El Maestro de todas las cosas está en ti. De Joseph Prince

 Juan 14: 26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

Si te estás preguntando a quién o dónde puedes acudir para obtener la ayuda que necesitas, no preguntes más. Vuélvete a Dios, quien ya te ha prometido el Consolador, el Espíritu Santo a quien ha enviado en el nombre de Jesús a morar en ti.

El Espíritu Santo te enseñará todas las cosas. ¡Sí, te enseñará todas las cosas! ¿Realmente crees eso? ¿O eres como algunos que creen que buscas el consejo de Dios solo para las cosas espirituales, pero consultas ayuda "profesional" para todas las demás cosas en tu vida?

Dios no quiere que corras y te apoyes en la sabiduría del mundo. Ahora, no hay nada de malo en ir a un médico o contratar a un asesor financiero, pero Dios quiere que acudas primero a Él en busca de consejo y dirección. Por eso ha enviado al Espíritu Santo, el Consolador (ver Juan 16:7), para enseñarte todas las cosas. El Espíritu Santo es el Espíritu de verdad y él te guiará a toda la verdad (ver Juan 16:13).

El apóstol Juan dijo: “Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas…la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas”. (1 Juan 2:20,27)

Entonces, la forma en que Dios te enseña es a través de la unción interior. Es una unción continua. En cualquier situación particular, Él te está ungiendo desde adentro, enseñándote con la presencia o ausencia de Su paz.

Por ejemplo, un trato que estás considerando puede parecer muy razonable. Pero si no tienes paz en tu espíritu, no firmes en la línea punteada. Firma solo cuando tengas paz. Sé guiado por Su paz y encontrarás que tu corazón no se turbará ni tendrá miedo (ver Juan 14:27).

Cuando sigues esa paz que solo Dios puede darte como un testimonio interior, ¡se manifestarán cosas buenas e incluso milagros!

 Extraído del sitio “Joseph Prince Ministries”

http://www.josephprince.org/