se deleitaba en Sus caminos y en Sus pensamientos.

Salmos 139:17,18 (KJV) ¡Cuán preciosos son tus pensamientos sobre mí!, ¡Oh Dios! !Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; cuando despierto, aún estoy contigo.

Salmos 84:10-12 Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad. Porque sol y escudo es Jehová Dios; Gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad. Jehová de los ejércitos, dichoso el hombre que en ti confía.

¡David tomaba tiempo en intimidad con Dios para meditar en Su Palabra! Si un hombre bajo el antiguo pacto pudo contemplar la hermosura de nuestro Dios, y anheló Sus mandamientos, y pasar tiempo con Él más que la tierra seca y árida al agua (Salmo 63)... entonces, ¿qué tesoros escondidos habitan en el corazón de nuestro amado Padre que aún no hemos encontrado?...

Salmos 4:7-8 Tú diste alegría a mi corazón mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto. En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.

He observado que cuando me sumerjo pasando tiempo la Palabra de Dios y meditando en ella, eso produce sanidad en mi cuerpo y en mi alma. ¡Busca esos tesoros en el corazón de Dios en Su Palabra! ¡Eso vivificara tus huesos y tu vida entera!

Las siguientes son palabras que el rey David le dedicó a Salomón su hijo, y que Salomón dejó plasmadas en El libro de Proverbios:

Proverbios 4:20-23 Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón; Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a todo su cuerpo. Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.

Proverbios 4:26-27 Examina la senda de tus pies, y todos tus caminos sean rectos. No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal.

El libro de Salmos también plasma las angustias y temores de David en sus momentos de agonía, pero ciertamente los Salmos nos dan testimonio del deleite que él vivió en su relación íntima con Dios.

¡Busca cada día el deleite que David encontró en Dios y Su Palabra! ¡Pídelo, búscalo y te será dado!

Salmos 36:7-9 ¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas. Serán completamente saciados de la grosura de tu casa, y tú los abrevarás (empaparás) del torrente de tus delicias. Porque contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz.

Salmos 119:92 Si tu ley no hubiese sido mi delicia, ya en mi aflicción hubiera perecido.

Salmos 119:97-105 ¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación. Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos, porque siempre están conmigo. Más que todos mis enseñadores he entendido, porque tus testimonios son mi meditación. Más que los viejos he entendido, porque he guardado tus mandamientos; De todo mal camino contuve mis pies, para guardar tu palabra. No me aparté de tus juicios, porque tú me enseñaste. ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca. De tus mandamientos he adquirido inteligencia; por tanto, he aborrecido todo camino de mentira. Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.

Salmos 16:7-8 Bendeciré a Jehová que me aconseja; Aun en las noches me enseña mi conciencia. A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido.

Salmos 16:11 Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre.

Siglos han pasado y nuestra época es diferente a la época de David. Los tiempos pueden haber cambiado pero nuestro Dios no ha cambiado, Él sigue siendo el hermoso y fiel guardador de pactos digno de ser contemplado y adorado y alabado y honrado y buscado de todo corazón.

Tú tienes hoy más de lo que tenía David disponible, eres Su hijo amado, Su hija amada, busca ese deleite, ¡busca ese tesoro que David encontró!

Salmo 16: 5,6 Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentas mi suerte. Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, y es hermosa la heredad que me ha tocado.

En Su amor,

Claudia Juárez Garbalena


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