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"EL APOCALIPSIS O EL DÍA DEL SEÑOR" Por E. W. Bullinger (LA TERCERA VISIÓN "EN EL CIELO") 16a. Publicación


Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca. Apocalipsis 1:3

Por
E.W. Bullinger, D.D.
Segunda edición
(Revisada y corregida)
1909
Traducción al español por Juan Luis Molina
Con la colaboración de
Claudia Juárez Garbalena



LA TERCERA VISIÓN “EN EL CIELO”.
H3, 11:15-19-. H3, xi. 15-19-.
EL SONIDO DE LA SÉPTIMA TROMPETA.

La Séptima Trompeta nos hace regresar al Cielo y a la Tercera Visión que allí vio Juan. Pues es “en el cielo” que suena la Trompeta.
Después de que se hace sonar, escuchamos una vez más las locuciones celestiales que nos cuentan el diseño o intención de su sonar. En 19: 1-6, las voces celestiales de nuevo nos dicen el alcance de sus efectos. Después de sonar, y de conseguir su objetivo, hay una pausa; y un episodio ocupa los caps. 12, 13, y 14; los efectos del sonido no se resumen sino hasta el capítulo 16, y ocupan los capítulos 16, 17 y 18.
La Séptima Trompeta abarca así la totalidad de las siete Copas, o últimas siete plagas, que forman el “Tercer Ay.”
La Séptima Trompeta, por tanto, realmente cubre desde el cap. 11:15 hasta 28:24, o tal vez incluso hasta 20:5, porque se toma en la totalidad de los juicios restantes, y consiste de las restantes cinco parejas de Visiones “en el cielo” y “en la tierra”, y ocupa cerca de la mitad de la totalidad del Apocalipsis. Esto nos muestra la importancia de la Escritura en la cual se nos introduce. Esto también nos muestra por qué las locuciones celestiales, que siguen a su sonido, anticipan el fin, incluyendo el asentamiento del trono del dominio terrenal, el levantar de los muertos, “pequeños y grandes”, y el juicio final. Todo se anticipa por estas voces celestiales, que son respondidas por las locuciones concluyentes del cap. 19, en la séptima y final Visión Celestial.                             
En el cap.11:7 el ángel fuerte declara que “en los días de la voz del séptimo ángel, cuando suene, el secreto de Dios se verá consumado” es decir, que acabará durante los días cubiertos por su sonido (abarcando, como ya hemos visto, la totalidad de las siete Copas, y llevándonos hasta 20:15). La totalidad de los secretos propósitos de Dios, los detalles de las cosas que solamente eran conocidos por Él, se llevarán a cabo.
La totalidad de esta gran división, por tanto, abre con la pequeña sección (11:15-19), y conciernen los hechos del sonido de la Séptima Trompeta. La estructura es como sigue:
H3, cap. 11: 15-19-.
LA TERCERA VISIÓN “EN EL CIELO”:
El Sonido de la Séptima Trompeta. (3er AY)
H3 |     A | 11: 15-.  El sonido de la Séptima Trompeta en el cielo.
                    B |     a | -15-.  Voces oídas en el cielo.
                                    b | -15.  Sus locuciones.
                    B |     a | 16.  Los 24 Ancianos.
                                    b | 17, 18.  Sus locuciones.
            A | 19-.  La apertura del Templo de Dios en el cielo.

11:15.Y el séptimo ángel toco su trompeta y hubo grandes voces en el cielo;] Cada uno de los siete Sellos, Trompetas y Copas se haya señalada y separada de las seis precedentes por signos indudables, suficientes como para mostrarnos que son retomadas en vez de continuadas. Y  cada una actúa en el mismo fundamento dando particularidades que no contenían las restantes, llevándonos a una crisis; y dando los otros acontecimientos en el correspondiente periodo, pero desde un punto de vista diferente.
Esta se denomina la “séptima” Trompeta, y es la “última” de esta serie especial. Pero no significa que después no venga una posterior: o, que un sonido de trompeta anterior no pueda ser también llamado el “ultimo”, relativo a otro sujeto o tema. En 1ª Corintios 15:51, 52, leemos de “la última trompeta: porque sonará la trompeta”. En 1ª Tesalonicenses 4:16, leemos que el Señor mismo “con voz de mando, con voz de Arcángel y con trompeta de Dios descenderá del cielo”. Esta es la última trompeta con respecto a la iglesia de Dios, pero no absolutamente la última. Ya habrá sonado mucho antes de que estos juicios hayan comenzado, para poder levantar a Sus santos dormidos, y  levantarlos juntamente con los santos vivientes, para estar con Él para siempre. Habrá otra gran trompeta después de la gran Tribulación, conectada inmediatamente con la Revelación del Señor. Vea Mateo 24:31. Esa es subsecuente a esta “séptima Trompeta”, porque esa Revelación se registra en Ap. 19. Así que la séptima Trompeta en Ap. 11:15 no es la “última trompeta” en absoluto, sino solo de una manera relativa; pues es solamente la última de una serie de siete. Además, esta trompeta en Apocalipsis nunca se denomina la “última”: ni nosotros tenemos necesidad alguna de denominarla así. La Trompeta en 1ª Corintios 15:51, 52, es denominada la “última” con referencia a la iglesia de Dios. Es la Trompeta que cerrará nuestra conexión con la tierra; acabará con todas las largas expectativas, y por tanto hay un verdadero sentido en el cual sea nuestra última Trompeta.  
La Trompeta de 1ª Corintios 15:51, es la misma que se menciona en 1ª Tesalonicenses 4:16. Tenemos ya muchas pruebas positivas de que estas “Siete Trompetas” pertenecen del todo a otra Dispensación, que no podemos leer esto en nuestro “llamamiento desde lo alto” (Filipenses 3:14), donde ni tan siquiera se menciona trompeta alguna, y confundirla con la trompeta que acarreará la última de las plagas de Dios y concluirá Sus juicios de la tierra.
El sonido de esta Trompeta produce un revuelo y gran actividad en el Cielo, donde es oída. Es nada más ni nada menos que la proclamación de la Coronación venidera del rey justo de la tierra (compare 2ª Samuel 15:10, 1a Reyes 1:39). Es la señal de que, finalmente, ha llegado la hora de proclamar las gloriosas nuevas del asentamiento y establecimiento del Reino de Dios sobre la tierra. Es el anuncio del clamor de las edades – “Venga Tú Reino” – que está a punto de recibir su maravillosa respuesta. Pues este es el tema de las grandes voces en el cielo.
Que decían “El reino* ha venido a ser de nuestro Señor y de Su Cristo,** él reinará por los siglos de los siglos”. (Éxodo 15:18. Salmos 10:16. Daniel 2:44; 7:14).
* G.L.T.Tr.A. WH. y RV. leen singular en vez de plural.
** O "Ha venido a ser del Señor y de Su Ungido".
Todo el tema tiene que ver con la soberanía del reino. Eso es lo único que ha estado en cuestión. Y esa cuestión va ahora a ser instaurada a través de estos juicios finales de las siete Copas. El resultado se celebra por anticipación “en el cielo”. Mire en frente al cierre de todo el libro de Revelación. No será sino hasta que los acontecimientos del cap. 20 tengan lugar que será consumada esta soberanía. “Los reinos del mundo” son representados como bestias salvajes, que no conocen a su maestro ni tienen dueño. Este es el punto de vista de Dios de todos los gobiernos terrenales. La Gobernación en el mundo, entregada como está, en el momento presente, al hombre, todavía no ha sido aun ejercida por Dios. No solamente no se le reconoce Su soberanía, sino que hasta su Soberanía es rechazada. Es necedad hablar acerca de “Reinos Cristianos” o “Naciones Cristianas”; y es peor que locura que los ministros del Evangelio se ocupen con el domesticar de estas bestias salvajes, en vez avisarles de los juicios venideros, que los destruirá a todos de un golpe; y al mismo tiempo testifiquen la “gracia de Dios” a los perdidos y desamparados pecadores. No nos estamos refiriendo a los actos legítimos que podemos hacer (como era en el pasado) para mejorar la condición de las cosas, o para remover males; sino que estamos hablando de salirnos de estas cosas y hacerlas nuestro gran objetivo; y especialmente que este sea el objetivo de los ministros del Evangelio. Lo que se anhela o pretende no es un mero ritual de “Domingo Ciudadano”, sino un Domingo para Dios, en donde se les enseñe a los hombres cuál es el veredicto de Dios sobre todas estas cosas; cuál es Su remedio o medicina para todas ellas; y lo que significa que Él vaya a tornar derecho lo que se desvió. Un domingo cuando a los hombres se les diga que no puede haber un Milenio sin Cristo;  y que no hay esperanza para el mundo hasta que llegue a someterse a la directa soberanía de Dios y de Su Ungido.
Las mismas leyes que Dios dio en Sinaí, y el Divino Ritual del Tabernáculo y el Templo no guardó a Israel de la Apostasía Religiosa ni de la ruina política. Está por tanto bastante claro que no hay esperanza para el mundo en las leyes humanas o religiones.
Un gobierno justo es el anhelo más grande en el mundo entero. Obtener esa gobernación es por lo que surgen todos los movimientos políticos reformadores; y toda conspiración nacional, y revolución. Eso es lo que da motivo a los anarquistas para cometer sus crímenes. Pero el hombre no conoce ni ve (y hay tan pocos para decirle) que no puede haber justa gobernación hasta que haya venido “Aquel que es justo” (Ezequiel 21:27) para gobernar en justicia: ni tampoco habrá paz para la tierra hasta que el Príncipe de Paz, a quién el hombre neciamente asesinó, haya retornado a establecerla. Cuando él vino, Su objetivo fue angelicalmente anunciado como “Paz en la tierra” (Lucas 2:14); pero cuando Su paz fue rechazada, Sus discípulos sabían que no podría haber “paz en la tierra” mientras que el clamor de la sangre clame por venganza, y por eso cantan “paz en el cielo” (Lucas 19:38). Aquí es donde ahora se haya nuestra paz (Efesios 2:14-17); y la paz se predica ahora a los rebeldes y pecadores.   
Todo esto, y mucho más, es lo que envuelven estas locuciones celestiales. El reino venidero no “es de este mundo” (Juan 18:36). No es “de aquí”. Proviene del cielo, y desde ahí miramos la venida del Rey. Aquí se da el cumplimiento del Salmo segundo y muchas otras escrituras similares.
A las locuciones generales de las grandes voces se les añade las especiales locuciones de los veinticuatro ancianos, que completan las primeras con los detalles que abarcan.
16. Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, (17) diciendo,
 “Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras, * porque has tomado tu gran poder y has reinado. (18) Y se airaron las naciones (Salmos 2:1; 46:6), y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre “esto es, a Ti), a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra.
* G.L.T.Tr.A. WH. y RV. omiten "y que has de venir". El texto fue aquí alterado por algún escribano posterior para hacerlo armonizar con 1:4, 8 y 4:8. Pero aquí se está celebrando actualmente la venida, y por tanto no hace parte del Texto original.
Aquí se celebran siete cosas por anticipado. Y las siete se dividen en cuatro y en tres. Las tres últimas se señalan por su pertenencia al periodo apuntado en el cual tendrán lugar. Las cuatro primeras relatan a cuatro acciones emprendidas de parte de Dios, y sus efectos.  
El primer acto de Su poder se ve en las siete Copas (cap.15:8), cuando el templo se reviste de humo proveniente de la Gloria de Dios y de Su poder. La ira de las naciones, y de Dios son ambas mencionadas en Salmo 2:1,5. En conexión con esto podemos leer muchos de los Salmos, que son prolépticos, y por tanto de igual manera celebrados por anticipación: por ejemplo Salmos 113 y 99. Salmo 57, y otros, los cuales deben ser leídos cuidadosamente con referencia al tiempo particular referido en esta locución de los veinticuatro ancianos. Hay otras Escrituras que se refieren a este tiempo de ira. Lea Isaías 26:20,21 (RV.):
“Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos,
Cierra tras ti tus puertas,
Escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación.
Porque he aquí que Jehová sale de Su lugar
Para castigar al morador de la tierra por su maldad contra Él
Y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella,
Y no encubrirá ya más a sus muertos.
 (También Isaías 24:17-21; 30:27, 28,30-33. Ezequiel 38:16-23: Sofonías 1:2, 3,14-16, 3:8)
En estos juicios, bajo la séptima Trompeta, las enmiendas o arrepentimientos ya no tienen lugar. Todo es ira y venganza. Jehová finalmente responde al reiterado clamor de su gente: “Levántate, oh DIOS” Salmos 3:7; 7:6; 44:26. Ha llegado el tiempo cuando el apelo de Samos 68:1-3 deberá ser respondido:
 “Levántese Dios, sean esparcidos Sus enemigos
Y huyan de Su presencia los que le aborrecen
Como es lanzado el humo, los lanzarás
Cómo se derrite la cera delante del fuego,
Así perecerán los impíos delante de Dios.
Mas los justos se alegrarán; se gozarán delante de Dios
Y saltarán de alegría”.
Los dos grandes Testigos de Dios habrán finalizado su testimonio, atestiguado por evidencias milagrosas. Ahora, se aparta y deja de fuera todo testimonio, y la venganza comienza su curso.
Las tres últimas declaraciones de los Ancianos relatan al periodo señalado ((…), kairos), que ha llegado para su cumplimiento.
(1) “El tiempo de los muertos ser juzgados”. Esto conecta, por tanto, los eventos del cap.20 con el sonido de esta Trompeta (vea 20:12,13). La Resurrección también se incluye, porque los muertos, “grandes y pequeños”, se encuentran de pie ante Dios para este juicio. Aquí tenemos algo más que una mera venganza de los mártires; o, una justa gobernación.
 (2) Para dar la Recompensa (a) “a Tus siervos los profetas”, como se declara en cap. 10:7 (compare 2ª Reyes 9:7). Tenemos la misma frase en Daniel 9:6,10, así como en 2ª Reyes 17:13, 23; 21:10; 24:2, etc. Los profetas del Antiguo Testamento tienen un puesto de eminencia en el reino venidero (no en la Iglesia de Dios). Vea Lucas 13:28. Mateo 5:10-12.
 (3) “Y a los santos”. Este es un término especial dado para los santos del Antiguo Testamento, y no debe ser confundido con el uso de la palabra en el sentido Paulino, donde se aplica a los miembros del Cuerpo de Cristo; o con ángeles, o de quienes se emplea la palabra en pasajes tales como Deut.33:2. En Éxodo 22:31 se emplea de santos hombres debajo de la Ley, tal como en Salmos 16:3; 30:4; 31:23; 34:9. 50:5.
Estos santos aquí son de los que se habla en Daniel 7:18: “recibirán el reino los santos” (vea los versículos 22, 27). Estos son los “santos” contra quienes la Bestia Salvaje “hace la guerra” (Daniel 7:21, 25). Estos son los “elegidos” de Mateo 24:31; Lucas 18:7; y los “santos” de los cuales se habla por todo el Apocalipsis. (Vea 13:7, 10; 14:12; 15:3; 16:6; 17:6; 18:24; 19:8; 20:9). Estos tienen su recompensa bajo esta séptima Trompeta, y se les otorga realmente en el cap. 20:4. Esta es la recompensa referida en los Evangelios, en pasajes tales como Mateo 10:41, 42; 16:27; 25:34. Ap. 2:23; 22:12.  
(c) “A los que temen Tu nombre, a los chicos y grandes”. Observe que los Ancianos no dicen “nosotros”. Una vez más se distinguen a sí mismos de los seres humanos. Se trata del carácter especial de los santos debajo de la Ley, para temer al Señor. Vea Josué 24:14. 1ª Samuel 12:24. Salmos34:9. Pero la palabra aquí probablemente incluya también a los gentiles (siendo distinguidos de Israel, quienes, como la “nación santa”, son denominados “santos”).
Así se distinguen en Salmos 115, donde tenemos primero a “Israel” (vers.9); después la “casa de Aarón” (vers.10); después “los que temen al Señor” (vers.11). Y por fin en el vers.13: “Él bendecirá a los que temen al Señor, a pequeños y grandes”.
La séptima Trompeta incluye como su objetivo final:
 (3) “Destruir a los que destruyen la tierra”. Eso envuelve la destrucción de Babilonia, y de aquellos que adoran a la Bestia y reciben su marca. También incluye la gran destrucción de los ejércitos de Satán y de los que juntamente con él se rebelaron, en Ap.20:9. (Compare Isaías 24:21).
Con la destrucción de estos juicios finales de Dios, “acaba el “misterio (o secreto) de Dios” (10:7), así como también “el misterio de Iniquidad”.
Esta tercera visión “en el cielo” termina con las palabras:
11:19. Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo:] Ya hemos visto que el cielo es un lugar de grandes y gloriosas realidades; y no un lugar de cosas inmateriales, como lo pintan los cuadros de la teología popular. Existe un Templo celestial, y una adoración celestial, y un sacerdocio celestial, modelo sobre el cual se dio forma al terrenal (Vea Éxodo 25:40. Hebreos 9:23).
El Apocalipsis es el libro de la apertura y del desvelar. Siete grandes aperturas lo caracterizan. 
En cap. 4:1: Se abre una puerta en el cielo.
En cap. 6:1-9: Se abren los Sellos.
En cap. 11:2: Se abre el Abismo.
En cap. 11:19: Se abre el Templo de Dios.
En cap.15:5: Se abre el Tabernáculo del Testimonio.
En cap. 19:11: Se abre el Cielo.
En cap. 20:12: Se abren los Libros del juicio.
La apertura del Templo Celestial despliega el Arca del Pacto, y habla del Pacto que Dios guarda redimiendo Sus promesas de bendición a Su Pueblo; y habla también respecto del juicio sobre Sus enemigos.
Es proveniente de este Templo que surgen los juicios (14:15, 17; 15:5, etc.; 16:17).
Esto nos dice que esos juicios tienen que ver con la restauración de Su Pueblo Israel, y del cumplimiento de todas Sus promesas pactadas, concernientes al Territorio (Génesis 15) y al trono (2ª Samuel 7), los cuales eran incondicionales, y, por tanto, ciertos y asegurados . El Arca del Antiguo Pacto fue cancelada: esto se revela, y se despliega como un símbolo de la salvación de Israel y de la destrucción de sus enemigos. El “secreto” de Dios es consumado (10:7) porque el Templo se mantiene abierto, y el Arca revelada.
El Arca del Antiguo Pacto posee una estrecha conexión con el Tabernáculo y Moisés; con el Territorio y Josué; con el Reino y David; y con el Templo y Salomón. Todos se asocian aquí en conexión con esta Arca Celestial, de la cual el Arca Terrenal no era más que una copia y una figura.
Bajo este pacto se cumple por fin todo lo que se anuncia en la canción de Zacarías (Lucas 1:68-79); pero el cual, debido al rechazo y desprecio a Cristo, se halla desde entonces en suspenso:

A |     Bendito el Señor Dios de Israel:
          que ha visitado y redimido a Su pueblo,
    B |     Y nos levantó un poderoso salvador
             En la casa de David Su siervo;
        C |    Como habló por boca de Sus santos profetas,
                 que fueron desde el principio:
            D |     Salvación de nuestros enemigos,
                      y de la mano de todos los que nos aborrecieron;
                E |     Para hacer misericordia con nuestros padres,
                        Y acordarse de su santo pacto;  
                E |     Del juramento que hizo a Abraham nuestro padre,
            D |     Que nos había de conceder, que, librados de nuestros enemigos
                      sin temor le serviríamos,
                      En santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días.
        C |     Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado;
                  Porque irás delante de la presencia del Señor, para preparar Sus caminos;
    B |     Para conocimiento de salvación a Su pueblo
              Para perdón de sus pecados,
A |     Por la entrañable misericordia de nuestro Dios;
          con que nos visitó desde lo alto la aurora,
          Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte
          Para encaminar nuestros pies por caminos de paz”.
            Las letras impresas en románico muestran el gran tema o sujeto de cada miembro. Tal vez podamos exponerlas más claramente así:
A | 68.  La visita de Dios.
        B | 69. Su objetivo: La Salvación.
                C | 70.  Predicha: por todos Sus Profetas.
                        D | 71. Su resultado: La Destrucción de Enemigos.
                                E | 72.  Sus fundamentos: El Pacto.
                                E | 73.  Sus fundamentos: El Juramento.
                        D | 74, 75.  Su resultado: Adoración al Libertador.
                C | 76.  Cumplimiento: El profeta Anunciado.
        B | 77.  Su objetivo: Dar a conocer la Salvación.
A | 78, 79.  La Visita de Cristo.
Así, ha enfatizado el Espíritu Santo maravillosamente para nosotros lo que está incluido en Su Pacto, del cual la manifestación del Arca de Su Pacto, que se ve en Su Templo abierto en el cielo, es del todo una marca y certeza. La revelación del Arca del Pacto es respondida totalmente sobre la tierra a través de señales que presagian su significado para la tierra.
Es evidente que aquí alcanzamos una gran crisis. Se anticipa el fin, incluyendo el juicio del gran trono blanco en el cap. 20. Esta Tercera Visión en el cielo es seguida por una Tercera Visión en la tierra, que manifiestamente es una réplica. Antes de que todo lo que la envuelve e incluye se cumpla, se nos lleva de vuelta a la fundación del mundo, para que se nos expliquen varios asuntos; y se nos muestra cómo el Final se conecta con el Principio; y qué es verdaderamente lo que la Gran Crisis significa.
Esto es por lo que la Tercera Visión en el Cielo es tan solemne en su anticipación; y es también por lo que la Tercera Visión en la Tierra es tan breve en su réplica.


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