LOS NEPHÎLÎM, O "GIGANTES" DE GÉNESIS 6. Por E.W. Bullinger
Traducción por Juan Luis Molina
La descendencia de los
ángeles caídos con las hijas de Adán
se denominan en Génesis 6, “Ne-phîl´-îm”, que significan los arruinados, o caídos (de nâphal, caer). Lo que quiera que fuesen estos seres solo
podremos deducirlo por la Escritura. Es evidente que fueron grandes tanto en
tamaño como en perversión. Fueron
seres sobrehumanos y anormales; y su destrucción se hizo necesaria para la
preservación de la raza humana, y por fidelidad de la Palabra de Dios (Génesis
3:15).
Eso es por lo que vino el
Diluvio "sobre el mundo de
los impíos" (2ª Pedro 2:5) como fue profetizado por Enoc.
Pero acerca de los Nephîlîm volvemos a leer en
Números 13:33: "También vimos allí Nephîlîm,
hijos de Anac, raza de los Gigantes". ¿Cómo puede esto ser así, podríamos
preguntarnos, si ellos habían sido destruidos en el Diluvio? La respuesta la
tenemos en Génesis 6:4, donde leemos: "Había Nephîlîm en la tierra en aquellos días, y TAMBIÉN DESPUÉS que se llegaron los
hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron
los valientes (hebreo gibbôr, los héroes) que desde la antigüedad
fueron varones de renombre" (lit. hombres
renombrados, es decir, que
alcanzaron un nombre y fueron renombrados por sus impiedades).
Así que "también
después", es decir, después del Diluvio, hubo una segunda introducción de estos ángeles
caídos, evidentemente más pequeños en número y más limitados en área, puesto
que estaban en su mayor parte confinados en Canaán, y fueron de hecho conocidos entre "las naciones de Canaan".
Era precisamente por la destrucción de estas naciones que la espada de Israel
se hacía necesaria, tal como el Diluvio había sido anteriormente preciso.
En cuanto a la fecha de esta
segunda irrupción, es evidente que se dio inmediatamente después que se diera a conocer que la simiente provenía a
través de Abraham; porque, cuando él salió de Harán (Génesis 12:6) y se
introdujo en Canaán, se declara este hecho significativo: "Los cananitas
ya habitaban la tierra". Y en Génesis 14:5 ya eran conocidos como los
"Refaitas" y "Emitas", y se habían establecido en Astarot
Karnaim y Save-quiriataim.
En el capítulo 15:18-21 son
enumerados y nombrados entre los Pueblos cananitas: "ceneos, ceneceos, los
cadmoneos, los heteos, los
ferezeos, los refaitas, los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos"
(Génesis 15:19-21; Éxodo 3:8, 17; 23:33. Dt. 7; 20:17. Josué 12:8).
Estos pueblos debían haber sido cortados, expulsados y
prácticamente destruidos (Dt.
20:17. Josué 3:10). Pero Israel no llevó a cabo esta destrucción (Josué 13:13; 15:63; 16:10; 17:18.
Jueces 1:19, 20, 28, 29, 30-36; 2:1-5; 3:1-7); y no sabemos cómo huyeron a otras naciones para escapar
a la destrucción general. Si se tiene en cuenta este hecho se resuelven muchos
problemas relacionados con la Antropología.
En cuanto a sus otros nombres, fueron denominados Anakim, provinientes de Anac que descendía
de los Nepfîlîm (Números 13:22) y refaítas, de Rapha, otro de los notables
entre ellos.
Por Dt. 2:10 sabemos que
fueron conocidos por algunos como los emitas, y zomzomeos (versículos 20, 21).
Fueron bien conocidos como
los refaítas, y así son
generalmente mencionados; sin embargo, en vez de eso, sus nombres apropiados, debiendo haber sido preservados, sus variadas traducciones
los dan como "muertos", "fallecidos", o
"gigantes".
Estos refaítas no tendrán resurrección. Este
hecho se declara en Isaías 26:14 (donde
su nombre apropiado se traduce como "muertos"). Se traduce
"muertos" siete veces (Job 26:5. Salmos 88:10. Proverbios 2:18; 9:18;
21:16. Isaías 14:8; 26:19).
Se traduce "fallecidos" en Isaías 26:14. Se traduce con el nombre apropiado "refaítas"
diez veces (dos de las veces al margen). Génesis 14:5; 15:20. Josué 12:15. 2a
Samuel 5:18, 22; 23:13. 1a Crónicas 11:15; 14:9; 20:4. Isaías 17:5. En todos
los demás lugares se traduce
"gigantes", Génesis 6:4, Números 13:33, donde es Nepfîlîm; y Job 16:14, donde es gibbõr.
Leyendo todos estos pasajes
el estudiante de la Biblia puede saber todo lo que puede conocerse acerca de
estos seres.
Podemos estar seguros de que
la segunda irrupción tuvo lugar antes de Génesis 14, porque allí los refaítas
ya se hallaban mezclados con
los cinco pueblos o naciones, que incluían Sodoma y Gomorra, y que fueron
derrotados por los cuatro reyes bajo el mando de Quedorlaomer. Su localidad
principal era evidentemente "Astarot Karnaim"; mientras que el de los Emitas era el valle de Quiriataim (Génesis 14:5).
Anac fue un notable descendiente de los Nephîlîm; y Rapha fue otro, dando sus nombres
respectivamente a los diferentes clanes o razas. El padre de Anac fue Arba, que originalmente edificó Hebrón
(Génesis 35:27. Josué 15:13; 21:11); y este ramo o brazo Palestino de los Anakim no fueron llamados Arbahim en su posteridad, sino Anakim de la descendencia de Anac.
Fueron grandes, poderosos y
muy altos (Dt. 2:10, 11, 21, 22,
23; 9:2) inspirando el gran temor evidente
que tuvieron de ellos los diez espías en Números 13:33. Og, el rey de Basán se
describe así también en Dt. 3:11.
La fuerza que poseían se
puede ver en los días actuales en "las ciudades gigantes de Basan"; y no sabemos hasta que
punto fueron empleados por los egipcios en la construcción de sus pirámides,
que son todavía un gran enigma para los antropólogos y un insoluble problema.
Arba fue reedificada por los Khabiri o confederados siete años antes
que Zoán fuese edificada por los Faraones egipcios de la diecinueveava
dinastía. Vea Números 13:22.
Si estos Nephîlîm, y
su ramo o brazo de refaítas estuvieron asociados con Egipto,
entonces tenemos una explicación del problema que ha mantenido perplejos
siempre a los ingenieros en cuanto a cómo sería posible que se irguiesen así
aquellas piedras y monumentos tan enormes que hay esparcidos, no solo en
Egipto, sino también en "las
ciudades gigantes de Basán" y en otros territorios que se preservan hasta
el día de hoy. Además, tenemos en estos hombres gigantes, los "hombres de
renombre", la explicación del origen de la mitología griega. Esa mitología
no era una mera invención de la imaginación humana, sino que
fue una perversión de las tradiciones, y las memorias y leyendas de los hechos
de aquella gran raza de seres anormales; y fue gradualmente sacada y
tergiversada de los "héroes" de Génesis 6:4. El hecho de que fuesen sobrenaturales en su origen dio pie a
que fuesen tratados como semidioses por los griegos.
Así sucede con las
"Tablas de la Creación" de los Babilonios,
el "Libro de los Muertos" de los Egipcios,
la mitología griega y en las cosmogonías paganas las cuales son puestas por
muchos en igualdad de autoridad y condición con la Escritura, o por otros como
soporte de ella, y son todas la perversión y corrupción de las verdades
primitivas, distorsionadas en proporción una vez que sus orígenes fueron olvidados, y sus
memorias puestas de parte.
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