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Ancla tu identidad en Cristo. Joseph Prince

 


Romanos 8:37 Sin embargo, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Hace varios años, prediqué un mensaje sobre cómo el diablo a veces usa el pronombre en primera persona para sembrar pensamientos en nuestra mente y engañarnos. Por ejemplo, no dice: “Tienes un trastorno alimenticio” o “Tienes una adicción”. El diablo usa el pronombre en primera persona para sembrar pensamientos como estos: “Tengo un trastorno alimenticio” o “Soy adicto a la pornografía”.

Te hace creer que tienes esos pensamientos de derrota. Quiere que creas que eso es lo que eres.

Al escuchar este mensaje, un hombre llamado Walter, con quien el diablo había usado esta estrategia y que había estado atrapado en una adicción destructiva durante muchos años, regresó a casa después de la iglesia, se encerró en su habitación y, por primera vez, declaró en voz alta: “¡No soy un adicto!”. Decidió rechazar esta mentalidad malvada en el nombre de Jesús.

Él relató lo siguiente: “En ese preciso momento, sentí que algo poderoso ocurría dentro de mí. No sé cómo describirlo. Fue como si la vida se volviera espectacular gracias al amor de Dios, y no pude contener la sensación”.

Después de hacer esa confesión en voz alta, Walter dijo: “Mi adicción se detuvo. Simplemente perdí todo interés y no siento la menor tentación. Todos los malos deseos se han ido, y lo mejor de todo, sé que amo a Jesús más que nunca y que no puedo vivir sin Él. Me he renovado. He renacido. Sé que todo está bajo su control, y soy bendecido y perdonado”.

¡Guau! Qué testimonio tan asombroso del poder y la bondad de Dios en la vida de este hermano. Con una sola declaración, rompió la fortaleza mental que el diablo le había impuesto durante muchos años.

Ese es realmente el poder de creer correctamente. Si puedes cambiar lo que crees, puedes cambiar tu vida, tal como lo hizo este hermano.

¿Crees hoy en día mentiras sobre tu identidad? Rompe el poder de esas mentiras declarando tu identidad en Cristo. Di en voz alta: “Soy hijo de Dios. Estoy sano, he sido perdonado, soy justo y santo en Cristo Jesús”. En lugar de creer las mentiras del diablo cuando usa la estrategia del pronombre en primera persona contra ti, expresa tu verdadera identidad en Jesús.


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