LOS ESPÍRITUS ENCARCELADOS (1ª Pedro 3:19). Por E.W. Bullinger
1
Pedro 3:17 Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de
Dios así lo quiere, que haciendo el mal.
3:18
Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los
injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero
vivificado en espíritu;
3:19
en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados,
3:20
los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de
Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca.
Un correcto entendimiento de este
pasaje puede ser obtenido si se toman en cuenta los siguientes hechos:
1. Hablando de los hombres nunca se
refiere a ellos ni se les denomina “espíritus”. El hombre tiene espíritu, pero él mismo no es “un espíritu”, porque un espíritu no tiene ni “carne” ni “huesos”. En esta vida el hombre tiene
“carne y huesos”, un cuerpo natural (o físico). A la hora de la muerte este
espíritu vuelve a Dios que lo dio (Eclesiastés
12:7. Lucas 23:46. Hechos 7:59). En la resurrección Dios le dará el cuerpo como Él quiso (1ª Corintios 15:38). Ya no será más
un “cuerpo natural (o físico)”, sino un “cuerpo espiritual” (1ª Corintios
15:44).
2. Los Ángeles son espíritus, y así es como son
denominados (Hebreos 1:7, 14).
3. En 2ª Pedro 2:4 leemos de los ángeles que pecaron; y en
1ª Pedro 3:19, 20 de los espíritus que en otro tiempo desobedecieron…en
los días de Noé. En 2ª Pedro
2:4 se nos dice después que estos
ángeles caídos están reservados para el juicio, y atados con cadenas (es decir, cautivos o “prisioneros”).
Judas 6.
4. La causa de su caída y la naturaleza
de su pecado se halla establecida particularmente por el Espíritu Santo en
Judas 6, 7.
a. Ellos abandonaron su propia morada.
b. Esta morada es denominada (en el griego) oikêtêrion, que solo aparece aquí y en 2ª
Corintios 5:2, donde se le llama nuestra habitación (es decir, cuerpo) del cual tenemos tantos
deseos de ser revestidos; refiriéndonos a la “mudanza o cambio” que
tendrá lugar en resurrección. Este es el cuerpo resucitado espiritual de 1ª
Corintios 15:44.
c. Este cuerpo espiritual (o oikêtêrion) es el que los
ángeles abandonaron (sea cual sea el significado que
tenga, y eso no lo sabemos). La palabra traducida “abandonaron”, aquí, es muy peculiar. Es apoleipô = dejar atrás, tal como en 2ª
Timoteo 4:13, 20. Donde Pablo la emplea del “capote” y los “pergaminos” que había
dejado en Troas, y de
Trófimo, a quien había dejado en Mileto. Hebreos 4:6, 9; 10:26.
Judas 6.
d. Ellos no guardaron
su primera morada (su primer estado) en
el cual fueron colocados cuando fueron creados.
e. La naturaleza de su pecado se exhibe muy claramente. El
pecado de Sodoma y Gomorra se declara que es igual al de estos ángeles; y
lo que este pecado fue, se describe como haberse
entregado a la fornicación y haber ido en pos de vicios contra la naturaleza (en pos de carne extraña en la Versión inglesa KJ). La
palabra contra (extraña en la KJ) significa otra, es decir, diferente (gr. heteros = diferente en clase. No se nos dice lo que esto pueda
ser o cómo pudiese llegar a suceder. No se nos pide que lo comprendamos, sino
que lo creamos así.
5. En Génesis 6:1, 2, 4 tenemos el
registro histórico que se refiere en las Epístolas de Pedro y Judas. En ellas
estos “ángeles” son denominados los
hijos de Dios. Esta expresión en el Antiguo Testamento siempre se empleó
hablando de “ángeles”, porque ellos no fueron generados sino creados, tal como Adán fue creado, y así es como se le denomina en Lucas
3:38 (cap. Génesis 5:1). Hablando de “ángeles” se emplea ocho veces: Génesis
6:2, 4. Job 1:6; 2:1; 38:7. Salmos 29:1; 89:6; y Daniel 3:25. En este último
pasaje no tiene el artículo, y no significa el
hijo de Dios, sino un hijo
de Dios, es decir, un ángel que había sido enviado al horno ardiendo
(Daniel 6:22).
6. Volviendo a 1ª Pedro 3:19, la
expresión los espíritus
encarcelados no puede ser
entendida fuera y aparte de todo el contexto. El pasaje comienza con la palabra “Porque” (vers.17) y está introduciendo la
razón de por qué es mejor que
padezcáis haciendo el bien, que haciendo el mal. PORQUE (vers.18) también Cristo
padeció una vez (gr. hápax) por los pecados – El Justo por los
injustos – para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muertos en la [en Su] carne, pero vivificados en [Su] espíritu”. Esto solo puede referirse a Su
cuerpo espiritual resucitado (1ª Corintios 15:45). En su muerte, su cuerpo fue
dejado en el sepulcro, esto es, el Hadês, Hechos 2:31; pero su espíritu fue
“encomendado a Dios”. Hasta que su cuerpo no fue reunido con su espíritu, no
pudo salir a parte alguna de allí. Y cuando su cuerpo y espíritu fueron reunidos, no se fue al Gehenna, ni regresó al Hadês, sino al Tartarus (2ª Pedro 2:4), donde los ángeles que pecaron se hallan encarcelados. A estos fue, y les proclamó Su
victoria.
7. La palabra traducida “predicó” no es la palabra usual evangelizô, sino la muy
reseñada palabra Kêrussô; que significa proclamar un anuncio. Eso mismo fue lo que Cristo les anunció: Su victoria sobre la
muerte, y esta proclamación alcanzó hasta los más extremos límites de la
creación.
Así que por
eso era “mejor” sufrir haciendo el bien que el mal. Él había sufrido por hacer
el bien. Sufrió, pero con su sufrimiento ganó una tremenda y gloriosa victoria.
“Porque” (continuando con
la exhortación) “si alguna cosa sufrís a causa de la justicia, felices (o
bienaventurados) sois vosotros” (vers.14),
y concluye: “ Puesto que
Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo
pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado; para no
vivir el tiempo que nos resta en la carne, conforme a las concupiscencias de
los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios…porque por esto también ha
sido predicado el evangelio a los muertos, para que (aunque, gr. men) sean juzgados en carne según
los hombres, no en tanto y mismo así (gr. de) vivan en espíritu según
Dios”: es decir, en
resurrección (1ª Pedro 4:1,
2, 6).
Todo esto se
sugiere como la interpretación de la expresión “Los espíritus encarcelados”, a
la luz del más próximo y del más remoto contexto.
E. W.
BULLINGER
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