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Satanás no puede venir ante de Dios para acusarte. Devocional. De Joseph Prince


Romanos 8:33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.

El libro de Job nos dice que Satanás vino al trono de Dios y se quejó de Job (Job 1:6-12). El trono de Dios es el lugar santísimo. Entonces, ¿por qué Dios permitió que Satanás se presentara ante Él?

Satanás podía venir ante Dios porque Adán había abandonado su lugar cuando inclinó su rodilla a Satanás en el jardín del Edén (Génesis 3). Así que Satanás tenía el derecho de tomar el lugar de Adán y venir delante de Dios.

Pero alabado sea Dios, Jesús, el postrer Adán, ¡ha llegado! Y la aspersión de su sangre ha limpiado las cosas del cielo (Hebreos 9:22-24). Su sangre limpió y redimió el lugar inmundo donde Satanás caminaba y se paraba delante de Dios. Por lo tanto, no hay lugar en el cielo para Satanás. Ya no puede venir ante Dios para acusarte.

¿Quién, entonces, está en la presencia de Dios hoy? ¡Jesús! Él está allí por nosotros. (Hebreos 9:24) Y puesto que Él está por nosotros, "¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros" (Romanos 8:34).

Así que lo que le sucedió a Job no puede sucederte. Job anhelaba un mediador, pero no tenía ninguno (Job 9:33). Su sueño es nuestra realidad. ¡Hoy tenemos a Jesús como nuestro Mediador intercediendo por nosotros! (1 Timoteo 2:5).

Sin embargo, puesto que el diablo ya no puede venir delante de Dios, él viene a ti en la tierra y te acusa en tu conciencia. Su mayor herramienta es el engaño porque no tiene poder real. (Colosenses 2:15). Él tiene que engañarte para que creas que Dios está contra ti, que está enojado contigo porque le has fallado, o que tu enfermedad o pobreza son un castigo de Dios por tus pecados.


Amigo mío, no caigas en las mentiras del diablo. ¡Si es Dios quien te justifica, nadie puede acusarte! Satanás no puede venir ante Dios para acusarte. En vez de eso, tú tienes libre acceso al trono de gracia de Dios para "para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro" (Hebreos 4:16). ¡La sangre santa de Jesús te ha dado una posición perfecta en la presencia de Dios!

Extraído del sitio “Joseph Prince Ministries”


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