MI ÚLTIMO VIAJE A MADRID- Por Juan Luis Molina
13 de enero del 2013 Los cinco sentidos, empapados como están de las influencias del mundo, no pueden creer en lo que Dios nuestro Padre nos dice y asegura que en breve tiene que suceder. Es imposible. Cuando pasamos a tener con nosotros la Presencia Divina y se nos instruye de las cosas que están por suceder, nos damos cuenta de lo absolutamente aislados que vivimos aquí, en el mundo de carne. No hay nada a nuestro alrededor que nos llene ahora el vacío que sentimos si nos alejamos de Dios. Nada se puede comparar al calor de Cristo, cerraditos en su cuarto, oyendo la Voz de nuestro Abba Padre. Cuando salimos a la calle, solo la fe se alza dentro nuestro y nos sentamos mentalmente, nos abstenemos de lo que vemos y palpamos y nos dedicamos a "esperar en medio de nuestra desesperación". Nuestra unción santa nos asegura que sucederá brevemente todo lo que nos muestra de parte de ...