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Tu milagro está en tu boca. Joseph Prince

 

Háblale a la roca para tu milagro

¿Cómo ves a Dios? Es muy importante cómo ves a Dios porque cuando se trata de la lucha de la vida, la forma en que ves a Dios afectará tu fe y cómo recibes de Él. ¿Ves a un Dios enojado? ¿O ves a un Dios rico en gracia, un Padre dador?

Verás, tu percepción de Dios determinará la calidad de tu relación con Él y esto afectará todo lo demás: La forma en que compartes el amor de Dios con aquellos alrededor de ti, la calidad de tu relación con tu esposa, la forma en que respondes a las dificultades de trabajo…

Cuando lo ves a Él como realmente es: Rico en gracia, un Padre dador, esto pondrá tanta fe en tu corazón para recibir de Él que sí un milagro es lo que necesitas, ¡un milagro es lo que obtendrás!

La Biblia nos muestra dos hermosas representaciones de Cristo como la Roca. En Éxodo 17, Dios le dijo a Moisés que golpeara una roca para que el agua pudiera fluir para apagar la sed de los israelitas. Esto simboliza la crucifixión de Cristo y también nos muestra a Cristo como el proveedor de nuestras necesidades. El agua que fluyó de la roca golpeada tipifica todo lo que necesitamos en la vida, ya sea salud, prosperidad, mejores relaciones, un trabajo nuevo… lo que sea que necesitamos fluye de Jesús como nuestra Roca.

Entonces, en Números 20, cuando Dios le dijo a Moisés que hablara a una roca alta, Moisés desobedeció y en vez de eso, golpeó la roca. Esto simboliza a aquellos que continúan crucificando al Cristo exaltado con creencias incorrectas y confesiones inexactas. Pero debido a que Cristo fue herido una vez por el pecado, Dios ahora quiere que nosotros simplemente hablemos a la Roca exaltada para que nuestras necesidades sean satisfechas.

Ya que tú eres un hijo de Dios, no hay ninguna razón para preguntarte si Dios quiere bendecirte. ¡Él ha resuelto ese problema para siempre en la cruz! ¡La Roca ha sido golpeada! ¡Las aguas están fluyendo! Debido a estas verdades eternas, podemos esperar ser bendecidos, redimidos y sanados en cada área de nuestras vidas!

Cuando te enfrentas a un problema, ¿cuál debe ser tu respuesta? Sólo háblale a la Roca. Le hablas a la Roca concordando con la Palabra de Dios diciendo lo que Él ha dicho acerca de ti y de tu situación en Su Palabra. ¡Eso es verdadera confesión!

Es tan importante asegurarte de que lo que sale de tu boca sea verdadero y correcto, y se alinee con la Palabra de Dios. Habla a tu Roca, el Sumo Sacerdote de tu confesión, y las aguas fluirán. ¡Tu milagro está en tu boca!

 

Capítulo Uno

Cómo ves a Dios afecta cómo recibes de Dios

¿Por qué me ves así?

Muchos años atrás, escuché la voz de Dios claramente mientras estaba orando. Lo que Él dijo cambió mi teología.

Ese día, había comenzado a orar “Padre celestial…” como solía hacerlo, me imaginaba a Dios como un anciano con cabello blanco, cejas blancas y una larga barba blanca. No sé ustedes, pero hasta entonces, así es como imaginaba a Dios. Entonces, de repente, escuché Su vos hablándome. Era una voz interior que decía “¡Hijo, detente! ¿Por qué me ves así?

Obedecí y me detuve, y entonces respondí, “Oh, porque tú eres mi Padre y usualmente los padres son muy viejos”.

Dios me dijo: “Hijo, envejecer es parte de la maldición en la tierra. A causa del pecado de Adán, la gente envejece, llega a estar débil y muere. En el cielo, no hay maldición. Yo soy para siempre joven.

Ahora, eso realmente cambió la forma en que veía a Dios. Cambió mi perspectiva. Y eso cambió la forma en que oraba desde ese día en adelante. Ahora, cuando sea que oro, veo a un Padre celestial que es joven y dinámico.

¿Cómo ves a Dios? ¿Cómo tus amigos cristianos y no cristianos ven a Dios? Si vas por las calles y le preguntas a la gente cómo es Dios, muchos de ellos probablemente te dirán que Dios es viejo, que Él es serio porque es santo y que Él es un disciplinario estricto que siempre los está sorprendiendo, haciendo lo malo. Algunos de ellos incluso te dirán que Dios los disciplina con enfermedades y otras dificultades.

Dios no juzga, Dios es amoroso

Escúchame, amigo mío. Dios no es así. Dios es amor. Él es como un padre que siempre está pensando en formas de poner una sonrisa en el rostro de su hijo. Él va a la juguetería a buscar un regalo. Encuentra uno y hay una sonrisa en su rostro mientras mira el juguete. Se imagina a su hijo abriendo el regalo por primera vez y mirando el juguete con gozo. Y sonríe.

Él es la voz cálida y amistosa en el interior que te eleva y te fortalece.

Dios es así. Él es un buen Padre. Mateo 7:11 nos dice:

Mateo 7:11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?

En este momento, Él está pensando en ti ¡y tiene una sonrisa en Su rostro porque tiene algo maravilloso preparado para ti!

Esta es la clase de Dios que tú y yo tenemos. ¡Él no quiere sorprenderte haciendo el mal para poder golpearte en la cabeza! No, Él siempre proclama Su amor por ti. Él es la voz interior cálida y amistosa que te levanta y te fortalece.

Algunas personas pueden no estar de acuerdo con esta representación de Dios. Tal vez no crecieron con padres que fueron buenos con ellos. Pueden haber tenido padres ausentes, padres que nunca estuvieron allí para ellos. O peor aún, pueden haber tenido padres abusivos que los golpearon duramente. Así que su imagen de un padre ya está contaminada. Automáticamente asumen que Dios es como su propio padre. Les resulta difícil ver a Dios como un Padre benevolente y generoso.

Si tú eres así, quiero que sepas que ¡Dios es el Padre de huérfanos (Salmos 68:5)! ¡Él es un Padre amoroso que nunca te dejará ni te abandonará!

Ahora, a veces, puedes “escuchar” una voz en tu cabeza que señala tus defectos y pecados, que te condena y te hace sentir sucio. ¡Esa no es la voz de Dios, sino la voz del diablo!

En Apocalipsis 12:10 satanás es llamado “el acusador de nuestros hermanos, que los acusa delante de nuestro Dios día y noche”. Esto nos dice que satanás viene a acusarnos de haber quebrantado las leyes de Dios. ¡Él viene recordándonos nuestros pecados, haciéndonos sentir mal con nosotros mismos! Dios no es así. Él no anda recordándonos nuestros pecados y lo que hemos hecho mal. Juan 16: 8-11 dice:

Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.

Nota que el Espíritu Santo convence al mundo de pecado. La palabra está en singular, no dice pecados, sino pecado. ¿Por qué? Porque el Espíritu Santo sólo nos convence de un pecado: no creer en Jesús.

Pero una vez que crees en Jesús, ¿De qué te convence el Espíritu Santo? De justicia ¿alguna vez has escuchado esto? La mayoría de la gente escucha que el Espíritu Santo es un regañón, que Él les dice lo que está mal con ellos. Pero aquí, se nos dice que Él nos convence de justicia porque Jesús ha muerto para quitar nuestros pecados y hacernos eternamente justos. Y al contrario de lo que siempre hemos escuchado, ¡Él nos convence de que no es Él quien nos juzga, sino el diablo!

Cómo ves a Dios afectará a tu fe y cómo recibes Él.

Sin embargo, hay personas que ven al Dios del Antiguo Testamento, un Dios que juzga a Su pueblo, y que los corrige y disciplina. Piensan que Dios siempre quiere corregirlos y disciplinarlos. Permíteme decirte, que el Dios del Antiguo Testamento pudo haber ejecutado justicia de tiempo en tiempo, pero Su corazón no está en el juicio.

El Salmo 103:8-9 declara:

Misericordioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y grande en misericordia. No contenderá para siempre, ni para siempre guardará el enojo.

Verás, Dios ama la misericordia. Su corazón está lleno de misericordia, no de juicio. La Biblia no dice que Dios es juicio. La Biblia dice que Dios es amor (1Juan 4:8). Dice que su misericordia permanece para siempre! (Salmo 136:1).

Algunos de ustedes pueden detenerme en este punto y decir: “Pastor Prince, ¿Realmente importa cómo veo a Dios?” Bueno, sí, ¡importa! Es muy importante, cómo ves a Dios, porque cuando llega la lucha de la vida, cómo ves a Dios afectará tu fe y el cómo recibes de Él. Tu percepción de Dios determinará la calidad de tu relación con Él y eso afecta todo lo demás: La forma en que compartes el amor de Dios con quienes te rodean, tu relación con tu esposo o esposa, la forma en que respondes a las dificultades en el trabajo…

Cómo ves determina cómo recibes

Había un joven en nuestra iglesia que estaba pasando por un momento difícil con su socio comercial. Finalmente cedió su parte del negocio a su socio. Como resultado, estuvo sin trabajo por un tiempo. Durante ese tiempo yo había estado predicando una serie de mensajes sobre cómo nuestro Padre celestial toma cuidado de todo, y como todo lo que necesitamos es confiar en Él.

El joven aplicó este mensaje a su vida laboral y oró por un mejor trabajo. Vio a Dios como un Padre poderoso y amoroso, y simplemente dejó el asunto en las manos de Dios. No pasó mucho tiempo antes de que le ofrecieran un gran trabajo. Se le dio el papel de gerente de negocios para una empresa de ingeniería en la industria del petróleo y el gas, ¡a pesar de que no tenía experiencia en ingeniería y sólo tenía 25 años!

Este nuevo rol básicamente era dirigir la subsidiaria local de la compañía con otro gerente. Él trabaja desde casa y sus horarios son flexibles. También se lleva bien con el gerente de desarrollo de ventas y dice que el salario es “bastante bueno”. ¡No está mal para alguien que necesitaba un nuevo trabajo! Cuando ves a Dios como un Padre generoso y benevolente, se vuelve fácil recibir lo que necesitas de Él ya sea un nuevo trabajo, sanidad o un avance financiero.

Ahora, algunos de ustedes pueden decir: “Pastor Prince, no siempre podemos esperar que Dios nos libre de nuestros problemas porque Él puede usar circunstancias difíciles para enseñarnos lecciones importantes”.

Escúchame, si te estás ahogando y llamas a Dios para que te salve, Dios no va a aprovechar la oportunidad para darte un curso de natación de 10 lecciones. Él no va a decir: “Bien paso uno: Patalea. Ahora, continua con el paso dos: Mueve las manos. Paso tres: respira…” ¡Cualquiera que hiciera eso sería cruel!

¡No, Dios no haría eso! ¡Él te salvará de inmediato! Él te agarrará y te llevará a la orilla. ¿Recuerdas cuando Pedro decidió que quería caminar en el agua para encontrarse con Jesús? Cuando comenzó a dudar y a hundirse, gritó: “Señor, sálvame!” inmediatamente, Jesús extendió su mano y lo atrapó. (Mateo 14:30-31) ¡No aprovechó la oportunidad para darle a Pedro un curso de fe de 10 puntos! Él salvo a Pedro inmediatamente.

 

 

La fe funciona mejor cuando conoces el amor de Dios por ti

Amado, en tu tiempo de necesidad, recibir de Dios se vuelve fácil si lo miras a Él como un Padre rico en gracia que responde inmediatamente a tu clamor. Entonces experimentarás un milagro de un Dios de misericordia, no una lección dolorosa y larga de un Dios de juicio.

No me malinterpretes, Dios nos enseña, pero no nos enseña con accidentes, tragedias o enfermedades.

Entonces, ¿Cómo nos enseña a Dios? Él usa Su Palabra para disciplinarnos o entrenarnos. Si hay un área de tu vida que necesita ser corregida, Dios hablará a tu corazón al respecto, ¡tal vez a través de un sermón o incluso a través de tu cónyuge! Puede que no te guste lo que escuches, pero necesitas saber que Él lo está haciendo para tu beneficio, porque eres Su hijo o hija y Él te ama (Hebreos 12:5-11).

Quiero desafiarte: ¿Qué clase de Dios ves realmente? ¿Todavía ves a un Dios enojado al que le gusta señalar tus errores y golpearte en la cabeza? ¿O ves a un Padre benevolente, rico en gracia y generoso?

 

La razón por la que puedes recibir

Capítulo 2

Dos representaciones de Cristo que demuestran lo tanto que Dios te ama

Permíteme mostrarte dos retratos de Cristo en el Antiguo Testamento que demuestran cuán misericordioso es Dios con Su pueblo, a pesar de todas sus quejas. Cuando lo ves a Él como realmente es, un Padre misericordioso y generoso, eso pondrá tanta fe en tu corazón para recibir de Él que si un milagro es lo que necesitas, ¡un milagro es lo que obtendrás!

La primera representación está en Éxodo 17. La segunda está en Números 20. En ambos pasajes, Jesús es tipificado como una roca de la cual fluye agua para proporcionar refrigerio a los hijos de Israel cuando estaban en el desierto.

¿Cómo sabemos que la roca representa a Jesús? En 1 Corintios 10:4, Pablo nos dice que la roca era Cristo:

Y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.

Jesús es el proveedor de todas nuestras necesidades. Las aguas que fluyeron de la roca tipifican todo lo que necesitamos en la vida, ya sea salud, prosperidad, una mejor relación con un ser amado, un nuevo trabajo, una nueva casa… lo que sea que necesitamos fluye de Jesús que es nuestra roca.

Entonces, cuando veas estas dos imágenes de Cristo en los dos pasajes, y cómo Dios te ama tanto que dio a Su Hijo para ser molido para que tú puedas ser bendecido, captarás el corazón de Dios hacia ti y entonces recibir de Él se volverá fácil. Comenzarás a esperar que Dios satisfaga tus necesidades porque conoces la clase de Dios que Él es.

Jesús es la fuente de agua que sacia nuestra sed

La primera representación de Cristo que quiero que veas está en Éxodo 17:1-6:

Éxodo 17:1 Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin por sus jornadas, conforme al mandamiento de Jehová, y acamparon en Refidim; y no había agua para que el pueblo bebiese. 2 Y altercó el pueblo con Moisés, y dijeron: Danos agua para que bebamos. Y Moisés les dijo: ¿Por qué altercáis conmigo? ¿Por qué tentáis a Jehová? 3 Así que el pueblo tuvo allí sed, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados? 4 Entonces clamó Moisés a Jehová, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán. 5 Y Jehová dijo a Moisés: Pasa delante del pueblo, y toma contigo de los ancianos de Israel; y toma también en tu mano tu vara con que golpeaste el río, y ve. 6 He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel.

La historia habla de Cristo la roca siendo herido en la cruz para que ríos de bendiciones puedan fluir hacia nosotros.

En la historia, los israelitas acababan de salir de Egipto y cruzaron el Mar Rojo. Viajaron de un lugar a otro de acuerdo con el mandamiento del Señor y acamparon en un lugar llamado Refidim.

Pero no había agua allí para que la gente bebiera, así que dijeron a Moisés: “Danos agua, para que podamos beber”. Moisés respondió: ¿por qué contienden conmigo? ¿Por qué tientan al Señor?”

El pueblo continuó su agresión. Tenían sed y acusaron a Moisés de sacarlos de Egipto para “matarnos a nosotros y a nuestros hijos y a nuestro ganado de sed”. ¡Estaban tan enojados con Moisés que querían apedrearlo!

La respuesta de Moisés fue volverse al Señor. Esta es la mejor acción por tomar cuando enfrentamos desafíos. Moisés clamó al Señor: “¿Qué haré con este pueblo? De aquí a poco me apedrearán”.

Un pueblo quejumbroso y un Dios misericordioso

Ahora, ¡vemos aquí que los hijos sedientos de Israel estaban listos para matar a Moisés! Esta no era la primera vez que los hijos de Israel se oponían al líder designado por Dios. Anteriormente, en Éxodo 15, cuando el pueblo llegó a Mara y encontró el agua amarga, se quejaron contra Moisés. Luego, cuando llegaron al Desierto del Pecado (Éxodo 16), se quejaron contra Moisés nuevamente, acusándolo de llevarlos al desierto para morir de hambre.

A pesar de sus quejas, el Señor fue misericordioso con ellos y le dijo a Moisés como proporcionarles agua. Él dijo: “Pasa delante del pueblo, y toma contigo de los ancianos de Israel; y toma también en tu mano tu vara con que golpeaste el río, y ve. He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo”.

Entonces Moisés hizo lo que se le ordenó y el pueblo bebió el agua que fluía de la roca. ¿No es Dios misericordioso? ¡Él mira más allá de las fallas de Su pueblo y ve sus necesidades! Él no los regaño. ¡Él no envió fuego desde el cielo para freírlos! Él no le dijo a Moisés: “¡Hazte a un lado voy a hacerlos polvo!” En vez de eso, Él les dio agua para beber.

¡Sólo Jesús puede saciar la sed y el hambre del mundo!

Incluso cuando los israelitas se quejaron antes en Éxodo 16 porque tenían hambre, ¿Sabes lo que Dios le dijo a Moisés? Él dijo: “He aquí, haré llover pan del cielo para ustedes” (Éxodo 16:4). Su respuesta fue darles pan para comer todos los días. ¡Y no era pan ordinario! Les dio más de lo que habían pedido. ¡Les dio pan del cielo!

El pan representa a Jesús, que es el verdadero pan del cielo. Cuando Jesús caminó sobre la Tierra, dijo: “Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás” (Juan 6:35). El agua representa Su suministro y refrigerio ilimitados. ¡Sólo Jesús puede saciar la sed y el hambre del mundo!

Dios vio más allá de las quejas de Su pueblo. Él no sólo vio sus necesidades físicas, Él vio su necesidad de un Salvador. Les dio agua y pan para suplir su necesidades físicas, pero Él también les dio agua viva y el pan de vida para también satisfacer sus necesidades espirituales.

 

Dios te ama a pesar de tu desobediencia

Amigo mío, quizá seas como los israelitas, quejándote con Dios a causa de tus circunstancias difíciles. Quizá no estás feliz con Dios. Quizá estás resistiéndote a Su llamado en tu vida. Pero Dios todavía te ama a pesar de tus quejas, tu desobediencia o tu mal comportamiento. Debes estar seguro de esto: Es Su bondad, no Su juicio, lo que te va a guiar al arrepentimiento (Romanos 2:4).

No te estoy alentando a ser malo o a continuar en desobediencia, pero incluso cuando metes la pata, Dios no retiene tu pecado contra ti (Romanos 4:8). Dios no te bendice ni te retiene bendiciones basado en lo que has hecho bien o lo que has hecho mal.

Puedes asombrarte acerca de esto y preguntar: “Pastor Price, ¿Dios se ha vuelto blando entonces? ¿Ha bajado sus estándares de santidad?” ¡No, no lo ha hecho! A pesar de lo que hagas o dejes de hacer, la razón por la que Dios te bendice es porque Jesús fue obediente hasta el punto de la muerte. Dios te bendice por la obra de Su Hijo en la cruz no por tus buenas obras. ¡Sus bendiciones en tu vida son el resultado de Su obediencia no de tu obediencia! ¡Fue la paliza que Él recibió, no la paliza que tú recibiste, que resultó en bendiciones en tu vida!

Él fue molido a golpes para que podamos ser bendecidos

¿Cómo sabemos que es la paliza que recibió Jesús la que trajo el agua para los israelitas en el desierto? Bueno, sabemos que una roca tenía que ser golpeada y sabemos de 1 Corintios 10:4 que la roca que Dios le dijo a Moisés que golpeará era Cristo: “y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo”.

En Éxodo 17:6, el Señor mismo declaró: “He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo”. Ahora ésta es una de las declaraciones más notables de esta historia. Cuando la leí por primera vez, me tocó el corazón. El Señor le dijo a Moisés que golpeara la roca. Pero, ¿quién estaba allí de pie? ¡El Señor Mismo! ¡Es una representación de Cristo, la Roca, siendo golpeada en la cruz por nuestros pecados.

Los clavos en la cruz no mantuvieron a Jesús en la cruz. ¡Fue Su amor por ti lo que lo mantuvo ahí!

El juicio y el castigo de Dios estaban destinados a caer sobre nosotros debido a nuestros pecados, pero Jesús se puso en frente de nosotros y ¡boom! ¡la paliza cayó sobre Él en vez de en nosotros! Él intervino y absorbió el golpe por nosotros. ¡Él fue molido a golpes para que tú puedas ser bendecido!

El agua que fluyó de la roca representa la bendición que necesitamos, ya sea salud, prosperidad, protección o paz. Ahora, depende de nosotros si la bebemos o no. Dios ha hecho Su parte, así que simplemente extiende tu mano y recibe.

¿Cuántos de ustedes han visto a niños golpeando una piñata en una fiesta? Mientras tienen los ojos vendados, los niños usan palos para golpear la piñata llena de golosinas. Cuando la piñata se rompe, todas las golosinas fluyen y los niños se apresuran a recoger las golosinas que pueden encontrar.

La Biblia dice que toda la plenitud de la Deidad está en Jesús (Colosenses 2:9). Él está lleno de gracia y verdad (Juan 114). Así que cuando la vara de juicio de Dios golpeó a Jesús, Él era como una piñata, ¡todas las bendiciones de Dios estallaron para que las recibiéramos! ¡Él fue como un frasco de alabastro de ungüento muy costoso que se rompió para que el ungüento de Dios pudiera fluir para que lo recibiéramos!

Amado, Jesús fue a la cruz para que puedas ser bendecido. Él dio su vida voluntariamente por ti. Los clavos de la cruz no lo mantuvieron en la cruz. ¡Fue Su amor por ti lo que lo mantuvo ahí!

Y si Dios te ha dado lo mejor del cielo, ¿te retendrá bendiciones tales como la sanidad completa, un buen trabajo o una relación saludable con tu esposa o esposo? ¡Claro que no! Si Él retuviera esas bendiciones de ti, ¡entonces estas cosas parecerían ser de más valor que Jesús! La Biblia dice: “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”

Hoy podemos ser bendecidos a causa de la cruz. Y es por Su obediencia y la golpiza que recibió que ríos de bendiciones pueden fluir hacia nosotros.

Una representación de Cristo crucificado

Algunos de ustedes puede que no estén todavía convencidos de que el golpe a la roca en Éxodo 17 es una representación de Jesús en la cruz. Entonces permíteme mostrarte cuan bellamente Dios ha escondido señales en este incidente que apuntan a la crucifixión de Su Hijo. ¡La Palabra de Dios es tan asombrosa! ¡No hay detalles superfluos en Su Palabra!

En Éxodo 17:5, el Señor le dijo a Moisés: “Pasa delante del pueblo, y toma contigo de los ancianos de Israel”. Entonces, el siguiente versículo, dice que Moisés hizo como se le había ordenado y golpeó la roca “a la vista de los ancianos de Israel”.

Entonces vemos que la roca fue golpeada en frente de los “ancianos de Israel”. ¡Vemos en Mateo 26 y 27 que Jesús fue también juzgado, condenado y crucificado en presencia de los ancianos de Israel! Caifás el sumo sacerdote interrogó a Jesús en la compañía de sacerdotes, escribas y ancianos. También rasgó su vestidura sacerdotal delante de Jesús, sin saber que estaba cumpliendo la profecía: ¡Que el antiguo sacerdocio que poseía el hombre iba a dar paso al sacerdocio celestial de Jesús! Más tarde cuando Jesús fue colgado en la cruz en el Calvario, los ancianos de Israel también estaban ahí burlándose de Él.

Otra pista es la vara que Moisés usó para golpear la roca. Una vez más, en Éxodo 17:5, el Señor le dijo a Moisés que “tomara en su mano la vara con la cual había golpeado el río, y fuera”. ¿Recuerdas qué río fue golpeado por la vara de Moisés? Fue el río Nilo en Egipto. Moisés golpeó el río Nilo con su vara convirtiendo el agua en sangre (Éxodo 7:20- 21).

Entonces, ¿de qué es una imagen la vara de Moisés? ¡Es una imagen de juicio! Cuando Moisés golpeó el Nilo con esa vara, el agua se convirtió en sangre. La sangre aquí significa muerte. Los peces en el río murieron, el río apestaba y los egipcios no podían beber el agua. Fue una mala noticia para ellos, y si Dios hubiera continuado la plaga, ellos también habrían muerto.

Así que la vara de Moisés es una vara de juicio. De hecho, desde la primera manifestación sobrenatural de la vara, puedes decir que esta vara estaba destinada a liberar maldiciones. Cuando Dios le dijo a Moisés desde la zarza ardiente que arrojará su vara al suelo, Moisés lo hizo y la vara se convirtió en una serpiente (Éxodo 4:2-3), que es un símbolo de la maldición.

Nuestra confianza debe estar en la obra finalizada de Cristo, no en nuestra obediencia o buenas obras.

Cuando la vara de juicio de Dios cayó sobre Jesús en la cruz, fue su sangre la que fluyó para nosotros. Merecíamos el juicio. Y merecíamos el castigo. Pero Jesús tomó nuestro lugar para que podamos recibir las bendiciones. ¿No es esto hermoso? ¡Este es el amor de nuestro Padre!

Confía en la obra finalizada

El golpear de la roca en Éxodo 17 es una hermosa representación de la cruz. Nos señala la obra perfecta del Hijo. Hoy, tú y yo somos bendecidos a causa de la cruz, no porque hayamos hecho algo bueno para merecer las bendiciones de Dios. No son nuestras obras, sino la obra perfecta de Jesús en la cruz lo que nos trae toda bendición.

Es importante notar que nuestra confianza debe estar en la obra finalizada de Cristo, no en nuestra obediencia o buenas obras. Ni tampoco nuestra confianza debe estar en el entorno en que estamos. ¿Qué quiero decir con esto? Bueno, algunas personas piensan que si tan sólo estuvieran en una escuela mejor, en una compañía más grande o en un país próspero, serían bendecidos. Mientras tanto, murmuran y se quejan. A veces, Dios nos llevará a un lugar en el que inicialmente parece que no hay provisión.

Si lees la historia en Éxodo cuidadosamente, encontrarás que fue el Señor quien le dijo a Moisés que trajera los hijos de Israel a Refidim. Y, sin embargo, a pesar de que todavía estaban en la voluntad de Dios no había agua ahí. ¿Sabía el Señor que no había agua en Refidim? ¡Por supuesto que lo sabía! Pero Él quería que Su pueblo confiara en Él y lo invocara. Después de todo, Él había cuidado de ellos y los había traído hasta allí. Había hecho dulces las aguas amargas de Mara para ellos. Había hecho llover pan del cielo y les había dado carne de codorniz para comer. Y antes de todo eso, los había sacado de Egipto con grandes señales y maravillas.

Pero, como muchos de nosotros, los hijos de Israel tardaron en aprender a confiar en Dios por completo. En lugar de confiar en la bondad del Señor, continuaron quejándose. ¿Sabes que no es bueno quejarse? He aquí un gran dicho: “quéjate y permanecerás igual, alaba y Él te dará aumento”.

No te quejes: Confía en Dios en cada situación

No tengas una actitud de queja. Incluso si no entiendes por qué estás en tu circunstancia actual y no puedes ver una manera de salir de ella, confía en que el Señor suministrará las aguas que necesitas porque Él ha sido herido por tus bendiciones. Mira la cruz y descansa en la obra finalizada de Cristo.

La Biblia también nos dice que “a los que amamos a Dios todas las cosas nos ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Romanos 8:28). Así que no te quejes si tienes un neumático pinchado. No te quejes si estás atrapado en un atasco de tráfico. ¡Dios puede estar retrasándote porque Él ve un accidente fatal o un desastre por delante!

A una hermana en nuestra iglesia llamada Bárbara le encanta bucear. Por lo general, bucea en Phuket entre los meses de diciembre y enero. Ella lo ha hecho al menos cuatro veces. En diciembre de 2004, ella y un colega estaban planeando otro viaje de buceo en vivo a las islas Similan en el mar de Andamán al noreste de Phuket. Ella tenía previsto estar allí entre el 22 y el 27 de diciembre. Sin embargo, no se sintió perfectamente en paz durante los preparativos. Su plan fue finalmente abandonado porque la solicitud de licencia de su colega no fue aprobada.

Hoy, ella cree que Dios intervino para su bien. De hecho, les ahorró un montón de problemas. Verás, si hubieran seguido adelante con su viaje de buceo, habrían estado navegando desde las islas Similan de regreso a la playa de Patton en la isla de Phuket en Tailandia en la mañana del 26 de diciembre 2004 cuando golpeó el tsunami asiático. ¡Dios fue tan bueno que los mantuvo fuera de peligro y fuera del país por completo!

Así que no te quejes cuando nada parece ir bien. ¡Tu decepción puede llegar a ser un testimonio de la liberación y la bondad de Dios! En vez de eso, mientras esperas la manifestación de tu bendición, saca el timbal, saca la guitarra eléctrica y comienza a cantarle una canción a Dios. Intenta cantar la canción: “¡Jesús es mi roca y Él se lleva todas mi tristeza!” A Dios le agrada este este tipo de actitud.

Confía en Dios: Él ve más allá de lo físico

Dios ve más allá de lo físico. Él es omnisciente y lo ve todo. Y Él quiere que veamos más allá de lo físico también. Hebreos 11:1 declara: “Ahora la fe es la sustancia de las cosas que se esperan, la evidencia de las cosas que no se ven” (KJV). Algunas personas creen que Dios sana hoy porque han visto a personas ser sanadas. Pero cuando ven a alguien más no ser sanado, cambian de opinión y dicen que Dios no sana hoy. ¡Estas personas caminan por vista, no por fe en la obra finalizada de Cristo! ¡No seas tú así!

Unos años atrás, mi iglesia celebró un retiro de líderes en un resort en Genting Highlands en Malasia. Me encontraba conduciendo por una sinuosa carretera hacia este complejo en la montaña cuando, a una milla del complejo, vi por primera vez el resort. Y durante la siguiente milla, lo vi unas ocho veces. Fue divertido porque cada vez que veía el complejo, desaparecía de nuevo de mi vista. En un momento lo veía, al momento siguiente se había ido. De vez en cuando una nube o una pequeña colina bloqueaba mi vista del complejo.

Ahora, ¿El complejo estaba saltando de un lugar a otro? ¿O se movía sobre ruedas? ¡Claro que no! siempre estaba ahí, pero mis ojos me decían que no siempre estaba en el mismo lugar. ¡Así que no podía basar mi juicio en mi vista o en mi perspectiva!

Amigo mío, no bases tu fe en tu entorno o en tus experiencias. No bases tu fe en lo que puedes o no puedes ver. Pon tu fe en Dios que ve todas las cosas. ¡Su vista es mejor que la tuya!

Si tú estás enfrentando dificultades y desafíos, y lo que ves te dice que no hay esperanza, vuelve tus ojos a Dios y Su palabra. Pon tu fe en la obra terminada del Hijo. Recuerda, es por la Roca golpeada que ríos de bendiciones están fluyendo hacia ti.

No te des por vencido: Tu bendición está en camino

Quiero compartir un testimonio que alentará aquellos de ustedes que todavía están esperando a que su milagro se manifieste. Es un maravilloso testimonio de la fidelidad de Dios hacia una preciosa pareja de nuestra iglesia: el pastor Matthews, uno de mis pastores asistentes y su esposa Rachel.

Esta pareja quería tener un hijo. Este era su deseo desde el día en que se casaron. De hecho, durante su consejería prematrimonial, ellos me dijeron que querían tener hijos. No planeaban esperar uno o dos años, ellos querían niños tan pronto como fuera posible.

Desafortunadamente, los doctores les informaron que ambos eran incapaces de producir un hijo por razones médicas. Así que por 6 años, ambos creyeron a Dios por un hijo. Pero a pesar de sus esfuerzos, año tras año no tuvieron éxito. ¡Seis años es mucho tiempo! Estoy seguro de que ellos debieron derramar muchas lágrimas preguntándose por momentos si Dios realmente les daría un hijo. El diablo debió haberles dicho todo tipo de mentiras y mensajes negativos. El diablo pudo haberle susurrado que era la voluntad de Dios que no tuvieran hijos.

Ellos pudieron haberse rendido fácilmente en el tercer año el quinto año o el sexto año. Pero gracias a Dios siguieron aferrándose a Su Palabra que dice: “Bendito será el fruto de tu vientre…” (Deuteronomio 28:4). Ellos confesaron Sus promesas y se aferraron a las escrituras acerca de la fertilidad.

Puedo decirte confiadamente que Dios es fiel! ¡Rachel concibió a su primer hijo en el séptimo año!! ¡Ese año, Rachel dio a luz a su hijo milagro! Pero la gracia de Dios no se detuvo allí. ¡Se desbordó! Rachel más tarde pudo dar a luz a otro niño… ¡y luego a otro…! ¡y luego a otro!

Hoy, ellos tienen cuatro saludables hijos. De hecho, ¡Rachel se siente como una fábrica! ¡ambos son tan fructíferos que realmente deben tener cuidado o podrían estar esperando otro hijo nuevamente! La unción de multiplicación es muy fuerte en ellos. Dios los ha bendecido ricamente. Durante 6 años, sembraron tantas semillas de fe en Dios que están cosechando una cosecha ahora.

Todos nosotros tenemos áreas de debilidad. Todos tenemos áreas de necesidad. Y a medida que ejercemos nuestra fe en esas áreas de debilidad y necesidad Dios nos recompensa y nuestra fe se fortalece en esas áreas. He descubierto que las mismas áreas en las que crees que Dios te bendecirá, son las mismas áreas que una vez fueron tu debilidad, comienzan a convertirse en áreas de fortaleza en tu vida a medida que ejercitas la fe en esas áreas.

Cuando Dios sopló gracia en el área de carencia de esta pareja que una vez no tuvo hijos, se convirtió en su área de sobreabundancia. Esa es la gracia de Dios. ese es el estilo de Dios: Él ama dar en sobreabundancia.

Amigos, nunca se rindan, ¡nunca se rindan! ¡Esta pareja esperó 6 años! No estoy diciendo que tengas que esperar tanto. El punto es que Dios no olvidará tu petición. Puede que tú la hayas olvidado, ¡pero Él no lo ha hecho! Dios es fiel a Sus promesas. Su Hijo pagó por tu bendiciones con Su sangre. ¡Y Dios es fiel a lo que su hijo ha hecho!

 Traducción de Claudia Juárez Garbalena


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