Una imagen de un hombre bendecido. De Joseph Prince
Jeremías 17:7-8 Bendito
el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el
árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y
no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de
sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.
Veamos algunas de las
imágenes que la Biblia nos retrata en Jeremías 17. La Palabra de Dios es
asombrosa. Él nos habla a través de retratos en palabras e imágenes en la
Biblia.
Por ejemplo, Jeremías
17:5–6 nos retrata un cuadro de un hombre maldito: “un arbusto en el desierto”.
¡Qué triste imagen de hombre! Una persona que siempre confía en sí misma es
como un arbusto seco luciendo viejo, cansado y demacrado.
Pero gracias a Dios, la
Biblia no se detuvo solo con la descripción del hombre maldito. Continúa pintando
un hermoso cuadro de un hombre bendecido: “Bienaventurado el varón que confía
en Jehová, y cuya esperanza es Jehová. Porque será como árbol plantado junto a
las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no temerá cuando venga
el calor; sino que su hoja estará verde, y en el año de sequía no se fatigará,
ni dejará de dar fruto.”
¡Guau! Sé qué hombre prefiero
ser. En verdad, ¡una imagen vale más que mil palabras! ¡Quiero que te veas como
este árbol plantado junto a las aguas hoy!
Cuando estaba de
vacaciones con mi esposa, Wendy, en las impresionantes Montañas Rocosas
canadienses, pasamos mucho tiempo deambulando y sumergiéndonos en el esplendor
de la creación de nuestro Padre celestial. Mientras caminábamos por la orilla
de un río tranquilo que encontramos por casualidad, encontramos un árbol
majestuoso anclado a la orilla del agua. Su tronco era robusto y fuerte, y sus
ramas se extendían para formar un dosel perfecto sobre él. En contraste con los
otros árboles que estaban más lejos del río, sus hojas eran refrescantemente
verdes y exuberantes. Esto se debió a que el árbol se alimentaba constantemente
del río.
Mirando ese impresionante
y hermoso árbol, no pude evitar recordar al hombre bendito descrito en Jeremías
17, y recuerdo haberme dicho a mí mismo entonces: "¡Soy como este árbol en
el nombre de Jesús!" Cuando dependes y confías en el Señor, también eres
como este árbol.
Jesús hará que seas una
imagen de robusta fortaleza, vitalidad y buen éxito. Mírate a ti mismo como un
hermoso árbol plantado junto a las aguas. La Palabra de Dios dice que incluso
cuando llegue el calor, ¡no le temerás!
¿Notaste una diferencia
crucial entre el hombre bendito y el hombre maldito? Mientras que el hombre
maldito no puede ver el bien cuando viene (Jeremías 17:6), el hombre bendito no
temerá ni siquiera cuando llegue el calor.
La versión Reina Valera
dice que el hombre bendito “no verá cuando viene el calor”. Esto es increíble.
Significa que el calor le llega incluso al hombre bendito, pero él no está
consciente de las estaciones de calor, sino que continúa siendo fuerte y
floreciendo. Será como un árbol cuya hoja sigue siendo verde.
¡Cuando seas como el
hombre bendito, serás siempre verde! Esto significa que gozarás de salud
divina, juventud, vitalidad y dinamismo.
Cuando eres bendecido, tu
cuerpo estará lleno de vida mientras el Señor renueva tu juventud y vigor. Tu
salud no te fallará ni perderás tu juventud. No habrá estrés, miedo ni ataques
de pánico porque el bendito “no se angustiará en el año de sequía”.
Un año de sequía habla de
una hambruna severa, y en nuestra lengua vernácula moderna, no sería diferente
del colapso financiero global, la crisis de las hipotecas de alto riesgo, el
colapso de los bancos de inversión globales, los mercados bursátiles volátiles
y el aumento de la inflación. Si bien puede ser una mala noticia para el mundo,
el hombre bendito puede permanecer tranquilo y no estar ansioso porque Dios ha
prometido que incluso en medio de una crisis, no “cesará de dar fruto”.
¡Amado, sé el hombre
bendito que pone su confianza en el Señor y esto también te sucederá a ti!
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