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PROVISIÓN. Por Claudia Juárez Garbalena

 

Dios es un Dios proveedor, un Dios generoso, rico en bondad y gracia. Su suministro para con los suyos siempre es mayor a la necesidad. No importa cuál sea la situación que estés enfrentando en este momento, Dios es más grande que cualquier desafío, problema, enfermedad o gigante que esté delante de ti.

La Palabra de Dios nos da registros de cómo Dios proveyó generosamente a Su gente. Él es un Dios sobrenatural, y por tanto no se limita a las leyes naturales. Él puede proveerte absolutamente todo lo que tú necesites si tan solo se lo pides con fe.

Nuestro Dios ha provisto ya la máxima necesidad que tenía la humanidad: la salvación y el perdón de sus pecados. Hoy, a través de nuestro Señor Jesucristo, tú tienes libre acceso a la provisión generosa y rica de Dios. Con el sacrificio perfecto de Su Hijo tienes liberación de todo tipo de opresión, ya sea mental, física o espiritual.

Quiero contigo algunos poderosos relatos de la escritura que nos muestran al Dios proveedor que tenemos.

1 Reyes 17:1 Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra

2-16 Y vino a él palabra de Jehová, diciendo:

3 Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán.

4 Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer. Y él fue e hizo conforme a la palabra de Jehová; pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit, que está frente al Jordán. Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo. Pasados algunos días, se secó el arroyo, porque no había llovido sobre la tierra. Vino luego a él palabra de Jehová, diciendo: Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí; he aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente. Entonces él se levantó y se fue a Sarepta. Y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda que estaba allí recogiendo leña; y él la llamó, y le dijo: Te ruego que me traigas un poco de agua en un vaso, para que beba. Y yendo ella para traérsela, él la volvió a llamar, y le dijo: Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano.

Y ella respondió: Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir. Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo.

Proverbios 11:24 Hay quienes reparten, y les es añadido más;

Y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza.

25 El alma generosa será prosperada;

Y el que saciare, él también será saciado.

1 Reyes 17:14 Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra. Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa, muchos días. Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías.

Ahora vamos otro relato en el tiempo del profeta Elíseo:

2 Reyes 4:1-7 Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos. Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite. Él le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas. Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte. Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite. Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite. Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede.

Dios puede de un recurso muy pequeño multiplicar para proveerte. Ese es el estilo de nuestro Dios. Veamos otro relato de nuestro mismo Señor Jesucristo y de cómo Él es el Señor del tiempo y el espacio:

Juan 2:7 Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. 8 Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. 9 Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, 10 y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora. 11 Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.

Veamos ahora uno de los hermosos registros en la escritura que hablan de la multiplicación de los panes y los peces que llevó a cabo nuestro Señor Jesús:

Marcos 6:34 Y salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas.

35 Cuando ya era muy avanzada la hora, sus discípulos se acercaron a él, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya muy avanzada.

36 Despídelos para que vayan a los campos y aldeas de alrededor, y compren pan, pues no tienen qué comer.

37 Respondiendo él, les dijo: Dadles vosotros de comer. Ellos le dijeron: ¿Que vayamos y compremos pan por doscientos denarios, y les demos de comer?

38 Él les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Id y vedlo. Y al saberlo, dijeron: Cinco, y dos peces.

39 Y les mandó que hiciesen recostar a todos por grupos sobre la hierba verde.

40 Y se recostaron por grupos, de ciento en ciento, y de cincuenta en cincuenta.

41 Entonces tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió los panes, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y repartió los dos peces entre todos.

42 Y comieron todos, y se saciaron. 43 Y recogieron de los pedazos doce cestas llenas, y de lo que sobró de los peces.

44 Y los que comieron eran cinco mil hombres.

¡Cinco mil hombres sin contar mujeres y niños comieron a manos llenas y fueron saciados, y quedaron doce cestas llenas con las sobras de los pedazos de pan y peces! ¡Realmente tenemos un Dios poderoso!

Efesios 3:20,21 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.

Dios es poderoso para actuar según el poder que actúa en nosotros, eso quiere decir que necesitamos asociarnos con Él en oración, fe y perseverancia para ver las promesas de Dios cumplidas en nuestra vida.

Dios está deseoso de proveer ricamente en tu vida, Él proveyó a los patriarcas en tiempo de hambruna, incluso trajo al pueblo de Israel a Egipto cuando vino una hambruna severa y prolongada que duró siete años. Ellos fueron generosamente provistos por un plan que diseñó Dios anticipadamente para suplir su necesidad. Busquemos la sabiduría que necesitamos en Su Palabra. Te recomiendo leer el libro de Proverbios que nos enseña grandes principios que traen prosperidad al que los aplica, principios como la generosidad y la diligencia.

Dios ha provisto toda la información que necesitamos en las Escrituras, y nos ha provisto el don de espíritu santo o consolador que nos enseña todas las cosas. Ve a la Palabra y encuentra la sabiduría que necesitas, pide a Dios que guie tus pasos. Que el Dios Eterno y Todopoderoso provea ricamente a tu hogar de todo lo necesario en este tiempo de oscuridad en el nombre de Jesucristo.

 

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