Donaciones
Fuera de México:

Check out with PayPal

1 JUAN 4 7-21 De la versión "The Message"

DEL ARCHIVO DE ARTÍCULOS ANTERIORES

Que bendito gozo sería si la iglesia de hoy, LA ÚNICA IGLESIA DE DIOS: EL GLORIOSO CUERPO CRISTO, viviera regida por la fuerza más poderosa en el universo: ¡El AMOR DE DIOS (AGAPE)!

1 Corintios 13:13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.

Exaltamos muchísimo la fe, pero la Palabra de Dios es clarísima al declararnos cuál es el primer y grande mandamiento y el segundo que es semejante. Si toda nuestra energía la dedicamos a amar a Dios con todas las fuerzas de nuestro ser y a nuestro prójimo como a nosotros mismos, este mundo será impactado por la verdadera naturaleza de Dios y de Cristo: EL AMOR VERDADERO.

Dios nos siga bendiciendo.

Con amor de Dios,

Claudia Juárez Garbalena


Mateo 22:36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?
37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.

Juan 13:34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.

I JUAN 4: 7-21  

De la versión “The Message” (“El Mensaje”)
Traducción al español: Claudia Juárez G.

Dios Es Amor

1 Juan 7-10 Mis amados amigos, continuemos amándonos unos a otros porque el amor emana, proviene, se origina de Dios. Todo aquel que ama es nacido de Dios y ha experimentado una relación con Dios. La persona que se rehúsa a amar no conoce, ni entiende la primera cosa que hay que entender acerca de Dios, porque Dios es amor, entonces no puedes conocerlo si no amas. Así es como Dios mostró su amor por nosotros: Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos a través de él. Esta es la clase de amor que la estamos hablando, no de que nosotros alguna vez amamos a Dios, sino que Él nos amó y envió a su Hijo para ser sacrificio y así, limpiarnos de nuestros pecados y del daño que los pecados han hecho a nuestra relación con Dios.

11-12 Mis amados, amados amigos, si Dios nos amó de esta manera, ciertamente deberíamos amarnos unos a otros. Nadie ha visto a Dios, nunca. Pero si nos amamos unos a otros, Dios permanece profundamente dentro de nosotros y su amor llega a completarse en nosotros,  ¡el amor perfecto!

13-16 De esta forma es como sabemos que estamos viviendo de manera constante y profunda en Él, y Él en nosotros: En que Él nos ha dado vida de Su propia vida [de Su esencia y naturaleza], de su propio Espíritu. Además, lo hemos visto por nosotros mismos y continuamos declarando abiertamente que el Padre envió a su Hijo como Salvador del mundo. Todo aquel que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios participa continuamente en una íntima relación con Dios. Este amor que proviene de Dios, lo conocemos muy bien, porque lo hemos abrazado en el corazón y en el alma.

Amar y Ser Amado

17-18 Dios es amor. Cuando establecemos nuestra residencia permanente en una vida de amor, vivimos en Dios y Dios vive en nosotros. De esta manera, el amor toma el control, las riendas de la casa, se convierte en un hogar y madura en nosotros, para que nos libre de preocupaciones en el Día del Juicio, porque nuestra posición en el mundo es idéntica a la de Cristo. No hay espacio en el amor, para el miedo. El amor bien establecido desarraiga el miedo. Ya que el miedo es paralizante y mutila, una vida de miedo -de miedo a la 
muerte, de temor al juicio-es una vida que todavía no está totalmente formada en el amor.

19 Nosotros, sin embargo, vamos a amar, a amar y a ser amados. Ya que primero fuimos amados, entonces ahora amamos. Él nos amó primero.

20-21 Si alguien alardea y presume diciendo: "Yo amo a Dios", y va por la vida odiando a su hermano o hermana, sin siquiera pensar o preocuparse en esto, es un mentiroso. Si no ama a la persona que puede ver, ¿cómo puede amar a Dios, a Quien no puede ver? El mandato que tenemos de Cristo es contundente: Amar a Dios incluye amar a las personas. Debes amar a ambos.


Comentarios